Palabras del presidente de la Nación Alberto Fernández, en la entrega de la vivienda 100 mil de la gestión, prov. de Santiago del Estero

  • Compartilo en redes :

Buenas noches Santiago. ¿Cómo les va? ¿Cómo están? Muchas gracias Gerardo por recibirnos una vez más y por estar siempre cerca ayudando y acompañando al Gobierno Nacional, y posibilitando que disfrutemos de un día muy especial para nosotros.

Todavía me acuerdo cuando estaba en campaña electoral, allá por el año 2019, que fui a Mar del Plata y allí alguien me preguntó qué planes tenía y dije que iba a crear un Ministerio de la Vivienda. Muchos me criticaron, me dijeron: “No, pero para qué otro Ministerio más”, y la única preocupación que yo tenía es tener a uno de mis Ministros pensando solamente en la vivienda de los argentinos y de las argentinas. Porque el problema de la vivienda es un problema muy serio en la Argentina, y hay millones de argentinos que están necesitando un techo que los ampare y les de tranquilidad definitiva. Son familias argentinas que necesitan eso.

Y empezamos un proceso de construcción lento, paulatino. La casa 10.000, me acuerdo, la celebramos allá en San Martín, provincia de Buenos Aires, y como bien dijo Santiago, fuimos construyendo casas en las 24 provincias de la Argentina y en los lugares más inhóspitos de la Argentina. Llevamos casas al Impenetrable, en Chaco. Allí, donde todo parece un lugar olvidado, donde no llegaba ni siquiera el agua potable, llevamos agua y llevamos casas al Impenetrable del Chaco.

La vivienda 90.000 la entregamos en un pueblo que está casi a 3.000 metros de altura en Salta, en la Poma, el lugar que dio origen a aquella famosa zamba del Cuti Leguizamón y Castilla, que se llama La Pomeña, allí en La Poma entregamos la casa 90.000. Y no veíamos el momento de que pudiéramos tener la tranquilidad de llegar a construir la casa 100.000, y poder entregársela a una familia que la necesita.

Y para nosotros, recién veía levantar el número 100.000 entre varios de ustedes y la verdad que tengo una enorme emoción en este momento, porque estoy cumpliendo un sueño que tenía como Presidente, que era llevarle techo y casa y seguridad a familias argentinas que no tenían esa posibilidad, que vivían o en casas alquiladas, con todo el padecimiento de que quién alquila, o en casas que les prestaban sus familiares sus amigos, sus hermanos, sus padres, pero que no tenían la posibilidad de tener su propio techo y dejarle a sus hijos un lugar seguro donde crecer.

Hoy veo ese número 100.000 y me suena maravilloso, me llena de alegría. Son 100.000 familias argentinas, que a merced del trabajo que hicimos entre todos: el gobierno nacional, los gobernadores, muchas veces los intendentes, entre todos pudimos cumplir ese sueño a esas 100.000 familias.

Hay 100.000 casas que hoy estamos entregando, o cumplimos el número 100.000 con la entrega de hoy, pero hay 140.000 casa que se siguen construyendo a lo largo y a lo ancho de toda la Argentina. En cualquier lugar donde vaya n van a encontrar casas que se están construyendo, y eso ha determinado que los compañeros de la UOCRA, sean hoy un sindicato muy potente en la Argentina.

Miren, para que entendamos de lo que estamos hablando, cuando nosotros llegamos al gobierno, la Unión Obrera de la Construcción, tenía registrado 220.000 trabajadores. Hoy tienen más de 450.000 trabajadores registrados trabajando en todo el país, multiplicado por dos el número de trabajadores. Hemos superado el record que había registrado de trabajadores la UOCRA, que databa del año 2014, donde habían alcanzado el número de 430.000, ese número ya quedó superado.

Y ojalá que sigamos creciendo con la construcción de estas viviendas para familias argentinas y con la construcción de las obras que estamos construyendo a lo largo y a lo ancho de todo el país. 5.800 obras son las que construimos desde que llegamos hasta hoy y ya hemos terminado más de 3.100 obras, a lo largo y a lo ancho de todo el país. Esas obras son caminos, son rutas, son acueductos, son plantas de saneamiento de aguas servidas, son obras que hacen a la mejor calidad de vida de la gente, que conectan a la Argentina de mejor modo; y son obras que dan trabajo.

