Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el 59° Coloquio de IDEA, en Mar del Plata

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el 59° Coloquio de IDEA, en Mar del Plata

(…) de hablar. Yo les propongo un poquito reflexionar sobre qué pasó en este tiempo, que tiene mucho que ver con lo que estamos viviendo, que no podemos ignorarlo, qué logramos en este tiempo, y cuáles son los grandes desafíos que tenemos para el futuro.

La verdad es que tengo el mismo optimismo que escuché decir a algunos de los que hablaron antes que yo, recién. Les propongo que veamos pensando en la idea de cuáles son las bases que nosotros hemos podido armar, forjar, pensando en que la Argentina definitivamente encare un modelo de desarrollo y de crecimiento justo. La verdad que un crecimiento sin justicia social, es un crecimiento que trae conflicto, por eso me parece que poner permanentemente el concepto de justicia social, que tiene que ver con mecanismos de distribución del ingreso adecuados, es un tema central para lograr una sociedad en armonía. Yo sé que algunos dicen que es una mentira la justicia social, pero yo creo que no, y lo he visto en muchas sociedades muy desarrolladas. Entonces, me parece que ese imperativo ético y moral que la política nos da no debemos dejarlo de lado.

Lo primero que les propongo es que veamos el contexto interno: ¿Qué nos pasó? Porque acá hicimos cosas que son importantes y los escuché a muchos repetir la necesidad de garantizar un sistema justo de darle certeza jurídica al sistema, de la necesidad de que no haya cambios imprevistos. Eso tiene mucho que ver con la calidad institucional de un país, ¿no? Y la calidad institucional se manifiesta de muchos modos, por ejemplo, como lo están leyendo no quiero repetirlo, pero, la verdad es que en los años que nosotros hemos vivido, podemos jactarnos de algunas cosas que son importantes, por ejemplo, que en Argentina la libertad de prensa y la libertad de opinión ha sido absoluta, no ha tenido ningún tipo de restricción a diferencia de años anteriores; nadie dejó de recibir pauta, ningún periodista fue llamado a silencio, ningún periodista fue segregado de su trabajo, todo el mundo trabajó y dijo lo que quiso. También lo hizo la política, que dijo lo que quiso todo el tiempo; pero la verdad es que es parte de lo que debe ser la democracia.

Yo lo anuncié el 10 de diciembre del 2019, cuando asumí, que no íbamos a entregar publicidad a productoras de programas, precisamente para garantizar que no se genere un vínculo de dependencia entre el Estado y los periodistas. Y eso lo hemos cumplido a rajatabla. No nos ha ido muy bien, pareciera que mejor era el otro sistema, pero la verdad que es un sistema que tiene mucho que ver con la transparencia en la comunicación. Y la verdad es que nadie puede quejarse por la pauta, porque la verdad hemos distribuido la pauta para todos, y todos han accedido a la pauta en los términos que el Estado Nacional puede distribuirlas. Destacando que, además, hemos gastado objetivamente muy poco dinero en pauta publicitaria. Si nosotros comparamos el gasto de la ciudad de Buenos Aires, con el gasto del Estado Nacional, se van a dar cuenta que solamente ahí en ese caso el Estado Nacional es muy poco lo que invierte como pauta pública.

El segundo punto es la calidad institucional. Vuelvo a repetirles, no voy a volver a contar lo que ya hemos vivido, lo puede leer ustedes, pero sí les puedo garantizar algunas cosas. En estos días, por ejemplo, alguien anuncia que va a escuchar las conversaciones entre los procesados y sus abogados defensores. En estos días de campaña donde se escuchan decir estas cosas, yo quiero decirles que nosotros sacamos a todos los servicios de inteligencia de la Justicia, no tenemos ningún operador ante la Justicia. Hemos prohibido la inteligencia interna. ¿Ustedes dirán qué quiere decir eso? Quiere decir que, ningún celular de ustedes está intermitido técnicamente por el Estado Nacional; ninguno de ustedes, ningún periodista, ningún opositor es espiado por el Estado Nacional. La inteligencia Nacional tiene un programa que ha desarrollado durante 4 años que ser concentra en la inteligencia exterior. Que, además, en tiempo de tanta turbulencia global como el que estamos viviendo, definitivamente es muy importante que se haya hecho.

Hemos reducido sustancialmente los Fondos Reservados, que alguien los puso, antes que yo, y los puso en montos muy significativos.

Y, además, sí hemos propuesto reformas judiciales, que no hemos logrado sacar, porque siempre se pensaron que las reformas judiciales que nosotros proponíamos tenían como propósito beneficiar a alguien. Y la verdad que esa pelea mediática la perdimos porque estaban todos los diarios, todos los medios en contra; y la verdad que, bueno, lo pudimos ver en Lago Escondido cómo es la relación de los medios con los jueces. Y bueno, no lo pudimos hacer. Ahora, cada día me convenzo más que si una deuda tiene la democracia en 40 años es hacer una reforma judicial que haga que la Justicia funcione correctamente. ¿La justicia funciona mal? Definitivamente. Y no hablo solo del Fuero Federal Penal –que creo que funciona muy mal, excepciones de algunos jueces que merecen todo mi respeto- hablo también de cómo funciona la Justicia Civil, Comercial, Laboral. Eso no se los voy a explicar a ustedes, lo saben mejor que yo. Todo eso creo que tiene que ver con una tarea hacia adelante, y que la verdad, todos los intentos que hicimos por mejorar la calidad de la Justicia, fracasamos. Básicamente porque la Justicia argentina está colonizada, simplemente por eso. Y entonces es muy difícil proponer un cambio. El problema de la colonización de la Justicia es que hoy lo podemos padecer nosotros, pero mañana lo pueden padecer cualquiera de ustedes. Es como aquel poema de Bertolt Brecht: “Yo no me preocupé porque total yo no era negro cuando fueron por los negros. Yo no me preocupe por los judíos porque yo no era judío, pero ahora vienen por mí”. Ese es el problema con la Justicia colonizada. Y la Justicia realmente debe ser atendida por cualquier candidato que se convierta en presidente el 10 de diciembre del año entrante, como objeto central de revisión de funcionamiento. Es el único de los tres poderes del Estado que no ha tenido ninguna revisión.

