Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en su participación de la sesión plenaria del Foro Económico de San Petersburgo 2021, desde la Residencia Presidencial de Olivos

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en su participación de la sesión plenaria del Foro Económico de San Petersburgo 2021, desde la Residencia Presidencial de Olivos

Estimados amigos:

Para mí es un honor poder participar en este encuentro organizado por el Foro Económico de San Petersburgo. Es una gran oportunidad para que reflexionemos juntos sobre en qué situación está el mundo, cuando la pandemia todavía está asolando a muchas regiones del globo terráqueo. En realidad, la primera pregunta que deberíamos hacernos es cuál era la fortaleza que la economía mundial evidenciaba.
Yo diría que ya tenemos respuestas: el mundo se había organizado sobre bases, definitivamente débiles, tan débiles, que un ser imperceptible a la vista humana como es el virus del COVID-19, fue capaz, no solamente de arrastrar vidas y la salud de millones de habitantes del mundo, sino también a las economías centrales del mundo.
Deberíamos pensar, ya a esta altura, cómo debe ser la economía global en el tiempo que viene, porque lo que ha quedado demostrado es que lo que había generaba mucha desigualdad y mucha injusticia, que favorecía la concentración del ingreso en muy pocos y distribuía la pobreza en millones de habitantes del globo terráqueo.
Esa lógica, que perduró durante tantos años, necesariamente debe ser revisada, porque si algo ha dejado expuesta como una necesidad la pandemia es, precisamente, la necesidad de ser solidarios. En la pandemia hemos aprendido que nadie se salva solo, que todos necesitamos del otro y que si juntos encaramos el esfuerzo de un mejor futuro es más fácil y más posible alcanzarlo. En la pandemia, han crecido la pobreza, la falta de trabajo, las necesidades de un mundo que lejos está de estar desarrollado. No hablo solamente del mundo de los países más necesitados, hablo también de esos países de renta media, entre los que esta la Argentina. Países a los que siempre se los trata como si fueran países desarrollados, pero que cada vez se parecen más a los países pobres. Y allí la comunidad internacional debe tomar medidas que tienen que ver con el potencial desarrollo que estos países de renta media pueden lograr. Es muy difícil desarrollarse con deudas estrafalarias, con tasas enormes y que deba todo eso pagarse en plazos que definitivamente no favorecen el crecimiento y el desarrollo social de nuestras comunidades. Es hora de entender que el capitalismo, tal como lo conocimos hasta la pandemia, no ha dado buenos resultados: ha generado desigualdad e injusticia. Y que si vamos a construir otro capitalismo, tiene que ser un capitalismo que no olvide el concepto de solidaridad, porque si algo nos enseñó la pandemia es que nadie se salva sólo y que puede haber un momento donde los más poderosos y los más débiles tiemblen y caigan frente a un virus.

Muchas gracias.