Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández en la inauguración del Centro de Desarrollo Infantil (CDI), el recorrido por obras de un acueducto y la entrega de viviendas en Fuerte Esperanza, en la prov. de Chaco

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández en la inauguración del Centro de Desarrollo Infantil (CDI), el recorrido por obras de un acueducto y la entrega de viviendas en Fuerte Esperanza, en la prov. de Chaco

Muchas gracias. Buenas tardes Fuerte Esperanza.

Miren, para aquellos que no están acá quiero decirles algunas cosas que se han repetido en todos los discursos: Hace mucho calor, pero es el calor más hermoso que sentí en mi vida, por todo el cariño que ustedes me brindan, créanmelo. (APLAUSOS) Porque como bien dijo Coqui recién, yo he nacido en esa ciudad tan maravillosa que es Buenos Aires, soy hijo de un norteño, de un hombre de La Rioja y he sido criado sabiendo los padeceres del norte de Argentina y he disfrutado mi condición porteña. Y la verdad es que, con el correr de los años lo que cultivé fue un profundo sentido de la igualdad, porque yo no me quedo en paz viendo tanta opulencia de una ciudad y viendo tantas necesidades en miles y miles de kilómetros cuadrados de mi Argentina. No me siento en paz con eso, no me siento en paz con mi conciencia, no me siento en paz. Por eso, cuando llegué al Gobierno dije: “Quiero gobernar con los 24 gobernadores, porque la verdad lo que necesitamos es poner en pie a esta patria”. Recordemos la patria que nos habían dejado, no quiero ir en detalle, pero era una situación realmente difícil. Acá mismo todas las obras quedaron abandonadas, quedaron sin hacerse, acá y en la provincia del Chaco y en toda la Argentina. Cuando llegó Gabriel al Ministerio de Obra Pública, que me acompaña desde el primer día, este extraordinario Ministro, que fue el único que no habló, pero les pido un aplauso. (APLAUSOS) El 70 por ciento de la obra pública estaba paralizada y nosotros tuvimos que lidiar con la deuda que nos dejaron, con el default que nos dejaron, con la obra pública parada, con las viviendas paralizadas, con el abandono en que había quedado mucha gente, porque el desarrollo social había quedado en un segundo plano, o en tercero o cuarto. y nos propusimos en poner de pie al país y poner de pie al país es devolverle condiciones de dignidad a la vida de cada argentino y de cada argentina. Eso quiere decir poner de pie al país. El país no es una entelequia, no es un concepto. El país somos nosotros, somos los argentinos y las argentinas que viven ahí. Y por eso estoy tan preocupado porque ese país, hombres y mujeres que habitan nuestra querida patria puedan tener condiciones de vida digna para poder disfrutar del lugar en donde han nacido.

Siempre digo lo mismo, el verdadero federalismo lo vamos a lograr el día en que cada persona pueda encontrar su felicidad, su posibilidad de crecer, su posibilidad, de estudiar, su posibilidad de desarrollarse, su posibilidad de hacer una familia, su posibilidad de trabajar, su posibilidad de morir, inclusive, en el mismo lugar en donde ha nacido después de haber sido feliz habiendo vivido en ese lugar, eso va a ser el federalismo. (APLAUSOS) Y, por lo tanto, desde entonces me he empeñado en que eso se haga realidad.

La verdad es que nosotros tenemos un país que se dice federal, pero que no actúa como tal. Es un país que concentra mucha riqueza en el centro, en el área metropolitana de Buenos Aires y en verdad lo que necesitamos es distribuir esa riqueza y progreso a otros lugares del país.

Miren, con orgullo es la segunda vez que vengo al Impenetrable, no es la primera, es la segunda. (APLAUSOS) Ahora, hoy sé bien que estoy en el corazón del Impenetrable. (APLAUSOS) Y la verdad, el impenetrable con su nombre todo lo indica. Es un lugar increíble, que cuando la primera vez lo recorrí con Coqui, por donde miraba solo se veía verde, verde, verde, no había ningún otro atisbo de otra cosa que no fuera árboles verdes. Es un lugar que se llama Impenetrable por lo difícil de acceder, simplemente por eso.

Y acá estoy en una ciudad querida que estoy conociendo hoy, Fuerte Esperanza. Sabía mucho de esta ciudad, no le voy a mentir, sabía mucho de esta ciudad, ¿Saben por qué?: Porque una y otra vez Vicky, nuestra querida Ministra de Desarrollo Social, me decía: “Tenés que conocer a la Intendenta del Impenetrable. Es una mujer maravillosa. Tiene una fortaleza única, tiene una garra única”. Cuando bajé del avión – Inés querida – se acercó a saludarme y me empezó a contar quién era y le dije: “no me cuentes nada, sé todo de vos, sé todo de vos”. Tienen una mujer maravillosa como Intendenta disfrútenla, disfrútenla. (APLAUSOS).

