Palabras del presidente de la Nación, Javier Milei, en la apertura del ciclo lectivo en el Instituto Cardenal Copello, CABA

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Palabras del presidente de la Nación, Javier Milei, en la apertura del ciclo lectivo en el Instituto Cardenal Copello, CABA

PRESIDENTE.- Hola a todos, si no, no soy yo. Perdón por salir del protocolo: Bueno, en primer lugar, muchas gracias a todas las autoridades, del colegio, por volverme a recibir. Les voy a contar una anécdota muy divertida; recientemente, cuando estuve, en Roma, y fui a visitar al Papa Francisco - en un momento ya terminada la reunión - fui a verlo con la comitiva, que se constituía de mi hermana, que es la secretaria general de la Presidencia; con la canciller Diana Mondino; el ministro del Interior, Guillermo Francos; la ministra de capital humano Sandra Petovello, y mi rabino Axel Wahnish, y entonces, cuando Axel lo ve al Papa Francisco, le felicita por su enorme y monumental tarea que está llevando a cabo. Y le dice: "Y se lo traje de vuelta". Y el Papa Francisco le dijo: "No, quédatelo". Así que bueno, gracias por recibirme, en romano. (APLAUSOS)

Imagínense, que cuando tenía que armar el discurso, había distintas formas de encararlo. Por ejemplo, una de las cosas que podría haber hecho es, siendo especialista en crecimiento económico y dado el rol que tiene el capital humano, y dado lo revolucionario de lo que estamos haciendo en la materia, donde - a punto tal que nosotros hemos sido el primer país en el mundo que desarrolla y presenta un Ministerio de Capital Humano - donde el concepto es que la asistencia social deje de ser una de darle el pescado a la gente y enseñarles a pescar, es decir enseñarles a ser individuos, enseñarles a ser libres, que cada uno, digamos, esté en condiciones de aprender a tener su propio alimento y autosustentarse. Porque, además, cuando uno le da el pescado, le regala el pescado eso es una rémora de la esclavitud, es decir de hecho el pueblo judío recuerda eso como la esclavitud, en Egipto. Entonces, nosotros - como concepto del capital humano - es crear individuos libres para que se puedan autosustentar. Si me pongo a hablar de temas, puede que me ponga un poco denso, así que preferí ir por otros lados, pero también cada uno de esos lados, por los cuales uno puede avanzar tiene aristas.

Entonces, lo primero que me gustaría es que tomemos conciencia de lo que nos está pasando, porque si esto hubiera pasado, hace 36 o 37 años - yo estaría donde están ustedes. Así es que eso quiere decir que, dentro de 36 o 37 años, ustedes podrían estar donde estoy yo, así que queríamos más o menos tomen conciencia de que podemos levantar la vara un poquito más y, además, hacerlo mejor que lo que voy a hacerlo yo para que, cuando a ustedes les toque estar, hayamos salido de este pozo inmundo en el que estamos y ya seamos un país desarrollado. Así es que, en ese sentido, me parece que como desafío para entender la contextualización histórica de lo que pasó y lo que puede pasar, me parece interesante.

Una de las formas, también, que podría abordar la charla es hacer el contexto, en el cual yo estuve en el colegio. Obviamente, que, si lo hiciera como un marxista, además, haría toda esa narrativa histórica y lo trataría de poner en la lucha de clases y reinterpretar todos los hechos. Yo no voy a hacer eso; lo que sí voy a hacer es contar qué cosas me pasaron, mientras que, por ejemplo, yo estaba en el colegio.

Yo ingresé en el colegio, en el año 1977, es decir, hace 47 años, con lo cual también algunas historias que yo le pueda contar son absolutamente anacrónicas, pero como concepto, yo ingresé a un año de lo que fue el golpe Cívico militar, una de las partes más oscuras de la historia, de Argentina, interpretado y reinterpretado, cosa que los invito a que lo hagan por ustedes mismos siempre; tengan espíritu crítico, lean un lado de la biblioteca y el otro lado. Porque – quizás - ustedes conocen mi faceta más nueva, que es la del liberal libertario, del anarco capitalista, el minarquista, en la de vida real, pero - cuando yo arranqué – lo hice bastante más a la izquierda. Así que la única forma de tener una posición sólida en algo es mirando toda la biblioteca y eso, también, le sugiero que miren toda la biblioteca.

Al año siguiente, en el año 1978, fue cuando Argentina salió campeón del mundo, en el Mundial 78. Fue una hermosa final, en la cancha de River; uno de mis grandes ídolos de juventud era el “Pato” Fillol. Ustedes quizá ni siquiera saben quién es, para mí fue el mejor arquero de todos los tiempos, pero ustedes deben estar fascinados con el “Dibu” Martínez, que tuvo una atajada bastante parecida a la que tuvo Fillol, en el año 78, también, sobre la hora. Y ahí ya me vienen otros recuerdos del colegio, como cuando jugamos a las figuritas y esas cosas que hacíamos de chicos.

