"Hoy hay una sociedad en paz, tranquila, que quiere crecer" - Marcos Peña

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Ayer el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, estuvo en TN.
 
Te enviamos la transcripción del reportaje. Es extenso pero valioso para entender donde estamos, hacia dónde vamos y por qué hacemos lo que hacemos.
 
Esperamos que sirva!
 
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Políticas de Estado

  • Nosotros creemos en la lógica de poder ir planteando algunas políticas de Estado que se puedan consensuar, centralmente con los gobernadores, y a partir de allí con los otros poderes del estado nacional, con la sociedad civil, con la sociedad en general. 

  • Hace algunas semanas atrás lanzamos un Compromiso Educativo, con todos estos actores. Y fue muy interesante porque fue poder instrumentar el Acuerdo de Purmamarca de los ministros de Educación de todas las provincias, pero que se basaba mucho en los compromisos de campaña de los candidatos: calidad educativa, evaluación, la posibilidad de trabajar todos juntos y que la política educativa sea una política de Estado. 

  • Mañana estamos lanzando un Compromiso contra el narcotráfico, que van a encabezar el presidente Macri, el presidente de la Corte, Lorenzetti, Michetti y Pinedo por el Parlamento, y que tiene que ver con instrumentar muchas cosas que se firmaron en aquel acuerdo con la Iglesia de hace un par de años, que va desde erradicar el paco hasta poder trabajar en políticas judiciales, modificaciones normativas, hasta políticas específicas en los distintos territorios. 

  • Tenemos que tener una política de estado en términos del Plan Productivo. Nosotros queremos tomar este, que es uno de los grandes desafíos de la Argentina que viene, que es cómo sentar las bases del modelo productivo del país. Su inserción en el mundo, a qué sectores se protege, cómo se los protege, a qué sectores se incentiva, cómo trabajar en la productividad, cómo trabajar en la competitividad. 

  • El 11 de diciembre, el presidente Macri hizo algo que fue muy importante, que fue esto de convocar a los 24 gobernadores a trabajar en equipo. Fue uno de los primeros hechos y a partir de ahí, hemos podido resolver muchos temas juntos. Creemos que ahí hay un eje vertebral muy importante de la Argentina que viene, que es esta idea de que el federalismo no sólo se declame cada dos años en una elección, si no que sea una forma de trabajar. Donde se puede incorporar la particularidad de cada realidad provincial, donde se pueda trabajar en políticas comunes que después el Parlamento, el Poder Judicial y los sectores sociales puedan ayudar a enriquecer esa misma política. Pero, en general, vemos una enorme voluntad en todos los sectores. Inclusive, aunque a veces en términos de declaraciones la CGT o algún sector empresarial pueda proponer mejoras o criticar cosas, es parte de la democracia. 

  • El 11 de diciembre planteamos esta metodología de trabajo, en lo que no creemos, quizás, para esta etapa, es en la idea de un solo acuerdo. Creemos que es muy importante ir trabajando tema por tema. En la Argentina se habló mucho de los Pactos de la Moncloa, por ejemplo. Y en realidad no fue un pacto, fue una serie de acuerdos por tema, una metodología de construcción de consensos que siempre lo hemos planteado como una forma de gobernar. En algunos casos más exitosos que en otros, somos conscientes de eso, pero creemos que es una metodología que va a ser muy enriquecedora. 

Energía

  • El espíritu de lo que estamos trabajando con este comité consultivo de exsecretarios de Energía, es poder aplicar lo mismo en el tema energético. En el corto plazo, posiblemente, en el tema tarifario del gas, pero hay que tener una política más integral. Casi todos los candidatos a Presidente el año pasado firmaron un documento con algunos puntos centrales sobre este tema y la idea es que los exsecretarios ayuden con una mirada consultiva para poder ratificar esos compromisos, pero apenas tengamos nuestra propuesta vamos a convocar a los gobernadores, a la CGT, a los empresarios, al Parlamento. También para escuchar, porque si hay propuestas para mejorar o cambiar las cosas, estamos abiertos a hacerlo. Lo importante es entender que tenemos que tener una política de estado en el tema energético.

  • Lo que sí dijimos claramente es que el fallo de la Corte sentó una jurisprudencia y que a partir de allí había que empezar a trabajar. Lo dijimos y lo ratificamos, a los fallos de la Corte, nosotros como gobierno, no los tenemos que opinar sino que tenemos que cumplirlos. Creo que eso es parte de esta mejora de calidad democrática a la que nos habíamos acostumbrado. Y, claramente, en el tema tarifas hemos incorporado mucho más el tema del consenso político y también el consenso social sobre cómo dar esta discusión. De alguna manera, habíamos quedado un poco entrampados en la discusión de la tarifa y ahora queremos discutir un poco más sobre el subsidio. A quién hay que subsidiar, durante cuánto tiempo tenemos que subsidiar, cómo construir ese consenso. Y entendiendo que estamos hace 9 meses y esto es una discusión que lleva más de 15 años. Sentimos que es una oportunidad. 

