INTI y Universidad San Martín hicieron ensayos para medir el consumo de energía hogareña

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Un grupo de especialistas del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y de la Universidad Nacional San Martín realizaron una serie de ensayos para medir el consumo de energía al cocinar los alimentos, uno de los motivos que generan el mayor costo en las tarifas de luz y gas.

Se estima que en las cocinas se consume más del diez por ciento de la energía hogareña, y por tal motivo los especialistas realizaron más de 50 ensayos en anafes (eléctricos con resistencia, a gas y eléctricos por inducción), pavas eléctricas y microondas.

Lo primero que se analizó fue el calentamiento de agua en hornallas, porque la mayoría de las veces que se utiliza la cocina es con el fin de calentar una pava o preparar comidas hervidas.

Se pudo determinar que la clave para evitar pérdidas de calor es utilizar recipientes donde quede alto el nivel de agua, que cubran toda la hornalla y emplear la mínima cantidad de líquido posible (por ejemplo, evitar hervir cien gramos de fideos en cinco litros de agua).

También es importante tapar siempre la olla porque se pierde energía en la evaporación de agua y apagar o reducir la llama cuando la cocción llegue al punto de hervor.

Para completar el estudio, se está ensayando el desempeño de hornos eléctricos y a gas en la cocción de diferentes alimentos, desde bizcochuelos hasta carnes y pollos, sin embargo, su eficiencia es más difícil de definir, porque la energía dentro se utiliza principalmente para mantener una temperatura.

Entonces, estaría básicamente relacionada a su aislación porque en tal caso sería el calor útil (la diferencia entre la energía aportada por el gas y el calor que se pierde, dividido por el total de energía aportada por el gas). Pero eso no dice nada sobre cómo se cocina el alimento o cuánto tarda.

En relación a este artefacto, el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) recomienda: usarlo con moderación porque consume lo mismo que dos hornallas encendidas, no emplearlo para calefaccionar el hogar- debido a que no es eficiente y puede resultar peligroso- y apagarlo cuando finaliza su uso.