Después, en el año 1980, cuando pasé a cuarto grado, me tocó ir de mañana y ahí estrenábamos maestro nuevo, que es el que está acá, el hermano Arturo. Así qué karma, qué karma. Después, en el año 81, tuvimos lo que se llamó la crisis de la tablita cambiaria, o crisis del programa de Martínez de Hoz, es muy simpática en ese momento, porque, cuando Martínez de Hoz renuncia, asume un ministro que se llamaba Lorenzo Sigaut, quien decía que el que, apuesta al dólar, pierde. Como verán, el evento me marcó bastante en distintas cosas. Ahí fue la primera vez que decidí - a esa edad - ser economista porque veía cómo la situación económica de la familia cambiaba brutalmente. Pero, además, la obsesión fue bastante intensa - por decirlo de alguna manera educada - a punto tal que, yo quiero eliminar el Banco Central. Así que miren que las cosas son mucho más fuertes de lo que uno se imagina. Otra cosa que pasó es que, en el año 82, tuvimos la guerra de Malvinas. Después, en el año 83, yo estaba en séptimo grado, y fue la llegada de la democracia, el retorno de la democracia, que – casualmente, 40 años después - me llevó como presidente. Recuerdo que fue algo que verdaderamente lo vivíamos con mucha intensidad, aun cuando no sabíamos toda la historia, o sea, no teníamos plena conciencia de eso.

Después, ya en el año 84, ingresé al secundario; esa fue la primera camada mixta del colegio, en el secundario, y posteriormente, en el año 85, vino el Plan Austral. Como verán, digamos siempre hay alguna referencia a la economía, porque por eso que la economía. Pobre mi ministro de economía, lo que sufre, no que no se crean tanto, pues la pasa bastante bien.

En el 86, tuvimos el Mundial de Fútbol, en México, más, el gol de Maradona, frente los ingleses, todo… y - en el año 1988 - vino el Plan Primavera, que después, al año siguiente, terminó en la hiperinflación, algo que también, lo señalo y fue importante para mí porque si bien yo me había entusiasmado con la economía, ya con 10 años, los motivos por los cuales decidí estudiar Economía no son los mismos por los cuales me apasioné por la economía.

Sí, en realidad, cuando decidí que quería ser economista era por una cuestión absolutamente monetaria. Yo decía: "Bueno, si acertarle al dólar es sinónimo de progresar económicamente", y me dije: "tengo que ser economista para ganar plata". Lo interesante es que después, los motivos por los que me apasiona fueron totalmente distintos porque durante la híper, del año 89 - yo en ese momento - estaba en el plantel profesional, de Chacarita, o sea, tengo una parte oscura, y es que fui arquero de fútbol y tengo toda una, todavía, muchísimo más oscura que era, después, cuando fui cantante de una banda de rock, donde el tío de uno de los que ustedes, que está acá tocaba la batería conmigo y, el papá de otro de los que está acá, también - en algún momento - tocó la guitarra en un grupo conmigo. O sea, tenemos historias comunes por todos lados dando vueltas y el tema es que yo ahí estaba haciendo mi primer año de Economía y estudiaba que cuando los precios suben la cantidad demandada baja.

Un día la acompañaba, a mi mamá, al supermercado, y estaba apoyado ahí sobre el carrito y digo: “le voy a contar algo que ustedes, quizás no saben, pero existían unas chicas, con una pistola, que ponían los precios, que se llamaban pilladoras. Y, es más, lo que ustedes ven ahora de los códigos de barras, las barras, en realidad, se implementaron, en ese momento, porque los precios subían tan rápido que no alcanzaban a re-etiquetar e, imagínense, cuando ustedes iban y compraban y llegaban a la góndola y se los tenían que cambiar, era una situación bastante traumática. Es por eso que nosotros estamos tan obsesionados con evitar la hiperinflación y - en ese momento - yo veía que los precios estaban subiendo y la gente se abalanzaba sobre la mercadería. Entonces, yo lo que dije: “eso que estoy estudiando está mal o soy un tonto”, por decirlo de manera elegante, entonces la solución de dignidad hizo que dejara de jugar al fútbol y me dedicara a estudiar. También me puse bastante intenso con eso y - a los 20 años - escribí mi primer trabajo académico, llamado: "Hiperinflación y la distorsión en los mercados" y una vez que arranqué a escribir, no paré, o sea, es como una suerte de vicio y hoy tengo 17 libros. Pronto, me está por salir una obra, que se llama "Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica" y eso, digamos, respecto a eventos históricos que pasaron, mientras que yo estaba en el colegio.