  • No hemos presentado todavía la propuesta nueva de tarifas. Lo que más nos interesa en esta discusión es la integralidad, y eso sí es un cambio de postura. En vez de hablar del marco tarifario 2016, hablar de cuánto tiempo vamos a subsidiar y a quiénes y cómo, en una discusión más integral y más de largo plazo, y es un poco lo que plantearemos hacia finales de esta semana. 

  • Va a haber una mirada integral que se traducirá en porcentajes, pero lo más importante es que da un camino de salida de este tema, que es que no creemos que se pueda subsidiar indiscriminadamente a todo el mundo, hay que subsidiar a quienes más lo necesitan, centralmente con la tarifa social. Tampoco podemos salir, de un día para el otro, del 100% de los subsidios, cosa que tampoco nunca pensamos. Esto podrá ser en dos, tres, cuatro, cinco años, es la discusión que plantearemos con una propuesta, avalada por los exsecretarios de Energía que representan distintos partidos políticos y que esperamos que sea la base de un acuerdo que después nos permita hacer algo similar con la luz y después nos permita discutir cómo hacer para generar más inversiones. 

  • Tenemos un desafío grande, que es que día a día se va deteriorando nuestra infraestructura energética. Tanto para prestar un servicio domiciliario como para tener más energía, porque la Argentina no tiene la energía que necesita, y menos aún en un proceso de crecimiento como el que vamos a vivir el año próximo. 

  • Creemos que hay que trabajar, sobre todo, sabiendo que no hay muchos antecedentes de estas audiencias específicas. Se habló mucho sobre si había o no que hacer una audiencia, pero la verdad es que hasta el fallo de la Corte no había un texto escrito que dijera “esta es la audiencia que hay que hacer”. La ley es para la determinación de transporte y distribución, la RTI que van a ser en octubre. Para esta audiencia pública de boca de pozo y más general no había nada escrito y no había prácticamente antecedentes. En parte porque el tema se fue distorsionando con el tiempo respecto a los viejos marcos regulatorios. Lo que hay es un camino, estamos tratando de ser lo más institucionales posible, sabiendo que acá también juega la política y algunos sectores van a tratar de ver cómo bloquear o impugnar. Queremos que sea una herramienta válida de participación, que se atenga a los reglamentos y que nadie pueda hacer las picardías de usarlo como excusa para bloquear la gobernabilidad. En ese sentido estamos trabajando con muchos especialistas, trabajando con la justicia también, ha habido algunos amparos que han planteado cómo se va a cuidar la validez legal del tema, pero lo más importante es que creo que se enmarque en un proceso más amplio de recoger la opinión de lo que ha sido el debate de estos meses y poder plantear mejoras. 

  • Acá no hay un libro escrito de cómo salir de un populismo como el que hemos tenido en estos 12 años, no hay una experiencia equivalente en el mundo, no hay una experiencia equivalente en la Argentina, y lo que sí podemos decir es que hay un equipo muy profesional que también escucha y que ve que cuando hay cosas que hay que ir mejorando, para tratar de resolver este problema que no es un problema del gobierno, es un problema de la Argentina, lo hace. 

  • Estamos siempre sujetos a cometer errores, todo el tiempo. Si hoy estamos modificando cosas, siempre está la discusión de ‘¿por qué no lo hicieron antes?’. Nosotros creemos que son interpretaciones, centralmente en lo legal, pero preferimos poner la energía en el aprendizaje más que en el error. Creo que el peor error que puede cometer un gobierno en este país, y lo hemos vivido mucho tiempo, es querer demostrar que tenés razón. Nosotros lo que planteamos es un camino para resolver el problema. Parte de ese camino sabíamos que iba a terminar en la justicia, la justicia nos marcó una corrección, lo estamos implementando. 