Y en realidad – les decía yo – Fuerte Esperanza es el corazón de El Impenetrable, pero El Impenetrable, en gran medida, es el corazón, de la Argentina, en tanto y en cuanto – como bien ha dicho “Coqui”, mi querido Gobernador – yo le digo “Coquí”, perdónenme, ustedes también le dicen así, y no le falto el respeto diciéndole “Coqui”, al Gobernador. En verdad El Impenetrable es el corazón, de la Argentina, porque también hay que tener presente que para que el mundo vida, para que el mundo sobreviva, para que nosotros vivamos mejor necesitamos que alguien genere el oxígeno, que en algún lugar se genere el oxígeno que debemos respirar los argentinos y el mundo entero y si hay una reserva de oxígeno, en el mundo, es El Impenetrable. ¿Cómo no ponerla en valor? ¿Cómo no darle la dimensión que tiene? Todos los días hablamos u oímos hablar del recalentamiento global, de la crisis climática. ¿Saben qué es eso? Es la contaminación del aire, es la falta de oxígeno y el aumento del anhídrido carbónico. ¿Saben qué combate eso? Regiones como El Impenetrable, cómo no la vamos a poner en valor. (APLAUSOS)

Ahora, les decía a algunos de ustedes, que, en algún momento, con el cariño que me han expresado se acercaban a hablarme y les decía, que en verdad yo quiero venir a lugares como El Impenetrable, a lugares como el Fuerte Esperanza para que toda la Argentina vea qué es la Argentina. La Argentina no es el Obelisco, la Argentina es esto también, la Argentina es esto. Y aquí toda la Argentina debe saber que viven familias, que - en condiciones climáticas difíciles - como es el calor que pasamos hoy y que ustedes pasan diariamente. No paran de trabajar, de producir, de crea, de generar riqueza, de estudiar, de educar, todo eso lo hacen ustedes, en un lugar tan difícil, que lo hemos llamado El Impenetrable. Allí entraron ustedes, allí trajeron vida humana ustedes, allí trajeron cultura ustedes, allí crearon sociedad ustedes, allí hace la Argentina ustedes. (APLAUSOS).

Ahora, yo reconozco francamente la condición de pionero o de pionera que tiene cada habitante de Fuerte Esperanza y de El Impenetrable. Yo lo sé, yo lo sé, ahora el hecho de que sean pioneros, el hecho de que hayan puesto todo en juego para venirse a vivir a un lugar tan recóndito, durante muchos años abandonado, como bien decía “Coqui”, no quiere decir que ustedes tengan que vivir en condiciones infrahumanas, no quiere decir que ustedes no tengan derechos. Tal vez sean los que más derechos merecen por poblar, la Argentina, en lugares tan difíciles. (APLAUSOS).

Cuando estaba en campaña, allá por el año 2019, entrando en Mar del Plata, dije: “vamos a crear el ministerio de la Vivienda y al día siguiente los diarios empezaron a decir que iba a generar más gasto público, más gastos y todas las cosas que suelen escribir los medios, pero la verdad mi única obsesión es tener una persona que solo pensara en la vivienda de la gente, era mi única preocupación, porque esa misma preocupación puesta en cabeza de un ministro de Obra Pública, que tiene que hacer rutas, que tiene que hacer acueductos, que tiene que hacer saneamiento de aguas, que tiene que hacer viviendas, bueno pasa a un cuarto lugar el problema. Y yo quería que hubiera un ministro que sólo pensara en eso y que hoy estemos entregando viviendas, aquí, lo único que demuestra es que había un lugar, en la Argentina, donde los derechos de la gente no eran reconocidos, cada vez… no hay momento más grato, créanme, lo confieso casi íntimamente, que no hay momentos más grato para mí que el momento en que a una familia les doy las llaves de su vivienda, porque me doy cuenta que, en ese instante, le está cambiando la vida a esa persona y a su familia. En ese instante alguien tiene su techo, en ese instante alguien tiene su casa, deja de vivir de prestado en la casa de otro, deja de alquilar con un costo y la incertidumbre que eso supone y empieza a pensar, un futuro, sabiendo que el techo lo tiene asegurado, sabiendo que sus hijos tienen un lugar donde dormir cada noche sin preocuparse. Entonces, creamos ese ministerio. Cuando termine marzo vamos a haber entregado 100.000 viviendas a lo largo y a lo ancho de toda la Argentina, terminado y entregado.