Obviamente, también, podría haber hecho un repaso de profesores que me han marcado. Entonces - aunque no lo crean - yo te tenía acá, créeme que estabas acá igual. Obviamente, digamos, me acuerdo del hermano Arturo, del hermano Juan, recuerdo mucho a una maestra, que tuve, en quinto grado, y en séptimo grado, que se llamaba Elvia y fue muy importante para mí porque, como yo ya cuando estaba en cuarto grado, había empezado a jugar al fútbol y conforme avanzaba en los temas del fútbol y la forma en la cual entrenaba y la demanda de tiempo que implicaba, mi rendimiento académico estaba cayendo de manera sustancial y casi que les diría que, cuando estaba llegando a séptimo grado, estaba colapsando mi rendimiento.

En ese contexto - eran otros tiempos - mi papá estaba presto a agarrarme por los pelos y dejarme una zapatería en el traste y mi mamá a bajarme los dientes, a sopapos, para que estudiara, pues eran otros tiempos. Entonces, se juntó con Elvia y mi maestra le dijo: "No le saque el fútbol, pero que el fútbol sea un premio a su desempeño", es decir, que, si estudiaba, rendía y hacía las cosas bien, seguiría jugando al fútbol, y si no, me sacaban. Y eso funcionó de manera fabulosa, porque empecé a reordenar mis métodos para entrenar y estudiar también. Entonces, estudiaba o muy tarde a la noche o muy temprano a la mañana. Recuerdo - en ese séptimo grado - a un profesor maravilloso, que se llama Viola y después, a algunos de los profesores, que tuve en la secundaria que también fueron maravillosos, como: Fuentes Moreno; Óscar, está loco, Elizalde, y de todos también tengo un montón de recuerdos, pero - de vuelta - contarle este tipo de cosas, casi que, también, se vuelve anacrónico.

Posteriormente, decidí focalizarme en dos eventos muy importantes, que les voy a contar y creo que es lo mejor que les puedo transmitir, hoy: hay una conferencia, de Steve Jobs, en la Universidad de Stanford, que se las recomiendo enfáticamente. Es una donde Steve Jobs cuenta que ustedes no pueden unir los puntos hacia adelante; los pueden unir para atrás. Dice muchas de las cosas que, hoy, les pasan no saben por qué les pasa, pero que después, cuando transcurre, ustedes van entendiendo lo que les pasó.

En ese sentido, esa lección de Steve Jobs fue muy importante, pero a mí me pegó de manera muy fuerte, en el año 1985. Mi hermana, que estudiaba en un colegio cercano a acá, decide pasar al Copello, y cuando ingresa, la parte de los ingresos al secundario estaban bajo la órbita de un hermano que - en ese momento - se llamaba el hermano Bravo y dijo algo muy interesante y muy revelador. El hermano Bravo dijo, entonces: "Miren, ustedes no vienen a estudiar acá, por cómo enseñamos Matemáticas, cómo enseñamos Literatura, Geografía, no sé, la materia que quieran. Eso usted lo puede aprender en cualquier lado. El motivo fundamental por el cual ustedes vienen acá, usted está acá y quiere que su hermana esté acá y su familia quiere que su hermana esté acá, es por una cuestión de los valores". Y ahí, eso a mí me permitió ligar con el recuerdo más fuerte que yo tengo del colegio, que es mi primer día de clases, de 1977. Previo a eso, les voy a contar algo que me pasó, ya siendo más grande y es que cuando estaba, en la universidad, estudiando crecimiento económico. En el momento, la materia se llamaba Crecimiento y Desarrollo Económico. La verdad que hubiera preferido que tuviera la materia más de crecimiento, que de desarrollo económico. Me tocó un profesor que me resultaba bastante zurdo para esa época. Así que imagínense lo que puedo llegar a pensar hoy, porque creo que casi me podría dar un ataque gritándole comunista. Pero como verán, vivo haciendo chistes sobre mí mismo, porque si no es un bodrio la vida. Es más, ahora que me tratan como si fuera realeza, entonces es complicado. Entonces, me acuerdo que, dentro del poquito interés, que se ocupaba de dar el profesor, en los temas de crecimiento… (alguien del auditorio se desmaya). Bueno, como verán, mencionar a los comunistas es tan peligroso que genera problemas siempre. Y en ese sentido, cuando empiezo, obviamente yo era autodidacta. Y entonces, empiezo a leer los libros, que el profesor no me daba. Entonces, en uno de los libros de crecimiento, me encuentro una frase de Robert Lucas Junior, que siento es tan importante en mi vida, que dos de mis hijitos, de cuatro patas, tienen su nombre: uno se llama Robert, por Robert Lucas, y el otro Lucas, también, por Robert Lucas. Así que, en ese contexto, encuentro una frase que dice: "Las consecuencias sobre el bienestar humano de este tipo de cuestiones son tan estremecedoras que cuando uno empieza a pensar en ello no puede pensar más en otra cosa". Como en ese momento yo era un insolente joven, de 22-23 años, bastante ignorante- para decirlo de manera elegante - lo primero que dije es: "Bueno, este es el típico profesor, que cree que su materia es la más importante". Y eso que quizás - en ese momento - lo veía como algo negativo y pesado y como algo que le restaba crédito; después, con el tiempo, con mi experiencia docente, de cerca de 30 años, y en ese contexto, hoy les día: "Ojalá cada vez que les toque un profesor, un maestro considere que su materia es la mejor de todas y la más importante porque se las va a enseñar con pasión".

