Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, luego de recibir el Premio Escuela de Salamanca, desde el Centro Riojano, España

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Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, luego de recibir el Premio Escuela de Salamanca, desde el Centro Riojano, España

Buenos tardes. Muchísimas gracias por este reconocimiento, aparte ahora ya se lo llevó al Jefe de Protocolo, no me lo pueden sacar, les aviso. Además, es un placer enorme siempre tener la posibilidad de escuchar a este coloso de la libertad, que es el doctor Jesús Huerta de Soto. Y cuando hicimos el primer intento… lo que pasa es que la Argentina es un país que tiene sus complejidades, había estado pensando en armar una suerte de charla, con algo así como una construcción de un árbol genealógico de la Escuela de Salamanca, y cuando me dijeron que iba a estar el Profesor Jesús Huerta de Soto, dije: “¿Qué tengo que estar diciendo yo…va a decir cosas mucho más interesantes el Profesor Huerta de Soto”. Es decir, había pensado hacer un repaso sobre teoría del valor, sobre teoría monetaria, sobre teoría bancaria. Es más, sobre mercado laboral y toda la discusión de la tasa de interés. Una discusión bastante, bastante compleja.

Y, en realidad, me pareció que lo que más podía hacer como contribución para aportar algo distinto, era contarles mi experiencia, es decir que – básicamente - es la forma, en la cual estamos erradicando la inflación. Nosotros cuando llegamos al poder, la inflación venía corriendo más que el 1% diario; eso en términos – anualizados - es cerca del 3500% anual. Es más, si uno toma la inflación mayorista - que es la que suele adelantar y es la que sobre la cual yo hago continua referencia- había sido del 54% mensual; eso – anualizado - da 17.000. Es decir, a ese nivel de locura venía viajando la inflación en Argentina. Y, básicamente -tal como lo señala el Profesor Huerta de Soto- yo llevaba años repitiendo una frase de Milton Friedman, pero con algunas mejoras, que, para los que entienden en Teoría del Valor, son sustanciales y saben que solamente el principio es de Milton Friedman, pero el resto contiene muchísima Escuela Austríaca y su origen es la Escuela de Salamanca.

El postulado es simple, es conocido y, de hecho, ayer en Twitter, después que se conociera la inflación mensual del 1 y medio. Es decir, que la inflación al consumidor que, en su momento, tocó el 25,5%; que - en términos interanuales - llegó a ser un casi pico de 300%. Hoy, básicamente, si se toma el interanual, está en 43, pero si se toma la punta ya está en 20%. Y créame que voy a dar ahora los motivos por los cuáles va a seguir bajando y la vamos a terminar.

Y era fundamental atacar el problema inflacionario, pero claramente - como dice nuestro máximo exponente de las ideas de la libertad de la Argentina, el Profesor Alberto Benegas Lynch (h), amigo de muchos de lo que estamos acá, dice: “No hay nada más útil que una buena teoría” y el postulado es que “la inflación es siempre - y en todo lugar - un fenómeno monetario”. Hasta ahí llega la frase de Friedman y ahí le sumamos: generado por un exceso de oferta de dinero, ya sea o porque sube la oferta o porque cae la demanda u ocurren las dos cosas a la vez, lo cual deriva en una pérdida del poder adquisitivo del dinero; es decir, todos los precios expresados en unidades monetarias suben, que es lo que conocemos como inflación.

Entonces - a partir de ese diagnóstico - lo que decidimos es: “ok, hay que cortar con la emisión de dinero”. Y - en ese contexto - nos encontramos con un déficit fiscal de 15 puntos del PBI: 5, en el Tesoro Nacional; 10, en el Banco Central, y lo importante es que, además, esa deuda que tenía el Banco Central, que en realidad no era - ni más ni menos - deuda que se había generado porque el Estado, porque el Banco Central financiaba al Estado Nacional con emisión monetaria y después retiraba ese dinero, lo esterilizaba pagando tasa de interés, quedando condenados a la desagradable aritmética monetarista de Sargent y Wallace, es decir, que el resultado final terminaba siendo más inflacionario porque se terminaba emitiendo más, porque nunca se corregía la cuestión fiscal. Eso se daba en una situación, donde además, dentro del Banco Central, había 4 bases monetarias, y -durante el Gobierno anterior- esos pasivos vencían en un lapso promedio entre 60 días y 90 días. Y una de las cosas que hizo el Gobierno anterior fue pasar todos esos pasivos monetarios a un día; es decir, nosotros nos podíamos encontrar con una situación que - de la noche a la mañana - se nos quintuplicara la cantidad de dinero, con el desastre que eso podía implicar. No sólo eso, sino que, además, había vencimientos de deuda en pesos por el equivalente de 90.000 millones de dólares americanos. Y que, dado lo que era – básicamente - la cantidad de base monetaria en Argentina era por lo menos entre 8 y 9 bases monetarias; más, que si obviamente había que pagarle y no tenía los recursos, hubiera hecho multiplicar por 10 la cantidad de dinero. Entonces, fíjense que teníamos escondido ahí cerca de 15 bases monetarias dando vuelta.