Eso va a significar que, en cada día de mi gobierno, más de 80 familias habrán recibido su casa, cada día; en cada día más de 80 familias argentinas habrán recibido su casa. Ahora, ese es un derecho que le cabe a todos los argentinos y argentinas, no a los que están en los grandes centros urbanos, donde también hay problemas habitacionales allí. Claro que los hay, pero es un derecho que tienen todos los argentinos y argentinas y también quienes habitan en El Impenetrable y por eso estoy feliz que hoy hayamos entregado estas casas, y por eso estoy feliz que vamos a construir 200 casas más para la gente que vive aquí.

Y parece mentira porque miren para alguien que es porteño, como yo, parece casi raro cómo es que tenemos que hacer un plan para financiar la construcción de un baño. Sí, argentinos y argentinas, porque en la Argentina que vivimos hay mucha gente que carece de agua potable, que carece de tratamiento de las aguas servidas, que carece de un baño y que hay que ayudar y llevarle dignidad con ese baño a todos los argentinos y argentinas. (APLAUSOS).

Y “Coqui” decía recién, que en pocos días más empezará a distribuir agua, aquí en Fuerte Esperanza y a mí también me llena de alegría, son 130 y pico de kilómetros que hacen falta, con 4000 familias, dijiste, que se van a beneficiar con la llegada del agua a sus casas. Ahora ustedes se dan cuenta que estamos, en el siglo XXI, y estamos festejando que a la gente le llegue el agua a la casa. ¿Se dan cuenta la postergación que se ha vivido? ¿Se dan cuenta? Estamos construyendo acá en el Chaco también, y a mediados de año nos hemos comprometidos con “Coqui” a terminarlo un acueducto de más de 500 kilómetros que cruza todo el Chaco, que va a llevar agua a 400 mil familias. Esa obra se empezó en el gobierno que me precedió, pero se suspendió con menos del 5 por ciento de la construcción y con todo el dinero que no se utilizó para terminar ese acueducto, que hoy estaría dando agua potable a 400.000 familias se construyó el Paseo del Bajo, de Puerto Madero, para aliviar el tránsito de Puerto Madero, el barrio en que yo vivo o vivía, pero realmente era la prioridad de la Argentina tener un Paseo del Bajo o era la prioridad de la Argentina llevar agua, a 400 mil familias del norte argentino.

Yo cuento estás cosas, porque vivimos un tiempo donde hay un fuerte descreimiento, la pandemia, la guerra, las dificultades económicas hacen que muchos descrean, descrean de la política, pero no todos somos lo mismo en la política, no todo es igual, no todo es igual porque cuando yo digo: primero, los últimos, lo digo yo, lo dice “Coqui”, lo dice Vicky, lo dice Gaby, lo dicen todos los que estamos sentados en esta mesa, porque nuestra preocupación son los que peor están, porque nuestra prioridad son los que más necesitan. No es un slogan de campaña, eh, no es un slogan de campaña, son acciones que cotidianamente nosotros demostramos.

Hoy, estamos acá en El Impenetrable, en este maravilloso lugar que nunca olvidaré, estoy disfrutando del amor, el cariño y el afecto que cada uno y cada una me brindan; la semana que viene voy a estar en Tierra del Fuego, haciendo qué, inaugurando la Universidad de Tierra del Fuego, el edificio de la Universidad de Tierra del Fuego. Y ustedes dirán qué tiene que ver esto que dice este tipo con lo que venía hablando. Es que los fueguinos también necesitan seguir estudiando para poder progresar y no tiene por qué tener que hacer kilómetros y kilómetros para encontrar una universidad que los cobije. Esas necesidades ocurren en todos lados, también acá hoy inauguramos un Centro de Infancia, tenemos 24 programados, acá en el Chaco, ya 15 fueron terminados y hay alrededor de 500 en todo el país, que vamos a terminar antes que el mandato se termine.

Ahora, cuando hacemos eso ¿En qué pensamos? Pensamos en los padres que tienen que dejar a sus hijos con alguien que los cuide, que los atienda, que los proteja en sus primeros años de vida, que les enseñe los primeros pasos hacia la educación. Con el mismo sentido sacamos el plan de los mil días para que la mujer que quedaba embarazada pueda transcurrir su embarazo y dar garantía de alimentación a sus hijos, a su hijo en los primeros tres años de vida del hijo porque, como bien dijo Coqui, el desarrollo cognitivo, el desarrollo del conocimiento se obtiene en los primeros años de vida y si eso no está bien tratado después el conocimiento es muy difícil que penetre en nosotros. Y esto que estamos haciendo ¿por qué lo hacemos? Porque lo único que nos preocupa es nuestra gente, porque lo único que queremos es que nuestros hombres y mujeres, nuestros niños y nuestras niñas tengan mejores condiciones para poder desarrollarse.