Y aunque todas las materias son importantes, incluso hasta la materia que parece más insignificativa (por insignificante), (se ríe y comenta que no sólo Kicillof comente furcios), el tema y el problema es de cuántos. Aparte, digamos, yo estoy con high lights, no estoy leyendo mi discurso, entonces que son los high lights de Arturo, ahora. Entonces, la materia - de repente - puede ser que les parezca una materia menor o algo y en realidad esa materia puede terminar siendo - a la luz del profesor que tienen - algo verdaderamente maravilloso. Y este papel da prueba de eso, les diría, porque mi primera materia, el primer día que yo vine al colegio Cardenal Copello, fue Caligrafía. Ustedes saben que muchas veces andan dando vueltas mis notes por ahí, ya vieron lo que es mi letra, digamos. Yo creo que es mi letra tiene una función social y es que hace ver linda la de los médicos (Risas), con lo cual, para algo sirve. Casi diría que el hermano José Luis, un hermano, que venía de España, muy alto, muy robusto hacia los costados, que daba clases con sotana, me dejó marcado de por vida, y no puedo evitar emocionarme. Era el profesor de Caligrafía, caligrafía con un especialista en Crecimiento Económico y Economía Matemática, pareciera que no pega con nada y encima si los quiero ligar con el hermano Bravo - cuando ingresó a mi hermana - parece bastante rebuscado. En aquella clase, el hermano José Luis hizo dos cosas: la primera dibujó el escudo del colegio, que yo no veo que nadie tenga el escudo original del colegio, ese que tiene el óvalo en el medio, ese óvalo en el medio simétrico, dividido en cuatro partes, en lo que es la diagonal principal, tiene el dibujito de unos animalitos, que tiene la característica de tener una piel muy cara. Y dicho profesor nos contó, obviamente con seguridad, el ejemplo estaba floreado y metaforizado, que a ese animalito lo salen a cazar, cuando hay lluvia y los arrinconan contra el barro porque el animalito prefiere morir antes que ensuciarse y vaya que estaba dando la pelea. Y lo otro muy fuerte es que el hermano José Luis - después de explicarnos el valor de muertos, antes que sucios - y vean el quilombo que estamos haciendo, fíjense que todos los días encontramos un nuevo curro y lo sacamos todo el tiempo afuera. Se me emociona la ministra de Capital Humano, que es una máquina de encontrar curros, y tiene una división anticorrupción y que todas las semanas se instala en un piso nuevo y hace unos quilombos que ustedes los estarán viendo; más allá de los que se terminan auto-incriminando por sacar a los fondos fiduciarios de una ley.

En ese contexto, lo otro que hizo el hermano José Luis fue escribir los números y arrancó del cero al 10; el cero era algo muy chiquitito y conforme avanzaban hacia el 10, los números iban creciendo y el 10 ocupaba todo el alto, del pizarrón, y ahí nos habló del mérito. Entonces, si algo me marcó la vida, fue esa clase, de primer grado, pues, hoy, la sigo recordando. Pasaron 47 años y me sigo emocionando con ese recuerdo, que me marcó toda la vida: muerto antes que sucio y luchar por el mérito, luchar por la excelencia. Y esos son valores, que tomé, en una clase de Caligrafía, pero en el colegio Cardenal Copello, en la comunidad mineciana, y eso me parece que, si algo le tenía que contar, era eso, lo más valioso es eso, que sean personas íntegras, hagan lo que hagan, pero sean íntegros, o sea, peleen por sus ideales, no bajen los brazos.

