Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la inauguración del primer tramo del nuevo Parque Costero de Punta Lara, en Ensenada, prov. de Buenos Aires

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la inauguración del primer tramo del nuevo Parque Costero de Punta Lara, en Ensenada, prov. de Buenos Aires

Muchas gracias, buenas tardes Ensenada, qué lindo estar aquí, con ustedes. Se me está quejando la gente de Ceremonial, porque dicen que estoy despeinado por el viento, pero estoy muy feliz de que me despeine el viento del Río de La Plata y el viento de Ensenada. Es maravilloso, así que no voy a luchar con mi pelo, vengo a hablarles. Primero, Mario, gracias por la hospitalidad con la que siempre me recibís, gracias, de verdad gracias. Gracias por tu enorme trabajo, enorme trabajo; me contaba Mario que él nació, acá, en Punta Lara y me contaba que aún mantiene cuidada la casa donde nació.

Y eso es lo que pasa muchas veces, en estos barrios, que uno se apega al amor, al cariño de su tierra, del lugar donde uno nació y lo que más quiere es ver progresar esta tierra, verla crecer, poder encontrar allí, cerca de su casa todo lo que necesita para estar bien, para estar feliz, para que sus hijos crezcan felices.

Hoy estamos inaugurando esta maravillosa costanera, que creánme – a los que nos están mirando – es definitivamente maravilloso ver la imagen de este río. En este río uno ve lo maravilloso del Río de La Plata, que – como bien dice Mario – es el único río, del mundo, que no tiene horizonte, no encuentra la otra orilla, el cielo funde con el agua del río porque no encuentra la otra orilla. Es un río único, que a todos los que nacimos aquí, en la Ciudad, lo disfrutamos y lo queremos mucho, pero además es un río que muestra lo qué es la Argentina, porque veo la cola de barcos, que están allí, y eso se producción para la Argentina, es producción que está trabajando, en la Argentina. Y esta es la Argentina, que nosotros queremos; una Argentina donde se invierta, donde se produzca, donde se trabaje y donde se disfrute. Estamos en un lugar para disfrutarlo, maravilloso, maravilloso. Me encanta que mi vista se pierda en el agua, y que el agua se confunda con el cielo. Eso es un privilegio, que tenemos, los que estamos aquí; no en todos lados del mundo un río se funde con el cielo; generalmente los ríos hacen que veamos la otra orilla. Acá la otra orilla parece ser el cielo, no sabemos dónde termina. Es un lugar único, magnífico, es de ustedes, es nuestro.

No nos damos cuenta lo que tenemos, pero es algo que tenemos nosotros, no lo tiene el mundo, lo tenemos nosotros y que poner en valor eso que es nuestro, esta maravilla que es nuestra y poder disfrutar de esta maravilla que es nuestra, la verdad, es algo que tenemos que hacer.

Cuando Mario nos planteó la idea de convertir esta costanera, que me contaba que – además - era todo privado y yo no entendía cómo que esto era privado, eran todas concesiones privadas y para poder entrar había que pagar, pero cómo que esto era concesionado y había que pagar. Claro, debo confesar, que somos peronistas, somos gente que participamos de un movimiento nacional y popular, y no cabe en nuestra cabeza, que los que vivan aquí tengan que pagar para disfrutar de lo que es suyo, no cabe en nuestras cabezas. Y Mario hizo todo el trabajo necesario para que esto pueda ser de ustedes, para que ustedes puedan disfrutarlo, es su mérito. (APLAUSOS).

Y en todo caso – con “Kato”- nos pusimos a su lado para ayudarlo a convertir este lugar hermoso, en un lugar más accesible, más lindo, de mayor disfrute para los que viven aquí, para ustedes y para los ue los fines de semana colman todo esto, de zonas aledañas, del Gran Buenos Aires, de la ciudad misma, que vienen a disfrutar de esta belleza.

