Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el acto del FDT, en recordación a los 11 años del fallecimiento del expresidente Néstor Kirchner, desde la cancha de Deportivo Morón

  • Compartilo en redes :

Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en el acto del FDT, en recordación a los 11 años del fallecimiento del expresidente Néstor Kirchner, desde la cancha de Deportivo Morón

Compañeras y compañeros; muchas gracias, de corazón: hace mucho tiempo, mucho tiempo pasó hasta que pudimos encontrarnos así, todos juntos, mirarnos a los ojos y abrazarnos, decirnos las cosas que necesitamos decirnos y volver a abrazar esto que es la militancia.

Compañeros, compañeras: hoy es un día singular para todos nosotros, hoy se cumple un año más que Néstor nos dejó físicamente, para todos nosotros Néstor es básicamente una guía, es exactamente la luz que todos seguimos porque tuvimos la suerte de ver lo qué Néstor significó para la historia, de Argentina; ese extraordinario Presidente que la democracia dio, así que Néstor – allá donde estés, en el cielo – debes tener el mejor lugar, el lugar que recibe a los que cuidan a su pueblo. Pero sabés – Néstor – que estás en el alma de todos y cada uno de nosotros, de todos y cada una de nuestras compañeras. (APLAUSOS).

Néstor definitivamente vive en cada uno de nosotros, y cada uno de nosotras. Miren, siempre digo que tuve un enorme privilegio, que fue el privilegio de ser quien lo acompañara como Jefe de Gabinete, cada día de su gestión de Presidente y me acuerdo de cada instante. Me acuerdo de cómo fueron los comienzos de mucha soledad, porque –finalmente – Néstor era el Gobernador de esa provincia, que hoy gobierna Alicia, ese lugar donde el continente termina, después está nuestra querida Tierra del Fuego, pero donde el espacio continental termina y mucho nos decían: “pero cómo Néstor, desde Santa Cruz, quiere ser Presidente”. Pero él nunca bajó los brazos, siempre tuvo las convicciones más firmes, en una época – les pido que hagamos un poco de silencio para que reflexionemos en conjunto – en una época que en verdad se parece mucho al tiempo en que nosotros debimos asumir la Presidencia, el 10 de diciembre, del año 2019, se parece mucho. Porque – cuando Néstor llegó – la Argentina había sufrido la pandemia del gobierno de la Alianza y había generado una caída de nuestra economía impresionante, que había generado el cierre de muchas empresas, que había generado desempleo, en la Argentina. Y la verdad es que había que poner de pie a ese país, que estaba profundamente y socialmente lastimado. Cristina decía – medio en broma y medio en serio – que teníamos, cuando Néstor ganó la elección más desempleados que votos, porque no nos dejaron ir a una segunda vuelta para que Néstor revalide, lo que objetivamente era, una inmensa mayoría de la Argentina que quería poner de pie y cambiar el país. Pero lo cierto es que, en esos días, se habían cerrado muchas empresas, como antes que llegamos nosotros, que 23.000 pequeñas y medianas empresas se habían caído, había que recuperar el trabajo, había que recuperar la confianza en la política, que todos habían perdido.

Eran los días – donde había un lema que circulaba, entre todos nosotros – que decía que se vayan todos, como si todos fuéramos lo mismo, y no todos somos lo mismo, algunos fueron los causantes de aquel estado deplorable, en que nosotros asumimos la conducción del país. Y yo digo que se parece mucho, porque en aquel entonces, la pobreza se había profundizado con las políticas neoliberales, que el gobierno de la Alianza, había llevado adelante, como nosotros vimos una economía caer con las economías neoliberales, que Mauricio Macri y su grupo de trabajo y su gente llevó adelante, en la Argentina.

Y vimos – cuando llegamos con Néstor – cuántas pequeñas y medianas empresas se habían cerrado, así como se habían cerrado 23.000 pequeñas y medianas empresas, en la Argentina, en esos cuatro años, que precedieron a nuestra llegada y el país estaba en default, como la Argentina estaba en default, el día que asumimos. Porque más allá que no lo hayan declarado, la verdad es que la Argentina – en enero del 2018, ya no podía pagar esa deuda de 100.000 millones de dólares, que había tomado con acreedores privados y fue a pedirle al Fondo Monetario Internacional una ayuda, que terminó siendo nuestra ruina.