Pero, además, teníamos el mercado de cambios intervenido y con una brecha del 200%. Es decir, el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio paralelo; básicamente, había una relación 3 a 1. El Banco Central tenía reservas internacionales negativas por 12 mil millones de dólares; teníamos deudas con importadores por el equivalente a 45 mil millones de dólares y, además, teníamos caído el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional porque nunca cumplimos con las metas fiscales. Es decir, estábamos literalmente desnudos, llenos de agua, bañados, sentados en la silla eléctrica. Y, con muchos, tratando de enchufarla y hacerla funcionar. Por eso, muchas veces digo que tenemos que saber separar entre los liberales y libertarios, y los liberales libertarados. En este grupo siempre incluyo al imbécil de Hans-Hermann Hoppe y otros de Argentina que dicen las mismas estupideces. No, era muy fácil, cerraba el Banco Central y se terminaba el problema. El problema es que los pasivos remunerados y la base monetaria son pasivos, y si ustedes cerraban el Banco Central así, porque sí, el valor de esos instrumentos se hacía cero, y la única forma de hacer cero a esos instrumentos ¿cómo es? haciendo que el nivel de precios tienda a infinito. Es decir, hubiera generado una tremenda hiperinflación; la pobreza hubiera estallado y hubiera ido a niveles del 95 %; hubiéramos tenido una situación aún peor que la de Venezuela. Y cuando llegaban las fiestas, cuando llegaba Navidad y Año Nuevo, toda la parafernalia peronista hubiera empezado con los saqueos y demás y, hoy, claramente yo no estaría acá. Es decir, con lo cual, esto no sólo se trata de saber de teoría económica, se trata de entender secuencialidades; se trata de entender lo perverso que es la política, y - sobre todas las cosas - hay que saber qué hacer, cómo hacerlo, pero, sobre todas las cosas, hay que tener coraje.

Por lo tanto - en este contexto - lo principal que teníamos que intentar era terminar con la inflación, y con eso había que terminar con la emisión monetaria. Es decir, era necesario frenar la máquina, que imprimía billetes. Y así es que - lo primero que hicimos - fue cortar con el déficit fiscal.

Acá es muy interesante, en una charla, el doctor Sturzenegger lo plantea, de manera genial. Dice que muchas personas lo llaman, si bien esta parte de la motosierra, es la motosierra de Caputo, de “Toto” Caputo, que me puso muy feliz cuando lo nombraron el mejor ministro de Economía del mundo. Cuenta que, muchos lo llaman - desde su rol de profesor en Harvad - y muchos lo llaman para decirle: “Bueno, tengo que hacer el ajuste ¿y cómo hago? ¿Y qué esto, que lo otro?” Y entonces les dice: “Bueno, ¿cuánto tenés que ajustar?” “Bueno, 5 del PBI.” “¿Ok? ¿Y qué pensás hacer?” “Bueno, más o menos, un punto por año.” Y les dice: “¿Y ustedes no...? Bueno, ¿qué te parece si ajustás 5, en un mes?” Dice: “No, no, no, eso es imposible.” “Bueno, es lo que hicimos nosotros: ajustamos cinco en un mes”.

En estricto rigor - les cuento - que no ajustamos 5, ajustamos 7 porque, en el despiole que estábamos - literalmente en la silla eléctrica - y uno empezó a cortar. Entonces sobrereaccionábamos el ajuste, hicimos un ajuste de 7 puntos y después empezamos a recomponer partidas y concretamente, el gasto público lo redujimos en 30%.
De hecho, un trabajo que hicieron los ayudantes del doctor Sturzenegger dice: “Bueno, voy a chequear en el tiempo, desde el año 40 en adelante, quién hizo semejante reducción del gasto público”. Y entonces dice que encontró 14 casos. Pero que - todos esos casos - se habían dado después de una guerra, es decir que no hay registro histórico alguno de alguien que haya achicado 30% el gasto público, sin estar en guerra. Con lo cual además hicimos el ajuste fiscal más grande de la historia.

Pero eso no es todo, porque teníamos también, 10 puntos del PBI en el Banco Central. Entonces, nuestra primer tarea fue frenar el primer grifo de emisión que era cortar con el déficit fiscal, y eso lo hicimos en el primer mes. Llevamos 17 meses continuos de superávit financiero, es decir, no sólo el operativo, sino que, además, pagamos los intereses y - en ese contexto - el Riesgo País, que estaba en torno a los 3000 puntos básicos, hoy está buscando romper los 600 puntos básicos. Es decir, hay una drástica caída de la tasa de interés como consecuencia de la reducción del Riesgo País.

Por lo tanto, la segunda fase del programa consistía - ahora - en terminar con el déficit cuasifiscal. Ahí, básicamente, nosotros lo que hicimos es que - ni bien asumimos - porque tampoco teníamos dólares como para defender el tipo de cambio y no podíamos levantar todas las restricciones porque, básicamente, el sistema estaba profundamente desequilibrado, y la dinámica de los stocks podía - si se convertían en flujos – nos generaba un desastre inflacionario. Lo primero que hicimos fue corregir el tipo de cambio, y al hacer saltar el tipo de cambio, la expectativa de devaluación desapareció. Y eso nos permitió arbitrar la tasa en pesos y en dólares, que - si bien era positiva en términos de dólares -, en términos reales de pesos era negativa. Digo esto porque el Fondo Monetario Internacional y muchos economistas domésticos decían que había que subir la tasa de interés. Y si nosotros subíamos la tasa de interés, sólo si hubiéramos seguido, por ejemplo, la inflación minorista del primer mes, o sea, ya al mes siguiente no teníamos 4 bases escondidas en el Central, sino que hubiéramos tenido cinco. Así que imagínese que eso no hubiera terminado bien. Entonces, ¿qué hicimos? Dijimos: ¿qué haría el mercado? Arbitraría acá la tasa. Y eso fue lo que permitió ir licuando - en parte - la deuda del Banco Central mientras que los que estaban en esas posiciones seguían ganando en dólares. Pero no sólo eso, esa deuda nunca tendría que haber estado en el Banco Central, porque esa deuda se generaba – básicamente - porque el Estado le daba letras intransferibles y se llevaba dólares al Banco Central, o - alternativamente - le pedía adelanto de utilidades o demás aberraciones o transferencias. Y eso hacía que, para financiar al fisco, y después, el Banco Central rescataba ese dinero pagando tasa de interés. Es decir, que era una forma indirecta de endeudamiento del Tesoro Nacional. Entonces, esa deuda nunca debería haber estado, adentro del Banco Central; debería estar en cabeza del Gobierno.

