Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la presentación del programa Edificios Públicos Sostenibles, desde el Salón de las Mujeres del Bicentenario, Casa Rosada

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la presentación del programa Edificios Públicos Sostenibles, desde el Salón de las Mujeres del Bicentenario, Casa Rosada

Muchas gracias a todos y todas por estar aquí.

Juan ya ha dicho casi todo, pero la verdad, los invito a reflexionar un poco sobre lo que nos está pasando porque no hace mucho tiempo atrás, hace dos, tres años, el mundo había vuelto a discutir si en verdad el cambio climática era un problema o no era un problema. Los días de Trump, cuando el acuerdo de París se puso en crisis y se empezó a discutir si finalmente el mundo estaba viviendo una crisis ambiental o no. La realidad es que todos los días el mundo nos muestra que estamos viviendo una crisis ambiental, todos los días nos lo muestra. Salgan, olvídense del aire acondicionado, miren lo que es Buenos Aires hoy, miren el tiempo que llevamos con esta ola de calor.

Hoy almorcé con gente dedicada al agro, me contaron la dimensión de la sequía que está soportando la producción agrícola argentina, que la sequía es sequía en el país. Piensen ustedes lo que hemos vivido en los últimos años con la bajante del Río Paraná. Todo eso, es cambió climático, todo eso es crisis climática. ¿Generado por qué? Por ese efecto invernadero del que hablaba Juan.

Durante muchos años no nos dimos cuenta de lo que estaba pasando porque, la verdad, en el desarrollo de los países centrales la lógica era que para desarrollar había que consumir, y que en el consumo y en la búsqueda del consumo había que producir más, y para producir más cada vez se afectaba más riquezas que son no renovables, riquezas que son perecederas, empezando por los combustibles fósiles. Y así, esa búsqueda que tuvo la sociedad del consumo que nos hizo creer que en verdad el progreso estaba en el consumir, en el tener, y no en el cuidar responsablemente la casa propia, nos dejó en este lugar. Muy bien, dice Juan.

El hemisferio sur no es culpable de nada de lo que nos pasa, no ha sido el responsable, porque no ha sido, precisamente, el hemisferio sur el cultor de la idea de consumir y de producir a cualquier precio. No ha sido el hemisferio sur el responsable de eso, han sido las potencias centrales, han sido los norteamericanos, en igual medida Europa, China, Rusia. Allí están los grandes causantes de lo que hoy estamos viviendo nosotros. Nosotros lo padecemos con esta ola de calor. Ahora dicen que viene en breve la corriente del Niño, entonces vamos a pasar al tiempo de lluvia, y lluvia. Otros lo pasan mucho peor que nosotros porque hay que ir y hablar con los hermanos de la República del Caribe, para contarles cómo están perdiendo su territorio porque el océano avanza sobre las islas. Países han perdido territorios, países caribeños, países insulares, han perdido territorio, simplemente, porque el mar tapó las islas. Eso es lo que nos está pasando, con otras consecuencias sobre la fauna, sobre la flora de nuestros distintos territorios.

En verdad, esta idea que tuvo el ministerio de Ambiente, lo que nos permite es reflexionar y poner en valor el problema, que tenemos y llamarnos a la reflexión en conjunto, porque es muy cierto que para empezar a resolver el problema climático todos tenemos que involucrarnos, porque de la crisis climática todos somos – en alguna medida – también responsables, todos. Unos son más responsables que otros, eso está claro y lo dijo muy bien Juan.

Nuestra emisión de carbono, es 0,8 por ciento; nosotros somos responsables del 0,8 por ciento del problema. Dense cuenta que el problema lo pagamos del mismo modo, como si fuéramos responsables del ciento por ciento. Y esto que digo cabe también para los países insulares del Caribe.

Yo, en este año, que fui presidente de la CELAC, me ocupé mucho del problema ambiental, en el Caribe porque vi la dimensión que el problema tenía en ese lugar. Nosotros pensamos en el Caribe y lo pensamos con un lugar de recreación para ir a pasar unas buenas vacaciones con lindas playas, pero allí los que viven sufren el ascenso del mar sobre las tierras, lo sufren y lo padecen. Allí ha cambiado todo, los huracanes, el ritmo climático ha cambiado sustancialmente allí y uno tiene que pensar en cómo fondear las grandes catástrofes que el cambio climático genera en esa zona, que antes no ocurrían.

