Palabras del presidente de la nación, Alberto Fernández en la entrega de 57 viviendas, en el barrio de Philips, en Escobar, Prov Buenos Aires

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Palabras del presidente de la nación, Alberto Fernández en la entrega de 57 viviendas, en el barrio de Philips, en Escobar, Prov Buenos Aires

Buenos días a todos y todas. Gracias por estar acá. Siempre digo yo que uno de los momentos más lindos que vivo como Presidente es el momento en que le entrego la llave de una casa que el Estado ha construido a alguien que la necesitaba, una familia que la necesitaba. Es un momento realmente gratificante porque uno se da cuenta que en ese momento está cambiando la vida de alguien, de alguien que alquilaba una casa o vivía en casa de un pariente y que de este modo logra la posibilidad de tener su propio techo para él y para su familia. Y la verdad es que es un momento único, porque muchas veces cuando uno toma medidas y toma decisiones, no puede percibir cómo esas decisiones cambian para bien la vida de la gente, pero en este instante uno lo siente. Ve la alegría de la gente, ve lágrimas de emoción, ve chicos que discuten cuál va a ser su cuarto.

Esta debe ser la casa 105.000 que hemos entregado hoy. Tiene que ver con una forma en que uno concibe en que debe trabajar un Estado. Y este año es un momento de reflexión porque es un año difícil, la verdad estos últimos años han sido años muy difíciles, entre lo que recibimos de la deuda, después hay un país endeudado, después la pandemia, después la guerra, después la sequía. Sin embargo, nunca paramos, siempre seguimos adelante. Siempre recuerdo el momento en que estando en campaña en Mar del Plata, una mañana, haciendo una conferencia de prensa dije que iba a tener un Ministerio para la vivienda, pensando en que necesitaba a un hombre o a una mujer, a alguien que solo piense en la vivienda que los argentinos no tienen y que no tienen posibilidades de acceder a esa vivienda porque muchos, por sus ingresos, no tienen posibilidad de acceder a créditos o a otras formas de financiamiento de una vivienda.

Y la verdad que creo que hice lo correcto. Primero María Eugenia Vidal puso en marcha ese Ministerio, poner en marcha un Ministerio es una cosa muy difícil, y después Jorge Ferraresi, hoy mi querido Santiago, hicieron un trabajo enorme para poder cumplir un proyecto que teníamos en la cabeza, que era llevar viviendas a los argentinos y hacerlo de modo transparente, con total transparencia, porque los que están acá saben que no tuvieron que mover ninguna influencia. Se anotaron y les salió el sorteo de la casa. Y así es como queremos que sea. Muchos me dicen: “Bueno, pero vos pensá que por cada casa que entregas hay diez que te miran y te dicen que no tienen su casa”; Pero hay que seguir este camino para que llegue la casa a cada uno de esos diez que están necesitándola. Y eso, es en sí mismo, es una definición política. Y eso hay que entenderlo, que no es hacer campaña, porque uno puede comparar para entender dónde están las prioridades. Para nosotros la prioridad central es que cada familia tenga hoy un techo y una vivienda digna. Estas casas son maravillosas. Nosotros ponemos, para que todos entiendan, desde gobierno nacional, ponemos recursos, ponemos las reglas que debe tener esa casa, cuántos metros mínimos tiene que tener esa casa, para garantizar que sea una vivienda digna y después el diseño lo terminan haciendo los municipios. Estas son casas hermosísimas, con una luz increíble, en un lugar lindo. Y es el trabajo conjunto, en este caso del querido Ariel, que además fue un gran colaborador en tiempos difíciles en donde le pedí que me ayude. (APLAUSOS)

Hoy entregamos viviendas en Escobar, pero nosotros entregamos viviendas en lugares insólitos. Insólitos…está mal usada la palabra porque debería ser lo habitual, debería ser lo que debe ser, pero no lo ha hecho la política argentina. Nosotros entregamos casas en el Impenetrable chaqueño, entregamos casas en La Poma, en Salta, entregamos casas en Los Altos, en Catamarca. Ustedes me dirán ¿Qué son esos lugares? Efectivamente, son pueblitos muy chiquitos de gente que vive en lugares muy alejados de los grandes centros urbanos, pero que tienen las mismas necesidades de alguien que tiene que vive en Escobar. Y para mí eso es una gran tranquilidad, porque no es llevar casas solo en los grandes centros urbanos, a donde se aglomera la gente. No, es llevar casas en donde hace falta, donde los argentinos y las argentinas lo necesitan. Y lo hemos hecho con el mismo criterio federal y con la misma transparencia que ustedes están recibiendo sus casas hoy.

Y ahora, cuando yo cuento que esta debe ser la casa 105.000 que entregamos y aspiro a que cuando termine el mandato estemos cerca de las 130.000 o 140.000 casas entregadas. Digo esto, porque en el gobierno que me precedió la vivienda no era una prioridad. ¿Saben cuántas viviendas entregaron el gobierno que me precedió? 14.000 viviendas. La décima parte de lo que estamos entregando nosotros. Y ¿Cómo se entregaron? Bueno, se adjudicaron esas casas a gente que tuvo que tomar un crédito que se llamó UVA, que se ha convertido en un dolor de cabeza para esa gente, un enorme dolor de cabeza.

