Palabras del presidente, Alberto Fernández, en el spot "Mi decisión" subido en Twitter

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Palabras del presidente, Alberto Fernández, en el spot "Mi decisión" subido en Twitter

Estamos en las vísperas de cumplir 20 años de Néstor Kirchner a la Presidencia de la Nación. Tuve el enorme privilegio de llegar con él a la Casa Rosada y ser, también, testigo de su gesta.

Hoy hace casi cuatro años que iniciamos el camino que nos llevó al triunfo de las elecciones del 2019, dando final a un ciclo de desazón para el pueblo argentino.

Cuando me tocó asumir la conducción del país, estábamos, una vez más, en una situación límite. Todos y todas sabemos que no han Sido estos años tiempos fáciles. Recibimos en 2019 un país endeudado, en recesión, en default, con alta pobreza e inflación, y debimos enfrentar una pobreza mundial, una guerra y en este momento las consecuencias de una brutal sequía.

En medio de tantos avatares, volvimos a crecer. Construimos viviendas como nunca se había hecho. Hicimos obra pública en todo el país, algunas estratégicas como el gasoducto Néstor Kirchner.
Ampliamos derechos para las mujeres y disidencias. Fortalecimos la ciencia y la educación y también revitalizamos el aparato productivo. Defendimos nuestras posiciones en los foros internacionales. Somos protagonistas del destino latinoamericano y tendimos puentes en un mundo en crisis.

Está claro que no logramos todo lo que nos propusimos. Nos duelen las familias en condición de pobreza, nos duelen los bajos ingresos. Nos duelen los proyectos y sueños que no pudieron concretarse. Pero a pesar de tantas dificultades, tengo una certeza. No tomé una sola medida en contra de nuestro pueblo.

Hoy un nuevo problema nos aqueja. La sequía más importante en más de un siglo os pone en alerta roja. Nos obliga a rediseñar todos nuestros objetivos. Nos convoca a dedicarnos exclusivamente a este nuevo desafío.

Han dejado de ingresar a la Argentina casi 20.000 millones de dólares. En tan difícil contexto, todavía vemos cómo los especuladores de siempre generan inquietud en los mercados, jugando con el dólar ilegal.

Lejos estoy de quejarme. A los que abrazamos la política como vocación y buscamos asumir responsabilidades para mejorar la sociedad en la que vivimos no nos cabe el lamento. Nos cabe la responsabilidad histórica de hacer con honestidad lo que nos toca. Esa responsabilidad y compromiso me lleva hoy, como Presidente de la Nación estar convencido, sin espacio para ninguna duda, que tengo que concentrar mi esfuerzo, mi compromiso y mi corazón en resolver los problemas de los argentinos y las argentinas. Como enfrentamos la deuda, como lo hicimos durante la pandemia, como sobrellevamos los efectos de la guerra, como nos repusimos cada vez que tuvimos dificultades, unidos, con claridad, en equipo, poniendo todo nuestro esfuerzo, encontrando soluciones novedosas donde otros no ofrecen salidas.

Vamos a superar esta situación y vamos a seguir trabajando por el crecimiento y la distribución.

Desde que comencé a militar políticamente en los años 70, nunca antepuse una ambición personal a la necesidad del conjunto. Como militante peronista siempre supe que primero estaba la Patria, después el movimiento y, por último, los hombres.

Es por eso que voy a cumplir con esta escala de prioridades. El contexto económico me obliga a dedicar todos mis esfuerzos a atender los difíciles momentos que atraviesa la Argentina. Como dije recién, después de la patria, viene el movimiento.
Permítanme también, hablarle a mis compañeros y a mis compañeras. Creo fervientemente en la democracia como sistema para lograr nuestros objetivos en una comunidad organizada. También debemos usar sus herramientas para la vida partidaria. Por eso, creo que las PASO, son el vehículo para que la sociedad selecciones los mejores hombres y mujeres de nuestro frente que mejor nos represente en las próximas elecciones generales.

Como Presidente del Partido Justicialista, voy a garantizar que todos y todas los que se sientan capacitados para encarar este desafío puedan hacerlo. Necesitamos generar un nuevo ciclo virtuoso, en el que otros se empoderen para poder conquistar los corazones de quienes siguen mirándonos como el espacio que garantiza que no volverá la derecha a traernos su pesadilla y su oscuridad.

Sepan todos que voy a involucrarme directamente para que esto sea posible. En estos años elegí soportar algunas críticas o soportar maniobras de desprestigio en contra del gobierno nacional y nunca respondí. Por mí responsabilidad como Presidente evité toda escalada en los conflictos. Siempre actué de ese modo para garantizar la unidad de nuestro espacio político.

Llegamos hoy, pese a todas las dificultades, unidos antes de iniciar una nueva contienda electoral. Esa unidad se fortalecerá con la competencia, con la militancia, con la búsqueda de nuevos protagonistas.

El peronismo del siglo 21, no puede ignorar las demandas de participación en nuestros militantes. Siempre nuestra fortaleza estuvo en nuestra capacidad para interpretar e interpelar a la sociedad. En estos tiempos, tal vez más que en otros, necesitamos revitalizarnos. Más allá de las críticas internas y del mayor o menor acompañamiento recibido, no tengo en el Frente de Todos un solo adversario. Al contrario, reconozco en ellos y ellas un destino común.

Mis adversarios son aquellos a los que debemos enfrentar en las elecciones generales. Dije que volvíamos para ser mejores. Para ser mejores debemos democratizar nuestro espacio. Démosle la lapicera a cada militante. El peronismo tiene la fuerza, la militancia y los cuadros para lograr la victoria, esa victoria depende de nosotros.

En este año, cumplimos 40 años ininterrumpidos de democracia. Este logro nos llena de orgullo y también hace aún más evidente nuestras deudas con una parte importante de nuestro pueblo.

Hago un llamamiento para que todos transitemos este tiempo electoral, tan proclive a los excesos, con el mayor de los respetos por nuestros contendientes. Podemos efectuar desde los espacios públicos, todos y todas, un aporte genuino para mejorar el debate político que nos merecemos. Nadie debe dejarse engañar. No todo es lo mismo en la política. Aquellos que pregonan libertad, son los que más hacen para establecer un sistema socialmente injusto.

El próximo 10 de diciembre del 2023, es el día exacto en que cumplamos 40 años de democracia. Ese día entregaré la banda presidencial a quién haya sido elegido legítimamente en las urnas por el voto popular. Trabajaré fervientemente para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político que represente a quienes seguimos y seguiremos luchando por una patria justa, con equidad y felicidad para todos y todas.