Y con este decreto 31, que hemos firmado, a instancias del ministerio de Ambiente, lo que queremos es poner al Estado como actor y motorizador de la sociedad, con cosas simple, como ese programa – que decía Juan – de dos etapas, pero tenemos que ir entendiendo todos que esta luz, que estamos teniendo nosotros ahora, se sostiene sobre la base de plantas que generan electricidad a base de quemar combustible o quemar gas. Todo eso es degradación del ambiente, tampoco podemos prescindir de las luces ni queremos prescindir del aire acondicionado, que hace falta. Lo que decimos es hagamos un uso racional y responsable de todo eso y empecemos por las cosas más ínfimas, como mostraba recién, Juan, en el vídeo, como tan sólo empezar por la cultura de reciclar los residuos, que es algo que para muchos de nosotros – me incluyo – fue todo un aprendizaje: separar lo reciclable de lo biodegradable y poner en una bolsa verde una cosa y en otra bolsa negra otra cosa. Ahora si ustedes supieran lo que ayuda a mejorar el tratamiento de los residuos, ese trabajo que cada uno de nosotros podemos hacer en nuestras casas, lo que ayuda ver qué es lo reciclable, lo que podemos usar y si eso ya lo separamos, desde nuestras casas, es mucho más fácil que andar en los grandes basurales separando cartones y plásticos, de lo que se biodegrada. Ese que es un paso, que ahora estamos imponiendo, como un paso primero, inicial poniendo al Estado como ejemplo es algo que deberíamos hacer todos en nuestras casas y en la vida cotidiana.

Y después seguir los distintos pasos, entender que todo esto es energía, que estamos viendo la forma de cambiar el método de obtener esta energía: pasar de la quema de los combustibles fósiles hacia la utilización del litio, del hidrógeno verde, la utilización de los paneles solares. Bueno, son todas nuevas prácticas, que queremos incorporar y es también desarrollo de nuevas energías, que todavía debemos generar también. Porque nosotros tenemos el litio, pero el litio per se todavía no nos da energía, tenemos que convertirlo en carbono de litio y eso después guardarlos en batería, que sean capaces de contener energía durante tiempo x y todo eso es algo sobre lo que hay que innovar. El hidrógeno verde no existe, hay que sacarlo, hay que producirlo, hay que aprovechar los vientos nuestros, hay que aprovechar el agua del mar y todo eso para construirlo. Y los paneles solares otro tanto, hacen falta construir esos paneles solares, no es que se puedan hacer fácilmente, también el mejor aprovechamiento de las aguas.

Nosotros, en todo este tiempo, en otros ministerios, a través de AySA y el ENOHSA hemos desarrollado un sinfín de plantas de tratamientos de aguas servidas, que no pretendemos que esas aguas sirvan para el consumo humano, pero sirven para el riego, sirven para muchas otras cosas, que en otras circunstancias terminaban contaminando el Río de La Plata y siendo inutilizables definitivamente.

Creo que lo importante de este acto es poner en valor el problema que tenemos, entender que es no es un problema discursivo, que ya pasamos la etapa en dónde discutíamos si lo mejor era producir a cualquier costo sin medir las consecuencias que esa mayor producción y ese mayor consumo generaba y que ahora estamos en una situación crítica, que no nos da más tiempo y que hay que empezar ya. Y este decreto 31 lo que hace es poner en primer lugar al Estado diciendo que nosotros, como estado nacional, vamos a empezar a cumplir y vamos a llevar adelante estos edificios sostenibles y quisiéramos que toda la actividad privada también acompañe con la lógica de lo sostenible, del edificio sostenible. Son pequeñas cosas que se vuelven importantísimas, porque las sumas de las pequeñas acciones son las que nos pueden devolver la calidad ambiental, que este planeta ha perdido y que va a llevar mucho tiempo remediar, pero que hay que empezar, porque si no empezamos todo va a ser más difícil.

Gracias Juan por la idea y gracias a todos y todas por estar aquí. (APLAUSOS)