Digo todas estas cosas en un tiempo en el que en la Argentina muchos ya anuncian cuáles son las recetas salvadoras de los problemas que la economía argentina tiene, porque digo todo esto, y también digo que tenemos problemas que resolver, que tenemos que mejorar el salario en Argentina, que tenemos que resolver el problema inflacionario, que es un problema mundial que en la Argentina se profundiza. Claro que tenemos que resolver todo eso y claro que seguimos trabajando pensando en los que todavía no tienen trabajo registrado, en mejorar el salario de los que están trabajando, en mejorar la distribución del ingreso, claro que estamos trabajando en todo eso, pero se escuchan muchas voces que tienen las recetas para resolver esas cosas o esos problemas, y yo les pido que las escuchen, escúchenlas porque todas esas voces lo que dicen es: “Paremos la inversión pública, paremos la construcción de viviendas, paremos la construcción de escuelas, paremos la construcción de hospitales, hagamos más difícil la vida de la gente, paremos la creación del trabajo”. Eso es lo que nos proponen como solución en Argentina, pero no es en lo que nosotros creemos. Nosotros creemos en eso que dijo Gerardo: en una economía pujante, en una economía que crece, en una economía que genera empleo genuino, empleo formal, en una economía que no desatiende a los más necesitados, en una economía que se preocupa por los que no tienen un techo. La diferencia es muy grande. No somos todo lo mismo en política, aun cuando muchos convocan al desánimo social para hacerle creer a la gente que todos somos lo mismo. No somos todo lo mismo.

El gobierno que me precedió en cuatro años construyó 14.000 viviendas, que tenían que pagar actualizándose de acuerdo a como el dólar subía en la Argentina y hoy eso no pasa, y no construimos 14.000 viviendas, construimos 100.000 y 140.000 están construyéndose. Y las cuotas de los que pagan esas viviendas, se actualizan por el salario de la gente, no por el costo de vida ni por la inflación. No todo es lo mismo en política, no todos somos iguales.

Así que yo lo que les pido, hoy, es que los que recibieron estás viviendas, aquí en Santiago… y para mí es una enorme felicidad venir a Santiago, es una provincia que siempre me ha recibido con cariño, siempre me ha recibido con afecto; seguro tiene mucho que ver con el cariño y el respeto, que nos tenemos con el Gobernador, que siempre me ha brindado su afecto, su cordialidad, su opinión, su amistad y seguramente ese afecto lo traslada a ustedes y ustedes me lo devuelven a mí, pero es el mismo cariño el que siento por él, que el que siento por ustedes. Para mí siempre es grato volver a Santiago y me es particularmente grato, que una provincia, del Norte Grande argentino, sea la que recibe la casa, número 100.000.

Quiero contarles que el 40 por ciento, de las casas que hemos construido y entregado están, en el Norte Grande argentino y quiero contárselos porque saben bien que soy porteño, pero soy el más federal de los porteños. Soy hijo de un riojano, sé lo que el Norte Grande ha sufrido, sé lo que el Norte Grande – una y otra vez – fue postergado, a lo largo de la historia, y quiero terminar con esa postergación del Norte Grande, porque el Norte Grande tiene una potencia enorme, que recién demostró el Gobernador, en números, la potencia que tiene no sólo contando lo que exporta y cómo es la balanza comercial, que le deja – a la Argentina – 800 millones de dólares, que es producción que exporta, Santiago del Estero, y recursos que quedan, en la Argentina. Es el norte Grande que hoy tiene litio; es el Norte Grande que produce soja, que produce trigo, que produce ganadería, que produce cobre, que produce energía solar. Ese es el Norte Grande, que tenemos y ese Norte Grande que necesita una oportunidad, que de una vez por todas, en la Argentina Central se la den, y que dejemos de pensar en la Argentina concentrada, en el Puerto de Buenos Aires y pensemos, en la Argentina integrada, en ese Norte, que puede crecer, que puede desarrollarse, que puede albergar a sus hijos. (APLAUSOS)

Feliz estoy, de que la casa – número 100.000 – se la demos, a Santiago del Estero, feliz estoy que quede en el Norte Grande, el 40 por ciento de esas 100.000 casas. (APLAUSOS). Me voy feliz.

¡Gracias Santiago del Estero, gracias el Norte Grande, gracias argentinos y argentinas por haber podido cumplir – entre todos – ese sueño, que tuvimos! Muchas gracias a todos y todas. (APLAUSOS)