Internas en el Gobierno

  • He participado de casi todas las reuniones de tomas de decisiones y no he visto esos disensos que dicen entre un “ala política” y un “ala tecnócrata”, la verdad que no. Creo que, realmente, se está trabajando con una cultura de equipo diverso, con orígenes y perfiles distintos, pero no vivo en el día a día esa diferencia entre unos y otros como si fueran bandos o internas. Realmente no. Nosotros venimos de un gobierno donde los exministros nos decían que tenían prohibido hablar con sus pares, y hoy nosotros trabajamos permanentemente en la búsqueda de aportar cada uno desde su perspectiva, pero trabajando en equipo y bajo el liderazgo del Presidente. Y creo que eso es algo muy valioso que es parte de ese cambio cultural que estamos viviendo, porque estamos todos acostumbrados a la inercia de que la política es de una manera y que la intriga y la pelea son algo que casi que viene con los cargos. Y yo siento que nosotros nos revelamos un poco de esa idea, no lo vivimos tan así. 

Buena política y mala política

  • No creo en la política nueva y vieja, para nada. Creo que hay dos políticas, desde el principio de los tiempos a hoy: la política buena y la política mala. La buena es la que trabaja como un servicio público para mejorar la vida de los argentinos. Nosotros desde hace 15 años, que empezamos a trabajar junto a Mauricio en construir un espacio nuevo, siempre fuimos una mezcla de gente que nunca había participado en política con gente que participaba y tenía ganas de hacer un cambio. Y ese motor del cambio, que es, centralmente, poner la política al servicio de los ciudadanos, hacer las cosas de otra manera, creo que hoy a 9 meses de entrado el gobierno, hemos estado a la altura de ese mandato. A veces hay mucho miedo, mucha intención de dividir, es un virus que tenemos los argentinos y claramente lo tenemos que lograr superar, pero creo que vamos por el camino de tratar de mostrar que se puede hacer una política buena, sin soberbia, cerca de la gente y tratando de traer buenos resultados. 

Confianza de la gente

  • Recorremos el país todo el tiempo. Y todo el tiempo lo que recogemos es, primero una enorme esperanza, muchos argentinos que nos dicen “fuerza”, “no aflojen”, “confiamos”, que creo que reconocen que tenemos buenas intenciones. Y nadie puede discutir que ha habido un cambio político muy profundo en la Argentina: que no hay signos de autoritarismo, que hay diálogo político, que hay transparencia, que hay un clima de tranquilidad en el país que no se vivía antes. Y creo que eso no fue casualidad, fue producto de un Presidente que le pidió a su equipo y que desde el primer día fue consciente de que ese es el mandato más profundo que tenemos, demostrar que se puede gobernar de otra manera y que esa rebeldía que brotó de los argentinos el año pasado, que nos puso donde estamos, responde a que queremos ser mejores como país. Podemos ser mejores como país. Y después tenemos que demostrar, y eso va a llevar un tiempo, no es de un día para el otro, un proceso de mejora en el bienestar, en la economía, en los bolsillos. 

  • Cuando recorremos el país, permanentemente, este fin de semana estuve en San Juan, la gente te dice que sabe que esto no es de un día para el otro, que toma tiempo, que la herencia de un país muy devastado en lo económico y en lo estatal se cambia todos juntos, para empezar, no por arte de magia de un gobierno, y se cambia con el tiempo. Y fuimos dando señales, y en ese sentido la baja de inflación que se está produciendo no es un hecho menor, es un hecho muy significativo. Porque habla de la credibilidad del Presidente que dijo hace cuatro o cinco meses, contra la opinión de muchos, “yo soy el responsable, como Estado, de la inflación; y la inflación va a bajar”. Y, de la misma manera que hoy está bajando, decimos que el año próximo seguro, pero ya seguramente en los próximos meses, va a haber más actividad económica y vamos a empezar a salir y vamos a empezar a perder ese miedo. 

Contra el miedo y la resignación

  • El otro día en el Congreso me lo planteaban: “esto ya lo vivimos, da miedo…”. Y ahí vuelvo a un tema que hablábamos mucho el año pasado. Nosotros decíamos que nuestros rivales no eran Scioli y Massa el año pasado, eran el miedo y la resignación. Y vuelvo a sentir exactamente lo mismo. En sectores dirigenciales y en sectores de la sociedad. El miedo es de donde emana el autoritarismo y con el miedo hay que tener mucho cuidado. Y se reemplaza con la confianza. Con la confianza en el diálogo, con la confianza en las instituciones. Realmente estamos convencidos de que vamos a ser una mejor sociedad por vivir una calidad democrática distinta y de que no hay salvadores mesiánicos. No hay atajos. Hay un camino que vamos a tener que ir aprendiendo a vivir todos juntos y, de alguna manera, todas estas expresiones violentas que vemos, la gran suerte que tenemos es que el año pasado eso era en cadena nacional, eso era en la Casa Rosada, eso era en el atropello institucional. Y hoy es una expresión minoritaria de un sector que, naturalmente, si no aceptaba las reglas democráticas cuando estaba en el gobierno, menos las va a aceptar ahora que está afuera. 