Y ahí - en una labor titánica el Presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y el Secretario de Finanzas, Pablo Quirno - comenzaron todo un trabajo para desmontar los pasivos monetarios del Banco Central, y llevarlos hacia el sector público, hacia el Tesoro, que es quien verdaderamente se había endeudado. De modo tal, que el problema que había causado el sector público no se transformara en un problema de índole monetario, con las características nocivas que tiene la inflación, ya sea por la distorsión que genera en los precios relativos y, por lo tanto, no sólo que achica el horizonte de planificación de los seres humanos, de los individuos, porque, como decía Mises: “Cuanto más planifica el Estado, menos planifica el individuo'", es decir: cuanto más mete la mano el Estado, más nos arruina. Lo cual, también, genera una distorsión para el cálculo económico, lo hace muy complicado. Pero, además, eso también impacta de manera más cruel y violenta sobre los sectores más vulnerables. De hecho - cuando nosotros asumimos - el propio sinceramiento de las variables llevó los niveles de pobreza al 57%. Básicamente - en Argentina - la medición oficial de la pobreza se hace de manera semestral. Esto tiene un sentido, porque, si esa variable viene creciendo, siempre en el semestre, se pone el promedio, y es un número que está subestimando. Es decir, no porque no haga bien los números el INDEC, sino que, en realidad, por ejemplo, al señor, al soviético, al comunista de la provincia de Buenos Aires – porque, en un momento, eliminó la estadística porque le parecía estigmatizante; es interesante porque los medios de comunicación... por eso, cuando lo vi, acá, a Wall Street Wolverine, me dio mucha alegría, porque él tiene una frase maravillosa que dice: "no odiamos lo suficiente a los periodistas". Imagínense que la motosierra, habiendo eliminado obra pública, transferencias discrecionales, algo que no podía dejar de eliminar era la pauta oficial. Así es que, si ven que, en alguna basura mediática argentina, dicen que maté a Kennedy, es falso, porque yo nací en el año 70.

Pero, entonces – básicamente - lo interesante es que nosotros, al bajar el riesgo país, pudimos empezar a hacer toda esta transferencia de deuda. Y lo más interesante es que...estaba con el tema de la pobreza, pero también hay otros temas que es importante que no están contemplados en la medición de la pobreza, porque ustedes tienen los precios, había controles de precios. Entonces a ustedes les quedaban los controles de precios y tenían esos precios marcados. Pero ¿cuál es el problema? Que ustedes iban a la góndola y el bien no estaba. Entonces ya estaba subestimada la pobreza, porque no estaba el efecto de la escasez, de que ustedes iban a buscar el producto, el producto no estaba y – consecuentemente - tenían que comprar otro que sí era más caro. O la distorsión de que ustedes modifican su sendero o su patrón de consumo a la luz de las distorsiones de los controles de precio, porque van desviando el consumo. Y obviamente que - cuando nosotros sinceramos todo eso - la pobreza fue del 57%. Ahí, sí, las basuras mediáticas dijeron que la pobreza la habíamos hecho subir al 57%. Después, cuando el número empezó a caer, evidentemente ya no sirven más las mediciones, ni privadas, ni mensuales, ni nada; sólo sirve, donde la mejora es peor. Pero para que les siga doliendo más a las basura mediática porque son cómplices de los políticos ladrones - hoy - la pobreza está debajo del 35%. Bajamos la pobreza en 22 puntos porcentuales. Y eso implica que 10 millones de personas salieron de la pobreza. Es decir, que nosotros - los desalmados, los insensibles, los malos de la película de los liberales libertarios - justamente favorecimos con mayor fuerza a los que menos tienen, sacando a 10 millones de personas de la pobreza.

Por lo tanto - en ese contexto – estábamos, entonces, haciendo el pasaje de la deuda del Banco Central al Estado Nacional. Y entonces, alguien puede decir: “No, bueno, pero estaban aumentando la deuda” o demás cosas que dicen estos... Yo no quiero decirles “primate” porque creo que la Sociedad Protectora de Animales, me tendría que denunciar por maltrato a los animales. Crean que tengo que hablar con simios que creen que rollear la deuda es tomar deuda, cuando es tan fácil, porque - si tomamos el monto de deuda - mal que le pese a la basura mediática y a la casta inmunda política, somos el primer gobierno de la historia que - en un año - bajamos deuda, y bajamos 45 mil millones de dólares de deuda. Es cierto que parte porque la licuamos, con esto del arbitraje de las tasas, pero también es cierto que 25.000 millones de dólares los pusimos cash. Entonces - allá por mediados del año pasado - se terminó de limpiar el Banco Central. Y si ya parecía mucho hacer un ajuste fiscal de 5 puntos del PBI, imagínense entonces que, en 6 meses, concretamos un ajuste fiscal de 15 puntos del PBI, haciendo el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad.

Y no sólo eso, sino que, además - como si fuera poco - devolvimos 2 puntos del PBI en baja de 19 impuestos. ¡Vaya que estamos haciendo algo por el modelo de la Libertad! Pero, aun así, a la inflación todavía le costaba bajar. Nosotros sosteníamos que, además, la política monetaria tiene un rezago de 18 a 24 meses. Es por eso que, días atrás, yo señalé públicamente, que - para mitad del año que viene - la inflación habrá sido historia en Argentina, porque dejamos constante la cantidad de dinero desde mediados del año pasado, no creció más. Por lo tanto, más tarde o más temprano, la tasa de inflación en Argentina va a desaparecer.