Cuestionamientos éticos: Ustedes pueden leerlo, no voy a detenerme en todos estos. Ahora, todo lo que ocurrió en nuestro gobierno no ha pasado y no ha pasado porque hemos sido muy estrictos. Y da la casualidad que el nuestro es el gobierno de la democracia que más obra pública realizó, y, sin embargo, no hemos sido cuestionados nunca por la obra pública. Y en todas las licitaciones de obra pública que hemos realizado, las hicimos con la asistencia del Banco Mundial, con un programa que realizó Gabriel Katopodis, que nunca ha sido cuestionado y no dio lugar a ningún tipo de cuestionamiento en las formas de contratación. Y eso tiene que ver con que, la verdad, yo le puse particular atención al tema de la ética en el gobierno, definitivamente, porque veníamos de tiempos difíciles donde ese problema había aparecido. Y creo que, nosotros hemos subido la vara, de modo tal que el que viene va a tener que respetar esa nueva vara. Eso a mí me parece que tiene mucho sentido que haya ocurrido.

En el contexto interno, esto es lo que nos pasó… ese es el PBI del 2015, ese es el PBI del 2019 y ese es el PBI del 2022. La caída que sufrimos nosotros en 2019, producto de años de recesión, producto de la deuda tomada, fue brutal y el daño que generó fue incalculable. Alguien hablaba de la importancia de las Pymes, hace un ratito, y claro que tienen una enorme importancia el 75, 80 % del trabajo argentino es contratado por Pymes. Tiene una enorme importancia las Pymes argentinas. 23 mil Pymes se cerraron en esos 4 años. Y eso es producto de la recesión que se vivió, y de la lógica del endeudamiento que definitivamente fue atroz. Ahí tienen ustedes cómo el endeudamiento, las barras rojas van marcando el porcentaje del PBI. Si ustedes miran, nuestra deuda, en relación al PBI, es menos representativa que la del año 2019. Ven una barra más larga en el año 2020, ese fue el año de la pandemia donde el PBI cayó 10 puntos, y de un PBI que ya había caído. Y si miran los círculos de arriba, lo que está verde obviamente es la deuda tomada en dólares y lo que está en azul es la deuda tomada en pesos, que esta es una eterna discusión que teníamos cuando el gobierno anterior tomaba deuda para financiar al déficit público. Si lo que tenés que hacer es cubrir pesos, para qué tomas dólares. Bueno, fíjense cómo cae el porcentaje de la deuda en dólares que, que la deuda es básicamente la que tomaron otros, nosotros no tomamos casi deuda. Y el resto es toda deuda en pesos, que nosotros a través de bonos también incentivamos.

La pandemia: A mí hay una cosa que me llama poderosamente la atención que acá en la campaña nadie habla de la pandemia. La pandemia fue un hecho catastrófico que vivió el mundo. Alrededor de 15 millones de personas murieron en la pandemia, según dice la OMS, catastrófico. La catástrofe llevó a que el PBI global caiga 4, 4 puntos, que en América Latina caiga 7,7, y que nosotros que, obviamente, veníamos de una enorme deuda, no teníamos ningún tipo de financiamiento, caímos 9,9. Ahora, acá abajo tienen los números que son datos que todos recordamos y nos duelen las 130 mil personas que fallecieron en la pandemia, pero en la Argentina se contagiaron más de 10 millones de personas. Son datos de la Organización Mundial de la Salud. Quiere decir que hay 9 millones 870 mil personas que la salud pública salvó. Y marco este dato porque también el tema de la salud pública es un tema de debate en estas elecciones.

Y hay un dato que me parece relevante que es ese cuadrito verde que ven ahí abajo, es cuadrito lo que marca es la inmunidad que tiene la Argentina. Según la OMS, más del 76 % de la gente ha recibido todas las dosis necesarias para contener a la pandemia. El cuadro que ven al lado, es un cuadro que hizo Reznik, un infectólogo muy reconocido, que lo publicó en Twitter y que es muy interesante para que tengamos noción de la dimensión que significó para nosotros la pandemia. El cuadrado amarillo… él pone 150 mil, eso número no coincide con lo que nosotros tenemos como número, pero se aproxima, son los muertos por la pandemia, y todos los cuadraditos que ven alrededor son las grandes catástrofes que generaron mortandad en Argentina. Ahí está la Guerra del Paraguay, la Guerra de la Triple Alianza, están los desaparecidos en la Dictadura. Fíjense ustedes que de los grandes episodios que generaron mortandad en la Argentina, la pandemia se llevó la mitad.

La verdad es que este dato también hay que tenerlo presente, porque cuando uno recorre el mundo, una de las discusiones que están más presentes es que el riesgo de otra pandemia, de otro virus está latente y nadie sabe muy bien cuándo va a aparecer y cómo vamos a prevenirlo. Y por eso es toda la discusión que se da en el mundo sobre cómo enfrentarlo, desde la elaboración de vacunas, hasta el desarrollo científico, en materia medicinal, porque en verdad para el mundo fue un espectáculo absolutamente inesperado el que nos brindó la pandemia y que hizo un enorme daño en todas las sociedades. Además del daño en la salud hay un daño, que la Organización Mundial de la Salud repite permanentemente y nosotros por eso hicimos un Plan de Salud Mental, que es el daño psicológico, que ha generado la pandemia y que ha determinado que muchas sociedades empiecen a aparecer conductas, que antes no tenían.

