Palabras del presidente Alberto Fernández y de Luiz Inácio Lula Da Silva, en la apertura de un encuentro empresarial, junto a ministros y titulares de las confederaciones de industrias de ambas naciones, Museo del Bicentenario

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández y de su par de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, en la apertura de un encuentro empresarial, junto a ministros y titulares de las confederaciones de la industria de ambas naciones, Museo del Bicentenario

PRESIDENTE. – Buenas tardes a todos y todas, es un día particularmente grato para mí, porque tengo la oportunidad de recibir, en la Argentina, a mi querido amigo, el Presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva y es un día grato también porque – como bien lo ha dicho el Presidente, hace un rato, cuando hablamos, en el Salón Blanco – lo que nosotros estamos haciendo es volver a poner en marcha el vínculo, entre Brasil y Argentina, que durante los últimos años se vio dañado, lastimado y postergado.

Creo que, tanto Lula como yo, creemos y estamos convencidos de que Brasil y Argentina son dos pueblos que han de estar indisolublemente unidos siempre y que eso nos obliga a trabajar juntos, a proyectar juntos una sociedad más justa, más igualitaria, donde todos tengan acceso a los servicios de educación, a los servicios de salud, donde todos puedan progresar, como suele decir Lula, donde puedan todos comer tres veces al día. Y me parece que ese es el desafío, que tenemos por delante y estoy convencido que lo hacemos con la lógica integradora que Lula y yo, como muchos otros, hemos siempre planteado y estoy seguro que eso nos va a servir de mucho, nos va a hacer bien.

Y en ese sentido, el empresariado argentino tiene mucho que dar y el empresariado brasilero tiene mucho que dar para que podamos hacer juntos. La tarea de los gobiernos es generar las condiciones para que alguien invierta y dé trabajo y el éxito nuestro será que nuestros ciudadanos tengan trabajo, puedan progresar, puedan acceder a un salario digno y puedan tener condiciones dignas de vida. Eso hacerlo en soledad es mucho más difícil, es mucho más fácil si conciliamos intereses y buscamos acuerdos y si tomamos dimensión de lo que somos capaces de hacer, si no unimos de una vez y para siempre.

Con estas palabras, yo lo que quiero es alentarlos a que esto no sea un encuentro de ocasión, porque nuestro querido amigo, el Presidente Lula, vino a su casa, que es la Argentina. Quiero que sea el comienzo de un trabajo fructífero, duro, consecuente, donde los empresarios argentinos y brasileros traten de unir esfuerzos, potenciar sus cualidades y ver de qué modo eso se convierte en la sinergia necesaria que haga crecer a nuestras naciones.

Hablábamos con Lula, recién, de que esto era un punto de arranque y que esperamos que en no mucho tiempo, podamos hacer un gran foro de empresas brasileras y argentinas. Esto lo necesita Brasil y lo necesita Argentina y lo necesitan nuestras provincias. Quiero agradecer a los Gobernadores y Gobernadoras, que hoy nos están acompañando, al vicegobernador, a todos los que nos están acompañando les quiero dar las gracias.

Créanme que siento que estamos viviendo un momento histórico, que es un punto de inflexión, en la historia de Argentina y Brasil, de los últimos años y que es posible porque, en Brasil, hoy gobierna alguien que cree en la integración regional, que cree en el Mercosur, que cree que Argentina y Brasil tienen mucho por dar juntos, que cree en la democracia, que cree en la justicia social, que es exactamente en lo mismo, que creo yo, con lo cual todo va a ser más fácil.

Gracias querido Presidente por acompañarnos, gracias a todos y todas por estar hoy aquí. (APLAUSOS)

LULA DA SILVA. - Mi querido Alberto Fernández, presidente de la Argentina; querido compañero Santiago Cafiero, ministro de Relaciones Exteriores, Culto y Comercio, señor ministro de Hacienda, Massa y señor Gioja, por intermedio de quien saludo a todos los empresarios, de la Argentina; mi querido Fernando Haddad, ministro de Finanzas de Brasil; al señor Braga, mi compañero presidente de la CNTI, por intermedio de quien saludo también a los empresarios, de Brasil, y mi querido presidente de APEP, Jorge Diana, que inicia su carrera en el mundo de los negocios.