Y, en ese sentido, detectamos otro problema que teníamos: los niveles de agregados monetarios - en Argentina - eran muy bajos. Es decir, la base monetaria - en términos del PBI - debería oscilar entre 10 y 15 puntos del PBI, y estaba en 2 y medio. Entonces, estaba claro que había demanda de dinero potencial para que pegue un salto de nivel la demanda de dinero. Pero, además, también había otro problema. Bueno, no es un problema: como la economía está creciendo fuertemente, a pesar de lo que vaticinaban los keynesianos - porque una de las cosas que decían era que, si uno hacía un ajuste de estas características, nos íbamos a hundir en una recesión-, ajustes de la mitad del tamaño habían generado caídas del PBI de 15%; por lo tanto, nos auguraban un desastre, en términos de actividad, empleo, pobreza. Es interesante porque - el gobierno anterior - nos había dejado una arrastre estadístico negativo en el PBI, porque venía cayendo de cerca del 3%. Cuando ustedes toman el número final, es un número que está en torno del 1 y medio; pero, si ustedes toman la frecuencia mensual, el PBI de diciembre del 24, a pesar de haber hecho el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad, terminó 6% arriba del PBI de diciembre del 23, con lo cual, también terminamos con otro mito keynesiano e intervencionista: que ajustar al Estado es recesivo. No. Ajustar al Estado fue expansivo.

Entonces, frente a esa situación de que se tenía que recomponer la demanda de dinero porque la inflación estaba bajando, que la economía está creciendo; de hecho - entre abril y diciembre - la economía se expandió 10%; en el primer trimestre se expandió al 6%; en el segundo trimestre lo está haciendo al 8%. Está claro que, dada la cantidad de dinero fija, vamos a tener un problema porque me está creciendo mucho la demanda de dinero y tengo la cantidad de dinero fija, la base monetaria la tengo fija. Entonces - mientras que haya sobrante monetario - fruto de lo que eran las intervenciones del Estado Nacional, de controles de cambio; del tipo de cambio y demás controles de precios, recomiendo – enfáticamente - ver el capítulo monetario de “El hombre, la economía y el Estado” de Rothbard, describe el money overhang a la perfección, con lo cual, se lo dejo como una linda tarea para hacer.

De hecho, el sobrante monetario que teníamos era - por lo menos - el doble del que habíamos tenido en el Rodrigazo en 1975, cuando la tasa de inflación se multiplicó por seis. Y, en ese sentido, mientras que hubiera money overhang, nosotros podemos seguir manteniendo esta tendencia de cantidad de dinero fija y demanda de dinero creciente, porque se va absorbiendo ese money overhang, ya sea parte por precios y parte por cantidades. El problema radica en cuánto ese número llega, se agota el money overhang, la inflación se hace cero, y Argentina tiene que empezar a transitar la deflación, pero con una estructura contractual no adecuada a eso. Yo cito, hasta el cansancio - se me debe haber acalambrado -por lo menos - 20 veces la lengua - citando al hermoso libro de Philipp Bagus: “Defendiendo la deflación”, pero la estructura contractual está ahí, y la silla eléctrica... hay gente siempre dispuesta a encenderla.

Entonces, básicamente, decíamos: “Bueno, ¿cómo hacemos para que las personas empezaran a utilizar los dólares?” Argentina es un país que tiene, hoy, para que se den una idea, 10 bases monetarias fuera del sistema. Es decir, los dólares que sacaron del sistema los argentinos equivalen a 10 bases monetarias. Porque - en el fondo - la cantidad de dinero dentro de la economía la determinan los individuos. Porque, en el fondo, la demanda de dinero es una demanda derivada, que es un espejo de lo que pasa en el mercado de bienes. Consecuentemente, la cantidad real de dinero en una economía la determinan los individuos, y no hay nada mejor que la monetización de la economía la hagan los propios individuos.

En ese contexto, nosotros lanzamos la primera etapa: la dolarización endógena. Es decir, una etapa donde la gente podía empezar a hacer todas sus transacciones en moneda extranjera. Es decir, ustedes pueden hacer todas las transacciones en la moneda que quieran en Argentina. Sin embargo, no funcionó: la gente no las hacía, seguía usando los pesos, la gente no monetizaba. Entonces, otra de las cosas que nosotros dijimos fue: “Bueno, acá tiene que jugar un rol fundamental también eliminar el cepo”. Y, entonces, empezamos a trabajar en la eliminación del cepo, es decir, de los controles de capitales. Y una de las cosas que nos parecía también muy importante era sanear el balance del Banco Central, porque, si – básicamente - los pasivos del Banco Central son deuda, yo sé que por condición de transversalidad los saldos reales tienen que ser cero. Y pueden ser cero ya sea porque pagué esa deuda o porque los precios se fueron a infinitos. Ahora, cuanto más robusto sea el activo del Banco Central, más tengo para honrar esos pasivos monetarios. Y, consecuentemente, cuanto más saneado esté el balance del Banco Central, el nivel de precios de largo plazo es más bajo. Y, si yo tomo el nivel de precios hoy, y el de largo plazo, la pendiente es la inflación subyacente, que tiene esta economía.

Por lo tanto, en la medida que yo vaya limpiando el balance del Banco Central; robustezca el activo del Banco Central, o sea la etapa 2, limpiamos el pasivo del Banco Central; en la etapa 3, básicamente empezamos a trabajar sobre el activo del Banco Central, hacerlo más solvente, por ende, que el nivel de precio de largo plazo sea más bajo y, por ende, la inflación a la cual viaja el sistema caiga.

