Palabras del presidente de la Nación, en la presentación del Plan Gas 4 y 5 de sustentabilidad energética, en el Museo del Bicentenario, Casa Rosada

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Palabras del presidente de la Nación, en la  presentación del Plan Gas 4 y 5 de sustentabilidad energética, en el Museo del Bicentenario, Casa Rosada

Buenas tardes a todos y a todas, gracias secretaria, gracias Sergio querido, gracias gobernadores por acompañarnos, gracias a los empresarios, gracias “Vasco”, por estar aquí también, gracias a los trabajadores, por supuesto, también: miren, no hace mucho tiempo atrás, fuimos de invitados a la Reunión del G-7, que se celebraba en Múnich, en una ciudad cercana a Múnich, y para mí fue muy impactante ver, en primer persona, lo que estaba viviendo el mundo. No leerlo, vivirlo, ver a los líderes del mundo conmocionados, por una guerra que había puesto absolutamente en crisis la capacidad energética de Europa y las dificultades de ese mundo europeo para poder acceder a la energía que – de repente – dejó de llegarle.

En verdad también me llamó la atención, debo reconocer que lo esperaba pero que fue más allá de lo que esperaba, en cada una de las reuniones, que tuve en ver el interés generalizado por ver qué estábamos haciendo en materia energética. Porque el mundo sabe que somos la segunda reserva de gas no convencional, del mundo y el mundo sabe que tenemos allí gas para autoabastecernos, gas para exportar a los países limítrofes, y gas para exportar más allá de nuestros límites, o sea el gas natural lo licuamos y lo transportamos adecuadamente. Y ahí me di cuenta que nosotros tenemos una oportunidad singular, que no podemos dejar pasar por alto, que es esto, es el desarrollo de toda la producción hidrocarburífera para generar el autosustento, de la Argentina, y para poder exportar todo el excedente.

Días atrás, tomando un café con Marcelo Midlín, él me marcaba algo que es cierto, hubo un momento de la Argentina, allá lo que fue la Argentina construida por la generación del ’80, donde se pensó un país que desarrollara y aprovechara su capacidad productiva agropecuaria, ganadera, se construyó un país con un puerto, que saque al mundo toda esa producción y así se construyó la real vial, esa que vimos en nuestros años de escuela primaria, que fue una araña, que se extendía, con un cuerpo central, en la Ciudad de Buenos Aires, y fue una Argentina que pensaba, desde lo agrícola y ganadero y avanzó. Después vino la etapa de industrialización, de formación de la industria nacional y ahora estamos en una nueva alternativa, que es convertir al país en un enorme proveedor de energía en el mundo.

Es una oportunidad única, tal vez tengamos que pensarnos, como se pensó la generación del ’80, en ver cómo nosotros construimos un nuevo diseño de desarrollo para la Argentina, basado precisamente en esto que estamos viendo y de lo que hablaron recién la secretaria y el ministro: de una manera de aprovechar al máximo el gas que hoy tenemos y que el mundo necesita y que nosotros también necesitamos. Porque si tuvimos que recurrir a la importación de toda la energía, que tuvimos que importar, fue porque a nosotros nos importa – valga la redundancia – que la Argentina siga produciendo, que la industria no se detenga y que en ningún hogar falte el gas necesario o la electricidad necesaria. Ahora, tenemos la oportunidad de que, en una primera etapa, logremos que el gas, que está en Vaca Muerta, se distribuya en todo el país; para eso estamos haciendo el gasoducto, que el 20 de junio, vamos a ponerle a fines de junio, para que no tengamos tanta presión, podamos tenerlo terminado y podemos así dar un primer paso, que es el paso del autoabastecimiento, de gas, como país. Allí lograremos que casi el 60 por ciento de la demanda de gas, que tenemos hoy, podamos generarla con nuestra propia producción.

