Palabras del Presidente Javier Milei durante la entrega de sables y medallas en la Ceremonia de Egreso Conjunto de las Fuerzas Armadas en el Colegio Militar
Buenas tardes a todos. Antes de comenzar quisiera conmemorar a los dos integrantes del Ejército y al integrante de Gendarmería que lamentablemente perdieron la vida esta semana. Cada uno, desde su lugar, sirvieron a la Nación y a todos los argentinos con vocación y sacrificio y por eso merecen nuestra eterna gratitud. Mi equipo y yo estamos a disposición para lo que necesiten las familias a quienes acompañaremos en este momento de gran dolor.
Yendo a lo que nos convoca aquí hoy, quiero saludar al flamante Ministro de Defensa, el Teniente General Carlos Presti, a los señores Jefe del Estado Mayor Conjunto y de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas, a los integrantes del Poder Ejecutivo nacional presente y muy especialmente a esta nueva camada de egresados de nuestras tres Fuerzas, subtenientes, guardiamarinas y alféreces que formarán la clase 2025.
Es un honor para mí, como Presidente de la Nación y comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, participar de esta ceremonia de egreso común. En este acto culminan formalmente la formación básica para el servicio a la patria que han elegido valientemente, y por eso quiero felicitarlos.
Hoy comienza una nueva etapa en sus vidas: hoy dejan de ser estudiantes e inician su vida profesional, en la que no solo llevarán a la práctica todos los conocimientos aprendidos durante estos años, sino que también continuarán aprendiendo todo lo que no se encuentra en los libros y es igual de valioso e importante para su desarrollo y desempeño.
Tras finalizar este discurso, les estaré tomando juramento de fidelidad a nuestra Constitución Nacional a todos ustedes como miembros oficiales de nuestras fuerzas, forjando un compromiso inquebrantable entre ustedes y nuestra Nación para el resto de sus vidas.
Luego procederemos a realizar las entregas de sables. Dichos sables son la representación de los máximos principios y valores de nuestros serios liberadores. Son el símbolo del mando que los acompañará durante toda su carrera militar y la brújula que guiará sus rumbos de ahora en adelante.
En este acto de egreso se unen formalmente a una hermandad que protege nuestra patria desde hace 219 años y por ello es motivo de orgullo entre todos los argentinos. Tal como reza el lema de esta alma mater, el orden, el valor y la gloria, son pilares fundamentales del código militar y por tanto pilares fundamentales de la gran nación que juró proteger. Esto es algo que en mi carácter de economista comparto, dado que son el orden y el valor de hacer lo que es correcto incluso cuando sea impopular, los que llevan a las naciones a la gloria de crecimiento y la prosperidad.
Esto va en línea con algo que posiblemente me hayan escuchado decir, pero que no dejaré de repetir: nosotros sostenemos que un país solo puede ser soberano cuando construye riqueza y construye las capacidades para defender esa riqueza.
Los gobiernos anteriores se llenaron la boca hablando de soberanía durante décadas; mientras ejecutaban su pantomima soberanista, dejaron un país empobrecido del cual una gran mayoría buscaba escapar, un país que era tomado de ejemplo a nivel mundial de todo lo que no debía hacerse. Pero no solo nos dejaron un nefasto legado en materia económica, también intentaron fracturar la relación entre la sociedad civil y las fuerzas encargadas de defenderla. Durante mucho tiempo se dedicaron a demonizar a nuestras fuerzas y a desfinanciarlas. Eso nos hizo perder años valiosos en el desarrollo de nuestras capacidades militares, pero por suerte nunca lograron destruir el lazo inquebrantable que existe entre los argentinos y sus Fuerzas Armadas.
Nuestra misión, entonces, es más clara que nunca: tenemos el deber de recomponer el crecimiento económico y tenemos también el deber de utilizar ese crecimiento para restituir y aumentar la capacidad y la fuerza de nuestras Fuerzas Armadas. Porque sin ella y sin ustedes no podremos asegurar la continuidad de ese crecimiento, que no es otra cosa que el bienestar y la libertad de todos los argentinos. El camino es largo y ya dimos el paso más difícil de todos que es romper la inercia y comenzar a transitarlo. Por eso sepan que vamos a hacer todo lo que esté en nuestro poder para apoyarlos. El Teniente General Presti puede dar fe de eso. Entonces les propongo, como mensaje final, un retorno al orden más elemental.
Queridos graduados de hoy en adelante ustedes se dedican a defender el país que nuestro Gobierno se va a dedicar a defenderlos a ustedes. Muchas gracias a todos, que Dios los bendiga, que las fuerzas del cielo nos acompañen y viva la Patria.