En ese sentido, fuimos - al Fondo Monetario Internacional - e hicimos una propuesta absolutamente revolucionaria, porque - en general - todos los países van al Fondo Monetario Internacional ¿para qué? Para pedir deuda para financiar el déficit fiscal, para que lo puedan hacer gradualmente, para que no le duela a la gente, lo cual es mentira. Lo mejor que se puede hacer es hachazo duro y puro al gasto público, porque es devolverle dinero a la gente.

Entonces, fuimos al Fondo Monetario Internacional y pedimos armar un paquete para sanear el balance del Banco Central, para sanear el activo del Banco Central, para que esos pesos que tiene en el bolsillo cada argentino de bien, empiecen a tener una contraparte de valor, que tenga valor, que no sea un papel pintado. Y, en ese contexto, nuestras estimaciones decían que para salir del cepo necesitábamos cerca de 12 mil millones de dólares. Y como tanto “Toto” Caputo como yo, somos muy aversos al riesgo - porque afuera es fácil, pero con la silla eléctrica no es tan fácil -, entonces ¿qué dijimos? Vamos a ir a un esquema de banda, pero abrimos si nos dan 15 mil millones de dólares, de modo tal que pudiéramos entregar, pudiéramos comprar pesos con dólares, por el equivalente de 3.000 millones de dólares.

No es trivial la terminología. Si ustedes se fijan, estoy usando una terminología distinta, porque otros dirían: venderíamos 3.000 millones de dólares. Pero estoy diciendo otra cosa: estoy comprando pesos. Porque lo que estoy diciendo es: yo quiero dejar constante la cantidad de dinero, quiero terminar con la estafa del señoreaje. Porque la cuestión no es, que el impuesto inflacionario sea cero. Eso es una mentira, porque entonces, si yo tengo crecimiento de la demanda de dinero y lo acompaño con crecimiento de la oferta, entonces los precios no suben. Es cierto, pero estoy estafando a la gente. ¿O acaso no estoy emitiendo dinero? Si no estuviera el Banco Central emitiendo dinero, habría habido sana deflación, la deflación por crecimiento, y ahí está el monto de la estafa. Por lo tanto, hay que dejar - terminantemente prohibido - emitir dinero.

Y, en ese contexto, nosotros armamos el programa; tuvimos que sufrir todo tipo de presión por parte de la oposición; tuvimos que soportar todo tipo de mentiras; muchos periodistas - claramente corruptos- apostando para que nos vaya mal, difundiendo todo tipo de mentiras. Es más, me he tenido que enfrentar a la situación de leer, que estaba haciendo, que – supuestamente - estaba haciendo renunciar a mi ministro de Economía, y estaba en el avión con el ministro de Economía diseñando aspectos de la política económica, o tener que ir a reuniones, me llevaban a un costado y me decían: “pero usted no lo va a echar, ¿no?”. O sea, eso es lo que genera la mierda de los periodistas. Por eso, creo que son seres tan despreciables, en un 90%.

Entonces eso tampoco fue gratis, porque nos generó mucha volatilidad. Nosotros teníamos que anunciar el programa, que algo íbamos a hacer. Lo hicimos, el primero de marzo y, entre la complicidad de las basuras periodistas y las basuras de la política, nos generaron muchísima inestabilidad; nos hizo caer la demanda de dinero; la inflación trepó al 3,7% mensual. Decían que - cuando abriéramos - se iba a ir entre el 5% y el 7% y de ahí se iba a empezar a estacionar y no iba a bajar nunca más. Y - al final - terminamos consiguiendo un paquete de 49.000 millones de dólares: básicamente 20.000 del Fondo; 12.000 del Banco Mundial; 10.000 del BID; 2.000 de un REPO y el gobierno de China que nos refinanció el Swap.

En ese contexto, ¿qué decían periodistas y políticos? Que de ninguna manera me iba a animar a abrir el cepo en un año electoral; que si lo hacía, lo hacía, después de las elecciones. Sin embargo, yo decía que, si me daban 15 mil millones de dólares cash, lo abría. El programa contiene 20.000 millones de dólares cash, y como hacer lo correcto no se negocia - porque la libertad no se negocia -, cuando conseguimos el programa con 20 mil millones de dólares cash, abrimos el cepo.

También quiero hacer una nota de color sobre esto: ¿el por qué de las bandas? La realidad es que, Argentina es una sociedad que estuvo acostumbrada a vivir en la continua represión financiera desde los últimos 90 años, a punto tal que - por ejemplo - está muy arraigado en que los saltos en el tipo de cambio, es decir una devaluación de la moneda, lleva a la aparición de la inflación. Y, en realidad, eso es como que hay una causación desde el tipo de cambio hacia el nivel de precios, cuando en realidad la causación es desde la cantidad de dinero a los precios, donde el tipo de cambio es un precio más, y como es un activo financiero, trepa primero y después siguen los demás. O sea, si supieran el efecto Hume-Cantillon, podrían verlo con claridad. Es decir, yo puedo tener una situación, donde me cae la demanda de dinero, en un arbitraje contra el dólar. Entonces, primero sube el dólar; después suben los transables; después suben los mayoristas; después suben los precios minoristas y, por último, los salarios. Por eso, además, también es altamente impopular la devaluación. Pero tiene que ver con un problema de lo que está ocurriendo en el mercado monetario. Porque, si yo - por el motivo que fuera - decido demandar más dólares, o porque cambió mis preferencias, o porque hubo un cambio en el contexto internacional del mercado de divisas, que lleva a que el dólar esté más caro, si yo me mantengo comprando la misma cantidad de dólares, ¿qué me va a pasar ahora? Una mayor proporción de mis ingresos la voy a tener que aplicar ahí. Eso significa que voy a tener que gastar menos en otros lugares y, por ende, esos precios van a caer. Si hubieran leído: “La economía en una lección” de Hazlitt, lo sabrían, pero no leen. Entonces, ¿qué es lo que ocurre? En ese caso, no hay ningún tipo de problema. Y ahí queda - claramente demostrado - que no hay una causación desde el tipo de cambio, al nivel de precios. Ahora bien, si el Banco Central, en esa consideración, supone que los precios no van a caer y emite, entonces aparece la emisión monetaria que convalida. Entonces, como llevamos 90 años de vivir en esa enfermedad donde siempre hubo inflación - porque, además, la convalidación monetaria no es que venía después; ya se había generado antes, financiando el déficit fiscal -, entonces, ¿cuál es el punto? El punto es que, la gente había encontrado que había una relación entre el tipo de cambio y el nivel de precios, y la realidad es que, durante 90 años, ese modelo le dio la razón. Es como si yo estuviera parado, en el momento, que escribió Malthus y su modelo, y yo miro para atrás: si le doy la tarea a un economista, Malthus tenía razón, y, sin embargo, se equivocó ferozmente.

