Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, salón de honor "General San Martín", Edificio Libertador

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, salón de honor "General San Martín", Edificio Libertador

Buenas noches a todo y a todas. Nuevamente nos encontramos en esta cena anual de camaradería de las Fuerzas Armadas. Es una buena ocasión, no solo para reflexionar sobre los avances logrados en materia de defensa nacional, sino también para repensar el mundo en el que nos ha tocado vivir y los desafíos a los que nos vemos obligados a enfrentar.

Vivimos tiempos de cambio, las sociedades buscan desarrollarse tras una pandemia que asoló al mundo, que se mostró tan inestable como desigual. Una guerra genera consecuencias globales haciendo faltar la energía necesaria para el crecimiento económico y profundizando una crisis alimentaria que desde hace mucho tiempo afecta a las comunidades menos desarrolladas del planeta.

Argentina, nuestra patria, cumplirá el año entrante cuatro décadas de democracia ininterrumpida, eso que debe llenarnos de orgullo, se ve empañado por un discurso de odio que se siembra en la sociedad buscando que crezca la división y el desaliento.

En un mundo tan convulsionado, tenemos una gran oportunidad como Nación. Argentina es un país de gran relevancia por ser la octava superficie territorial del mundo. Contamos con una enorme cantidad de recursos naturales, renovables y no renovables, de reservas de minerales y de agua dulce, y con capacidades precisas para producir alimentos.

Somos parte de Sudamérica, una región de paz, sin armas de destrucción masiva; no afrontamos conflictos armados interestatales, lo que representa una ventaja estratégica que debemos preservar en procura de un mejor desarrollo.

Nuestras Fuerzas Armadas, cumpliendo sus funciones constitucionalmente establecidas, están llamadas a ser protagonistas del presente y del futuro que observamos.

Ya dispuesto como Presidente de la Nación la directiva política de defensa nacional, que formaliza el posicionamiento defensivo o cooperativo y autónomo, como guía para el accionar de las Fuerzas Armadas y establece su orientación estratégica. Este documento que culminó con la sanción del Decreto 457, del año 2021, dejó inaugurado un nuevo ciclo del Planeamiento de la Defensa nacional, actualmente en pleno desarrollo, que tendrá próximamente por resultado, un nuevo plan de capacidades militares que actualizará el que rige desde el año 2011.

Hoy nuestro país cuenta con Fuerzas Armadas democráticas, profesionales, preparadas para la defensa de la soberanía, en tierra, mar y aire. Fuerzas cercanas al pueblo y dispuestas a colaborar en todo tipo de catástrofes naturales como lo han demostrado durante la pandemia de 2019, en los incendios y las inundaciones. Es por eso que, pese a las dificultades impuestas por la crisis económica heredada, la deuda externa asociada, la guerra y las consecuencias de la pandemia, sigo manteniendo mi compromiso de fortalecer la defensa nacional, la modernización del instrumento militar y el bienestar de los hombres y mujeres de las Fuerzas.

Como es un objetivo necesario reconocer la profesionalidad del personal militar, oportunamente implementé un proceso de regularización salarial que puso fin a las sumas no remunerativas y blanqueó todos los aportes.

Nuestro propósito es mantener una adecuada organización escalafonaria, que responda a la capacidad, responsabilidad y dedicación del personal. Para ello, en el ejercicio 2023, concluyendo con medidas de simplificación y transparencia salarial se dará ejecución a un proceso de jerarquización salarial, profesional, que se hará efectivo, a lo largo de todo el año.

Al mismo tiempo, hemos empezado un proceso de re-equipamiento de las Fuerzas Armadas, sin precedentes, a través de la recuperación, modernización y adquisición de sistemas de armas, de acuerdo con los lineamientos establecidos, en ese ciclo de planeamiento de la defensa nacional y para llevar a cabo ese re-equipamiento contamos con un instrumento fundamental, que nos permite revertir décadas de desinversión: el Fondo Nacional de Defensa.

Gracias a la contribución presupuestaria, del FONDED podemos potenciar nuestra capacidad de disuasión y de control soberano del territorio, afianzamos la producción nacional para la defensa, a través de una red de Pymes que hoy participan de estos proyectos otorgando un horizonte de previsibilidad y generando puestos de trabajo, impulsamos la cooperación tecnológica regional e internacional, fortalecemos nuestros vínculos estratégicos y mejoramos las condiciones de seguridad y bienestar de nuestras Fuerzas Armadas. Este Fondo se constituye como la herramienta, que nos permite brindar un horizonte de futuro, de previsibilidad y planificación para el equipamiento de las Fuerzas Armadas y para los jóvenes, que hoy ingresan a ellas. También hemos decidido incrementar sustancialmente el número de soldados voluntarios, con el fin de completar las dotaciones, en distintas guarniciones militares de todo el país.