Y después habrá que construir un segundo tramo, que también nos abre, una posibilidad maravillosa, que es ofrecer gas a Brasil, que también va a necesitarlo, que también va a demandarlo, en tiempo en que las cuencas gasíferas de Bolivia, han entrado en un proceso crítico. Cuando pensamos el Gas 4, pensamos en todo esto y nos fue muy bien, porque la forma en que Pablo siempre me muestra ha crecido la producción de YPF, a partir de eso fue impresionante, pero eso le pasa a todos, porque hay empresas que han crecido de un modo singular a partir del desarrollo de ese plan, que ahora lo estamos extendiendo y le estamos sumando esta variante del plan Gas 5, que objetivamente lo que hace es generar todos los incentivos necesarios para que ese gasoducto, que tanto nos importa, sea llenado de gas adecuadamente lo más rápido posible.

Yo de verdad quiero poner en valor lo qué significó el Plan Gas 4, que fue una propuesta del Estado, a fijar reglas que respetamos y una apuesta de los empresarios a creer, a profundizar la explotación de estos recursos y los resultados fueron muy buenos, sin ninguna duda, muy buenos. Y celebro, que hoy, estemos extendiendo el Plan Gas 4 y estemos pensando en lo que plantearon quienes me precedieron en la palabra, en este Plan Gas 5, que también necesitamos para que el gasoducto, que se construya se llene lo antes posible y se distribuya lo antes posible.

Y después vendrá el segundo desafío, ya hay muchos pensando en el segundo desafío, que es ver cómo licuamos ese gas para llevarlo más allá de las fronteras territoriales nuestras – a través del Atlántico, del Pacífico – a otros lugares del mundo. Y celebro que ya yo conozco tres proyectos, por lo menos, que se están pensando; días atrás presentamos con YPF el proyecto que YPF está pensando con Petronas, tan importante; Pampa Energy me contó, la vez pasada, que estaba desarrollando su propio proyecto y la gente de Techint me contó que estaba desarrollando su propio proyecto y me parece que es espléndido porque la verdad necesitamos que, cuanto antes, esas plantas de licuefacción de gas, estén funcionando para poder aprovechar el gas excedente, poder exportarlo. Cada metro cúbico de gas que exportemos serán divisas que entren, a la Argentina, divisas que tanta falta nos hacen para poder seguir creciendo, para poder seguir garantizando la producción de la pequeña y la mediana empresa, y de las grandes empresas también, para que de ese modo sigamos fortaleciendo el trabajo.

La verdad que tenemos una oportunidad única de diseñar un nuevo país, fundado en otra matriz, ya no solamente pensando en lo agrícola, en lo ganadero, sino pensando en lo energético. Tenemos además otros desafíos: el hidrógeno, que otra gran oportunidad que tenemos con un proyecto formidable, la miro a Arabela, porque en Río Negro, hay un proyecto enorme de producción de hidrógeno, que queremos que se lleve adelante, pero sé que también hay otros jugadores planteando lo mismo. Miren yo estoy convencido que la Argentina tiene la oportunidad de ser un jugador central en la producción energética del futuro y no debemos dejar pasar esa oportunidad, no debemos dejar pasarla, no por el bien de las empresas, no por el bien de un gobierno, sino de los argentinos y argentinas, no debemos perder esta oportunidad.

El mundo se ha globalizado y el mundo hoy necesita energía, se ha dado cuenta que una guerra puede romper contratos y de repente puede dejar sin energía a las principales potencias del mundo. Nosotros tenemos que ser capaces de producir la energía que el mundo está reclamando porque la tenemos, básicamente porque la tenemos y lo que necesitamos es sacarla y en algún caso, también, convertir ese gas en gas licuado para poder exportar. Nosotros vamos a seguir adelante con todos los incentivos dando la normativa necesaria para que todos los incentivos que toda esta actividad está reclamando lleguen. Y vamos a exigir, también, vamos a exigirles inversión, producción y trabajo, a quienes se beneficien con eso y vamos a construir también un sistema legal, no sólo de decretos, que de certezas al sector. Tenemos una oportunidad y no debemos dejarla pasar, es hora de que entendamos que este no es el proyecto de un gobierno, debía ser el proyecto de un país y deberíamos pensarnos como aquella generación que fue capaz de pensar un diseño de país. Es hora de que diseñemos otra matriz productiva para la Argentina y estoy seguro, que, en el gas, está el secreto de nuestro futuro desarrollo. Gracias a todos y todas. (APLAUSOS).