Entonces, ¿qué es lo que ocurre? En ese contexto, básicamente, nosotros nos encontramos con que teníamos que explicar que la relación iba desde la cantidad de dinero a los precios, porque la gente no tiene la culpa de lo que pasó durante los últimos 90 años. Entonces, teníamos que flotar, pero que la gente no tuviera miedo, es decir, que estuviera acotado el problema. Por eso las bandas, por eso un techo y por eso un piso. Pero vean que tanto el techo como el piso se mueven al 1% mensual: el techo crece al 1% mensual y el piso baja al 1% mensual. En el límite, se van a un tipo de cambio libre. ¿Y de dónde salió esa idea? Por eso, no hay nada más útil que una buena teoría. Si ustedes tuvieron la suerte de tomar algún curso de equilibrio general, se van a encontrar que la primera parte de un curso de equilibrio general, trabaja con funciones, es decir con aplicaciones a punto para que ustedes puedan demostrar que el equilibrio existe, pero que además es único. Aparte de la estabilidad es más fácil porque con suponer que los efectos directos son mayores que los cruzados alcanza y sobra, lo cual es bastante obvio. Es obvio que el precio del té pega más en el mercado del té, que en el del café. No hay que ser un genio para eso.

En ese sentido, básicamente, esa es la primera demostración de existencia que hace, con conjuntos acotados y demás, para poder aplicar un Teorema de Punto Fijo. Después lo quieren generalizar, entonces trabajan con correspondencias - es decir, aplicaciones punto- conjunto -, es decir, permiten otro tipo de niveles de sustitución más violentos, por decirlo de alguna manera. Y la etapa más ampliada de todo es cuando ustedes no acotan la economía, que la economía no está acotada. Eso trae algunos problemas - desde el punto de vista matemático - porque para aplicar los Teoremas de Puntos Fijos necesitan que esos conjuntos estén cerrados, acotados, que sean convexos, que las funciones sean continuas, y si son correspondencias sean semicontinuas superiormente. Pero, ¿qué es lo que hace, la última etapa? Libera esa restricción de que el conjunto esté acotado. Entonces, el problema es no podemos aplicar los Teoremas de Punto Fijo. O sea tenemos un problema ahí, los Teoremas de Punto Fijo están hechos así, no como nosotros queremos. Entonces, ¿cuál es el truco que hacen los economistas de equilibrio general? Generan una economía artificialmente acotada. Es decir, no está acotada, pero yo le invento una cota. Y, si - cuando yo voy a probar la existencia - el equilibrio no está en el borde, entonces quiere decir que, entonces ahora ese equilibrio y todas las propiedades del equilibrio. Este es exactamente el mismo proceso. ¿Nosotros qué es lo que hicimos? Acotamos – artificialmente - y que el tipo de cambio, dentro de la banda, fluctuara. Dijeron, obviamente, los econochantas, los economistas pifiadores de siempre y sus socios, las basuras periodistas, 90% - para que después no lloren -. Bueno, dicen que los meto a todos en la misma bolsa y yo solo hablo del 90% que miente recurrentemente. Entonces, es interesante esto, porque nosotros hemos caído, en el ranking de libertad de expresión, ¿saben por qué caímos en el ranking? Porque quitamos la pauta oficial. Es decir, justamente le dimos libertad de que hagan lo que se les canta. Me pueden decir cualquier cosa, pero claro, parece que les toqué el órgano más sensible del ser humano: el bolsillo.

Entonces, después de decir, que el tipo de cambio se iba a ir al techo de la banda, que íbamos a perder miles y miles de millones de dólares, que la inflación se iba a disparar, que se iba a ir a niveles del 5% al 7% y que – después - no iba a bajar más… el tipo de cambio bajó y está más cerca del piso que del techo. Es más, piensen esto porque esto es bien básico, Economía Uno, aun estudiando desde los libros básicos. Entonces, les grafican oferta y demanda. Entonces, les ponen el caso de un precio mínimo. ¿Qué pasa cuando por un precio mínimo? Les queda un exceso de demanda y el precio en el mercado paralelo les queda arriba. Si ustedes liberan, ¿qué pasa? Se expanden las cantidades y el precio cae. ¿Qué pasó? Las cantidades transadas en el mercado de cambio aumentaron fuertemente y el precio fue a un punto intermedio, más cerca del piso que del techo. Punto para la teoría económica; otro gol en contra para periodistas y economistas mentirosos.