La Argentina que Néstor recibió, es muy parecida a la Argentina que nosotros recibimos y si algo tenemos de suerte es el bagaje de experiencia, que pudimos acumular con Néstor para hacerle frente a los problemas que estamos teniendo. Porque – compañeros y compañeras – las caras, que veo acá, como las caras que vi, en Tucumán, días atrás; como las caras que vi en Nueva Chicago, no hace mucho, son caras que están reclamando más empleo, más trabajo, más inversión, más producción. Son las mismas caras, que veíamos con Néstor, en el año 2003 y son las mismas obligaciones, que hoy tenemos. (APLAUSOS). Y nosotros sabemos, que hay una Argentina postergada y que padece y somos los primeros en preocuparnos por ello.

Por eso – compañeros y compañeras – el otro día, en Avellaneda, no lo veo a Jorge Ferraresi por acá, acá está Jorge. Bueno, días atrás, Jorge me invitó a un plenario, en Avellaneda y un compañero me dijo: “presidente, le pido que no nos arrodillemos frente al Fondo”. Si todavía no cerramos un acuerdo es porque no nos vamos a arrodillar, porque vamos a negociar hasta que nuestro pueblo no vea en riesgo su futuro por pagar una deuda.

Yo escuchaba recién, a Néstor, en ese vídeo que tanto nos gratifica, viéndolo en el recuerdo, cuando Néstor decía: “dicen que me peleo, dicen que me enojo”. La verdad es que claro, ¿cómo se piensan que son las discusiones con los acreedores, se piensan que son gentiles, que no hay presiones? A veces quisiera, que los diarios de la Argentina, en vez de pedirme a mí, que apure un acuerdo con el Fondo, de cualquier modo, le digan al Fondo que se haga responsable del daño que hizo dándole, a la Argentina, una deuda que no se podía pagar, pero eso no lo veo escrito en ningún diario, compañeros y compañeras. Lo que veo que me exigen un acuerdo rápido, un acuerdo de cualquier precio. No, compañeros y compañeras, no. Nosotros no vamos a hacer un acuerdo que los postergue más a ustedes y que los postergue más a los argentinos que, hoy, han quedado postergados. (APLAUSOS).

Por eso, gracias a Dios, compañeros y compañeras, ya acá – en la Argentina – no sé si en el Fondo, no sé si en Washington todos sabemos quién juega para la Argentina y quién juega para otros intereses, no hace falta que lo recordemos, todos lo sabemos. Así como Néstor recibió aquella deuda, nosotros recibimos una tremenda deuda privada; con Néstor debíamos 150 mil millones de dólares, y nosotros recibimos una deuda, con acreedores privados, de 100 mil millones de dólares, muy parecidos, pero una deuda insólita. Porque tuvimos un gobierno, que festejó haber endeudado a la Argentina, durante 100 años, y lo celebraban. Y esa deuda- compañeros y compañeras – objetivamente se paga en 16 años, los años restantes son intereses que debían pagar ustedes en desmedro de su futuro, pero eso no lo cuenta ellos, eso no lo cuenta, tampoco cuenta que nos pusimos firmes, ante esos acreedores y que le dijimos que nosotros vamos a pagar, porque podemos pagar y por tanto, primero esperen para cobrar, porque antes que ustedes hay millones de argentinos que tienen que cobrar y segundo sepan que van a cobrar mucho menos. Y así fue como conseguimos un acuerdo, que le ahorró, a la Argentina, casi 38.000 millones de dólares.

Esos acuerdos, compañeros, exigen mucha pelea, exigen mucha discusión y exigen mucho debate. Y a mí – como decía Néstor – no me preocupa que digan: “che, por qué Alberto pelea, porque Alberto confronta, por qué Alberto no cierra con el Fondo”. Voy a pelear, voy a confrontar todo lo que sea necesario y voy a cerrar con el Fondo, el día que sepa que eso no condiciona el futuro de la Argentina.