En esta Argentina donde los únicos privilegiados son los Jueces, yo quiero que los únicos privilegiados vuelvan a ser los que menos tienen. (APLAUSOS) Y yo le aseguro. Que hemos pasado cuatro años muy difíciles, sin ninguna duda. Heredamos lo que heredamos. Dos años con pandemia, dos años con guerra, pero no nos detuvimos. Cada día hablábamos con Coqui para ver cómo enfrentábamos los desafíos de la pandemia que era un escenario absolutamente impredecible porque nadie sabía de qué se trataba, nadie sabía cómo combatirla y superamos el tema. Y cuando llegaron las vacunas, nadie se apropió de las vacunas, se distribuyeron equitativamente a cada rincón de la Argentina. No empezamos vacunando a los poderosos y dejamos al final a los más débiles, vacunamos a todos al mismo tiempo y todos tuvieron derecho a acceder a la vacuna gratis, dad por el Estado. ¿Y saben por qué pasa esto? ¿Saben por qué ese acueducto el Estado lo está llevando adelante? ¿Saben por qué esas viviendas el Estado las construye? ¿Saben por qué las rutas, de las que hablaba Coqui y también las lleva a delante Gaby, se hacen? ¿Saben por qué en los centros de infancia los estamos haciendo?: porque a nosotros no nos da vergüenza decir que el Estado debe estar presente promoviendo la igualdad entre los argentinos. No nos da vergüenza, estamos convencidos que debe ser así. (APLAUSOS)

Este es el año cuarenta de nuestra democracia, estamos transcurriendo el año en que conmemoramos los 40 años de democracia ininterrumpida. Miren, mi generación, que es la de muchos de ustedes también, cuando en 1983 empezó a avizorar la democracia, sentíamos que la democracia era una utopía, era algo que soñábamos, era algo que queríamos hacer, pero no sabíamos si lo íbamos a poder lograr porque siempre había militares amenazantes, poderes fácticos amenazantes que ponían en jaque a la democracia. 40 años después, la democracia sigue teniendo problemas, claro que sí, pero tenemos que decir que esa utopía la cumplimos y la verdad vivimos en democracia. Y más allá de algunos altaneros que gritan, de algunos delincuentes que quieren disparar, de algunos tremebundos que solo llaman a la guerra entre el pueblo, la democracia se instaló entre nosotros y la utopía dejó de ser utopía y se convirtió en realidad.

Miren, yo les propongo que ahora, que cumplimos 40 años, en el corazón del Impenetrable, en el pulmón de la Argentina, les propongo a todos que nos pongamos en la cabeza a cumplir una nueva utopía: la utopía de la igualdad (APLAUSOS) porque la Argentina, a diferencia de los que muchos creen, no está condenada a tener un centro rico, un norte pobre y una Patagonia olvidada. La Argentina puede ser un país que integre a todos por igual y les de oportunidades a todos por igual. Y si la generación del 80 en su tiempo creyó que debíamos ser un país agrícola ganadero, en el siglo XXI debe haber una generación que entienda que el norte está lleno de riqueza por su cobre, por su litio, por sus minerales, por su ganadería, por sus bosques, por su monte. Y debe entender que la Patagonia por su gas, por el oro, por la plata, tiene todas las posibilidades de desarrollarse. ¿Saben qué hace falta? Que nos decidamos a hacerlo. Entender que todos tenemos derecho a lo mismo.

Que llegue acá, porque extendimos la fibra óptica, que llegue internet a ustedes, no es un regalo del gobierno, es un derecho que tiene ustedes. Como la casa que entregamos hoy, no es un regalo del gobierno, es un derecho que tienen ustedes y la escuela en donde estamos, no es un regalo que les da el gobierno, es un derecho que tienen ustedes.

Convirtamos la Argentina en una Argentina igualitaria, porque cuando la Argentina le de la misma igualdad de oportunidades a cada argentino y a cada argentina, ese va a ser un país que merece ser vivido, ese va a ser un país federal y esa es la Argentina de la que soñaron Belgrano, San Martín, Rosas, Perón y Evita. Es la Argentina que todavía nos debemos y yo necesito que todos ustedes, una vez y para siempre nos pongamos a trabajar para el desarrollo igualitario de nuestra querida argentina.

Gracias Fuerte Esperanza, gracias chaqueños y chaqueñas. (APLAUSOS)