Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el marco de la 78 Asamblea General de Naciones Unidas, Nueva York, EE UU

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el marco de la 78 Asamblea General de Naciones Unidas, Nueva York, EE UU

Señores presidentes: la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible y la Agenda de Acción, de Addis Abeba, posicionaron a la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI) y a la creación de
capacidades, como uno de los siete ámbitos de acción estratégicos para alcanzar los ODS.

Los logros científico-tecnológicos han sido esenciales para el manejo de la crisis sanitaria, provocada por el COVID-19, pero también son indispensables para una recuperación transformadora con mayor igualdad y sostenibilidad ambiental. La transformación, que nos exigen los ODS, no será posible sin un esfuerzo sostenido para
cerrar las brechas tecnológicas entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología se enfrenta en nuestros países a varias dificultades objetivas, tanto internas como externas.
Por un lado, señalé - en la reciente Cumbre del G77, celebrada en La Habana, días atrás - la existencia de monopolios tecnológicos, la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y la laxitud de los compromisos en torno a la transferencia de tecnologías
en términos favorables, terminan por obstaculizar el progreso tecnológico de nuestros países.

Por otro lado, se trata de uno de los sectores que más padecen la inestabilidad política, económica e institucional. Cuando se desarman políticas para el desarrollo pensemos en el desarrollo satelital, tan sólo como ejemplo, el país desaprende y retrocede. Colocar
a la ciencia como variable de ajuste es lo que conduce al atraso económico, a la fuga de talentos y al subdesarrollo, en general.

No hay experiencia en el mundo en la que haya desarrollo un genuino desarrollo sin una apuesta por la inversión en ciencia, tanto desde lo público como también de lo privado.

Las tecnologías más complejas, como la aeronavegación o lo espacial, entre muchas otras, han sido impulsadas por el Estado en las primeras etapas.

Señores presidentes: Queremos lograr en la Argentina, y en el mundo, se genere empleo digno y con derechos; queremos integrarnos a las cadenas globales de valor. No queremos competir
para localizar inversiones que deterioren los derechos y los salarios de los trabajadores y trabajadoras. Tampoco queremos competir para localizar inversiones que no cuiden el ambiente. Es fundamental, para ello, formular e implementar políticas públicas que
apunten a la transformación y diversificación productiva, garantizando a la inclusión social y sostenibilidad ambiental.

La Argentina ha incrementado fuertemente la inversión en el sector científico-tecnológico y estamos trabajando, en un Plan Nacional de Ciencia y Tecnología, hacia el 2030, seguros de que la ciencia y la tecnología son un factor determinante para transitar
una senda de desarrollo y soberanía.

Muchas gracias.