Todo esto – compañeros y compañeras – tiene que ver con un enorme aprendizaje. Cuidémonos porque somos mucho y algunos, por momento, se les complican. Yo les decía, todo esto de lo que estoy hablando, lo digo con la convicción, que lo digo, porque tuve un maestro extraordinario, que se llamó Néstor Kirchner. Porque a su lado, vi cómo se hacen estas cosas, porque a su lado negocié con los acreedores privados y a su lado negocié con el Fondo Monetario Internacional, pero sobre todas las cosas a su lado aprendí que nada hay más importante, que sacar del pozo de la pobreza a los argentinos y las argentinas, que han caído en ese pozo, porque la Argentina sólo será un país posible, si nosotros ponemos en el escenario del desarrollo argentino a todos y todas las argentinas, sin exclusión. No pensamos un país para pocos, pensamos un país para todos. (APLAUSOS).

No tenemos nosotros esa idea que dice que en la Argentina, sobran 20 millones de habitantes. Néstor diría: “minga sobran millones de argentinos, hacen falta todos y cada uno de los argentinos”.


Pero igual, que en aquellos días, teníamos los mismos problemas que hoy tenemos con la justicia, esa es la realidad y con Néstor empezamos un proceso de cambio, de desarrollo y cambiar en la justicia, con la Corte Suprema, que la verdad fue muy auspicioso, pero que – lamentablemente – en estos últimos cuatro años se frustró. A ver una camilla acá, esperen compañeros que hay alguien que necesita de la ayuda nuestra. Ustedes me dan mucha fuerza, compañeros. Por favor, personal médico que pueda asistir a alguien. Yo les decía que los mismos problemas, de entonces… a ver si podemos repartir agua para los compañeros y compañeras que el calor es agobiante. Creánme que quisiera poder cumplir con cada uno de sus deseos, es mi mayor objetivo.