La guerra fue el otro problema, que tuvimos que enfrentar; la verdad es que, cuando hablé con Putin, la anteúltima vez le dije que la verdad no parece razonable que después de una pandemia, alguien avance y que genere una guerra. 15 millones de muertos y desatar una guerra para que más millones de muertos ocurran no parece razonable, pero no parece que la racionalidad impere allí. No sé porque los datos sobre muertes, en la guerra de Ucrania son imprecisos, pero la verdad es un dato revelador de la poca sensibilidad que – a veces – el mundo tiene; después de la tragedia vivida se desata una guerra, que además tiene consecuencias económicas.

Las consecuencias económicas las tienen acá; arriba de las dos barras, que ustedes ven: la anaranjada y la que es medio verde, eso es el crecimiento del precio, del maíz, y el crecimiento del precio del trigo, que es precisamente lo que más producen Rusia y Ucrania y que – cuando salieron de los mercados – generaron un enorme problema, que es un problema al que se agrega una complicación, que plantee, en el último G20, que es la intervención de los fondos financieros en la intermediación de commodities, vinculados a la alimentación y este es un enorme problema, porque las formas en que se terminan manipulando los precios es impresionante. Así, grandes pool de inversión compran granos, los reservan hasta hacer subir el precio y venderlos en el momento que corresponda. Al mundo, la verdad, no le faltó trigo, lo que no hubo es acceso al trigo de algunos sectores por los precios que se les imponían.

La guerra nos generó ese aumento de precios, que ustedes ven abajo, en la energía; ahí están las diferentes formas de energías; las primeras barras son del gas de Bolivia, del GNL, del fuel oil, del gasoil. En lo único que logramos tener un mejor precio fue en la energía eléctrica porque Brasil, por sus hidroeléctricas, las tenía con una oferta sobreabundante y entonces pudimos comprar energía eléctrica, a Brasil, y eso nos permitió contener. Pero fíjense cómo crecen las barras grises; ese es el aumento de la energía, durante la guerra, que nos genera ese déficit. Todas esas barras celestes, que ven para abajo, es lo que nos costó el cambio de energía. Esto significa, que, en total, perdimos 4.940 millones de dólares, en el año 2022, precisamente por ese mayor precio de la energía.

Y acá les aclaro que está descontado lo que ganamos, porque en esa suba de precios del trigo y del maíz, algo ganamos, pero con eso que ganamos aún así ese sigue siendo el deterioro de la economía argentina, como producto de la guerra.

Hay en el mundo, además, cuestiones que no se tratan, pero me parece que son cuestiones centrales, pues hay realmente un cambio geopolítico, en el mundo. No se trata que alguien pueda creer que lo que estamos viviendo es el fin de la globalización. No, no ocurre eso, la globalización ha venido, se ha instalado y no se va a ir. Ahora lo que sí ocurre es eso, que llama Mariana Mazzucato, la deslocalización de empresas. Lo que está ocurriendo es que muchas empresas, que en su momento aprovecharon la mano de obra barata, en China, ahora las están sacando de China y volviéndolas a poner en sus países de origen. Y están generando una nueva globalización, de las más importantes, pero no en el país, no en la nación, sino en las regiones. Entonces florece la Unión Africana, por ejemplo, y florece la Unión Europea que tiene enormes dificultades para mantenerse, enormes dificultades. Porque la fragilidad, de la Unión Europea empezó con el Brexit y tiene ahora un momento crítico, que es la guerra Rusia y Ucrania y que la tiene ahí parada, como socio de la OTAN, soportando, en su territorio un disloque de magnitud.

La verdadera razón por la que Europa acepto que la Unión Africana sea parte del G20, es que necesita del gas, del petróleo, que antes le daba Rusia y que ahora se lo tiene que dar África. Europa expolió a África, durante siglos, y ahora están preocupadísimos por África, pero la única razón es que no tienen quién les venda el gas, no tienen quién les venda el petróleo. Yo celebro, y creo que la Unión Africana tiene que estar en el G20 definitivamente, África es el continente más retrasado de todos. Así, el 70 por ciento de África no tiene electricidad. Esto es para que tomemos dimensión de la desigualdad que hay en el mundo.

Y después la prolongación del conflicto bélico todo lo complica y después también aparece un nuevo actor, que son los BRICS, que parecen haber dicho: “bueno, este es el momento de avanzar”. Para algunos los BRICS, aunque algunos siguen creyendo que en el mundo está el comunismo y el capitalismo y la verdad que eso no existe más en el mundo, la verdad que no existe más. Hay gobiernos autocráticos, que siguen modelos capitalistas, pero el comunismo – como tal – no existe más. Y muchos opinan que los BRICS son un modelo comunista, pero la verdad es que los BRICS, que ahora sumaron cinco países y después voy a detenerme en ese punto, es un grupo de países que se reunieron y que cuando suman esos cinco países, que son cuando entró Argentina, en la última reunión, convierten a los BRICS en un representante del 44 por ciento de la población mundial. Nadie representa eso; y además representa el 36 por ciento del Producto Bruto Global. Nadie representa eso. Cuando digo nadie representa eso, ¿a quién me estoy refiriendo? Al G7, que pasó a un segundo lugar. Y los BRICS han elegido cinco países, inicialmente había sesenta y pico de países, que pidieron entrar a los BRICS. Ese número, ellos, los cinco originales, hicieron una suerte de tamiz y se redujo a 35 ó 36 países y después hubo cinco que unánimemente pudieron entrar porque tenían el apoyo de todos.

