Nota de opinión del Presidente - Diario El Pregón (Jujuy)

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No debe haber sido fácil para ellos. Probablemente tuvieron mucha incertidumbre. Nunca es fácil depender de nosotros mismos, tomar las riendas de nuestro futuro y ser protagonistas de nuestro propio destino.

Tampoco es fácil dejar atrás las diferencias que nos separan de los demás para unirnos a ellos por un sueño común. Pero ellos lo hicieron. Decidieron seguir adelante porque la ilusión de caminar hacia el futuro en libertad era suficiente para enfrentar cualquier consecuencia. Ellos eran nuestros héroes de la Independencia, que hace 200 años dieron el paso fundamental que llevaría a la conformación de la República Argentina.

El 9 de julio tiene un significado profundo para los argentinos, desde la Puna Jujeña hasta Tierra del Fuego, desde el calor del Chaco salteño hasta las frías aguas del Canal de Beagle. No es una fecha como cualquier otra, sino que es parte esencial de nuestra historia. Pero no se trata sólo de una cuestión del pasado; también, y sobre todo, se trata de nuestro presente y de nuestro futuro.

Mañana se cumplen 200 años de aquel 9 de julio de 1816. Y, aunque nos parezca lejano, nos dejó como legado una serie de valores sobre los que, aún hoy, seguimos construyendo. Porque nunca se termina de construir una nación. Esos valores nos guían y nos sirven como ejemplo a la hora de enfrentar nuestros desafíos actuales: el valor de unirnos a pesar de nuestras diferencias, el de mirar hacia adelante, el de no bajar los brazos aunque los sueños parezcan imposibles, el de poner lo mejor de nosotros y aportar desde nuestro lugar para que todos puedan tener una vida mejor.

Hoy empezamos a transitar nuestro tercer siglo como nación independiente. ¿Y qué quiere decir, en 2016, que somos independientes? Significa que tenemos la oportunidad única de diseñar juntos ese tercer siglo, el que vamos a vivir nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Significa que ya no alcanza con echarle la culpa a otros sobre nuestros problemas, sino que tenemos que asumir que nuestro futuro depende de nosotros. Por eso la confianza es fundamental. 

Tenemos que confiar en nosotros y en nuestras capacidades. Esa confianza se construye, se alimenta y se inspira, diciendo la verdad, actuando con buena fe, trabajando en forma transparente para los demás y no para nuestro propio beneficio, y demostrando cada día que, en definitiva, todos queremos lo mismo: que todos los argentinos tengan la calidad de vida que se merecen, en un país donde haya oportunidades y progreso para todos.

Esta noche, la noche de los 200 años, vamos a recibir el tercer siglo de una Argentina independiente con arte y cultura en todos los rincones del país. Todos los argentinos que quieran van a poder participar de los recitales, las intervenciones urbanas, las muestras de arte, danza y teatro que van a colorear los paisajes de cada una de nuestras provincias. Y desde Humahuaca, un lugar muy especial para nosotros, vamos a esperar que sean las doce de la noche para cantar juntos, por primera vez en este tercer siglo, el Himno Nacional Argentino.

Elegimos nuestro querido norte porque fue un gran protagonista de nuestra lucha por la Independencia. Y Jujuy en particular guarda en su historia el famoso “Éxodo Jujeño”, una verdadera hazaña del pueblo de la provincia liderado por Manuel Belgrano, que en 1812 decidió retirar a las tropas y la población de Jujuy en dirección a Tucumán. Eran miles de hombres y mujeres de todas las edades que dejaron atrás su lugar de origen, sus pertenencias y su historia personal para unirse por la causa de la Independencia.

¿Cómo rendir homenaje a aquellos jujeños y a aquellos hombres que unos años después declararon la independencia? Creo que no hay mejor homenaje que pensar en los próximos 200 años, en esos que vamos a construir juntos.

Todos podemos ser protagonistas de este tercer siglo; todos tenemos que serlo porque el país necesita de cada uno de nosotros. Ese protagonismo implica participar con buenas intenciones, comprometernos con ese sueño común y mirar juntos hacia adelante. Porque no podemos cambiar el pasado. La herencia existe, pero no es más que el punto de partida, las condiciones sobre las que tenemos que afrontar la tarea de construir lo que viene. Es ahí donde tenemos que poner el foco. Y es ahí, más que nunca, donde tenemos que sumar nuestros esfuerzos. Porque la unión nos hace grandes, saca lo mejor de nosotros y nos inspira a seguir creciendo.

Está en nuestras manos la posibilidad de ser esa generación que logre hacer un país unido, generoso, pujante, que confía en su gente y en sus capacidades, donde todos crecen a la par. Hagámoslo juntos. Porque unidos somos más. Seamos protagonistas del tercer siglo de los argentinos.