Reportajes de interés al jefe de Gabinete, Marcos Peña

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Esta es una síntesis de los reportajes al Jefe de Gabinete, Marcos Peña, publicados ayer en Perfil y hoy en Clarin.

 

Ahora tenemos 32% de pobreza, piquetes todos los días, un sistema educativo en crisis, chicos que desertan, avance de la droga, desempleo en alza, ¿no es mucho para un gobierno?

Es que va a tardar una generación modificarlo.

¿Una generación para resolver los problemas?

-Digo, por lo menos una generación. A veces está la idea en la Argentina de que hay un lugar en el mundo donde ya no existe conflictividad. Y no es así: no hay país en el mundo que no tenga desafíos monumentales.

Ahora, para una generación hacen falta al menos tres o cuatro gobiernos de Cambiemos, digamos 15, 16 años.

Es que a la Argentina no la cambia Cambiemos, la cambian los argentinos. Puesto más resumido: nosotros no vamos a cambiar la Argentina, la van a cambiar los argentinos. Lo que necesitamos es darle aire a la sociedad … de estos gobiernos mesiánicos, que creen que es más valioso el látigo y la chequera que el consenso.

Saltó el tema del decreto reglamentador de la ley de blanqueo, que firmó el Presidente y permite incorporar a padres, cónyugues e hijos. Es algo que la ley prohibía expresamente ...

No es cierto que incorpore a familiares al régimen de sinceramiento. Permite que declaren bienes adquiridos previas a la función pública de su familiar.

¿Si fuese así, por qué el fiscal Marijuán quiere investigarlos a Macri, a usted y a Prat-Gay por este asunto?

El fiscal querrá determinar si hubo o no delito. Lo que yo expreso es nuestra opinión al respecto. Nosotros estamos muy tranquilos.

En un país normal, frente a una denuncia la Justicia tiene que investigar, por más poderosa que sea la persona denunciada.

Es que es difícil no pensar en que los beneficiarios podrían ser Franco Macri o Juliana Awada ...¿era necesario algo así? Parece más propio del estilo kirchnerista que de una gestión que proclama la transparencia como bandera.

No fue pensado para una persona en particular y estoy convencido que no tiene ninguna contradicción con la transparencia.

No le preocupa que Carrió agarre el micrófono con toda esta polvareda y lance una de sus habituales “filípicas”?

No, estamos muy tranquilos con la legalidad y la ética de la medida.

La foto del peronismo unido en el Congreso instaló la discusión por la gobernabilidad. ¿Cómo la van a fortalecer frente a un año de mayor confrontación?

Desde que ganamos, siempre estuvo la duda acerca de cómo íbamos a gobernar dado que era el primer presidente constitucional con minoría en ambas cámaras. Se demostró claramente un modelo de gobernabilidad distinto a los tradicionales en Argentina, que se basa en el diálogo y el consenso. Y a su vez, quitarle dramatismo al hecho de que a veces se pierde. Se buscará seguir avanzando, pero no vemos un problema de gobernabilidad.

Macri en un momento cerró las negociaciones en la Cámara de Diputados y después debió volver a abrirlas en el Senado.

Siempre supimos que teníamos que construir un consenso. Por eso metimos el tema en extraordinarias. Pero siempre apoyados en la responsabilidad y en la seriedad técnica. Cuando vimos que ya no pasaba por ahí, nosotros dijimos que no lo íbamos a acompañar.

Miguel Ángel Pichetto fijó plazo hasta el miércoles para llegar a un acuerdo.

Nosotros no trabajamos con plazos sino con objetivos para resolver el tema, en un marco de seriedad y responsabilidad.

¿Por qué con Ganancias se elevó la confrontación con la oposición?

Este proyecto rompió un acuerdo con gran parte de la dirigencia política de respeto a un camino fiscal, que permita mejorar pero sin romper las finanzas públicas. El símbolo de ese acuerdo fue el Presupuesto. Después de diez años, Argentina volvió a tener un presupuesto real.

¿Y para el Gobierno cuál fue el objetivo de la iniciativa opositora?

