Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, por la entrega de netbooks a estudiantes de secundaria, en la plata BGH, partido de Ezeiza, Provincia de Buenos Aires

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, por la entrega de netbooks a estudiantes de secundaria, en la plata BGH, partido de Ezeiza, Provincia de Buenos Aires

Buen día, gracias a todos y a todas por recibirnos aquí en BGH. Me he enterado que acá tenemos un bisnieto del fundador, de Boris Garfunkel.

Y es un día, para mí de alegría, francamente, porque el acceso de internet para un niño, para una niña, para un joven, es lo que en mi época era acceder a un libro, era la biblioteca. Y vivimos en un tiempo donde el conocimiento es central, las sociedades ricas son las sociedades que se educan, son las sociedades que cultivan el conocimiento, son las sociedades que desarrollan la ciencia y las tecnologías. Esas son las verdaderas sociedades ricas. Cuando uno mira en muchas latitudes del mundo, países que se han fundado por lagunas de petróleo, o de gas, o energía, y ahora se ve tanta pobreza en esos países, y se pregunta por qué les pasa esto, y es porque otros países desarrollaron la inteligencia, la ciencia y la tecnología necesaria para poder sacar esa energía, y llevarse la mayor tajada de lo que sacan. Y yo siempre pongo este ejemplo para que entendamos lo importante que es educar, desarrollar inteligencia y también desarrollarlo con criterios de igualdad. Cuando en algún un momento dije “no me vengan con esto de la meritocracia”, fui muy vapuleado por eso. El mérito existe, no cabe ninguna duda, el mérito existe, pero el mérito para que valga como tal exige que todos partan de un mismo punto de partida, porque sino algunos tienen más ventajas que otros, y por lo tanto el mérito de los que están más atrás, generalmente, no alcanza para poder llegar a la meta y llegan a la meta los que están muy aventajados, socialmente. Por lo tanto, tratar de que todos partan de un mismo punto de partida, valga la redundancia, tiene mucho que ver con esa sociedad igualitaria de la que nosotros hablamos y a la que tanto aspiramos.

Nosotros venimos de un espacio político que ha hecho del desarrollo humano, del desarrollo del trabajo, un eje central. Somos un movimiento social que nació a la vida política reclamando la libertad de un coronel, del coronel del pueblo, que desde las Secretaría de Trabajo y Previsión empezó a darle derechos a los que trabajaban, y la
sociedad argentina nunca se olvidó de él, nunca, porque allí conocieron el aguinaldo, allí conocieron las vacaciones pagas, allí conocieron el derecho a sindicalizarse. Yo me acuerdo, no hace mucho tiempo atrás, cuando las tapas de los diarios argentinos celebraban que Amazon no dejaba sindicalizar a sus trabajadores. Y ayer Juan Domingo Biden llamó a la sindicalización como una forma de promover los derechos sociales en los Estados Unidos. Y ayer también, o antes de ayer, no me acuerdo cuando habló Biden, en su discurso de inauguración, discurso formidable. Llamó a cuidarse en la pandemia, como lo hizo cuando era opositor y gobernaba Estados Unidos alguien que decía que había que dar libertad y que todo siguiera como si nada pasaba. Llamó a promover el mayor programa de empleo de la historia de los Estados Unidos, con más recursos pero del mismo modo que nosotros, promoviendo obra pública. Cuando nosotros duplicamos el presupuesto de obra pública, en este ejercici, lo hicimos pensando en cuántos puestos de trabajo se podían crear y cuanto esa obra pública podía motorizar al resto de la economía.