Miren, yo suelo…, para aquellos que nos siguen a nosotros, ustedes verán que nuestros seguidores tienen dos gorras, tienen la que es muy simpática y nos divertimos todos con el: “no la ven”, y la otra es: “las fuerzas del cielo”. Las fuerzas del cielo nace de cuando a mí me toca asumir como Diputado Nacional, el 11 de diciembre 2021, y en ese momento un periodista, de Diputados TV, -muy grosero, muy grosero- me hice: ustedes son 2 en 257, ¿qué pueden hacer ustedes? O sea, van a caer en la irrelevancia total, van a ser la nada misma; de hecho, ni siquiera teníamos cuerpo como para integrar una comisión. Y en ese momento yo le contesté con el libro de Macabeos que dice: “que la victoria, en la batalla, no depende de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del cielo”; y esos dos marginales, arriba en la Cámara de Diputados…, y en principio mis videos son los videos más vistos dentro de la Cámara de Diputados, en la historia de la Cámara de Diputados; y no solo eso, sino que al poco de asumir, por una idea genial de mi hermana de cómo el anarquista resolvía el tema de estar cobrando una dieta del Estado, o sea, algo cobrado por los impuestos, que son un robo porque nadie los paga voluntariamente, ¿de dónde creen que vienen impuesto? una rémora de la esclavitud. Entonces, pero si además nosotros decidíamos a quién dárselo a dedo, eso era casi como, no sé, jugar al benefactor social que juega cualquier político, con lo cual, también nos parecía mal; y brillantemente a mi hermana se le ocurrió -al “Jefe” se le ocurrió- que lo sorteáramos y lo sorteamos. Y eso terminó siendo tapa de diarios en 30 países del mundo; es decir, claro, no existía el evento de que un político le devolviera la plata a la gente, era bastante, bastante raro. Y si ustedes se fijan, todo nuestro devenir en la política fue toda una lucha contra una adversidad enorme.

Nosotros lo primero que decían es que no íbamos a poder formar partido, o sea, lo primero que dijeron: "No van a poder formar partido". Entonces, de hecho, el Jefe de Gobierno -en aquel momento- se dedicó a comprar cuanto sello de goma andaba dando vuelta para que nosotros no pudiéramos competir. Una vez que…, yo se las voy a contar simplificada, o sea, si la quieren ver, está en una película que hizo -el genial- Santiago Oría, que se llama…, Santi, ¿Cómo se llama la película? La Revolución Liberal. Ahí está, ahí está. Ese es mi cineasta, es el que hace los videos, todo, o sea, un tipo brillante. (APLAUSOS). que ya estamos en casi 2 millones de reproducciones de la película, y que además le están traduciendo a varios idiomas. Ahí van a poder ver todo en detalle, todas las cosas que padecimos.

Después de eso nos dijeron que…, ya teníamos partido, nos dijeron que no íbamos a poder pasar el piso del 2 por ciento. Después -como seguimos avanzando- nos dijeron que íbamos a perder contra el voto en blanco. Después nos dijeron que la izquierda nos iba a ganar por goleada. No pasó nada, ¿no? porque los nombres… Y después hasta crearon una lista paralela para romper a nuestra estructura y para diezmarnos, y aún así nosotros logramos, en la ciudad, conseguir 17 por ciento los votos -nos habíamos convertido en la tercera fuerza- y luego de lo que pasó con el sorteo de la dieta con mi hermana nos miramos y dijimos: bueno, parece que estamos para otras cosas. Empezaron con el mismo tipo de agresiones que no íbamos a poder formar partido; y ahí es que de los 24 distritos participamos en 22. Decían que con suerte -en el mejor de los casos- conseguíamos poco menos de 10 puntos y que después de las PASO nos íbamos a caer al tres; y nosotros seguimos peleando porque estábamos convencidos de que -de vuelta- “la victoria es la batalla no depende la cantidad de soldados, sino de que las fuerzas que vienen del cielo”. Y ahí es cuando nos sorprendimos y terminamos sacando el 30 por ciento de los votos y fuimos la fuerza más votada, tanto por candidato como fuerza.

Y eso empezó todo un tramo durísimo hacia la elección general, hemos tenido que soportar dos estructuras tirándonos con todo lo que se pueden imaginar, de hecho, el oficialismo -en ese momento- gastó…, piensen que una campaña electoral en general se hace…, con la de ustedes; no, cuando la hacen gasolera -como nosotros-; se gastan 100 millones de dólares. Bueno, el oficialismo -solamente el oficialismo- gastó 300 millones de dólares en YouTube para que cada vez que ustedes abrieran YouTube se encontraran con publicidad negativa sobre mí, y a pesar del esfuerzo enorme que nosotros hacíamos…, de hecho, mi estratega, que también es un tipo brillante, maravilloso, que es Santiago Caputo. Nosotros, cuando ustedes revisan todas las entrevistas, o sea, no hay un solo error. Pero teníamos los electrones libres que hacían…, vieron como somos los libertarios. Los libertarios no somos manada. Entonces, como tenemos muchos pensadores libres, nos hacían todo tipo de emboscada al resto de nuestros candidatos y cada dos por tres teníamos un problema. Y así llegamos a las PASO, pero llegamos en segundo lugar y esos dos perdidos ahí, en la Cámara, que no podían hacer nada, terminaron en la presidencia, terminaron ganando la elección con 14 millones y medio de votos. O sea, soy el presidente más votado de la historia argentina y sacamos el 56 por ciento de los votos.