Les decía, que debemos recordar aquellos años de Néstor para que nos sirva de guía de cómo salir del laberinto en el que quedamos; a diferencia de lo que Néstor le pasó, a todos y cada uno de nosotros nos pasó que debimos afrontar una pandemia, que lastimó a toda la humanidad y la verdad es que – como hacía Néstor – lo único que privilegiamos fue la salud de la gente, fue cuidar a cada argentino y argentina, preservar que el contagio no se propale a gran velocidad, y mientras tanto ir recuperando un sistema de salud que estaba absolutamente destruido. Y lo hicimos, y obviamente que nos duelen cada una de las víctimas que esa pandemia se ha llevado, pero todos los que estamos acá, gobernadores, intendentes, el Presidente, diputados, senadores, todos tenemos la íntima tranquilidad de que a ningún argentino le faltó una cama, de que a ningún argentino le faltó un hospital que le abra las puertas para ser atendido. Y lo hicimos porque además estamos convencidos de que la salud no es cosa de los mercados, la salud es un problema del Estado, es un tema que debe resolver el Estado, y en la Salud Pública, el Estado garantizando salud a sus habitantes es definitivamente una obligación que tenemos.
En estos días, donde muchos piensan que el mercado todo lo resuelve, yo quiero decirles que el mercado muchas veces complica todo, complica todo porque el mercado muchas veces favorece a que unos pocos ganen y millones pierdan. Salud para los que pueden pagar es fácil darla, lo difícil es darle salud a los que no pueden pagarla, y ahí tiene que estar el Estado presente, garantizando la salud para cada argentino y cara argentina. (APLAUSOS)
Hoy leía un afiche que se está pegando en Francia, donde se discuten las mismas cosas que discutimos en Argentina, que es un debate que se da en todo el mundo, y allí decía el afiche, “cuando la economía se vuelve privada, todos los ciudadanos nos privamos de un derecho”, y eso es muy cierto compañeros y compañeras, y eso debemos recordarlo, porque cuando entregamos a manos privadas cuestiones que son del estricto resorte; cuando el Estado se retira y deja que los privados actúen, los privados piensan solo en un objetivo, ven las ganancias que tienen, y en verdad lo que nosotros hacemos desde el Estado no es calcular ganancias, es garantizar derechos, garantizar servicios que los argentinos y las argentinas necesitan; derechos en la salud, derechos en la educación.
Hoy a la mañana me reuní con docentes que conocí días atrás en un colegio de Temperley, que me contaron los problemas que tienen los docentes hoy en día, lo invité a Jaime Persik para que participe conmigo y que escuche de primera mano lo que los docentes nos plantearon como necesidades, que va mucho más allá de los temas salariales, necesidades de nuevas tecnologías para poder educar, de nuevas tecnologías aplicadas al conocimiento, de capacitar a los docentes en el uso de esas tecnologías, y la verdad es que uno siente una profunda admiración por esos docentes, que en verdad viven preocupados por la educación de los argentinos y las argentinas, porque todos tenemos que saber que el desarrollo y el crecimiento directamente van de la mano de la educación, que hoy en día la educación y el conocimiento es lo que hacen ricas a la sociedades. A mí me encantaría que esos liberales que se llenan la boca de ser tales, hubieran seguido el ejemplo de liberales como Alberdi, como Sarmiento, que le dieron a la educación pública el lugar que correspondía, que entendieron que no había ninguna posibilidad de que la Argentina se desarrolle sin educación dada por el Estado.
Nosotros vamos a seguir trabajando en ese sendero, porque nosotros lo que decimos lo decimos desde el alma, nosotros no estamos hablando porque venimos de ver un focus group o de escuchar una encuesta, nosotros estamos convencidos de lo que debemos hacer. Escucho decir y escribir en ríos de tinta, en canales y en radio, que el Gobierno no tiene un rumbo, ¿saben lo que no tiene el Gobierno? Ese rumbo que ellos quieren que tomemos, que es un rumbo que nos siguen endeudando, que sigue postergando a la Argentina, que condiciona nuestro crecimiento, que condiciona nuestro desarrollo.
Yo les pido a todos y todas, que nosotros recordemos, hagamos memoria, porque nosotros podemos dar respuesta de lo que hicimos mientras gobernamos, con las diferencias, que tenemos, en el Frente de Todos no todos pensamos igual, y tenemos matices, y vivan los matices, y vivan las diferencias, y vivan los debates, y vivan las movilizaciones, y viva que confrontemos para tratar de encontrar la mejor síntesis. Nadie nos enseñó más que Néstor que nadie es dueño de la verdad, somos todos dueños de una verdad relativa, y que confrontando nuestras verdades podemos acercarnos a la verdad superadora, una y mil veces le escuché decir eso a Néstor, cómo me iba a molestar el debate, claro que es bueno el debate, pero nosotros sabemos que siempre que llegamos al Gobierno tuvimos un común denominador que operó como rumbo en nuestros gobiernos.
