Entrevista de interés: ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley

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A continuación, el reportaje a Carolina Stanley, Ministra de Desarrollo Social, publicado hoy en La Nación:

"No se resuelve sólo con crecimiento la pobreza estructural"

Reconoce que ha sido una semana intensa para el Gobierno. También para ella, que debió acelerar el ritmo de negociación con las organizaciones sociales con el objetivo de abortar el proyecto de emergencia que estaba en el Congreso. Sin embargo, en una charla en el ciclo Conversaciones, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, le quita dramatismo a la situación, incluso al admitir que "hay una pobreza estructural que no la va a resolver sólo el crecimiento económico".

-¿Hubo esta semana un cambio en la estrategia del Gobierno con las organizaciones sociales? Venían discutiendo sobre el bono de fin de año y terminaron con un acuerdo más amplio, que engloba aspectos del proyecto de emergencia que estaba en el Congreso.

-El diálogo no empezó ahora. Lo vinimos haciendo durante todo el año. Siempre para fin de año se pone más el eje en el bono y, en este año, estaba el proyecto de ley de emergencia.

-¿Pero no hubo una aceleración, para tratar de cerrar esta etapa del diálogo?

-Cuando nos juntamos hace más de un mes, quedamos en hacer una segunda reunión, que fue la del lunes, donde había planteos respecto al bono y medidas de fin de año. Habiéndose acelerado lo de la ley de emergencia social, en esa reunión se plantea ese proyecto, y empezamos a buscar puntos de acuerdo respecto de la posibilidad de sacar un proyecto consensuado.

-¿Influyó la marcha de la semana pasada?

-La marcha es una manifestación como tantas otras que han hecho organizaciones y otros sectores. Como Gobierno respetamos esas manifestaciones pero nos parece que la apertura al diálogo siempre existió. La posibilidad de buscar consensos respecto del proyecto estaba, y siempre va a seguir estando para adelante.

-¿Había temor de que hubiera disturbios durante fin de año si no se resolvía?

-Nos importa la gente. En un país con un 32% de pobreza buscamos que quienes peor la están pasando puedan estar bien, tranquilos. Más allá de diciembre o no, me parece que esto es un proceso de trabajo y de búsqueda de soluciones, medidas que tengan que ver no sólo con el corto plazo, sino con el mediano y el largo plazo que permitan trabajar en reducir la pobreza.

-Siendo diciembre un mes crítico, ¿garantizan un clima de paz social con este acuerdo?

-Claramente, buscamos que en la Argentina diciembre sea un mes de paz y donde ya los argentinos dejemos de pensar o de presionarnos o preocuparnos por si va a haber disturbios o no. Buscamos un país donde diciembre sea un mes de fiestas, donde podemos conversar acerca de los balances del año.

-Dentro de los acuerdos hay un compromiso de incrementar el aporte para asistencia social en $ 30.000 millones hasta 2019. ¿Son partidas que se agregan?

-El artículo habla de reasignación de partidas para trabajar en lo que es la economía popular, que es aquello que venimos conversando estos tres días. Es fundamental tener en cuenta que la economía popular forma parte del 40% de la economía en la Argentina, y poder empezar a dialogar sobre cómo se trabaja esa economía, cómo se incluye a los trabajadores informales, cómo se los capacita y se los dota de posibilidades concretas de sustentarse y de crecer en este ámbito.

-¿El presupuesto 2017 de su ministerio de $ 130.000 millones, se mantiene igual?

-Se mantiene y se reasignan partidas a lo que tienen que ver con el funcionamiento del consejo de la Economía Popular y del registro de trabajadores informales.

-¿Hubo una indicación explícita de Macri de cerrar este tema esta semana?

-Hay un trabajo en equipo que venimos haciendo hace mucho como gobierno. Conseguir acuerdos o conciliar respecto de determinadas visiones y trabajar para adelante es parte de lo que él nos dice todos los días, y parte de lo que él demuestra también. No necesariamente algo puntual de esta semana.

-Le pregunto porque se cerraron las dos mesas de diálogo casi en simultáneo (con las organizaciones sociales y con la CGT) haciendo concesiones que no habían aparecido antes.

-Cuando uno se abre al diálogo y busca entenderse con el otro, sabe que cuando hay dos posiciones que parecen muy distintas, cada uno va haciendo concesiones.

-¿Prevalece en las organizaciones una mirada racional en la relación con el Estado, o son más bien dogmáticos?