Marchas kirchneristas

  • Los actos del fin de semana me parece que de alguna manera son una expresión de una cultura política que todavía expresa una parte de la sociedad pero que, claramente, está todavía haciendo el duelo de haber sido sacado del poder por los votos. Y esto, creo que es un tema muy profundo. Cuando uno no tiene una concepción democrática en el poder, es muy difícil aceptar que la democracia, básicamente, se trata de aceptar perder elecciones. No es creerse ser la encarnación del pueblo. Eso es fácil, estás en el poder, decís “yo soy el pueblo”, me convenzo de eso, me rodeo de plazas militantes. Pero la democracia de verdad se prueba una vez que perdés una elección, aceptás que perdés, entregás el poder al otro. Naturalmente, no nos sorprende que Cristina Kirchner o quienes la siguen sigan haciendo alarde de eso. Pero es un alarde que antes era una tragedia para nuestro país y hoy creo, casi, que es una tragicomedia porque es una expresión muy minoritaria que recibe un repudio casi generalizado de la política y de la sociedad, y el mejor repudio, de alguna manera, es contextualizarlo en la dimensión que tiene. 

  • Las imágenes fueron muy contundentes, pero al margen de cuántas personas hayan sido, gobernaron durante doce años y creo que el kirchnerismo, en esa expresión dura, puede representar un 20-25% de la sociedad. Y no hay que espantarse de que si el kirchnerismo, con la cultura autoritaria o más populista o como lo quieran llamar, sembró durante mucho tiempo resentimiento y odio y bronca en los argentinos, todavía coseche durante un tiempo eso. Ahora, eso uno lo tiene que reflexionar como Argentina, por algo pasó esto. Por algo la Argentina ha tenido estas tragedias, estas fragmentaciones, estas crisis que generaron que muchos argentinos todavía tengan miedo o resentimiento o la sensación de que su vida no es lo que debería ser porque alguien fue “el malo”. Creo que lo importante es con qué se le contesta a eso, y creo que se le contesta con paz, se le contesta con diálogo, se le contesta con serenidad. No hay ninguna posibilidad de que haya un problema de gobernabilidad en este país. Pero no porque Mauricio Macri sea un gran Presidente o un mejor o peor Presidente, sino porque los argentinos decidieron que no quieren vivir en una cultura autoritaria, de fragmentación y de pelea. Lo hicieron en la elección del año pasado, lo hicieron con María Eugenia Vidal gobernadora. Y hoy sentimos que ese mensaje está cada vez más claro, y nuestro desafío es seguir creciendo. 

Relación con el Congreso y la oposición

  • En primer lugar quiero destacar, y el otro día en el Congreso lo marqué, la felicitación a la Cámara de Diputados y a Emilio Monzó como Presidente, y en la Cámara de Senadores con Gabriela Michetti, Pinedo y todos los presidentes de bloque de ambas Cámaras, por lo que ha sido la madurez política y legislativa de estos meses. Realmente extraordinaria. Y creo, de verdad, que es algo que tenemos que celebrar, hace un año esto parecía imposible. 

  • Hoy sentimos que cada uno de los distintos bloques va a defender su agenda y sus posiciones, algunos serán más constructivos y otros menos, pero estamos avanzando con muchísimas agendas legislativas, creo que de acá a fin de año vamos a ver avances concretos en muchísimos instrumentos legislativos. Que no quita que vayamos a tener diferencias en otros temas. 

  • Cuando hablamos de Unir a los argentinos, no decimos que todos pensemos igual. Y está claro que esa fragmentación de la Cámara de Diputados que hace que nadie tenga mayoría, lo mismo el Senado con su fragmentación, obliga al gobierno a dialogar, dialogar y dialogar. Y cuando nos cansamos de dialogar, sentarnos de vuelta y dialogar, dialogar, dialogar. Porque cada uno de los que está allí representa una parte de la sociedad, y estamos en contacto permanente con muchos de ellos y no sentimos hoy que haya un cambio de actitud ni una falta de vocación legislativa. 