Bueno, mi querido Alberto Fernández, voy a repetir un poco, de lo que mencioné hace poco: la relación entre Brasil y Argentina vuelve a su normalidad y vuelve a su normalidad porque hay muchísimas cosas, en mi país, que necesitan volver a la realidad. Brasil vivía un momento, donde estaba aislado y que no habíamos conocido aún, en Brasil, porque Brasil no hablaba con nadie y nadie quería hablar con Brasil. En los últimos cuatro años, no tuvimos siquiera un presidente que se fuera a visitar, a Brasil, sólo el presidente de la República le invitó a nuestro presidente a que viajara al presidente de Guinea Bissau, pero sabemos que Brasil quedó aislado, más que un país – como Cuba – que enfrenta un bloqueo de hace más de 60 años. Sí cuando les digo que volvemos a la normalidad, es porque –en el año 2003 – el comercio bilateral, el flujo comercial, entre importaciones y exportaciones, de Brasil y Argentina, era de 7.000 millones de dólares y cuando dejé la presidencia alcanzaba los 39.000 millones de dólares, y en el año 2012, llegamos a los 40.000 mil millones de dólares y hoy día tenemos sólo la mitad de ese nivel de exportaciones, que teníamos. ¿Qué pasó? ¿Qué sucedió? De manera concreta, hemos dejado de lado, o sea Brasil dejó su responsabilidad, frente al continente americano. Brasil, en cuanto a la economía más grande la responsabilidad de apalancar las relaciones comerciales, políticas, económicas y les diría que, sobre todo, de las relaciones sociales, porque en el tiempo de las reuniones del Mercosur no eran sólo empresarios y empresarias, que participaban y acudían, había la presencia de los movimientos sociales también y ese tipo de situación que nos dejó aislado no nos favorece, porque siquiera un país de Sudamérica recibió privilegios por cuenta de esta situación. Y eso es una falta de compromiso y nos damos cuenta de que es necesario avanzar y por esta razón – les agradezco a ustedes, empresarios de Brasil – y quiero agradecer también a los empresarios de Argentina, porque sabemos que ustedes son los responsables para que exista una consolidación entre nuestras negociaciones, puesto que la Argentina es el principal socio, de Brasil, y sabemos que el nivel de negociaciones es más elevado de los que tenemos con India y otros varios otros países, como rige para China y Estados Unidos, lo que debe ser valorado no sólo por nosotros los presidentes, pero sobre todo por los empresarios, porque son ustedes los que conocen los negocios, saben lo que negociar. Y les comento que el banco, de Brasil, BNDES volverá a hacer financiaciones, en términos de relaciones comerciales y proyectos que ayuden a empresas brasileñas, que se encuentran en el extranjero para ayudar a los países y de esta manera vamos a tener resultados, o sea vamos a llegar a enriquecer a nuestros países. (APLAUSOS).

Brasil no puede más estar lejos, no puede estar lejos de esa batalla y quiero comentarles – Presidente Alberto – que, durante la crisis, del año 2008, comenté que eso para Brasil representaba sólo como una pequeña ola y creían que estaba jugando, pero Brasil ha sido el último en entrar en la crisis y el primero en salir de ella, porque hemos puesto he invertido 500.000 millones de reales para impulsar y apalancar la economía brasileña y así hemos logrado crecer. Sabemos qué hace años no existen préstamos, desde el BCDES para otros países porque sabemos que aún está pagando sus deudas. Si Brasil también no se está desarrollando, creciendo y tampoco comparte esta oportunidad de crecimiento con otros países. Por esta razón, les digo que volveremos a la normalidad, vamos a ser actores protagónicos en el mercado internacional, con Europa, con los países asiáticos, con Latinoamérica, porque este es el rol que juega un gran país, como el nuestro, que tiene más de 200 millones de habitantes y que era la sexta economía del mundo y ahora es la décima tercera, pero este es el rol que juega un país, que tiene este papel protagónico y que está insertado en la economía internacional. Así que no vamos a tener problemas entre países, ofensas entre el pueblo de Argentina y Brasil, de aquí por delante tendremos que estar entre presidentes. Soy amigo de Alberto Fernández y vamos a esforzarnos lo más posible para hacer crecer nuestras economías.

Espero que el ministro Haddad y mi compañero Sergio Massa, les puedan convencer de las políticas, que emprenderán porque no podemos más perder tiempo, hay que recuperar lo que se perdió y es por esta razón que vuelvo a ser Presidente de Brasil, para hacer avanzar a nuestro pueblo.