Entonces, lo que les quiero transmitir es que cuando ustedes tienen convicción, no hay nada que los pare. Y si, además, son acompañados por la fe, no hay con qué destruirlos, no los van a poder parar nunca. Una de las cosas que siempre repasábamos -con mi hermana- durante la campaña es que a nosotros nos pasaban un montón de cosas que si le hubiera pasado cualquier otro candidato lo hubiera derribado y, sin embargo, nosotros seguíamos avanzando; y para nosotros eso es como una prueba del cielo también, es una prueba de la existencia del uno, porque si ustedes se ponen a pensar, no teníamos un mango; nosotros fuimos a pelear con dos escarbadientes y lo único que teníamos eran las ideas y la fe. Y cada vez que nos pasaba algo adverso, la reflexión que hacíamos -con mi hermana- era que efectivamente, si a pesar de todo esto ganamos es porque es la voluntad del uno.

Entonces, lo que les digo es cuando ustedes se dejan llevar por su corazón, cuando ustedes son íntegros, y sobre todas las cosas, depositan su fe en el creador, nada los va a parar, todo va a ser posible. Así es que espero que esto sea algo que pueda sumar para que tengan una vida llena de felicidad y éxito. Muchas gracias. (APLAUSOS).

ALUMNO.- Mi pregunta es…, que ya medio la respondiste. Pero ¿qué se llevó de estudiar en este colegio?

PRESIDENTE.- ¿Cómo?

ALUMNO.- ¿Qué se llevó de estudiar en este colegio?

PRESIDENTE.- Los valores, los más importantes, los valores.

ALUMNO.- Le quiero preguntar, ¿Cómo hizo usted y su equipo para tener superávits gemelos? Después de tanto tiempo y en tan pocos días.

PRESIDENTE.- Miren, si ustedes miran los últimos 123 años de historia; Argentina, de esos 123 años, 113 tuvieron déficit. Argentina tuvo 22 crisis -en ese mismo período- y de esas 22 crisis, 20 tienen origen fiscal. El déficit, en cada una de esas crisis, oscila entre alto y extravagantemente alto. Por lo tanto, nosotros tenemos una convicción fuerte de que la madre de todos los males es el déficit fiscal. El déficit fiscal después tiene distintas manifestaciones, o sea, lo primero que hacen los inmorales de los políticos es financiarlo con deuda, lo cual es profundamente inmoral porque es como que…, ustedes, ¿cómo se sentirían si sus abuelos se van de joda y les pasan la cuenta a ustedes? Estarían recontra recalientes, para ser suaves. Los políticos lo que hacen es irse de fiesta y pasarles la factura a generaciones que ni siquiera nacieron, y algunos que -además- intentan matarlo, que son los asesinos de los pañuelos verdes.

En ese contexto…, aviso que, para mí, el aborto es un asesinato agravado por el vínculo. Y eso lo puedo demostrar desde una perspectiva matemática, filosófica, desde el liberalismo y, además, desde lo biológico. Pero al margen de eso, todos nosotros después de eso somos el máximo defaulteador serial, o sea, tampoco cumplimos los compromisos. La otra forma que usa el político es financiarlo con emisión monetaria y eso después termina con inflación. Y la otra forma que lo hace es subiendo impuestos y Argentina tiene la presión fiscal formal más alta del mundo y es lo que hace que prácticamente Argentina sea misión Imposible crecer.

Entonces, nosotros teníamos una convicción clara de que la madre de todos los males, es el déficit fiscal. Nos encontrábamos frente a una situación al borde de una hiperinflación; para que tengan un orden de magnitudes, cuando ustedes tienen déficit gemelo por cuatro puntos del PBI…; para los que no saben qué son los déficits gemelos, es la suma del déficit fiscal más el déficit de cuenta corriente, o sea, el déficit externo vendría a ser la cuenta corriente. Cuando ustedes tienen déficit por encima de cuatro puntos del PBI, ustedes ya están en zona de riesgo; en ocho, son candidatos a pegarse la piña; nos dejaron 17, otra que Copperfield arreglaba esto, no sé, son tan chicos que no sé si saben quién es David Copperfield, o sea, mis chistes a veces se están poniendo viejos, como yo. Inexorablemente les va a pasar a todos, salvo que digamos que la tecnología lo evite.

En ese contexto, nosotros –además- teníamos plantada una hiperinflación, porque los precios en la primera semana de diciembre crecían a un ritmo anualizado del 3.700 por ciento. Las dos primeras semanas, 7.500; y si ustedes miraban los mayoristas, venían al 17.000, es decir, estábamos al borde verdaderamente de un desastre, y era la combinación de tres crisis: el “Rodrigazo” del 75, la hiperinflación de Alfonsín, en el 89, y la crisis de la convertibilidad en el 2001-2002. Por lo tanto, estábamos frente a un verdadero desastre.