Este plan, que está en marcha en Misiones y en Corrientes, con muy buenos resultados y que estamos replicando en distintas provincias está pensando para que los soldados puedan mantener el arraigo, en sus territorios y cumplan funciones, cerca de sus familias. Además, ofrece oportunidades de capacitación, entrenamiento, crecimiento profesional y valores para servir a la Patria. Hemos dicho una y otra vez, en distintos foros internacionales, que nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos y circundantes se encuentra ilegítimamente ocupado por una de las principales potencias militares del mundo. La usurpación británica sobre nuestro territorio no sólo afecta el ejercicio efectivo de nuestra soberanía, también afecta la posición geopolítica que el Atlántico Sur representa y la capacidad de las Islas de funcionar como centro de operaciones para obturar la circulación hacía el continente antártico y limitar los flujos de navíos entre el Océano Pacífico y el Océano Atlántico.

Estamos transitando el año 40 del conflicto del Atlántico Sur y como siempre lo hacemos debemos seguir homenajeando a nuestros héroes de Malvinas y honrar a nuestros caídos. Todo el pueblo argentino debe reconocer el sacrificio que nuestros veteranos hicieron por defender a la Patria y a la soberanía nacional. Así el mejor homenaje que podemos rendirles a nuestros héroes es seguir reclamando por el ejercicio pleno de soberanía sobre las Islas Malvinas y continuar exigiendo que el Reino Unido acate las resoluciones internacionales, que señalan – claramente – que hay una disputa territorial y que la solución debe alcanzarse de manera pacífica, a través de la diplomacia.

Tenemos la firme decisión de robustecer nuestra presencia en el Atlántico Sur y en la Antártida, porque sabemos que allí yace el futuro de las próximas generaciones por su valor estratégico y geopolítico. Por eso, hemos iniciado las obras para la construcción de una Base Naval, integrada en Ushuaia, que será parte de un polo logístico antártico para aprovechar su estratégica ubicación geográfica y su proyección hacia la Antártida. Para lograrlo ya hemos creado, en esa ciudad, una guarnición militar conjunta y esto se complementará con la recuperación de la Base Petrel, que representará un escalón logístico fundamental para abastecer nuestras bases antárticas. Asimismo, con la creación y puesta en funciones del Comando Conjunto Marítimo, dependiente del Comando Nacional, del Estado Mayor Conjunto, hemos dado un paso importante para la vigilancia y el control de los espacios marítimos de jurisdicción nacional.

En lo que va del año 2022, no se han detectado ingresos ilegales de buques, dentro de nuestra zona económica exclusiva, lo que evidencia cabalmente el éxito del trabajo de disuasión desarrollado, durante este período. Todo esto se ejecuta en articulación con las líneas directrices del modelo de vigilancia y control aeroespacial, sancionado, en el 2004, por el ex presidente Néstor Kirchner. Y a través del cual, recientemente hemos instalado un radar en Río Grande, Tierra del Fuego para incrementar el control de esa zona clave.

A estos esfuerzos por fortalecer la presencia y la vigilancia, en el Sur del país, también se suma la apertura de nuevos puentes aéreos de LADE, que unen Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego, para la comunicación de nuestra Patagonia. También quiero destacar nuestra extensa e importantísima contribución a las operaciones de mantenimiento de la paz, dispuestas por la Organización de Naciones Unidas, como parte de nuestro compromiso en el multilateralismo, la paz y la seguridad internacional. Desde 1958, hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas vienen participando en diferentes misiones de paz, resultando especialmente relevantes los resultados en Haití, Chipre y Colombia.
Actualmente, de las 22 misiones de paz desplegadas por las Naciones Unidas, Argentina integra 7 de ellas.

Finalmente quiero destacar – tal como lo hice el año pasado – la activa participación que han tenido nuestras Fuerzas Armadas, en tareas de apoyo a la comunidad. Quiero transmitir nuevamente mi gratitud y mis felicitaciones por la tarea que han realizado, en el contexto de la pandemia, del COVID-19.

La operación Belgrano ha representado un despliegue militar significativo con 650 días en operaciones y casi 50 mil tareas de ayuda humanitaria y apoyo logístico. Más recientemente, toda la colaboración y compromiso en otras catástrofes con el despliegue de efectivos y medios militares, en el Comando Conjunto de la zona de emergencia de Santa Fe, Entre Ríos y norte de Buenos Aires, en apoyo al servicio nacional de manejo del fuego para controlar los incendios que afectan la región del Delta del Paraná. También, la campaña alimentaria en el impenetrable chaqueño, en la que se distribuyeron 19.000 módulos alimentarios a más de 4500 familias, de las localidades de Río Bermejo y 44 parajes de sus alrededores.

En síntesis, en el mundo que hoy vivimos nos enfrenta a nuevos desafíos, en donde las Fuerzas Armadas, ocupan un rol central en la defensa de nuestra soberanía, nuestros recursos y nuestra población. La Argentina presenta características que la convierten en un país de gran relevancia, en el escenario global, para defender los intereses vitales de nuestra Nación y debemos tener una política de defensa firme y estratégica para proteger al conjunto de argentinos y argentinas.

¡Viva la Patria¡ Muchas gracias. (APLAUSOS)