Ahora, nosotros estamos entregando estás casas, que también se tienen que pagar, no es que son un regalo del Estado, también requiere del esfuerzo de ustedes, pero ¿cómo se incrementan las cuotas? Las cuotas se incrementan siguiendo el índice de evaluación salarial, es un porcentaje de cómo crece el salario, para que no estén sujetos ni al dólar, ni a la inflación, solo están sujetos a sus ingresos. Y esto es un cambio enorme porque – como bien decía Santiago – es pensar que nosotros estamos invirtiendo en tranquilidad social, de la Argentina, estamos invirtiendo en el desarrollo de cada familia, dándoles un techo y lo estamos haciendo sin que esto se vuelva un dolor de cabeza para ustedes, lo estamos haciendo para que esto traiga tranquilidad y progreso para ustedes. Y yo estoy muy feliz, que sea así, estoy muy feliz que lo hagamos, porque – definitivamente – hay muchas voces que se escuchan en este tiempo, que dicen que la solución es que el Estado no meta en estas cosas. Yo he escuchado decir cosas increíbles, he escuchado decir que hay que privatizar las calles de las ciudades para poder transitarlas. Piensen ustedes que si para poder transitar una calle, ustedes van a tener que pagar un peaje qué le va a importar a esa persona, que ustedes tengan una casa. Piénsenlo, piénsenlo y ayúdennos.

Miren, yo he decidido terminar mi mandato, el 10 de diciembre, porque hay muchos problemas, en la Argentina, y la verdad no puedo estar abocada a una campaña, tengo que estar abocado – hasta el último día – a resolver los problemas, que tengo en la Argentina, que son los problemas de ustedes.

Cuando me preguntan ¿por qué te bajaste? Yo contesto que yo no me bajé de ningún lado, de ningún lado. Yo sólo tengo una responsabilidad política, mi primera responsabilidad es que la Argentina pueda crecer, pueda avanzar, pueda desarrollarse, que los argentinos y argentinas encuentren trabajo y cuando veo que llevamos 33 meses ininterrumpidos de generación de empleo formal, siento una tranquilidad enorme. ¿Me conforma? No, porque sé que hay salarios que mejorar, hay salarios que reforzar. ¿Qué hoy estoy tranquilo? No, porque sé la inflación es un problema y tenemos que combatirla y para hacer eso no puedo ser candidato, tengo que ser presidente. Y tengo que dedicar todo mi tiempo a eso, pero no es en vano, porque creánme, y ustedes dirán: “pobre tipo todo lo que sufre”. No, miren, no hay mayor alegría, que trabajar para el pueblo argentino, no hay mayor honor que trabajar para ustedes. (APLAUSOS)

Y todos los momentos difíciles que existen, esos momentos se salvan en la sonrisa de ustedes, cuando reciben una casa, todo queda salvado. Y uno dice que todo vale la pena, todo vale la pena, llevar una casa a quien la necesita es generar condiciones de igualdad.

Siempre digo yo, y hoy hablé con el presidente de ENACOM, que me comentaba que ya estamos por terminar la conectividad, del barrio 1.000 de los barrios populares, o sea nos hemos preocupado de llevar conectividad. Recién, hablaba Ariel de lo importante que es poder acceder a Internet, hoy en día. Hemos llevado conectividad a toda la Argentina, pero hemos entrado a los barrios populares para darle conectividad a mil barrios populares de la Argentina. ¿Y eso qué es? Eso es no olvidarse del que está en una situación más débil, es tratar de igualarlo respecto del resto.

Siempre cuento que en actos como este – me repito, pero me gusta transmitírselos – que cuando nosotros soportamos la dictadura y la década del 80 empezaba y la democracia llegó, aquel 10 de diciembre de 1983, yo pensaba y toda mi generación, que teníamos que cumplir una utopía que era que se terminen los golpes militares, en la Argentina, y que la Argentina se institucionalice y la democracia viva para siempre, y nosotros vivíamos eso como una utopía. Para muchos una utopía es algo inalcanzable, es un sueño de un loco, que no puede lograr conseguirlo, pero 40 años después, me toca ser presidente y veo que mi utopía se hizo realidad. La utopía de mi generación se hizo realidad, pero ¿por qué se hizo realidad? Pues porque fue la sociedad argentina la que se abrazó a la democracia, la que la defendió, la cuidó y hoy vivimos en democracia, con plenas libertades.

Así como - en aquel momento - mi generación tuvo esa utopía, yo les pido a todos que pensemos en la utopía de la igualdad, en la Argentina, que es darle a cada uno las mismas posibilidades. Después, es cierto, que cada uno tendrá más habilidades, tendrá menos habilidades para lograr desarrollarlas, pero lo que sí está claro es que no todos tienen las mismas posibilidades; darles a todos las mismas posibilidades es trabajar en la igualdad. Y yo lo que quiero es que esa utopía, que yo hoy tengo, sea la utopía de todos ustedes y la utopía de todo el pueblo argentino porque si todos nos ponemos esa utopía, en la cabeza, va a ser una realidad, como fue una realidad la democracia va a ser una realidad.

Me acuerdo que Antonio Cafiero, a quien tanto quise, en sus días de campaña, tratando de renovar el peronismo siempre recordaba y decía algo, respecto de la utopía. Antonio decía: quien sueña solo, sólo sueña, pero quien sueña con otros puede cambiar el mundo”, sueñen conmigo, hagamos una Argentina más igualitaria. (APLAUSOS).

Gracias Escobar, feliz de visitarlos por sexta vez y voy a venir a visitarlos más veces, desde el 10 de diciembre. (APLAUSO)