Entonces, bueno, ya está, salimos del cepo; ahora está todo bárbaro, que empiece la dolarización endógeno. No pasaba. No pasaba. Ahora habíamos abierto el cepo, no había saltado el tipo de cambio, no había pasado nada de todas las cosas que decían, y no pasaba. Entonces - hace poco - mandamos una de las reformas más revolucionarias, que es la Reparación Histórica a los Ahorristas argentinos, donde - en Argentina -, hasta ese día, todos éramos culpables de evasión fiscal salvo que pudiéramos probar lo contrario. A partir de esta medida, somos todos inocentes hasta que, la agencia de recaudación, muestre lo contrario. Y esto, también, es muy interesante porque se revierte la carga de la prueba, al margen de que yo creo que el Estado es una organización criminal, violenta, que los impuestos son un robo, pero necesito tiempo.

Les voy a comentar algo que, también, les va a gustar: hoy, Argentina debe tener cerca de 450.000 millones de dólares de deuda y nosotros, con el equipo de “Toto” Caputo, asumió que si llegamos a estar en el poder hasta 2031, es decir, que los argentinos en el ‘27 decidan acompañarnos, y con las perspectivas de sendero de crecimiento en el cual Argentina se ha metido, estamos estimando que podríamos estar creciendo a tasas entre el 6 y el 8% anual. Y no sólo eso, sino que, además, lo que vamos a estar haciendo es que - todos los años - vamos a devolver un punto y medio del PBI en impuestos. Eso significa que - al finalizar el mandato - estaríamos devolviendo los argentinos la ligera cantidad de 500.000 millones de dólares.

Entonces, yo voy a hacer una explicación muy simple de qué va esta cuarta transformación monetaria, que implicó hacer como 300... hubo que quitar 300 regulaciones. Y, en ese sentido - básicamente - ustedes, cuando presentan, cuando tienen que declarar ganancias, declaran ingresos y les hacen declarar un consumido. Entonces, ¿qué pasa? Supongan que ustedes ganaron 100, pero gastaron 400. Entonces, ustedes le tienen que informar a la agencia recaudadora que ustedes gastaron 400 también. Entonces, ¿qué es lo que pasa? No les cierra, hay un diferencial de 300. Entonces, ¿qué hacía la agencia recaudadora? También miraba la variación patrimonial, de modo tal que, si a ustedes el patrimonio no les caía en 300, les caía por ahí. Y había toda una serie de controles. Es decir, por ejemplo, cada vez que ustedes iban al supermercado, si la compra superaba el equivalente a 100 dólares, había que informarlo a la agencia recaudadora, para que, más o menos, se diera una idea del nivel de control soviético al que estábamos inmersos. ¿Cómo? La tiranía del control, me encantó. Entonces, ¿qué es lo que hicimos nosotros? Quitamos que haya que declarar el consumido y la variación patrimonial, y - hoy - no hay que informar nada, salvo que ustedes gasten más que 50.000 dólares por mes.

De esa manera, ¿qué es lo que ocurre? Ustedes se van a encontrar con una situación en la que hoy los argentinos pueden sacar los dólares que estaban fuera del sistema y usarlos libremente, y no va a haber forma bajo la cual la agencia recaudadora los pueda perseguir. Y esto es muy interesante porque básicamente lo que permite es que ahora los individuos puedan monetizar la economía cuándo y cómo quieran, lo único que van a tener que hacer es sacar los dólares del colchón, cuándo quieran, cómo quieran, de la manera que quieran. Es decir, van a poder utilizar todo ese ahorro libremente, van a poder disponer del fruto de su trabajo libremente y nadie los va a perseguir.

Por lo tanto, si nosotros tenemos en los colchones, escondidas 10 bases monetarias, cuando todo este proceso haya tomado curso, nos vamos a encontrar con una base monetaria en pesos y vamos a tener el equivalente a 11 bases monetarias en dólares. Por lo tanto, dolarizar y cerrar el Banco Central va a ser tan fácil como un chasquido de dedos.

Es decir, con lo cual, si bien yo durante campaña prometí la libre elección de moneda - bien inspirado en Hayek y en ese maravilloso libro: “La desnacionalización del dinero” – ahí, digamos, cerrar el Banco Central está a tiro de nada. Pero dicho esto, no he negociado ninguno de mis postulados. Y, lo que quiero hacer para cerrar esto, porque yo solía decir que el primer gobierno de Menem había sido el mejor gobierno de la historia argentina. Durante ese gobierno, se tuvo un programa de estabilización muy exitoso, que fue la convertibilidad, y se hicieron 100 reformas estructurales.

Nuestro programa de estabilización está haciendo que la inflación baje mucho más rápido que la convertibilidad, pero con algunas cosas bastante distintas: primero, nunca hubo control de precios ni llamamiento a reordenar ni a disciplinar; no hubo una hiperinflación previa que dejara los saldos reales tan abajo que la propia remonetización y recuperación de la demanda de dinero permitiera estabilizar más rápido; no se controló el tipo de cambio, que es un atajo para que eso fuera muchísimo más rápido.

No sólo eso, no se expropiaron derechos de propiedad; es decir, Argentina cumplió con los acreedores que se les debía la deuda de las importaciones; Argentina cumplió con los acreedores que tenía el Banco Central; Argentina cumplió con el Fondo Monetario Internacional; y Argentina también honró la deuda con el mercado. Es decir, hicimos todo esto sin generar una sola expropiación: respetamos el derecho de propiedad a rajatabla.