En ese contexto, nosotros teníamos que frenar, de como fuera, la emisión monetaria y teníamos dos mecanismos por los cuales el Banco Central emitía: uno por el déficit fiscal, que eran 5 puntos del PBI, y otro era por el Banco Central, que generaba 10 puntos de déficit del PBI. Entonces, nosotros encaramos un programa de estabilización muy duro, donde apuntábamos a el déficit Cero, o sea, 5 puntos de ajuste en el Tesoro y tratar de limpiar el Banco Central, que son 10 puntos. Además, a los 11 días de asumir, nos vencía un pago con el Fondo y no teníamos reservas y el acuerdo, además, estaba caído. Y entonces, con el ministro Caputo, decidimos sentarnos arriba de la caja y aguantar todo.

En ese contexto, echamos a 50.000 empleados públicos que no trabajaban, dimos de baja 200.000 planes sociales de gente que verdaderamente no lo necesitaba, gente que, por ejemplo, se va de vacaciones en avión, en barco, son empleados públicos, o sea, un montón de abusos. No solo eso, sino que además recortamos la obra pública, la eliminamos, le hicimos cero. Además, eliminamos las transferencias a las provincias -las discrecionales-, no le toqué un peso la coparticipación, eso es técnicamente imposible; o sea, la coparticipación se deposita todos los días. Y, además, recortamos un montón de privilegios que tiene la política. Recuerdo que…, ¿cuántos autos tenías a cargo? Tenía 120 de autos a cargo, la Secretaría General de Presidencia. Entonces, empezó con la motosierra. Y esto es muy gracioso porque en un momento le dicen: "no, este no lo puede sacar". ¿Cómo qué no? No, porque tal secretario se lo autoasignó. Bueno, duró un día ese secretario. Así que nos sacamos de encima los autos. En el Ministerio de Economía nos sacamos encima 600 autos, los teléfonos, o sea, un montón de privilegios que tiene la casta. Es más, son tan inmorales que hacían viajes en primera clase, acumulaban millas y esas millas después las gastaban con los familiares, una cosa…, todo es así, todo donde tocan hay curros, es un desastre. Y nosotros teníamos como objetivo, en el año, alcanzar el déficit cero en el año. Y fue tan fuerte lo que empezamos a hacer, mezcla de motosierra y licuadora -no voy a negar que hay licuadora, un ajuste tan rápido tiene licuadora también, obvio-, lo que pasa es que, si la licuadora se vuelve permanente, se vuelve motosierra. Que imaginen, ¿cuál es mi intención?

Entonces, en ese sentido, cuando empezamos a ver los números, los números mostraban que podíamos llegar al equilibrio primario en enero y al equilibrio financiero en marzo. Eso era importante, hasta que vinieron los números y lo alcanzamos en enero. Eso no solo que sorprendió a propios, que ahora, obvio, lo que dicen: tiene mucha licuadora, mucha licuadora no es sostenible. Es decir, todos los que decían que era imposible hacerlo, ahora se quejan por cómo llegamos. Pero la realidad es que, si era tan fácil, ¿por qué no se hizo en los últimos 123 años? Entonces, no es solo que sabemos lo que hay que hacer, sabemos cómo hay que hacerlo, pero sobre todas las cosas, tenemos la determinación y el coraje para hacerlo. En términos vulgares, tiene otro nombre; eso, mucho. Así llegamos. Gracias.

Me estoy cuidando con los términos porque como tengo la ministra de Capital Humano y el Secretario de Educación. (RISAS). ¿Voy bien? ¿voy bien?

ALUMNO.- Mi pregunta es, ¿Por qué crees que tu proyecto político impactó tan fuertemente en los jóvenes? Y ¡Viva a la libertad!

PRESIDENTE.- ¡Carajo!

ALUMNO.- ¡Viva la libertad carajo!

PRESIDENTE.- Eso no te va a decir nada. Primero, a ver, primero que sepan que, carajo no es una mala palabra. Carajo es la parte más alta del barco, es decir, donde está el vigía, el que mira; ¡Tierra a la vista! Ese, ese está ahí. El tema es que cuando alguien se ponía un poco denso lo mandaban ahí para que dejara de romper…, o sea, lo mandaron al carajo, o sea, pero carajo no es una mala palabra. Así que lo pueden decir abiertamente. Lo que pasa que tenemos los liberales de copetín, o sea, los sommeliers de las formas.