-Hay un crecimiento. Todos estamos madurando. Acá hubo un presidente que se paró delante de todos los argentinos y después de muchos años de no tener una medición concreta respecto a la pobreza, él no sólo la midió con el Indec, sino que la dijo. Nos hicimos responsables y dijimos que íbamos a trabajar para bajar eso. Es el mismo compromiso que tienen en muchos casos las organizaciones.

-La asistencia social fue uno de los puntos centrales del kirchnerismo. ¿En qué se cambió la relación con las organizaciones respecto de ese período?

-Cambiamos de un período asistencialista a una propuesta de inclusión real y de mediano y largo plazo. Claramente hay un período de transición, hasta que logremos generar los empleos genuinos, formales, de calidad, que les permitan tener ingresos a las familias que hoy la están pasando mal. Mientras tanto, como Estado, garantizamos unos ingresos mínimos.

-¿Qué plazo lleva reinsertar a los sectores que se han caído del sistema formal?

-En la Argentina hay un 40% de trabajadores que generan sus ingresos pero están en la informalidad. Por eso estamos en un trabajo conjunto con el Ministerio de Trabajo para visibilizar e incluir a estos trabajadores, con el Ministerio de Educación para las capacitaciones y la posibilidad de crecer en la tarea que hacen. Y sobre todo con la inclusión en el plan productivo nacional.

-¿El Estado reconoce a las organizaciones como intermediarios con los sectores más marginados?

-No hay que confundir intermediación con clientelismo. Un gran avance que logramos con el proyecto es el registro de trabajadores informales, donde apuntamos a una transferencia de ingresos, sin intermediarios, para erradicar definitivamente el clientelismo.

-Haber difundido el dato de que la pobreza está en 32%, ¿implica una presión adicional?

-Es un compromiso que asumimos. Vamos a poder salir adelante. Fue muy importante hablar sobre la verdad de esta situación. Cuando uno niega estigmatiza, lo tapa, lo esconde. Sabemos que vamos en un camino donde ese 32% va a bajar.

-¿De qué manera influyen las dificultades para que se produzca un repunte económico?

-Vamos en la senda correcta de la economía. Por la situación en que asumimos y en que estaba el país, lleva un tiempo y un proceso pero se han tomado medidas que muestran un giro definitivo en el giro de la economía. Hay muchas medidas que tienen que ver con la confianza, la institucionalidad de un país que sale al mundo a pedir inversiones, a mostrarse como un país confiable y seguro para invertir, para generar empleo. Todo eso ya está pasando, vamos a ver los resultados en muy corto plazo. Pero no es sólo el crecimiento económico lo que va a cambiar o reducir la pobreza en la argentina. Es multidimensional. Hay una pobreza estructural de muchos años, no es solo una cuestión de ingresos. Hay mucha tarea para hacer en lo social para que además del crecimiento económico sea efectiva.

-Esa mirada multidimensional hace pensar en un período muy largo, que probablemente exceda una gestión de gobierno.

-Claramente, las políticas sociales tienen que trascender a un gobierno de turno. Las políticas sociales no son ni clientelares, ni partidarias. Son política públicas que nos definen como país, donde todos tenemos que estar comprometidos en transformar esa realidad.

-¿Cómo evalúa el rol de la Iglesia, y específicamente del Papa, quien hizo señalamientos duros respecto de la situación social argentina?

-La Iglesia tiene un rol fundamental en lo que hace al diálogo, a la posibilidad de diálogo y a buscar consensos. Su representatividad de los sectores más pobres, más vulnerables, es la representatividad que hace muchos años tiene y es la voz.

-¿No les molestan los señalamientos profundos del Papa?

-Nos duele e interpela igual que a él. Y nos convoca a trabajar para transformar esas realidad.

-Cuando se reunió con Macri, trascendió que el Papa había reconocido su gestión. ¿Tiene diálogo con él?

-Fue un honor. Tuve la suerte de verlo en dos oportunidades desde que es Papa, pero no tengo diálogo fluido con él.

-También la elogió Elisa Carrió. ¿Qué relación tiene con ella?

-Es una mujer que ha batallado siempre por valores que comparto. La respeto mucho.

-Aunque muchas veces le traiga dolores de cabeza al Gobierno

-Es parte de lo que somos como gobierno. Cuando hablamos de diálogo, de apertura, no son palabras vacías de contenido.