Ahora, qué características tienen eso cinco países, que son básicamente productores de energía. ¿Y qué ocurre? Ocurre que, en la declaración que hacen los BRICS, antes de nuestro ingreso, anuncian que están analizando la posibilidad de utilizar una moneda de intercambio interna, que reemplace al dólar. Y nadie tiene presente lo que eso puede significar en la economía americana. Porque hay que recordar que Nixon, cuando terminó con el patrón oro, e impuso al dólar lo hizo apoyándose en los petrodólares, porque había acordado con el mundo árabe que eso se negocie solamente en dólares. Y si se negociara nuevamente la moneda, ¿cuánto valdría el dólar, ¿cuál sería el respaldo del dólar? Esta pregunta que yo me hago - quiero aclararles – se la hacen todos los diarios de los Estados Unidos, desde el día que salió esa decisión del BRICS. Y ese puede ser un cambio de geopolítica de magnitud, si ocurre, de magnitud.

Los BRICS, además, tiene un condimento que tiene que ver mucho con este tiempo, que es el tiempo del multilateralismo. Para estar en los BRICS no hace falta que uno esté solo en los BRICS. Estar con los BRICS trabajando con China no quiere decir que uno no pueda trabajar con los Estados Unidos Y con Europa, y no hay ningún impedimento en eso. Y en los BRICS están los dos mercados más grandes del mundo: China e India y Argentina tiene ahí – más Brasil – a su mayor parte del destino de sus exportaciones.

Los BRICS son un dato, que geopolíticamente debería ser analizado de otro modo, desideologizarlo, porque la verdad no tienen contenido ideológico, y darse cuenta de lo que objetivamente representa, que haya aparecido un grupo de países, que desplace al G7, en su representatividad, es un dato no menor.
En el contexto externo tenemos el problema de la crisis climática; escuché mucho, un ratito antes, que muchos repitieron el problema de las energías renovables, que son una necesidad. Ahora, en la Argentina, algunos candidatos dicen que no es verdad el tema de la crisis climática, pero la verdad es que la Argentina sufrió la peor sequía, de sus últimos 100 años, algunos dicen que, de los últimos 60 años, me da lo mismo. Es una sequía espantosa, que determinó que perdiéramos 3 Puntos del PBI, ¿Se dan cuenta lo que eso representa? Más de 20 mil millones de dólares. Y este problema, que es el problema de la crisis climática el mundo lo discute y discute, pero nadie lo aborda, porque acá hay responsabilidades muy diferenciadas.

La Argentina aporta el 0,6 por ciento de gases contaminantes de todo lo que el mundo genera, sin embargo, pagamos las consecuencias, porque acá hay responsabilidades muy diferenciadas, sin embargo, pagamos las consecuencias como si fuéramos los principales culpables y desde que yo soy presidente, en todas las reuniones, de las que participé, en todas se discutió el financiamiento de los países en desarrollo para las energías renovables. Y eso nunca se concretó; los 100 mil millones de dólares, que se vienen hablando desde el Pacto de París, nunca se cumplieron. Ahora en el último G20 se anunció que Europa va a poner, creo que 50 mil millones de euros más, pero la verdad son todas palabras que se repiten, pero la verdad que no se cumplen. Y no les quiero contar lo qué es conseguir un bono verde. Acá hay una responsabilidad primordial del mundo central y el mundo central no hace nada por ayudar a resolverlo. Y el problema va a permanecer mientras no lo resolvamos, porque además la disposición de energía renovable tampoco tiene la velocidad y el vértigo que algunos esperaban.

Por eso, Europa ha decidido, ahora, considerar al gas como una energía de transición, porque no tiene energía de reemplazo y se da cuenta que no la va a tener en lo inmediato.

¿Qué pudimos lograr en estos años? Este es el resultado de la actividad industrial, así, en el primer semestre de 2013, en este contexto, que les estoy diciendo, es el de mayor actividad, en siete años. Estos son datos estadísticos, no son datos que yo invento, pueden entrar en la página del INDEC y verlos. Respecto del primer semestre, de 2019; en el primer semestre del 2023, la actividad industrial es 12, casi 13 puntos más alta. Esto quiere decir que a pesar de todos los problemas que tuvimos y que pasamos, la verdad, es que todavía estamos trabajando y aunque todavía estamos con muchas dificultades seguimos creciendo. La cuenta – finalmente – nos termina dando negativa por la caída tremenda del agro, pero la actividad industrial es da estos datos.

Si nos detenemos en el desempleo, ahí está el resultado, en verdad ahí está el segundo trimestre, del 2023, pero yo creo que hoy, ese número de 6,2 es menor, creo que vamos a estar por debajo del 6, porque el otro dato que creo que debemos tener en cuenta es que llevamos 36 meses consecutivos de crecimiento del empleo registrado y que, en la ANSES hemos registrado más de un millón de puestos de trabajo. Yo calculo que ese número se quedó corto y son más o menos 1.200.000, pero más de un millón de puestos de trabajo registrados. Es real – definitivamente – que el empleo se genera y los sueldos no acompañan como corresponde esa generación de empleo. Y este fenómeno no ocurre, en la Argentina, lo vivió Obama, por ejemplo, después de la crisis del 2008, donde creaba empleos, que antes de la crisis se pagaban de un modo y después de la crisis se pagaban de otro. Las crisis se pagan y también los sectores laborales lo pagan y pagan altos costos por eso. Pero la verdad hemos conseguido este dato, que les aclaro, es la secuencia más prolongada de crecimiento del empleo, en décadas.

Y acá tenemos algunos datos concretos, no me voy a detener demasiado: la construcción, cuando yo llegué, tenía 222.000 trabajadores, hoy tiene 467.000. Si uno a eso le sumara a los técnicos, a los ingenieros y demás el número alcanza 530 mil.

El turismo y la gastronomía, del que hablaron mucho como un tema de oportunidades para la Argentina, y es cierto lleva 24 meses consecutivos de creación de empleo y fue el sector que más sostuvimos en la pandemia, con el ATP, que recibieron muchas empresas y que nosotros lo hicimos, precisamente para que no haya una caída del trabajo.

