Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), en el barrio porteño de Belgrano, en la presentación del plan AccesAR

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), en el barrio porteño de Belgrano, en la presentación del plan AccesAR para el fortalecimiento integral de las políticas de inclusión para personas con discapacidad en los diferentes gobiernos municipales de todo el país.

Muchas gracias, muchas gracias a todos y todas por estar aquí.
Este es un lugar esplendido, yo confieso que no lo conocía, tengo que ser muy franco. Sabía lo que hacía el ANDIS, sabía lo que hacía en materia de atender los problemas de las personas con discapacidad, pero nunca había podido estar aquí, ni conocer su historia. Y déjenme contarles un poco la historia de este lugar. Cuando entré vi un lugar que me hizo acordar mucho a la construcción de Chapadmalal ¿no?, esas construcciones poco coloniales, con las tejas españolas. Y rápidamente me contaron que esta era un lugar que Eva Perón creó con su fundación con el propósito de hacer una ciudad para los estudiantes, y acá llegaron estudiantes del interior del país que podían aprovechar un tiempo en la ciudad, practicar deportes: hay canchas de fútbol, hay canchas de tenis, hay dos piletas, entiendo que habría hospedaje. En la oficina principal, en el edificio central de este lugar, ahí hay una suerte de réplica exacta del Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Es una construcción hermosísima, admito que un poco abandonada y que, le decía a Julio, tenemos que poner manos a la obra porque este es un lugar bellísimo, bellísimo, pensado por Eva Perón para que lo disfruten los chicos.

Después, vino el golpe militar, en el año ’55, a los militares estas cosas no les gustaban porque no le gustaba, a los militares de entonces les estoy hablando no los actuales, que tienen un enorme compromiso con la democracia. Pero los de entonces estaban más preocupados porque nadie recuerde a Eva y nadie recuerde a Perón, y entonces trataron de bajar este lugar. Pero allá en el año ´56 cuando vino la crisis de la poliomielitis y la epidemia de poliomielitis, y entonces tuvieron que aprovechar este lugar que había dejado creado Eva, para que acá empiecen a rehabilitarse los chicos que se enfermaban con esa cruel enfermedad. Y entonces esto empezó a ser un espacio dedicado a los que sufren alguna discapacidad. Y así llegamos hasta hoy.

La historia da cuenta de que, en todos los tiempos, por lo menos en la modernidad y antes también sin duda, hubo quienes pensaron a la sociedad desde un lugar donde todos quedaran incluidos y los que pensaron la sociedad desde un lugar donde de la sociedad participamos algunos y otros quedan al margen. Esto que al Papa le gusta llamar como la cultura del descarte. La cultura del descarte no sobra solo los que son pobres, en la cultura del descarte sobren también los que son distintos por cualquier causa: por razón de género, por razón de la raza, por la razón de la religión o porque padecen alguna discapacidad, simplemente por eso muchos entienden que sobran.

Y están lo que creemos que nadie sobra, que somos una sociedad que se integra absolutamente y que en esta sociedad todos hacemos falta. Y que en esta sociedad debe existir un gen que nos mueva con mucha fuerza que es el gen de la solidaridad. Y ese gen de la solidaridad lo que nos hace es tener presente que cuando alguien padece debemos sacarlo del padecimiento y cuando alguien sufre sacarlo del sufrimiento. Y cuando alguien ve limitada sus capacidades debemos ayudarlos para que esas limitaciones no los marginen del conjunto social.

Se puede pensar el mundo de los dos modos, el primero, la primera mirada de ese mundo es una mirada cruel, injusta, definitivamente descalificable, éticamente descalificable, porque deja al margen, sobran, deben ser descartados, aquellos que no están en las mismas condiciones que uno, esa es la lógica.

Después esta la otra lógica, la lógica que dice aquí nadie sobra, acá todos somos uno, una sociedad, y en esa sociedad todos tenemos que encontrar el modo de avanzar y desarrollarnos. Y si somos distintos por cualquier causa, en razón del sexo, en razón del género, en razón de la raza, en razón de la religión, toda diferencia debe ceder, debe ser respetada y debemos ayudar a que la integración sea perfecta. Y esa integración no es perfecta si nosotros vemos hombres, mujeres que nacen con una discapacidad y no hacemos lo necesario para que los efectos que esa discapacidad se minimicen y puedan hacer la vida que merecen tener.

El plan este que estamos lanzando hoy, que se llama AccesAR, tiene ese sentido, es dar recurso a los municipios para que en cada municipio todos tengan la posibilidad de acceder aquellos que necesitan. Yo lo repito mucho cuando habló de los que estudian.