  • Los gobernadores, hoy, tienen un liderazgo muy claro en términos de entender ese mensaje de cambio y entender que tienen que mirar más el futuro que el pasado y que hay que mirar más la cosa concreta, la vocación de trabajo. Sin duda, creo que han tenido una actitud muy positiva. Creo que el senador Pichetto, mismo Massa y otros bloques como el bloque de Romero también en diputados, también han tenido mayoritariamente una actitud constructiva. Más allá, de vuelta, si a uno le gusta más o menos una declaración, pero en lo estructural creo que ha sido positivo. Como actitud de un peronismo que cambió generacionalmente y que entiende en esa nueva generación que hoy tenemos un destino compartido, que si no salimos de esta situación de transición que vive la Argentina en lo político, en lo económico, fortaleciendo el sistema, entonces nadie tiene futuro. Acá el que crea que se puede salvar solo no entiende la dimensión de esa transformación que hay que hacer en la Argentina. Tenemos más de 30% de pobres hasta ahora, sin una cifra oficial del INDEC, que esperamos tener pronto. Tenemos problemas de empleo, tenemos desafíos enormes, y eso, creo, todos saben que no se construyó en 9 meses. En todo caso, saben ellos que de los últimos 26 años, 24 gobernó el peronismo. Entonces, está claro que esa mirada de pensar cómo construimos soluciones entre todos prima antes que la mirada más sectaria de tratar de tirar piedras. 

Relación con los sindicatos

  • Con los sindicatos estos meses han sido muy buenos para poder avanzar y dialogar mucho. Creo que, sin dudas, es uno de los desafíos grandes porque hay que encontrar puntos comunes entre el movimiento obrero, el empresarial y el gobierno en términos de hacia dónde ir. En general, creo que hay una actitud muy responsable y, al mismo tiempo, hay una agenda de temas donde hay preocupaciones. Y muchas de ellas las compartimos, y otras serán de construcción de confianza. Esta idea de que no estamos repitiendo la historia, no vamos a volver a una apertura indiscriminada como se planteó en los ’90, ni plantear un estatismo ciego como se planteó en los ’00. Creo que la renovación y el gesto de madurez de la unificación de la CGT en estos días fue muy positivo, muy valorable y nosotros siempre lo vimos con buenos ojos. 

  • Todo lo que sea unificar en la Argentina es bueno, la fragmentación es un problema. De hecho, en el mundo empresarial es un gran problema la fragmentación. Hay miles de cámaras empresariales y creo que es un debate pendiente en el mundo empresarial porque hoy, ya, los dirigentes sindicales han dado un ejemplo. 

Relación con los empresarios

  • No tenemos reproches que hacerles a los empresarios. Sí me parece, cuando uno lo mira en perspectiva, el empresario, sobre todo el PyME, que hoy está produciendo y generando empleo, si uno mira la cantidad de reglas de juego que le cambiaron en los últimos 20-30 años, que hoy siga produciendo y generando trabajo, en gran parte se debe a su creatividad, a su empuje y su resiliencia. 

  • Tenemos más una invitación, hoy necesitamos pensar sin miedo. El miedo, de vuelta, es muy mal consejero. Y el ejemplo lo están dando empresarios internacionales y locales también, la verdad que en ambos casos, cada empresario que uno ve, está pensando un plan de inversión y en generar puestos de trabajo. Alguno para mañana y otros seis meses, pero están todos en esa dirección. Dentro de poco tiempo viene un foro de inversores muy importante, donde hay un interés enorme, de todo el planeta, de venir a invertir a la Argentina, de interesarse por este nuevo proceso, de confiar en los argentinos que es el país que más desfasado está entre lo que puede hacer y lo que está haciendo. Tenemos que lograr entusiasmar a todos, hoy tenemos el desafío de no tener miedo. 

¿Algún sector quiere que el gobierno termine antes?

  • Me parece que sectores más duros del kirchnerismo ni siquiera han terminado de reconocer el triunfo de Macri como algo legítimo, porque les pone en crisis, no el presente, sino el pasado. Porque su concepción, en muchos casos, no ha sido democrática, como concepción. Entonces, entiendo que eso les puede generar ciertos nervios. Pero creo que, cuanto más pasa el tiempo, cada vez quedan más aislados en la torpeza, como decía antes, de algo que podría parecer dramático en el pasado y se va transformando en algo muy rechazado y que no tiene lugar. Y siento que eso es lo más importante: que está pasando un momento duro porque estamos en una recesión y eso siempre genera mucha complicación y desafío, pero que está convencida como estamos convencidos nosotros de que la Argentina va a estar mucho mejor, y que va a empezar a crecer. Y que a partir de ahí tendremos un largo camino de ir resolviendo de a poquito los temas. Confiando en nosotros mismos, confiando en que vivir en democracia es mejor que cualquier autoritarismo y confiando en que el mundo es una enorme oportunidad si sabemos aprovecharla.