La minería, que es la nueva estrella de la economía argentina casi creó 39 mil puestos de trabajo. Hay provincias, como Catamarca, donde prácticamente el desempleo, ha desaparecido.

Y la industria automotriz: ese el aumento de la producción, en agosto, y esa es la cantidad de personas que tiene asalariadas, en este momento.

Doy estos datos para salir, un poco, también de esa sensación de que estamos realmente muy mal, porque algunos especulan con el dólar y nos complican. Y está claro, nos faltan dólares, eso está clarísimo, lo saben todos, pero también estos resultados es producto de lo que ustedes hacen en sus empresas. Nosotros establecimos un mecanismo de recuperar ingresos, viendo además de que el salario no crecía lo que nosotros esperábamos que creciera, que fue empezar a hacer que cada vez menos trabajadores paguen Ganancias. Y fíjense ustedes, en millones de personas, hoy en día menos de un millón de personas, asalariadas, están pagando Ganancias. Y en algún momento llegaron a ser 2.300.000 y cuando llegué yo, eran 2.130.000 eran las personas que vivían de un salario y pagaban Ganancias. Y nosotros, además, creemos definitivamente que esto es lo correcto, porque la verdad que el que vive de un sueldo el salario no es renta, el salario es la remuneración por un trabajo brindado y este Impuesto a las Ganancias, originalmente, se llamaba Impuesto a la Renta. Y la verdad no tiene ningún sentido que el asalariado pague este impuesto.

El otro día escuchaba a un candidato decir que tenemos que construir una Argentina federal, creánmelo, estoy absolutamente de acuerdo. La Argentina está muy concentrada en el Área Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires, y le presta muy poca atención al interior del país. Y el interior del país ahora está empezando a expresar manifestaciones de riquezas y oportunidades enormes. El Norte argentino con el litio tiene una oportunidad enorme; con el cobre tiene una oportunidad enorme, que antes no tenía.

Ahora, cuando ustedes miran, por ejemplo, las primeras dos barras, marcan la inversión en obra pública, en relación con el PBI. Quiero decirles que nosotros llevamos ejecutadas 7 mil obras en la Argentina, de las cuales 3800 empezamos y terminamos y que ese número no está registrado por ningún otro gobierno. Tenemos muchos problemas porque la inflación distorsiona mucho los precios, pero hemos trabajando para encontrar un mecanismo de solución, en el que haya alguna regla de readecuación de los contratos para que precisamente no se paralicen las obras.

Si ustedes quieren medirlo por rutas y autovías hechas, hicimos 18.000 kilómetros de rutas y autovías, hicimos, terminamos, contra 9.000 que se hicieron, en la gestión anterior. Y si quieren medir viviendas, ya en verdad estamos en 137 mil viviendas entregadas y terminadas. Y el mes que viene vamos a entregar la vivienda 140.000 y estoy seguro que voy a terminar mi mandato, entregando la vivienda 150.000. 150 mil viviendas, contra 14.000, que se hicieron con el crédito UVA.

Yo todo esto lo marco, porque esto también lo hacen ustedes, porque hay quien dice: “bueno, pero alguien paga todo esto”. Claro, efectivamente los que pagan impuestos y la plata va al Estado. Esto también son mecanismos de redistribución del ingreso.

Yo ahora, con el Coqui Capitanich, creo que, en una semana, o cuando vuelva de China, no sé cuándo lo vamos a hacer, vamos a un acueducto, que es el más largo, de América Latina, que va a darle agua a 500 mil personas, que estuvo presupuestado, durante los cinco años anteriores, a mi llegada al gobierno, pero que nunca nadie puso un centavo para hacerlo y nadie hizo nada por hacerlo. Y lo mismo estamos haciendo, en La Pampa, llevando agua potable, a General Pico, obras que ya empezaron. Es un acueducto, que viene reclamando, hace años, La Pampa y que nunca se hizo.

Si miramos el desarrollo educativo, a nosotros la educación pública nos importa mucho. Y acá pueden ver la comparación, no quiero extenderme, sólo quiero decirles es que yo inauguré sedes universitarias, en Tierra del Fuego, en San Luis, en Córdoba, en Misiones, en provincia de Buenos Aires, definitivamente creo que el problema es que faltan universidades, no son muchas, faltan. Y siempre cuento lo mismo: yo me eduqué, doy clases en la Universidad de Buenos Aires; cuando en el año 2020, esa universidad cumplió 200 años, y me pidieron ser el orador de cierre de ese acto, y me regalaron la resolución que crea la Universidad de Buenos Aires. Y es muy interesante leerla, porque la ordenanza, el argumento central dice que los vecinos, de la Ciudad de Buenos Aires, no pueden seguir pagándoles a sus hijos sus estudios, en Córdoba, Chuquisaca o Europa y que por lo tanto necesitan una universidad cercana para que sus hijos puedan estudiar. La verdad que si uno leyera la argumentación del por qué se creó la Universidad de Buenos Aires debería dejar que crezcan todas las universidades que hagan falta, porque está a la vista, que cuando una universidad se pone en marcha miles de alumnos colman las aulas. Porque no hay que llevar al alumno a la universidad, hay que llevar la universidad a los alumnos y hay que hacerle más fácil la tarea al estudiante.

Entonces por eso, a nosotros, la educación pública nos preocupa. Digo esto y también digo que hay que mejorar la calidad de la educación pública, las dos cosas son ciertas. Pero también llegamos en un momento nosotros, donde la degradación del ingreso a los docentes era notable y nosotros la fuimos recomponiendo. Y eso no se arregla diciendo que uno no va a hablar con el sindicalista, que eventualmente, conduzca el sindicato de los docentes. Eso se arregla definitivamente prestándole atención y exigiéndoles a los docentes que también se capaciten para mejorar su pedagogía, ambas cosas.