Hubo un tiempo donde algunos se quejaban de la proliferación de universidades, pero la verdad es que está visto que debimos llevar las universidades a la gente, porque a la gente le cuesta hoy venir a las universidades, porque los que vivimos en la Ciudad de Buenos Aires tenemos la suerte de tener esta formidable universidad que es Buenos Aires, pero los que viven en el interior y tienen que pensar en cómo sus hijos se trasladan a la Universidad de Córdoba, a la de La Plata, a la de Buenos Aires, a la de Rosario, con un costo enorme, muchas veces prefieren dejar el estudio, y esa no es una buena opción en un tiempo en donde estudiar es central, estudiar y cultivar la ciencia y la tecnología es un aspecto central del desarrollo de una sociedad.

Y esto que digo de los que estudian, sirve también para los que tienen alguna discapacidad, porque lo que tenemos que hacer es acercarles los colegios, los lugares de encuentro, los lugares de atención médica, que ellos necesitan para que sus vidas transcurran de un modo tan normal como transcurre la vida de quien no padece esa discapacidad.

Y yo celebro que estemos haciendo esto, y celebro que estemos destinando recursos, tanto recursos del Estado Nacional para llevar a los municipios, para que los municipios se ocupen de sus vecinos con problemas de este tipo, y celebro que además esto llegue no solamente al cordón de Buenos Aires, sino que allí en Tucumán alguien lo esté celebrando, y que también alguien en Neuquén alguien lo esté celebrando, eso es mejor vida para todos los argentinos, que es mi mayor preocupación, que el progreso no solo se vea en el puerto, que el progreso se vea en todo el país, que el desarrollo no sea solo para el centro del país sino que sea para todo el país. Y con esto estamos dando un paso, un paso que tiende a poner justicia social allí donde la justicia se vio quebrada, porque desamparar alguien que tiene una discapacidad es un acto de injusticia, es un acto de inmoralidad, es un acto reñido con la ética política, es una inconducta del que gobierna, todo eso es.

A Paula la conozco hace muchos años, y cada vez que la veía largo tiempo dedicaba a despotricar por el modo en que las pensiones no salían y cómo se desesperaba la gente, y cuando llegué al Gobierno le dije “no me hablés más de este tema, andá y arréglalo”. No voy a permitirme algo con exactitud, porque no quiero equivocarme, pero desde el día que se fue Cristina hasta el día que yo llegué, el 60 por ciento de las solicitudes de pensiones se paralizaron, se cajonearon 145.000 solicitudes de pensión para personas con discapacidad, eso para que lo tengamos en cuenta. ¿Saben qué significa esto? Es condenar a 145.000 personas a no acercase a la felicidad, a no acercarse a la posibilidad de estar mejor, esto significa.

Desde que nosotros llegamos, tuvimos otra mirada, que era la de reparar esto rápidamente, y eso nos permitió devolverle ese derecho que había sido cajoneado, arrebatado por la gestión anterior, a 40 mil personas con discapacidad, pero no solo eso, sino que también entre el año pasado y este año, con la pandemia a pleno, hemos otorgado 110.000 nuevas pensiones, ¿qué significa esto? Que hay dos formas de ver el mundo, pero la verdad en el tiempo en que la pandemia nos condenaba a muchas restricciones, ninguna causa nos llevó a nosotros a decir que sigan padeciendo los que están necesitando, y lo único que hizo fue decirnos a nosotros, en semejantes condiciones tan ingratas lo que debemos hacer es hacerle más llevadera la vida a los que más están padeciendo, y me pone contento lo que hicimos, y me pone contengo que ustedes hoy puedan disfrutar de esta ayuda, que es una ayuda, que va a ser cada vez un poco mejor, y también que esa niña que mostraba el video, pueda acceder empezar a acceder a cosas que no podía acceder antes, desde tocar la guitarra, desde jugar en su computadora o de comprarse ropa, bienvenido sea. Lo que estamos haciendo es una sociedad mejor, una sociedad más igualitaria, una sociedad que a todos nos contenga, y una sociedad donde la discapacidad no condene a nadie a la postergación. Y si a una persona sin discapacidad le cuesta tanto encontrar un lugar donde estudiar en el interior del país, no quiero pensar lo que le cuesta a una persona con discapacidad si es que en el interior del país no hay lugares cercanos para que ustedes puedan encontrar esa vocación que tienen.

Estoy muy feliz de poder lanzar este plan, sé que nos quedan cosas pendientes, por ahí tenemos un tema pendiente con los aranceles de los prestadores de personas que tienen situaciones de discapacidad, lo tenemos que ir resolviendo poco a poco, y que lo vamos a resolver. Nosotros sabemos que tenemos la tranquilidad de que en este tiempo tan difícil hemos hecho mucho, pero tenemos la certeza de que falta mucho por hacer.

También con el plan de vacunación que estamos llevando adelante, la puerta de salida está cada vez más cerca, y que a partir de allí vamos a correr, vamos a correr mucho, cada uno a su modo, y vamos a alcanzar la Argentina que nos merecemos, y vamos a poder vivir la vida que queremos.
Gracias a todos y a todas y felicitaciones por este plan. Muchas gracias. (APLAUSOS)