Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el relanzamiento y ampliación del Programa Registradas, en Casa Rosada.

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el relanzamiento y ampliación del Programa Registradas, en Casa Rosada.

Buenas tardes a todas, a todos y a todes. Todavía se sigue discutiendo en Argentina si todes es parte de la gramática española, pero lo que nos da el todes, es garantizarnos que todos estén incluidos, que nadie falte en nuestro mensaje, es poder interpelar a cada uno y cada una de quienes nos escuchan. Lo gramatical es un tema secundario.

Hoy es un día interesante, es un día feliz porque cada vez que nosotros podemos poner en valor derechos de argentinos, de argentinas, de argentines, nos pone feliz. Somos gente que estamos preocupados, todos nosotros, todos los que estamos en esta mesa, todos los que somos parte del gobierno, nos preocupa que la Argentina evolucione hacia un mayor reconocimiento de derechos.

Ayer inauguré el edificio de la Universidad de Tierra del Fuego. Fue una semana interesante para mí, porque la verdad, en el término de 10 días, pusimos en marcha una sede de la Universidad Arturo Jauretche, allí en Berazategui, pusimos en marcha un nuevo edificio de la Universidad Arturo Jauretche, en Florencio Varela; Fuimos a San Martín e inauguramos otro edificio de la Universidad de San Martín; Fuimos a Misiones e inauguramos el edificio de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, en Posadas; Y fuimos a Ushuaia, al otro extremo de la Argentina a inaugurar el edificio de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego. Y ustedes dirán: ¿Por qué me cuenta todo esto este tipo? Si no tiene nada que ver con lo que nos convoca. Bueno, también tiene que ver con lo que nos convoca, porque lo que estamos haciendo es garantizar el derecho al acceso al estudio a todos, a todas y a todes en la Argentina.

Nosotros tenemos 167 obras edilicias en universidades de todo el país, ya hay una treintena terminadas. Cuando presentamos este programa, Gabriel Katopodis me dijo que en el gobierno anterior había tres proyectos para mejoras edilicias en universidades. Y cuando veo el video que había hecho Jimmy Perczyk, el Ministro de Educación, decía que el gobierno anterior había hecho solo una obra. Entonces me tiré para atrás, alejé el micrófono, y les dije: “Che, pónganse de acuerdo, ¿Fueron una o tres las obras del gobierno anterior?”. La historia era que tres se propusieron, una se hizo; Y nosotros estamos llevando adelante 167 obras. (APLAUSOS) ¿Por qué marco esto? Porque hay una decisión clara de nuestro gobierno de ampliar derechos. Me han escuchado decir una y mil veces que, “la mejor sociedad es la que amplía derechos”. Cuando uno amplía derechos tiene mejor ciudadanía, simplemente eso, nada más y nada menos.

Ayer comentaba en el acto de Tierra del Fuego que, la primera vez que la vi a Ángela Merkel, estábamos cenando y me hablaba mucho de la Argentina y me daba cuenta que ella estaba como indagando cómo funcionaba el Estado de Bienestar en Argentina, y le llamaba la atención cómo funcionaba el sistema de salud, cómo funcionaba el sistema educativo, cómo eran los derechos de los trabajadores. Yo le contaba que los trabajadores en Argentina estaba agremiados hace muchos años, le contaba que tienen derecho al aguinaldo, a las vacaciones pagas, a licencias, que ha desarrollado un sistema para garantizarse el ocio a través de las Obras Sociales de sus Sindicatos; Y le hablaba de la Educación pública que empezó con Sarmiento y Alberdi y que después siguió con la Reforma universitaria del 18’, y que se hizo gratuita el día en que Perón hizo gratuita la universidad pública, se terminaron los arancelamientos. Y entonces le explicaba lo importante que era para nosotros la educación pública, como verdadero mecanismo para esto que llamamos la escala social ascendente, que los hijos de los obreros puedan ser universitarios; Le hablaba de la importancia que tenía para nosotros la salud pública y le contaba la historia de Carrillo. Y Merkel muy respetuosamente me escuchó todo y me dijo: “Sí, pero eso es raro, porque eso pasa en Argentina, no pasa en América Latina, ¿Cómo se explica eso? Entonces encontré la mejor respuesta que se me ocurrió, le dije: “Lo que pasa que Perón solo pasó por Argentina”, eso fue lo que pasó. (APLAUSOS)

Veníamos hablando con Aye y con Kelly, de un libro magnífico que Kelly me recomendó leer y que terminó de leer que se llama “Conociendo a Perón” que escribió Abal Medina, Juan Manuel Abal Medina (padre), que es un libro realmente impactante, impresionante, que habla del último Perón, y uno se da cuenta la genialidad del hombre, la grandeza del hombre y la humanidad del hombre, las tres cosas, porque finalmente era un ser humanos, que tenía sus propias debilidades, sus propias fortalezas, sus propias carencias, pero nunca dejó de apostar a esa Argentina que se uniera, que dejara los debates, y que además, los debates in sustanciosos, y que se preocupara por ver cómo desarrollarse en términos de igualdad. Por eso, nosotros que vivimos todo eso y que la verdad, así nos criamos y nos sale espontáneamente. A mí cuando un Ministro o una Ministra viene y me dice: “Escúchame, si hacemos esto, tantas personas van a acceder a mejores condiciones”, Yo digo: “Métele”, porque no me cuesta nada, está en nuestro ADN.

