Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la asunción de Remo Carlotto como secretario ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos, desde la ex ESMA

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la asunción de Remo Carlotto como secretario ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos, desde la ex ESMA

PRESIDENTE.- Buen día a todos y todas. Contento de estar acá en este Instituto de Políticas Públicas y Derechos Humanos del MERCOSUR.

En primer lugar, agradecerle a Ariela todo su trabajo, de verdad. Le a tocado un tiempo difícil como a mí. Tiempo de pandemia, tiempo complicado donde debíamos preservar la salud y muchas veces postergar políticas que queríamos impulsar. Pero yo valoro mucho el trabajo que han hecho quienes han debido enfrentar este tiempo, lo valoro mucho porque lo he padecido ese tiempo, así que lo valoro el doble. Así que Ariela gracias, de verdad, por el esfuerzo. Gracias a los embajadores que están hoy aquí presente, veo al de Uruguay, que ustedes no lo saben, pero es un compañero porque dicen que es el más peronista de los uruguayos (RISAS), veo al embajador de Brasil, no sé si tenemos a alguien que nos acompaña de la embajada de Paraguay, gracias también por estar acá. Son países hermanos que queremos muchos y juntos conformamos un bloque regional que valoramos particularmente.

Y creo que este Instituto de Políticas Públicas tiene un enorme desafío, Remo, por delante porque la pandemia va quedando atrás y vuelven a aparecer nuestras obligaciones de llevar adelante las políticas que fueron demoradas y que están pendientes, simplemente. Políticas que tiene que ver con seguir manteniendo viva la memoria de la tragedia de nuestros pueblos, que nuestros pueblos vivieron. Remo es, alguien que junto a su familia ha vivido el dolor de la desaparición de un ser querido como muchas otras familias, acá tengo a la querida Lita y muchas otras madres que han trabajado en búsqueda y siguen luchando por encontrar a sus hijos o a sus nietos como Estella. Y mantener viva la memoria es hacernos un mejor país, una mejor sociedad. Y es parte de la política pública de Derechos Humanos que nosotros asumimos poner en vigencia, tener permanentemente vigente esa memoria, reconstruirla, ponerla enfrente de las nuevas generaciones, básicamente, para no repetirlas. Los pueblos que no tienen memoria están condenados a repetir sus historias. Y ninguno de nosotros queremos revivir semejante tragedia y la forma de evitar que se reviva es precisamente mantener viva la memoria, mantener activa la memoria colectiva.

Eso es una parte de los desafíos que tenés, Remo. En una región donde, gracias a dios, las democracias imperan y los problemas de Derechos Humanos se aminoran mucho. Pero hay otros desafíos que tenemos también como políticas públicas y que siguen, donde sí tenemos que trabajar mucho, tenemos el desafío de terminar con cualquier forma de discriminación en la región. Tenemos el desafío de promover la igualdad, de terminar la discriminación de cualquier tipo por sexo, por género, por raza. Tenemos la obligación de hacer parte de la ciudadanía a las (inaudible) originarias y es un trabajo que tenemos por delante y que hay que llevarlo adelante y que desde el Mercosur debemos impulsar. Y tenemos por sobre todas las cosas una obligación que es la obligación de terminar con la desigualdad de la mujer, terminar. En el siglo XXI no es posible que exista la discriminación por género, no es posible (APLAUSOS). Y eso sí es una tarea que nos compete a impulsar mucho. Venimos de tener a una secretaria ejecutiva y, lo celebro, pero tenemos la obligación de poner a la mujer en el lugar que se merece en el siglo XXI. Y la mujer hoy es una parte esencial de la sociedad argentina y también de la sociedad en el mundo y debe ocupar los lugares centrales también al a hora de regir los destinos del país, y es parte de las políticas públicas que nosotros empezamos desde el gobierno de Argentina, pero que nos gustaría compartir con todos los demás miembros del MERCOSUR, hacer que de una vez por todas podemos igualar a la mujer y al hombre, no solamente para que tengamos proporcionalidad en los cargos públicos electivos o en los cargos de las funciones ejecutivas, sino fundamentalmente en lo cotidiano, un lugar a ocupar en una empresa privada donde se discute si entra una mujer o entra un hombre, se tiende a que sea hombre; y si se elige la mujer, se las mal paga, se les paga peor, eso no es posible que siga ocurriendo, y es en términos del presente un enorme desafío que tenemos Remo: poner el problema del género, de la identidad de género, de la igualad de los géneros en la mesa de los discusión, y hacer que igualemos. Igualar significa dar más derechos, y yo siempre digo, una sociedad que da más derechos es una sociedad mejor, indefectiblemente, las peores sociedades son aquellas en las que sus ciudadanos tienen restringidos sus derechos, y las mejores sociedades son las sociedades que amplían derechos a sus ciudadanos, y nosotros tenemos que aspirar a ser la mejor sociedad del mundo, esa debe ser nuestra aspiración, lo fuimos, lo fuimos, lo fuimos cuando tuvimos la educación gratuita, lo fuimos cuando tuvimos la universidad gratuita, lo fuimos cuando tuvimos la salud pública gratuita, lo fuimos cuando les dimos derechos a los trabajadores, cuando sindicalizamos a los que trabajan, cuando les dimos aguinaldos y jubilaciones a los que trabajan, cuando les dimos vacaciones pagas a los que trabajan, miren todos los derechos que fuimos ampliando, en tiempos en que el mundo no reconocía esos derechos. Si nos animamos a eso, debemos animarnos a más, y animarnos a más quiere decir que dar más derechos, ampliar más los derechos ciudadanos.

Fuimos distintos en el mundo porque tuvimos todos esos derechos que acabo de mencionar, seamos distintos en el mundo porque somos los que más derechos damos, seamos distintos en el mundo porque nos igualamos, igualamos a todos, hombres, mujeres y cualquier diversidad de género. Igualamos a los que llegaron a esta tierra como inmigrantes, con los que la ocupaban originalmente: igualar, igualar, esa es parte de las políticas públicas que nos debemos.

Y yo estoy seguro de que Remo, que padeció en carne propia el dolor de la violencia y el terrorismo de Estado, entiende de lo que hablo. Y estoy seguro, lo conozco, conozco a su familia, es inexorable hablar de tu mamá cuando uno habla, pero la verdad es que sabe de la lucha de esa familia, de la lucha de las Abuelas y de las Madres, que son para nosotros un ejemplo permanente, y de los Hijos, son un ejemplo permanente, permanente, que nunca debemos olvidar. Fueron capaces al enfrentar a las peores dictaduras que la Argentina conoció, y nunca les doblaron el brazo. Ellos son, los Hijos también, nuestra bandera en esta lucha, que debemos hacerla, debemos hacer que salga de nuestras fronteras, y también sea bandera de uruguayos, de paraguayos y de brasileros, y de todos los pueblos del mundo que quieren, como nosotros, vivir en una sociedad más igual y más inclusive.

Mucha suerte Remo, felicitaciones Ariela por tu trabajo, y a trabajar. Gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)