Días atrás recordaba ante empresarios en IDEA, que cuando me tocó ser jefe de campaña de Néstor, allá por el 2003, así como hizo la compañera recién, que me acercó una cartita, muchos argentinos y muchas argentinas nos daban cartitas en aquel momento. Y en el año 2003, cuando un leía esas cartas, lo que todos pedían y todas pedían era un plan, eran los años del plan de Jefes y Jefas de Hogar, había dos millones doscientos mil planes dados en la Argentina, lo cierto es que fuimos creciendo en la economía, sacándonos deuda y generando trabajo, y con Néstor se generaron tres millones de puestos de trabajo. Cuando con Néstor terminamos el mandato, y Cristina iba hacia su primera campaña presidencial, yo veía al jefe de campaña de Cristina, y así como lo hacía con Néstor, iba a los actos como este, y muchos compañeros y compañeras me daban cartas, ya no me pedían planes, pedían mejores condiciones de trabajo. Y me perfectamente bien el día que, sentado con Néstor en su despacho, escritorio de por medio, con Oscar Parrilli muchas veces compartimos esos encuentros a la mañana, un día le dije a Néstor, “Néstor, mirá, hemos mejorado, ya no nos piden planes, nos piden tener mejores condiciones de trabajo”. Y después cuando pasaron los años, y Cristina terminó su mandato, cuando Cristina terminó su mandato ya nadie pedía ni planes ni mejores condiciones de trabajo, ¿saben qué le pedían a Cristina?, que los trabajadores no paguen impuestos a las Ganancias, eso le pedían a Cristina, fíjense cómo cambió en esos años y como fue el derrotero en esos años. Hasta huelgas generales vivimos reclamando que no se pague el impuesto a las Ganancias, y Macri, en el 2015, ganó gran parte de la simpatía ciudadana diciendo que los asalariados no iban a pagar nunca más impuesto a las Ganancias, cuatro años de mandato, nunca cumplió su promesa, pero llegamos nosotros y el Congreso de la Nación promovió una ley que hizo que los asalariados dejen de pagar Impuestos a las Ganancias, y hoy no pagan más Impuestos a las Ganancias aquellos que ganan menos de 175 mil pesos.
Y tambien dijimos en la campaña que nos íbamos a ocupar de los jubilados y las jubiladas, y dijimos claramente que vamos a dejar de pagar intereses a los bancos, y vamos a privilegiar a los jubilados, y eso ocurrió, y entonces compañeros, lo que logramos es que apenas asumimos nuestros abuelos y abuelas, nuestras jubiladas y jubilados no paguen más sus medicamentos, y cumplimos estrictamente aquello con lo que nos habíamos comprometido. Le dimos al ingreso de los jubilados todo lo necesario para que los ingresos de los jubilados sean superiores a la inflación que hoy vivimos, inflación, compañeras y compañeros, que a mi me preocupa tanto o más que ustedes, inflación, compañeros y compañeras, que no tiene ninguna otra explicación más que la especulación de un grupo de pícaros que quieren aprovechar el momento para sacar ganancias en desmedro de los argentinos y las argentinas. Néstor en su momento lo planteó con nombre y apellido, y hay que decirlo con toda claridad, acá no es un problema de emisión monetaria, la base monetaria crece mucho menos de lo que crece la inflación, ¿saben cuál es el problema? La concentración de la producción de los alimentos, la fijación de los precios en pocos operadores, y para eso hay que ser firmes compañeros, plantarse frente a los poderosos y decirles que eso así no puede seguir, porque no es justo que los precios de alimentos básicos crezcan del modo que crecen cuando los ingresos de los que trabajan no crecen del mismo modo, y ahí están, se rasgaban las hasta ayer las vestiduras en contra de los precios máximos, nos acusaban de las peores cosas, ¿saben qué pasa compañeros? Nosotros no tenemos la duda que tienen ellos, nosotros no dudamos, entre los que especulan a costa del hambre de los argentinos, y los argentinos que tienen hambre nosotros nos podemos al lado de los argentinos y argentinas que tienen hambre. (APLAUSOS)
Todo esto de lo que estoy hablándoles no es otra cosa que lo que en la íntima convicción mía y de cada uno de nosotros y nosotras sea la salida para el país, para que el país crezca tenemos que garantizar igualdad, sin igualdad es muy difícil, sin igualdad crecen algunos y millones pierden, y esa no es una buena sociedad, compañeros, es una mala sociedad.
Yo vengo acá en este maravilloso acto, donde les agradezco a todos y a cada uno de ustedes, que hayan venido, les agradezco a cada uno de ustedes la felicidad que expresan, el compromiso militante que expresan, y les pido, compañeros y compañeras, como hemos dicho muchas veces, lo que estamos viviendo no es un momento más de la historia argentina, es un momento donde tenemos que dilucidar qué país queremos construir, si queremos construir un país donde todos estén integrados; si queremos construir un país donde los premiados sean los que invierten, producen y generan trabajo; si queremos tener un país donde lo central es que la gente, hombres y mujeres vuelvan a trabajar, o queremos volver al país de la deuda y de la especulación, porque cuando ellos hablan dicen que el problema de la deuda lo arreglarían tomando más crédito, y cuando hablan de cómo cuidar los precios de la canasta familiar, lo que dicen es problema del mercado y el mercado lo va a resolver, y ahora se han dado cuenta la barbaridad que han dicho y empiezan a hablar de la concentración de la producción de alimentos.
Yo les pido que en noviembre vayamos con todas las fuerzas, la fuerza que siempre tuvimos, no les podemos fallar a Néstor, tenemos que convencer a cada argentino y a cada argentina porque la Argentina que Néstor se propuso todavía está pendiente, yo tengo la certeza absoluta, la tristeza de no tenerlo a Néstor, y la certeza absoluta de que mi destino es terminar la tarea que empezó Néstor y siguió Cristina, y la tarea que tenemos los tres es hacer una Argentina justa y libre.
Gracias compañeros y compañeras.