No estoy poniendo, acá, lo que hicimos en ciencia y tecnología, porque ahí la inversión que nosotros pusimos fue altísima y ahí – para los que hablan de la necesidad de hacer federalismo – cuando yo llegué al gobierno el 80 por ciento, de la inversión en ciencia y tecnología, estaba contenida en el Área Metropolitana, de la Ciudad de Buenos Aires, y el 20 por ciento iba para el resto del país; yo hice exactamente al revés: el 20 por ciento va al Área Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires y el 80 por ciento va al resto del país. Y la verdad es que uno se encuentra con un desarrollo científico impresionante en el interior del país, porque es un problema de darle la oportunidad, simplemente.

Yo participé de un yogurt, que lanzó al mercado Danone, es que cambiaron tantas veces las marcas ahí, que ya me olvido; Danone y en verdad es un yogurt que tiene un componente biológico, un prebiótico, gracias, saben que soy abogado y todas esas cosas, me resultan difíciles de recordar. Ese prebiótico dónde se investigó, dónde se desarrolló. En Tucumán, entonces de lo que se trataba era de darle la oportunidad al interior del país para que haga ese desarrollo el interior. Y eso lo hemos hecho, y cuando me paro en ciencia y tecnología podría también contarles otras cosas: cómo hemos vuelto a poner en valor el sistema satelital argentino. En plena pandemia lanzamos un satélite y estamos construyendo, ahora, nuestro cohete lanzador para no depender de alquilar cohetes lanzadores, en otros lugares.

Nosotros, también, hemos desarrollado la vacuna contra el COVID y yo calculo que, en noviembre, va a estar aprobada por ANMAT y la verdad es que eso no es un dato menor. Porque yo padecí lo que fue buscar vacunas, y la Argentina ha sido calificada – por la OMS – para desarrollar vacunas, con este sistema del ARDN mensajero y tenemos dos laboratorios, uno todavía no se inauguró, el otro ha creado toda la tecnología para poder desarrollar vacunas, pero a una de las empresas ya la OMS la seleccionó, y lo que le estamos pidiendo a la OMS es que también incluya a la otra empresa, que lo hizo todo con inversión propia. Esto a nosotros nos representa un salto de calidad, en materia farmacológica impresionante. Y esto ocurre, en este momento de crisis. Si algo dije y me equivoqué, dímelo Marcelo, que estás sentando ahí adelante, pero creo que es exactamente lo que ha ocurrido.

Está también la paradoja, que, en el medio de la deuda, la pandemia, la sequía, el gobierno, este gobierno se caracteriza por ser el que más baja conflictividad tuvo y acá tienen una explicación; miren ustedes la inversión en relación con el PBI y el desarrollo social, triplica el promedio de todos los años anteriores. En verdad lo que quisiéramos es que esto baje, porque el empleo mejore y porque el trabajo registrado mejore. Eso demanda tiempo y en el mientras tanto hay que atender la situación de vulnerabilidad de esas personas.

Un segundo me detengo en salud. Hemos logrado la cifra de mortalidad infantil más baja de la historia, el número más bajo de la historia argentina, ahora en material de salud no voy a contar que tuvimos que construir, de vuelta, el ministerio de Salud, porque lo habían cerrado, ni voy a contar todo lo que tuvimos que hacer, en la pandemia, algunos acá lo saben bien, también con la actividad privada y la Argentina tiene un sistema de salud, donde trabaja coordinadamente con el sistema público, un sistema para-público, el tema de las obras sociales y la medicina privada. Ahora, hay un dato, que, por ejemplo, nadie se ha detenido a atender, cuando se dictó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, hubo – como siempre ocurre en la Argentina – una guerra, y la verdad que yo insistía en decir que este no es un problema de naturaleza ética, moral, no es un problema de naturaleza religiosa, sino un problema de salud pública.

Yo quiero decirles, que el dato que no aparece en ningún lado, es que la tasa de mortalidad, como consecuencia del embarazo, se redujo un 40 por ciento, en la Argentina, y la única explicación es la Ley de los Mil Días y la Ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, y que el embarazo adolescente se redujo en una porción parecida. Y la razón es exactamente la misma y eso, en materia de salud, ha sido un dato importantísimo, para las mujeres ha sido un dato importantísimo. Ya pasó, nos peleamos, ya discutimos lo que teníamos que discutir, ya la ley es norma, pero estos son los resultados de esa ley.

Ahora, parémonos en ver un poco cómo es la nueva lógica global, miren el mundo ya definitivamente eligió el multilateralismo, el mundo definitivamente cree que no existen las hegemonías de nadie y no cree en la bipolaridad. Es cierto que hay una bipolaridad que se tensa, en materia comercial, entre China y Estados Unidos. Eso se ve, eso es evidente. ¿Qué es lo que queremos nosotros? Que en este tiempo de globalización lo que tenemos que hacer es integrarnos a regiones, hacer más fuerte el MERCOSUR, más efectivo, habrá que corregir sus instituciones, pero hay que mantenerlo, sostenerlo e impulsarlo. Y con Lula estuvimos hablando de ver si podemos, antes que termine el año, de firmar el acuerdo con la Unión Europea. ¿Por qué? bueno, porque básicamente porque la Unión Europea empezó a entender muchas de nuestras demandas, cambió muchas de las cosas que originalmente estaban firmadas.

Y en verdad, lo que más complicó el acuerdo con la Unión Europea es que, la UE después de haber firmado el pacto con el Mercosur, creo un pacto verde que pone condiciones de producción agrícola ganadera que ningún país de la región puede cumplir. Con lo cual, no solamente queda afuera toda esa producción, sino que además seguimos peleando con las protecciones que, por ejemplo, Francia, Irlanda, Polonia hacen respecto de la producción agrícola propia.