Para mí, al final dijeron “votemos cualquier cosa, que éstos igual lo van a tener que vetar”. Entre la gran fragmentación que tiene la oposición y un kirchnerismo siempre latente para hacer maldades, se generó ese proyecto.

¿La foto de la oposición unida cree que anticipa un peronismo reunificado en las elecciones?

No creo que la foto refleje una realidad electoral. Ni un proyecto común. Se vieron muchas diferencias. La mayoría de los gobernadores peronistas se diferenciaron frente a algunas cosas que pasaron en el Parlamento. Creo que la realidad actual es más de desfragmentación que de un gran bloque unido.

Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, propuso incluir a dirigentes peronistas para ampliar la base de sustentabilidad de Cambiemos.

Me parece una discusión teórica. Cambiemos tiene dirigentes peronistas desde el primer día, nunca se caracterizó por ser una fuerza antiperonista, ni antinada: el Momo Venegas, o dirigentes como Diego Santilli, Cristian Ritondo, o desde hace menos tiempo Joaquín de la Torre, el propio Emilio Monzó, que quisieron ser parte del cambio. Después hay un montón de otros dirigentes del peronismo que no expresaron su vocación de ser parte de Cambiemos. Entonces, discutir si quieren o no no me parece muy conducente. No siento que Cambiemos necesite un cambio de perfil. La base política nos la da la mayoría de argentinos que apoyan esta fuerza política.

Lo más importante es tener clara nuestra identidad, hacia dónde queremos ir como gobierno y como Cambiemos para no defraudar a la sociedad que votó un cambio. Después no creo que sea una discusión dogmática sino para analizar cada caso.

¿No cree que eso ayudaría a darle más sustento político a la gobernabilidad?

Nuestra gobernabilidad se basa en el apoyo de los argentinos y en nuestra capacidad de construir consensos con otros sectores. Pero siempre teniendo clara nuestra coherencia.

Para perdurar, Cambiemos necesita tener clara su identidad, sus valores y su mirada sobre lo que quiere la Argentina. Cambiemos no se define por una ecuación química de cuánto peronista, PRO o radical tenga, sino por una identidad de cambio. Cambiemos emergió como el resultado de una sociedad que quería una política alternativa a lo que era la cultura del poder peronista, y sobre todo kirchnerista. Eso no quita que lo integren dirigentes que vienen del peronismo u otros lugares. Pero nuestra fortaleza pasa por nuestra identidad de cambio. Y creo que Cambiemos en el último año y medio fue una de las experiencias más exitosas de Argentina.

¿Qué se puede rescatar del pasado político o todo es dinamitable?

Por supuesto que hay aprendizaje del pasado, pero hablo del mirar al futuro como horizonte, como lugar hacia el que uno quiere caminar. Creo que los muertos ocupan demasiado lugar en nuestro presente y que en homenaje a ellos tenemos que dejarlos descansar en paz. Tenemos derecho a vivir nuestra aventura generacional. Y para eso no hay que recrear otras aventuras generacionales. Por ahí para los que militan en La Cámpora lo vivieron más así, la idea de recrear la “juventud maravillosa” (se refiere a las organizaciones juveniles armadas de los años 70, tal como alguna vez las llamó Perón) y lo respeto. Pero nosotros tenemos otro sueño, que es construir los próximos 20, 30 años en la Argentina. Esto tiene que ver con la mirada sobre la vida. Esa lógica de lo reivindicativo, de volver a un pasado glorioso o la idea de lo aspiracional, de construir ese futuro que uno quiere.

¿Cuánto de pasado y de futuro hay en el peronismo?

Me parece que tanto el peronismo, como el radicalismo, se explican menos hoy por lo institucional. Es más difícil encontrar una identidad colectiva que resuma todo. Me parece que hoy se explica menos que antes el término peronismo, cada vez explica menos.

¿Se enviaron demasiadas señales previas en contra de Trump durante la campaña? ¿Hubo imprudencia diplomática?

Creo que la relación con los EE.UU. se fortaleció muchísimo este año luego de estar en uno de los peores momentos históricos. El mensaje que dimos fue moderado, no creo que haya sido un error … De hecho, como usted sabe, ya hubo contacto entre los presidentes y conversaciones para verse.