Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el acto de Promesa de Lealtad a la Bandera, desde el CCK

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el acto de Promesa de Lealtad a la Bandera, desde el CCK

Buen día a todos y todas; buenos días, qué lindo verlos aquí, me hace feliz. Gracias, muchas gracias: miren, hoy es un día importante, un día donde conmemoramos la importancia de la bandera, uno de nuestros símbolos patrios, pero que está directamente vinculado al día en que nos dejó Don Manuel Belgrano. Manuel Belgrano no fue un hombre más, en la historia argentina, fue un hombre singular, único tal vez, sólo equiparable a San Martín, a Don Miguel Martín de Güemes, que el viernes pasado se cumplió otro aniversario de su fallecimiento; fueron hombres inmensos, que dieron todo porque hoy seamos un país libre e independiente.

Belgrano, puntualmente, era un hombre que había estudiado, que había abrazado las ideas libertadores, de la Revolución Francesa, igual que Mariano Moreno y que creía firmemente en que en esa libertad, en esa fraternidad estaba el desarrollo de los pueblos. Estudió Economía, estudió Abogacía, hizo periodismo, se preparó - fundamentalmente – desde la intelectualidad, hizo enormes aportes allí, en materia económica, por sobre todo, promoviendo la producción, como mecanismo de desarrollo de la sociedad. Fue, además, uno de los primeros – fíjense que en estos días aprobamos la ley para industrializar el cáñamo – fue uno de los primeros, de los que más impulsó la producción del cáñamo, con fines textiles.

Belgrano, a pesar de ser un abogado, a pesar de ser un economista, a pesar de haber ejercido el periodismo, un día la Patria le dijo: “tenés que ponerte el uniforme militar e ir a pelear por la Patria” y allá fue con todas sus limitaciones, que él mismo conocía, limitaciones en materia de estrategia militar, pero – la verdad – con un coraje y una valentía que en pocos hombres se reconocen. Y marchó al norte, porque San Martín, que ya había cruzado Los Andes y que ya iba camino a liberar Perú, le pidió – por favor – que cuide la frontera norte, para que los realistas, los españoles no vuelvan sobre la Patria y allí se encontró con Don Miguel Martín de Güemes y juntos cuidaron precisamente al Norte argentino. ¿Saben con quién? Con una enorme mujer, que está en ese monumento, con Juana Azurduy, a quien la Patria también le debe mucho. (APLAUSOS).

Fue un hombre inmenso que nos llenó de orgullo a todos los argentinos, Don Manuel Belgrano, un hombre inmenso, y un hombre despojado, cuando volvió de su campaña al norte y lo recompensaron con el equivalente a 80 kilogramos de oro, por sus triunfos militares, donó todo ese dinero para la fundación de escuelas, porque estaba convencido, precisamente, que en la educación radicaba el futuro del desarrollo de nuestra Patria. Por lo tanto, que hoy conmemoremos la figura de Belgrano es algo que deberíamos hacer hoy y todos los días porque estos héroes que la patria tuvo son el ejemplo que debemos seguir, en tiempos de mucha incertidumbre que vive el mundo. Todos ustedes son parte de una generación que ha debido sufrir el no compartir con parte de sus compañeros las horas de recreación propias de la infancia que exige. Pero son ustedes los que van a hacer el futuro y para armar el futuro, lo mejor, es tomar estos ejemplos. Pensar en Belgrano, pensar en San Martín, pensar en Güemes, pensar en Juana Azurduy, que son los hombres y las mujeres que construyeron esta patria en la que vivimos. Y porque estoy seguro que tenemos por delante un enorme futuro. Que Argentina no es ese país sin destino que algunos quieren plantearnos. Que Argentina es un país que quiere ponerse de pie, que ha sufrido una y mil veces. Como decía María Helena Walsh en aquella canción memorable de la Cigarra: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, a mí propio entierro fui y todavía estoy aquí”. Nosotros vamos a ponernos de pie una vez más, ustedes para que tengan de una vez y para siempre la patria que se merecen.

Yo quiero de corazón darles las gracias. Gracias, gracias. Nada llena más mi corazón que la voz de los niños de está Argentina. De verdad, gracias. Tengan la certeza de que vamos a ser ese país y prepárense para un mañana mejor. Prepárense porque el futuro es de ustedes, el futuro e lo que más importa. Como suelo decir yo, nadie quiera convencerme que el pasado es lo mejor. Mañana es mejor y el mañana es de todos ustedes, pero el mañana de ustedes lo empezamos a construir ahora. Con mucha fuerza, con total convicción de que sabemos a dónde estamos parados y sabemos a dónde queremos llegar, pero también sabemos, como alguna vez dijo Néstor, a donde no queremos volver. Gracias a todos y todas por estar aquí