Les deseo mucha suerte. (APLAUSOS)

EMPRESARIO BRASILEÑO. - Presidente Lula da Silva, presidente Fernández, nosotros los empresarios brasileños estamos muy felices con esta decisión de Lula, ya en su primer mes de mandato, de venir a la Argentina y retomar con la Argentina las relaciones políticas y económicas. La Argentina, para nosotros es un socio fundamental, siempre lo fue y estamos seguros de que, en el Mercosur, no solo podremos crecer y desarrollar y hacer que el Mercosur tenga la capacidad de discutir acuerdos internacionales, como con la Unión Europea, si Brasil y Argentina tienen una relación política adecuada. Entonces felicitaciones al presidente, estamos muy felices de estar aquí, hoy, y con la UIA, tomamos la decisión de preservar en un breve plazo, y presentarles a ambos presidentes, una propuesta de integración económica del Mercosur, porque – hasta hoy – la integración política con la buena voluntad está encaminada, pero la integración son los empresarios quienes tienen que luchar y hacer fuerza para que exista. Muchas gracias. (APLAUSOS).

MASSA. – Muy buenas tardes a todos y a todas, bienvenidos a la comunidad de empresarios brasileros, que hoy no están acompañando, bienvenido a los trabajadores argentinos, representados en esta actividad. A lo largo de la mañana y recién, cuando escuchábamos al presidente Fernández y al presidente Lula da Silva plantear qué significa el encuentro de hoy, escuchamos la idea de vuelta de página, de recuperación de una relación, de hito histórico en la relación entre ambos países. Lo primero que me gustaría resaltar qué significa el acuerdo, que hoy, ponemos en marcha, junto con el ministerio de Hacienda, de Brasil, significa intentar recuperar el volumen perdido, casi 40 por ciento de caída de la relación comercial, entre Argentina y Brasil, en los últimos diez años, por diferentes razones y problemas, pero – por sobre todas las cosas - por falta de actitud de sostenimiento del objetivo de integración como política de Estado. Y lo que hoy se ha planteado es la decisión de consolidar la estrategia de integración, en la agenda de los presidentes, en la agenda de los ministerios como política de Estado.

En ese sentido, hay un primer paso, que nos hemos planteado, que tiene un pequeño primer paso como mecanismo de inicio de un recorrido y que quiero aclararlo muy bien, porque genera dudas y diversidad de opiniones la desinformación alrededor de este tema. Y la desinformación puede terminar generando la falta de certidumbre y certeza para nuestras economías.

La decisión de ambos gobiernos y de ambos ministerios es empezar a trabajar, dar un primer paso en un largo camino, que debemos recorrer, en el objetivo de una moneda común, de ambos países y con invitación a otros países de la región, a los efectos de encontrar un instrumento económico y comercial que habilite a profundizar el sistema de comercio, entre ambos países, y dentro de la región y dentro del Mercosur, pero que tenga el reflejo del Producto Bruto, de cada uno de los países, en términos de participación, tenga reflejo en términos de valor de cada una de las monedas de los países y que no significa resignar las monedas de cada uno de los países, sino encontrar un instrumento denominador común comercial que refleje la potencia del PBI de la región.

Para que tengamos conciencia de qué estamos hablando, esta es una región, que – en el último año – ha exportado y comerciado más de 600.000 millones de dólares, esta es una región que ha tenido resultado positivo por más de 80.000 millones de dólares y eso reflejado en un instrumento monetario de comercio, nos puede dar – primero – la libertad a nuestras empresas, en términos de comercio bilateral, pero sobre todas las cosas nos puede dar fortaleza, en términos de relación comercial con otros bloques económicos y con otras regiones globales.

En segundo lugar, ustedes saben, que desde el año 2008, Argentina tiene un acuerdo de monedas que de alguna – junto con Brasil – administran los bancos centrales, que tuvo un objetivo similar al que buscamos hoy: no quedar atados a los shock externos que puede tener el dólar, el euro o los yuanes en función de los problemas económicos, que puedan tener otros países o regiones, o situaciones de guerra, como las que nos tocó vivir, a lo largo de los 12 meses, y en ese sentido ese acuerdo de monedas tenía el objetivo central, de que pudiéramos tener intercambio comercial dentro de nuestros países, a partir de un sistema de arbitraje. El programa se puso en marcha, pero no cumplió el objetivo central, porque entendemos que funciona como límite el plazo, que hoy tiene el sistema de arbitraje, a los 30 días, y pretendemos y vamos a recorrer, junto al ministerio de Hacienda de Brasil, poner en marcha respetando la independencia de los bancos centrales, de ambos países, mecanismos más largos de arbitrajes con garantías de ambos Tesoros, que nos permitan mejorar el sistema de comercio bilateral.