El punto por el cual yo creo que los jóvenes son los que iniciaron esta revolución liberal tiene que ver con varias cosas. Primero, los jóvenes son naturalmente rebeldes contra el statu quo. Y eso significa que cuando ustedes miran todo lo que es lo políticamente correcto, no solo en Argentina, en el mundo, pero en Argentina está mucho más acentuado porque llevamos 100 años de esto, es socialista. Si hay mucha gente que es socialista sin saberlo, de ahí que fue tan, tan estremecedor que me paré ahí en Davos y casi que le dije: “ustedes, son todos unos zurditos"…, Y sí, los nombro y son infalibles, juro que no los nombro más. Entonces…, bueno, ya me olvidé, ¿cuál era la pregunta? Ah sí, lo de los chicos, por lo tanto, la rebelión natural tenía que ser liberal, es decir, estábamos tan pero tan contaminados de socialismo, pero teníamos tanto rojo encima que lo natural era que la revolución fuera liberal.

Otra cosa que pasa es que los jóvenes llevan menos tiempo expuestos al mecanismo de lavado de cerebro que es la educación pública, independientemente que sea de gestión estatal o privada, porque cuando determinan los contenidos, están recontra rojos los contenidos. Entonces, eso también favorece, no está expuesto, o sea, porque entre tener la cabeza contaminada y tenerla limpia, prefiero que te limpia.

Y lo otro que también jugó un rol muy importante fue el tema de las redes, o sea, las redes sociales, y muy especialmente YouTube. Entonces, yo voy, me siento en un programa de televisión, hablo y le cito un montón de autores. Ustedes después van, se mete en internet, y entonces todos hablan Hayek, de Mises o de Rothbard. Yo le puedo asegurar que ustedes van a la Universidad de Buenos Aires, a la Facultad de Ciencias Económicas, y le hablan de Ludwig Von Mises y cree que es el 9 de Holanda; y para los liberales es el mejor economista de todos los tiempos.

Entonces, en ese sentido, empezaron a entrar las ideas; y además eso genera una dinámica muy interesante porque los jóvenes leían eso y confrontaban a sus maestros y a sus profesores, y está lleno de videos de profesores maltratando alumnos por oponerse a la opresión kirchnerista. Y la verdad es que han sido unos valientes porque se la recontra bancaron, los han bullyineados, les han hecho de todo; de hecho, yo -en este momento- tengo un problema de una de las personas de mi equipo…, bueno, como no lo arregla, lo puedo decir públicamente: donde la Universidad de Belgrano, hay una profesora que lo persigue a Iñaki por ser liberal, Iñaki vieron el chico que hace mi TikTok, las otras redes las manejo yo, o sea, el Twitter, el Facebook y el Instagram, cualquier porquería, soy yo, pero el TikTok es Iñaki. Y entonces tiene una profesora de microeconomía 1 que lo persigue por ser liberal, lo bullyinea; y la universidad, el primer rector, miraba para otro lado porque el director de carrera miraba para otro lado, y el que vino después sigue permitiéndolo. O sea, espero que el secretario de Educación y la ministra de Capital Humano, pongan en orden este desborde que hay en la Universidad de Belgrano, donde hay profesores -de origen radical- persiguiendo a liberales. (INAUDIBLE). Bien. Exacto. Bueno, ahora veamos acciones.

Entonces, en ese contexto, la verdad es que es notable lo que hicieron los jóvenes, y después llegó la pandemia. Y como toda cosa mala, vos te podés abrazar a lo malo o buscarle lo bueno. Yo, por ejemplo, en medio de la pandemia, como no podía hacer nada, estaba encerrado, escribí dos libros. Ya estaba aburrido, entonces escribía. Y en ese contexto, ¿qué pasó? Los jóvenes le empezaron a hablar a sus padres y sus abuelos de las ideas de la libertad, y le hablaban de Milei, Milei…; hay un chiste, no puedo decir, es muy grosero, pero el burro tiene éxito por insistidor, no por lo otro. ¿Se entendió? Y tanto insistieron que, en algún momento, abrieron los videos y así empezó. Y entonces, algo que era…, como decían los que estaban con López Murphy, que era un movimiento de 500 virgos; esos con los recursos de Larreta sacaron menos votos que nosotros las PASO, a pesar de un montón de calumnias, injurias, a pesar de tratarme de nazi. Y después no solo eso, sino que, además, bueno, miren a dónde llegamos. Así es que los jóvenes sí han tenido un rol, no solo porque son los primeros que absorbieron las ideas, sino que además evangelizaron.

Entonces, por eso siempre tengo un agradecimiento muy particular a todos los jóvenes. Porque si Argentina verdaderamente se levanta y se despierta y se vuelve liberal, es porque es gracias a los jóvenes. Porque como dije en mi primer discurso allá en Plaza Holanda: Yo no vine a guiar corderos, yo vine a despertar leones; y los primeros leones fueron ustedes. Muchas gracias y ¡viva la libertad carajo! (APLAUSOS).