Hoy, estamos inaugurando mil metros y nos faltan 2.000, bueno sépanlo vamos a terminar los 2.000 metros, que faltan porque no vamos a dejar las cosas a media. Vamos a hacerlo y lo vamos a hacer con la misma convicción, que tiene Mario y que tenemos todos. Miren, hay algo que debemos valorar en este tiempo, que nos toca vivir, tan convulsionado, donde uno ve tantos problemas políticos, Sudamérica, tanto poner en jaque a la democracia.

Los que estamos, en este escenario, somos hijos de la democracia; somos soldados de la democracia, cuidamos a la democracia, pero además en democracia no todos pensamos iguales, pero los que estamos acá, sí pensamos parecidos, sí pensamos igual; sí pensamos que tenemos una primera obligación, que es la obligación de tender la mano, a los que están más abajo y subirlos al escenario, incluirlos, hacerlos parte de la sociedad. Por eso, nadie que esté necesitando, en la Argentina, nosotros damos vuelta la cara y nos tapamos nuestros oídos, por eso siempre vamos en socorro de los que más lo necesitan. Pero también a nosotros nos interesa que los argentinos, que las argentinas trabajen, que tengan trabajo, que puedan progresar, que puedan desarrollar sus familias, que puedan encontrar un modo digno de ganarse el sustento para él, para sus familias y también nos preocupa que puedan descansar, que puedan disfrutar en el descanso. Y esto es preocuparnos por ese momento. Uno tiene que preocuparse por alimentar el estómago de los ciudadanos y tiene que preocuparse por alimentar el alma de los ciudadanos; Y con esto alimentamos el alma de los que vienen a disfrutar como yo y dejan volar su cabeza y su mente, mirando el río maravilloso que tenemos enfrente. Y algunos, cuando el agua no esté tan crecida, bajaran como vimos en el video, a disfrutar de las playas y a meterse en el río a disfrutar del agua. Porque es también tarea del que gobierna garantizar la alegría de esa gente que vive en este lugar, garantizar el disfrute de quienes viven en este lugar, y de los que viven en cualquier lugar de la Argentina. No es posible que para disfrutar uno tenga que hacer miles de kilómetros, cientos de kilómetros y por ahí pagar lo que no tiene. Me encantó esa señora que decía acá que se sentía como en Mar del Plata, me encantó, dijo: “nada que envidiarle a Mar del Plata”. Me encantó porque lo que yo sentí es que, Mario, le estamos acercando Mar del Plata a esa señora, y a muchos de ustedes. (APLAUSOS)

Yo les pido que ustedes adviertan todo esto que les digo, piensen, reflexionen sobre todo esto. Nos ha tocado vivir años muy difíciles, dos años de pandemia, la guerra, lo que heredamos, todo fue difícil, pero sin embargo seguimos avanzando, seguimos terminando rutas, seguimos mejorando las calles, seguimos creando lugares como este para el esparcimiento ciudadano, para el esparcimiento de los hombres, las mujeres, los chicos, las chicas. Piensen que esto es posible hacerlo cuando pensamos un país para ustedes, cuando los que gobiernan piensan un país para ustedes, y para los que gobernamos: un Presidente, un Gobernador, un Intendente, los Ministros, tenemos la misma vocación; ahí no hay contradicción entre nosotros, todos tiramos para el mismo lado y ¿dónde tiramos?: tiramos para el futuro de la Argentina, tiramos para ser una Argentina más igualitaria, tiramos para ser una Argentina más equilibrada socialmente, tiramos para crear trabajo, tiramos para darle alegría a nuestra gente, tiramos para que todos se acerquen a los estudios, para que todos se acerquen a los colegios, todos se acerquen a las universidades, todos tengan salud dada por el Estado. (APLAUSOS) Todos tiramos para el mismo lado porque al fin y al cabo nosotros no somos más que gente que estamos para servirles y el único modo que tenemos para servirles es alegrarles la vida, darles una vida mejor, a ser un país más justo.

Gracias Ensenada por recibirme. Los felicito por lo que han hecho y disfrútenlo, lo merecen.

Gracias a todos y todas. (APLAUSOS)