El tercer desafío, que recorremos es el de la integración energética, nuestra región Argentina Brasil, hoy, encuentra un límite, un techo al crecimiento industrial y al abastecimiento de nuestras poblaciones, producto del declino que viene sufriendo la Cuenca de Bolivia y entendemos que en ese sentido infraestructuras regionales para el desarrollo, apalancadas por el BID, por la CAF, como es el caso de la obra del gasoducto, pero también apalancadas por acuerdos bilaterales tienen la centralidad de permitirnos procesos o proyectos, que tengan ganancias para ambos países. Claramente el desafío que tenemos que recorrer juntos es que Vaca Muerta llegue a Brasil, para que los brasileros puedan acceder al volumen de gas que necesitan para el desarrollo industrial y para que los argentinos podamos tener la oportunidad de exportar parte de lo que es nuestro recurso, nuestra riqueza de subsuelo que hoy, de alguna manera, se encuentra inexplotado o sub-explotado, por falta de infraestructura.

Así estamos construyendo el Gasoducto Néstor Kirchner, Uno, y tenemos la decisión – en los próximos 90 días – de licitar el segundo tramo para garantizar, por un lado, el abastecimiento a Uruguayana, pero por otro lado, a partir de poner en marcha la obra Saliquelló- San Gerónimo, explorar desarrollo de infraestructura para abastecer a Río Grande do Sul, y en paralelo tenemos la decisión de avanzar, en lo que se denomina la obra, de Reversal del Norte, para empezar a abastecer, vía Bolivia, Mato Grosso do Sul, aprovechando la infraestructura existente del abastecimiento de Bolivia-Brasil. En este sentido, esta integración energética necesita de la combinación de recursos y contamos con la decisión del gobierno de Brasil, de buscar – a través del BNDES, del banco insignia del desarrollo de Brasil financiamiento y mecanismos de financiamiento para aquellos insumos de empresas brasileras, que son parte de la obra del gasoducto. Tal vez el símbolo de esto es la posibilidad de acceder a la totalidad del financiamiento de los caños del segundo tramo, del gasoducto, que es central para acelerar el proceso de la obra.

Por último, y tal vez lo más importante, para la comunidad de negocios brasilera que tiene a la Argentina como mercado, que tiene a empresas argentinas como parte de su cadena de valor y para la comunidad argentina de negocios, que tiene parte de suministros y sus bienes intermedios, en el proceso de producción, calzados con productos brasileros, hemos decido avanzar en un acuerdo entre el Banco do Brasil y el Banco Nación con un esquema de garantías, el monto lo va a anunciar el ministro de Hacienda de Brasil, que nos va a permitir, centralmente, acelerar el proceso de abastecimiento y exportación de empresas de Brasil, a la Argentina, y el proceso de suministro de empresas argentinas con empresas brasileras. Esto tiene, por un lado, la eliminación de las incertidumbres que para muchos genera, producto de la restricción que Argentina tiene el régimen de aprobaciones temporales o administrados en comercio exterior porque elimina las incertidumbres para todo lo que son bienes y productos brasileros por un régimen propio, financiado desde el Banco do Brasil con el Banco Nación de Argentina, y por otro lado, tiene para la economía argentina una fortaleza, que es que ese financiamiento, que el Banco do Brasil provee, a empresas brasileras para proveer a la Argentina deja de necesitar de dólares de nuestro Banco Central, por el monto que financia desde el Banco do Brasil a las empresas brasileras. Y obviamente aspiramos a que eso tenga una combinación de funcionamiento, vía pesos, vía reales y aspiramos a que sea financiamiento en reales, para la Argentina.

Creo, entonces, que cuando el Presidente Lula planteaba una vuelta de página o un reinicio la historia, hoy a la mañana, nos ponía ante el desafío de buscar que estos mecanismos, de alguna manera, los pusiéramos rápidamente en marcha como una forma de garantizar que esa relación, que alguna vez representó más de 40 mil millones de dólares de comercio bilateral, con productos brutos internos más chicos, y que hoy sólo representa 28 mil millones de dólares, tengamos la oportunidad rápidamente de volver a transformarlo, en lo que, en definitiva, Brasil y Argentina, nunca deben dejar de ser, que son dos socios que tienen la responsabilidad de traccionar la región para ser lo que somos: proveedores de materia y proveedores de minerales, con valor agregado; proveedores de hidrocarburos, con valor agregado, para un mundo que necesita proteínas, que necesita energía, y que necesita nuestros minerales. Muchas gracias. (APLAUSOS).