Y recién me contaba Antonio que, desde noviembre hasta acá, la UOM aumentó en 18.107 empleados su grupo de trabajadores. Y eso pasa igual en la construcción donde ya han recuperado 50 mil de los 77 mil trabajos que se perdieron el año pasado, durante la pandemia. Y cuando nosotros decimos que ponemos en marcha este plan para llevarle a los chicos y chicas argentinos el acceso internet para poder conocer, para poder estudiar, para poder conectarse, lo hacemos construyendo estas computadoras en ocho empresas argentinas. Aquí hay una y hay siete más. Que nos van a dar 700 mil notebooks al cabo de este año, que es exactamente lo mismo que se entregaron en los 4 años que antecedieron nuestra llegada al gobierno. De los 5 millones y medio que se distribuyeron durante los últimos cuatro años del segundo mandato de Cristina, a 700 mil durante los cuatro años de quien me precedió, a 700 mil en un año solo. Que demoramos, inclusive, porque había que poner en marcha todo esto en medio de la pandemia con las dificultades que la producción tenía. Y a mí esto me alegra enormemente.

Esto está acompañado de otro plan que es el plan de Conectividad, que es llevar fibra óptica a cada rincón del país, para que todos los chicos de cualquier rincón del país puedan acceder a internet, ¿y quién lo hace eso? El Estado, es quien más conectividad tiende, el Estado nacional, porque en los años que me precedieron esperaban que lo hicieran los capitales privados, pero los capitales privados van donde es negocio llevar la conectividad, y nosotros llevamos conectividad donde hay una necesidad, porque donde hay una necesidad hay un derecho. Y esa es la gran diferencia que tenemos, y esa es la gran diferencia que tenemos, y la verdad no nos tiembla el pulso cuando decimos compremos producción nacional. Ahora, se lo escucharon contar a Biden eso, pero cada vez que tomamos el gobierno dijimos compremos lo nacional, porque comprando lo nacional generamos producción nacional, empresarios que invierten, dan trabajo. Lo que pasa es que, centralmente, nosotros lo que hacemos es pensar en nuestra gente y otros piensan en sus negocios. Y entonces, algunos creyeron que era interesante importar computadoras y que también era interesante importar celulares hasta que se dieron cuenta que un amigo los estaba produciendo en Tierra del Fuego y ahí dejaron de hacerlo. Pero nosotros no pensamos en eso, nosotros en lo que pensamos es en el bienestar de nuestra gente. Y en verdad lo que estamos hoy empezando es continuar aquello que empezó Cristina, que discontinuo quien me precedió y que ahora yo tengo la obligación moral de volver a poner en marcha, porque Agustina, que es Ministra de Educación en esta provincia, sabe que en esta provincia hay millones de chicos en distintas latitudes con distintas realidades. Algunos en buena posición económica, otros en muy mala situación económica, y el deber que tiene, y donde yo tengo que auxiliarla como Estado nacional, y Nico como Ministro nacional, es que todos los chicos tengan acceso a esa educación, porque es en lo que nosotros creemos, en un tiempo muy difícil, muy difícil. Porque es un tiempo donde la pandemia no nos da respiro, y donde yo voy a seguir cuidando la salud de los argentinos y las argentinas por más que escriban muchas hojas en sentencias.

Yo que soy un hombre que ama el estado de derecho, y que reivindico el estado de derecho, y que respeto las sentencias judiciales, también como hace más de treinta años que enseñó derecho en la Universidad de Buenos Aires, no saben lo que me apena ver la decrepitud del derecho convertido en sentencias. Pero bueno, es el tiempo que me ha tocado, también deberemos luchar contra eso. Y lo que tenemos que hacer es estar las unidos que nunca, para cuidar a nuestros chicos, para cuidar a nuestros adultos mayores, para cuidar a todos y a todas, porque es un tiempo difícil. Es un tiempo donde, definitivamente, hay un virus, como le gusta decir a Axel, que el ojo humano no ve pero que ataca de modo impiadoso, no solamente la salud, también la vida, y también la economía de los pueblos. Ese es el verdadero enemigo que tenemos. Nada de lo que hacemos lo hacemos para complicarle la vida a nadie, lo hacemos para preservar la salud y la vida de nuestra gente, y contra eso dicten las sentencias que quieran, vamos a hacer lo que debemos.

Gracias a todos y todas. Felicitaciones por esto. Muchísimas gracias.