Ahora, creo que nos acercamos a poder tener un acuerdo con la UE, y eso puede ser importante, porque como alguna vez me lo planteó Merkel - que creo que lo tenía muy claro - la verdad es que el acuerdo puede ser un eje que de algún modo no permita que esa bipolaridad comercial se concrete y que ese eje puede favorecer aún más la multilateralidad.

La verdad es que fui muy crítico del acuerdo que se firmó, pero no de la intención de lograr un acuerdo con la UE, creo que estamos mucho más cerca. Y además Lula participa más de las lógicas nuestras, y entonces estamos mucho más cerca de poder encontrar ese acuerdo.

Y después la alternativa que nos ofrece el BRICS, que es una alternativa fenomenal. Y que en lo único que tenemos que pensar es en ver cómo nos integramos a esos países. Es una oportunidad comercial increíble la que tenemos y que sería una zoncera desperdiciarla. Escucho a algunos decir: “Si yo gano las elecciones me voy de los BRICS”. Bueno, es como si dijera mañana Japón: “Me voy del G7”. Es una locura tomar una decisión de ese tipo.

El otro desafío que tenemos como país es garantizar la soberanía energética que, en gran medida, la estamos garantizando con el gasoducto que construimos en tiempo récord empresas privadas argentinas. Y la verdad es un gasoducto que nos permite llegar a los lugares de producción de todo Buenos Aires y que tenemos el propósito de hacerlo llevar al límite con Brasil para proveerle gas a dicho país. Y en eso está Sergio trabajando en la licitación pertinente.

Ahora, nosotros ya estamos muy cerca de la soberanía energética. Esas pérdidas que tuvimos por la importación de energía, ya no la vamos a tener en los próximos años, porque no vamos a tener que importar gas, que es lo que más importamos en todos estos años.

Con lo cual, estamos muy cerca, teniendo en cuenta que el gas - considerado en el mundo y como estamos en un mundo global, hay que respetar las normas globales- es una energía que poco a poco va a ir siendo dejada de lado. Eso sin duda va a pasar, pero tenemos décadas para aprovechar el gas que tenemos y para venderlo. Ya le estamos vendiendo a Chile petróleo y gas, y hemos recompuesto un contrato firme para darle gas a Chile, después que en otro tiempo -yo era parte de ese tiempo- le cortamos el gas a Chile. Levantar eso es muy difícil y hemos logrado levantarlo; y hoy en día estamos exportando petróleo y gas a Chile.

¿Qué es lo que yo veo? Bueno, hay un mundo que demanda todas estas cosas y todas estas cosas las tiene la Argentina. Los escuché a ustedes hablar de esto antes que yo, con lo cual ni siquiera quiero repetirme porque escuché que lo hablaban.

Quiero decirles que la economía del conocimiento hoy es la tercera causa de exportación de la Argentina. Y que la Argentina está vista por el mundo como un país con muy buenos valores para el desarrollo de la economía del conocimiento. Y ha crecido de un modo exponencial y hemos podido acordar normas con el sector para garantizar que el desarrollo del sector siga creciendo y siga manifestándose. Y ahí tenemos que apostar, porque el futuro del mundo no está en el que tiene litio, petróleo, gas, es básicamente el que tiene el conocimiento, desarrollo de la ciencia y la tecnología de poder extraer esos minerales o esos recursos. Esos son los que son verdaderamente dueños de la riqueza.

Por lo tanto, creo que tenemos, en todas estas, enormes oportunidades. Cuando hablo de alimentos lo que creo que nosotros… esto nos quedó pendiente porque nunca logramos que salga de Diputados, pero la ley de agroindustria es una ley que debería haber salido y que hace falta para el futuro de Argentina. La Argentina lo que exporta básicamente es alimento para que otros lo procesen y lo conviertan en alimento para seres humanos; pero lo que exportan son alimentos que consumen animales y no seres humanos. Y nosotros lo que tenemos que hacer es agregarle valor a esa producción primaria, y vender alimentos para seres humanos. Y para eso la ley de agroindustria es central. No la trataron durante mi mandato, espero que la traten en el próximo, pero que no lo demoren porque es una oportunidad única que tiene la Argentina.

Estas son las bases de lo que yo creo pensar en un país socialmente justo, tiene que garantizar todas estas cosas: Preservar la salud pública, mejorar el sistema educativo, garantizar la educación pública. A mí me preocupa mucho cuando escucho a liberales discutir la necesidad y el sentido de la educación pública y digo: “por qué no siguieron el ejemplo de Sarmiento y de Alberdi, que son los padres de la educación pública argentina”. Realmente la promoción de la producción nacional y la industria argentina es fundamental para poder garantizar un futuro con crecimiento. No hay otro modo.

Quiero contarles que TESLA es un emprendimiento muy exitoso de autos eléctricos, pero que empezó siendo financiado absolutamente por el gobierno de Obama, y el Estado americano no tuvo ninguna duda en financiar eso. Hace dos o tres meses atrás, de repente todos nos dimos cuenta que los microchips para las computadoras los hacían los chinos y nos habíamos quedado en todos lados sin microchips. Y el gobierno de los EE. UU destinó hace dos meses atrás 45 mil millones de dólares- me acuerdo la cifra, porque me acuerdo exactamente lo que le debemos al Fondo- 45 mil millones de dólares para que se desarrollen microchips en los EE.UU. ¿Y quién financia eso? El gobierno del Estado americano. Entonces, un Estado presente para el desarrollo industrial es necesario y nadie debe avergonzarse por eso, nadie, porque es el impulso que necesita muchas veces los emprendedores. Si mejoramos la producción nacional, el trabajo va a encontrar una solución y el trabajo registrado va a encontrar una solución.