Y hoy, ¿de quiénes nos ocupamos? Nos ocupamos de quienes trabajan en casas de familias. Ya nos ocupamos en el 2021 con el Programa Registradas, pero ahora estamos ampliando el alcance de ese programa, los estamos ampliando porque fue un programa exitoso, esto hay que aclararlo. El Estado ayudo pagando parte del salario de muchas personas que entraban en ese programa y lo cierto, esto duró un tiempo, que 8 de cada 10 personas que entraron en este programa se quedaron trabajando en el lugar donde estaban, (INAUDIBLE). Con lo cual, lo que hacemos ahora es profundizar ese programa, ¿Para qué? Para dar más derechos. Porque una de las cosas que debemos entender definitivamente es que, este tipo de trabajo, recién contaba –nunca se les ocurra hacer esa huelga, de parar, porque no sé cómo hacemos- pero que con mucha razón nos llamaba a la reflexión Ayelén diciendo “¿qué pasaría si se dejan de atender todas las tareas que en una casa cotidianamente alguien hace? A veces una madre, a veces una empleada, o alguien que colabora. Son tareas que suponen trabajo, son un trabajo, pero costó mucho que la sociedad entienda que son un trabajo, y que como trabajo que son, deben ser remunerados, deben ser tratados con los derechos correspondientes y debe garantizarse cierto futuro para los y las que asumen estos trabajos.

Hace unos días atrás, en Mar del Plata puse en marcha las obras para reacondicionar el Palacio Unzué. Es un palacio que cuando fuimos a Mar del Plata, es un palacio que todos nosotros lo vimos, porque cuando bajamos por la Av. Constitución para llegar a la playa y doblar a la derecha y meternos en el centro de Mar del Plata, hay un tremendo palacio, que claro, nunca se me ocurrió preguntar qué era. Ese es el Palacio Unzué, y ese palacio fue creado por una familia muy pudiente de la Argentina de entonces y era solo para chicas, para mujeres jóvenes, para niñas. Y entonces pregunté, porque veía fotos del palacio cómo funcionaba, y eran enormes mesas donde había chicas trabajando, y ¿Qué aprendían ahí? Aprendían las tareas para el hogar, ¿Cuál era la máxima aspiración que tenía una mujer que salía del Palacio Unzué?: ser empleada en una casa de familia, pero empleada es un modo de decir, porque era trabajar como criada, como sirvienta, pónganle el nombre que quieran, pero no como trabajadora. ¿Qué es lo que estamos haciendo hoy? Poniendo en valor ese trabajo. Para eso, de algún modo u otro, todos nos preparamos porque todos sabemos lo que es en la cotidianeidad, mantener nuestras casas en orden, mantener nuestras casas limpias, cuidar a nuestros hijos, llevarlos al colegio, cuidar a los enfermos; pero muchas veces recurrimos a la ayuda de otro o de otra para poder hacer eso y eso es un trabajo, y eso merece tener los derechos que tiene cualquier trabajador en la República Argentina. (APLAUSOS)

Y cuando uno habla de estas cosas, uno está hablando también de un proceso cultural que va avanzando, que va creciendo, que va cambiando –gracias a Dios que así ocurra, por suerte así ocurra- porque es para mejor, es un proceso cultural que pone las cosas en su lugar. Hace que, quién trabaja en estos quehaceres, sea tratado o tratada como un o una trabajadora y eso está muy bien. Y que el Estado impulse, promueva que esto ocurra, es producto de que ese cambio cultural tiene que darse, tiene que entrar en la cabeza de todos. Que no tenemos por qué tener trabajando en nuestras casas en negro a personas que nos ayudan a cosas tan importantes como mantener el orden de la casa, como cuidar a nuestros hijos, como cuidarnos en la ancianidad o como para cuidarnos en la enfermedad. Miren lo importante que es esa tarea, ¿cómo no la vamos a llamar trabajo? ¿Cómo no le vamos a dar los derechos que el trabajo reclama?

Así que, las dos Ministras explicaron mejor que yo de qué se trata este Programa, con lo cual, no los voy a aburrir. Solo lo que les quiero decir es que: “la mejor Argentina, es la Argentina que sigue ampliando derechos”. La peor Argentina es la Argentina que restringe derechos. La peor es la Argentina que piensa que esos derechos los van a dar los Mercados. Mentira, esos derechos los van a reconocer el Estado. (APLAUSOS) Y, además, alguna vez Vilma me enseñó algo que me costaba entender, porque cuando hablábamos de derechos de minorías, yo decía: “Pero che, estamos haciendo mucho ruido por un colectivo muy pequeño de gente” y entonces me contestó: “Es que las leyes que defienden a las minorías tienen que darlas las mayorías porque si no las minorías, siempre serán minorías maltratadas”. (APLAUSOS) Eso lo aprendí, tuve una buena maestra, debo reconocer que tuve una buena maestra. Eso lo aprendí. Y la verdad que cada día que siento que ampliamos derechos, siento que estoy ayudando a hacer una mejor Argentina. Una Argentina en donde todas, todos y todes, nos sintamos felices de vivir en esta sociedad. Los felicito, las felicito. Disfrutemos de estar en una sociedad con más derechos. Gracias.