Y como si todo eso fuera poco, muchos programas de estabilización a la luz de los problemas con los subsidios, arrancaban, primero alguien tenía que hacer el trabajo sucio: alguien venía y devaluaba, alguien venía y licuaba, alguien venía y expropiaba, alguien venía y subía el precio de las tarifas. Nosotros nos encontramos que las tarifas - al momento de asumir - cubrían solamente el 20% del costo, las tarifas reguladas no; hoy se cubre el 100% y - a pesar de todo esto - la tasa de inflación, si la medimos en dólares, bajó porque en la convertibilidad había tipo de cambio uno a uno, bajó mucho más rápido que la convertibilidad. Es más - como les decía - la inflación consumidor llegó a tocar niveles del 300% anual y – hoy - viaja al 20% anual y va a desaparecer a mitad del año que viene. Pero es más, si ustedes miran la inflación mayorista, que es la que se anticipa, la que venía viajando al 54% y que tocó picos de 500%, 600%, interanual, es probable que este mes la inflación mayorista, que se va a comunicar el martes que viene, arranque con cero. Es decir, que vamos a estar pasando de niveles del 500%, 600% a niveles de menos del 10% anual, y todo esto respetando el derecho de propiedad. No hemos vulnerado a nadie, todo hecho en libertad. Y si, además de eso, sumamos que hicimos 2500 reformas estructurales, no sólo que tenemos un programa antiflacionario entonces que fue mejor que la convertibilidad, sino que además es 25 veces más reformista, sólo en un año y medio, con el 15% de la Cámara de Diputados y 10% de la Cámara de Senadores, por más que no le guste a los econochantas, por más que no les gusten los periodistas, somos el mejor gobierno de la historia.

¡Viva la Libertad Carajo! ¡Viva la Libertad Carajo! ¡Viva España! ¡Viva Argentina! ¡Viva la Libertad Carajo! ¡Vivan las Fuerzas del Cielo!

¿Puedo contar sobre ese área? Gracias por cantar el “Va, pensiero”. El “Va, pensiero” es el coro más conocido de la historia de la ópera. Esa historia es una historia muy fuerte, probablemente sea la ópera más conocida de Verdi, es con la que yo empecé a escuchar ópera, justamente escuchando el “Va, pensiero”. Y es muy interesante porque “Va, pensiero” es una ópera donde lo que se hace es trazar un equivalente entre la ocupación (interferencia) de los austrohúngaros, con la ocupación del pueblo judío a manos de Babilonia. Y, en esa equivalencia, en ese tramo de la ópera, básicamente mandan a los judíos al cadalso, es decir, a matarlos. Y ocurre un milagro y después el pueblo judío se salva. Pero es básicamente… es más, cuando Verdi escribió esa ópera -ahora voy a empezar con los chimentos de la época– Verdi, cuando termina su segunda ópera, había sido un fracaso total, queda prácticamente en la quiebra, muere su hijo, muere su mujer (interferencia) y la que era la primera soprano de la Scala, que era la esposa del dueño de la Scala, estaba de alguna manera muy metejoneada con el joven maestro Verdi. Entonces, cuando llegó el trabajo pidió – enfáticamente - que se lo dieran al joven maestro Verdi, lo cual no solo lo salvó de la quiebra, sino que además también se quedó con la heroína, pero lo que evoca es la libertad.

Porque además, si hay un pueblo que ha aprendido acerca de lo que es la libertad, es el pueblo judío. Y es interesante decirlo, en un día como hoy también, y… obviamente todas las víctimas del socialismo. Pero acá hay un problema adicional: que tenés vecinos que te quieren matar. Entonces, porque Israel acepta que existan otros países, pero Irán no acepta que exista Israel. O - al menos - sus grupos fundamentalistas como Hamas, como los Hezbollah, como los hutíes. Entonces, ¿por qué traigo ahora entonces, me hacés traer el libro de Shemot, el libro del Éxodo? Porque, primero, el pueblo judío cuando se integró a Egipto, era libre. Y - en nombre de una causa nacional - se pusieron todos a trabajar, y así fue como los encadenaron. ¿Por qué? Porque les cobraban impuestos y seguían progresando. Y a pesar de los impuestos, seguían progresando. Y después de, poco más de 400 años, apareció Moshe y fue con su hermano Aarón, se plantó frente al faraón y le dijo: “Vengo a que liberes a mi pueblo”. Y entonces, es muy interesante, porque es como que Egipto en ese momento era como si fuera la suma de Estados Unidos, China y Rusia, todos juntos. Y fueron dos hermanos y se le plantaron al faraón y le dijo: “Liberá a mi pueblo”. El faraón, obviamente, se resistió, y Moisés, con las fuerzas que vienen del cielo - guiado por nuestro Señor - logró que saliera el pueblo judío de Egipto. Entonces me parece que es un lindo testimonio para que lo tengamos en cuenta.

Y ahora viene otra parte del testimonio, para que no se sientan frustrados. Cuando ustedes leen la Torá o leen el Antiguo Testamento, en el Pentateuco, o sea el libro de Shemot, El Éxodo, ¿qué van a encontrar? Que dice que: Sólo uno de cada cinco decidieron salir de Egipto. Eso es para que tengan conciencia del tamaño de la pelea, porque el 80%, a pesar de estar quejándose durante 400 años por la esclavitud, decidió quedarse con casa y comida tranquila en Egipto, y solamente el 20% decidió abrazar las ideas de la libertad.

Es por eso que es tan valioso el aporte del Profesor Jesús Huerta de Soto, es una fuente de inspiración para todos y la humanidad le debe muchísimo porque es pelear contra el, como dice el profesor en una de sus conferencias, “ella está”, digamos, Samuel 8: “estamos peleando contra el mal, estamos peleando contra el propio demonio”, el Estado es el mal, pero bueno, seremos menos. Pero, como dice el libro de Macabeos 3:19: “La victoria en la batalla, no depende de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen en el cielo”. ¡Viva la libertad, carajo!

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Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, luego de recibir el Premio Escuela de Salamanca, desde el Centro Riojano, España