Tenemos que prestarle atención al tema salarial. Me valgo de ejemplos, porque me temo que muchos de ustedes me escuchan y deben pensar que este es un tema ideológico. El otro día lo vi a Biden, el presidente de los EE.UU, agarrar un altavoz, frente a un piquete de trabajadores de la industria automotriz, diciéndoles que tenían razón y que la industria automotriz tenía que mejorar los sueldos de esos trabajadores, porque el Estado americano los había subsidiado en la crisis del 2008. ¿Qué pasaría en Argentina si yo hiciera eso? No quiero pensar cómo serían las tapas de los diarios. Eso los hizo Biden, hace una semana y media.

Hay que forjar un nuevo sistema de seguridad interior, seguramente. La Argentina está viviendo un fenómeno, que es el fenómeno del crimen organizado, y la verdad es que todos cargan las tintas sobre el Estado Nacional, pero la verdad el sistema central es que la seguridad es un tema de las provincias; y en verdad ustedes escuchan cada vez que hay una crisis de seguridad en las provincias que lo que reclaman es que mandemos Gendarmes o Policías Federales. Miren, hay que cambiar el sistema, así no funciona. Y nosotros mandamos Gendarmes a Rosario, mandamos gendarmes al Gran Buenos Aires, pero la verdad, si ustedes hacen números, nosotros tenemos alrededor de 80 mil efectivos entre todas las Fuerzas Federales, y la Provincia de Buenos Aires tiene más de 100 mil efectivos en la Provincia de Buenos Aires. Tampoco estamos en condiciones de prestar semejante auxilio.

Y también, desarrollar un programa claro para la Defensa Nacional. Hemos trabajado con las Fuerzas Armadas muy bien estos 4 años. Tuve la enorme suerte de ser el primer presidente de la democracia donde todos los oficiales se han convertido en Oficiales de las Armas en democracia, y he trabajado muy bien con ellos. Hemos potenciados la industria militar y hemos potenciado sus salarios, sus ingresos, hemos regularizado mucho del retraso que las Fuerzas Armadas tenían.

Ahora queda por delante un Plan de Defensa Nacional, porque en un mundo globalizado como en el que estamos viviendo, y tan inquieto como el que vemos, el tema de la defensa no es un tema menor.

Con esto termino. Miren, si nosotros queremos que la Argentina realmente avance, hagamos algo que yo no puedo hacer. Terminemos con los debates estériles. Esto es lo que hablo como el fin de la grieta. Siento que a veces estamos discutiendo cosas que no sé ni siquiera por qué las estamos discutiendo. Es simplemente por oponerse. Los que anunciaban bajar el impuesto a las ganancias para los que trabajan, el día que tienen la ley se replantean si tienen que votarla o no. La verdad es que con la grieta hay que terminar, la grieta ha sido muy insana para la Argentina. Cuando hablo de grieta, estoy diciendo que respetemos el Estado de derecho plenamente. Creo que el Estado de derecho en la Argentina no corre riesgo, yo no creo que la democracia esté en riesgo el año que cumplimos 40 años. Lo que creo es que la democracia está en deuda con muchas cosas para con los ciudadanos, eso sí; y que debemos hacer una mejor democracia, eso sí.

Ahora, para que una mejor democracia sea posible, lo que tenemos que organizar es la convivencia democrática, es lo que nosotros hemos perdido, que es no respetar lo que el otro dice, por más que diga algo totalmente distinto a lo mío. Es descalificarlo, insultarlo, maltratarlo. Y esto se ve permanentemente, se ve en la política, se ve en los medios de comunicación. De repente a alguien se le ocurrió escribir un libro que dice que yo vivo borracho y la verdad que yo me hice famoso por tomar pomelo. Cuando llegué el mozo que me recibió me dijo: “Le traje su pomelo porque sé que usted toma pomelo”; Que yo recibí 30 millones de dólares para ser candidato en el año 2019. La verdad, no me preocupa que una periodista lo haya escrito, ella sabrá por qué inventó semejantes cosas. Pero lo que me llama la atención es que una editorial muy prestigiosa, una multinacional, haya publicado algo así. Sinceramente, creo que ninguno de ustedes conoce porque no se vendió, pero la verdad es que está lleno de barrabasadas el libro. Y eso habla de la convivencia democrática, porque si nosotros no nos respetamos en la diferencia, estamos en un problema enorme, que lo único que hace es profundizar la grieta. Y cuando la grieta se profundiza lo que ocurre es que nos caemos en la grieta y cuando nos caemos en la grieta todo es oscuridad.

Así que yo espero que, en el futuro, ya hablé de la necesidad de hacer un mejor federalismo. Me voy con la tranquilidad de haber sido el presidente que más invirtió en el interior del país. Tal vez no todo lo que merezcan mis compatriotas del interior del país, pero la verdad es que hicimos mucho. Y la verdad es que cuando uno habla con los gobernadores, lo terminan reconociendo siempre.

Por eso creo que el tiempo que se viene es el tiempo de unidad nacional, y todas esas oportunidades de las que hablamos, la minería, la energía, los alimentos, todo va a ser mucho más fuerte si logramos ponernos de acuerdo en cosas básicas. Parece mentira, pero lo que estoy pidiendo a ver si podemos lograr la unidad nacional, eso es lo que estoy pidiendo. Parece increíble, pero después de 40 años de democracia terminamos pidiendo esto, y todavía no damos cuenta que es una carencia. Bueno, es hora de que lo hagamos.

Tengo la impresión- como dijiste vos- que hay que mirar con mucho optimismo el futuro porque las oportunidades son muchas y esta vez el viento juega a favor de la Argentina. Tenemos que resolver problemas de la deuda con el Fondo, tenemos que soportar los problemas que estamos viviendo, las turbulencias que estamos viviendo por la carencia de dólares, pero la verdad que las oportunidades son muchísimas y no debemos desaprovecharlas. Y lo que tenemos que estar discutiendo de aquí en adelante es a ver cómo nos unimos a trabajar para provechar esas oportunidades. Si lo hacemos, vamos a ser un gran país.

Muchas gracias por el tiempo que me han dado. (APLAUSOS)