Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, durante la Asamblea Anual de la Asociación de Empresas Argentinas (AEA)

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Palabras del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, durante la Asamblea Anual de la Asociación de Empresas Argentinas (AEA), Hotel Four Seasons, Retiro

Bueno, buenos días, buenas tardes, buen mediodía a todas y a todos, gracias por la invitación.

Es un momento oportuno para que charlemos con las grandes empresas argentinas, porque creo que tenemos que volver a poner de pie a la Argentina, simplemente por eso, y porque eso lo hace un Gobierno, lo hace un Gobierno, lo hacen los que emprenden, los que invierten, lo hacen los que trabajan. Y en verdad es que estamos en un momento donde la Argentina está en una etapa de desigualdad enorme, cuatro de cada diez argentinos han caído debajo de la línea de pobreza, y si no revertimos la situación ese número va a ir creciendo, y el Estado puede hacer cosas en ese sentido. Ahora, ¿cuál es la situación del Estado? La situación del Estado muy endeble, vive una situación fiscal mucho más compleja de la que ustedes piensan. Piensen ustedes solamente que el fondo de garantía de sustentabilidad con la que le pagamos a los jubilados, casi el 70 por ciento hoy son papeles del Estado; un Estado que se financió de los recursos de los jubilados. Cuando nosotros hoy planteamos un mayor esfuerzo a las empresas, al agro, a la industria, y le decía “miren, les pedimos un mayor esfuerzo”, lo hacemos básicamente para reconstruir esas cajas, que han quedado vaciadas.

Yo me he predispuesto, me he impuesto la idea de no mirar para atrás, ya la verdad no me interesa encontrar culpables, me interesa si saber dónde estamos parados y pedirles que me ayuden a construir el futuro, eso sí me interesa. No perdamos más tiempo en discutir de quién es la culpa, que cada uno en su íntima convicción cargue el sayo que le corresponda. Lo que sí necesito es que nos pongamos en marcha rápidamente, que rápidamente miremos para adelante porque no tenemos tiempo, porque cada día que pasa es un nuevo argentino que se cae en el pozo de la pobreza. Y cuando alguien cae en el pozo de la pobreza, y el 40 por ciento de la Argentina está en ese mundo, las economías se recienten porque no conozco capitalismos sin consumidores, y lo que nosotros vemos, que recién lo hablábamos con Luis y con Alfredo, es cómo se ha caído el consumo. Estamos en un país que no es que compra menos autos, que compra menos autos, hoy la industria automotriz produce un tercio de lo que podría producir, pero ese no es el problema más grave, el problema más grave es que se consume un 30 por ciento menos de leche en la Argentina, ese es el deterioro en el que estamos y es de dónde debemos salir. Y debemos hacerlo promoviendo inversiones, protegiendo a nuestra industria, porque ustedes producen y dan trabajo y no hay otro camino que no sea ese, no hay otro camino, no hay otro camino. El Estado no es un Estado mágico que puede resolver todo eso, no puede hacerlo, necesitamos volver a reconstituir el consumo, volver a poner plata en los sectores más empobrecidos, en el bolsillo de los sectores más empobrecidos. Miren lo que les digo, ya no para que compren autos, para que compren leche, para que compren pan, para eso debemos recomponer el bolsillo de esa gente. Y a partir de allí volver a hacer virtuoso un circuito que hoy es muy vicioso, y debemos hacerlo.

Con Martín, a quien conozco hace mucho tiempo, venimos trabajando en hacer un plan sustentable, un plan sustentable quiere decir no salir de la coyuntura con la alegría del fin de año, sino ver en el mediano y largo plazo cómo vamos sorteando y solucionando problemas. Tenemos un enorme problema que es el problema de la deuda, un muy fuerte condicionante para crecer ¿Por qué? Porque esta es una deuda rara, es una deuda que se ha tomado en el término de tres años básicamente, en un enorme volumen, hoy el 95 por ciento de nuestro presupuesto de nuestro Producto Bruto es equivalente a la deuda que hemos tomado, pero lo más llamativo es que hay que pagarlo en muy corto plazo. Yo en tono medio en broma, medio en serio, no, en broma porque nunca ocurriría, recién le decía Cristiano, “vos imaginate, sería como si yo te pediría 10 millones de dólares para devolver en un año, y vos sabés lo que yo gano, sabés lo que yo tengo, es imposible que yo pueda hacer eso”, y ahora es imposible que me preste un dólar, no que me preste 10 millones de dólares. Pero lo cierto, lo cierto que eso le pasó a la Argentina, y eso ocurrió con la anuencia del Fondo. Por eso cuando uno es tan severo con el Fondo y lo hace corresponsable con lo que pasa, eso lo explica, cómo le prestaste a este país semejante cantidad de dinero, que además dejaste que salga del sistema financiero graciosamente, porque originalmente eso era deuda para pagar deuda, y luego lo que hicimos fue multiplicar por dos la deuda ¿Cómo ocurrió esto? ¿Cómo fue posible que esto pasara? Y yo siento que en verdad nos pasó porque todo ocurrió en tan corto tiempo, que es como que no tuvimos tiempo de reacción como sociedad de darnos cuenta de lo que estaba pasando. Y entonces claro, nos decían “no, pero es mejor pedirle al Fondo que tiene menos tasa”, pero le estás pidiendo algo que nunca vas a poder pagar.

Nosotros hemos construido con Martín, Martín es un hombre que no hace falta que lo presente, es un hombre de una enorme inteligencia, de una enorme capacidad de lectura de la realidad, que ha tenido un maestro magnífico como Stiglitz, y que es un hombre que ha dedicado sus años de economista a estudiar el problema de las deudas en el mundo entero. De hecho fue el último, el orador central en la conferencia de deuda más grande que se hace en el mundo anualmente, que ocurrió hace pocos meses atrás, donde analizó setenta casos de deuda de todo el mundo. Y con Martín, lo que le hemos pedido al Fondo Monetario es “miren, si seguimos haciendo lo mismo, nos van a seguir ocurriendo las mismas cosas, así que cambiemos la lógico, déjennos construir un plan que sea sustentable y sobre la base de ese plan nosotros acordamos como pagarles a ustedes, pero no vengan con el plan de siempre porque el plan de siempre nos deja en el lugar donde estamos”.

Dato saludable: el Fondo ha aceptado esa lógica de trabajo y no estamos improvisando. Tenemos un plan que – silenciosamente – hemos construido, durante dos meses, con Martín, con Cecilia, con Santiago, con Matías y hemos podido explicarlo y explicar el por qué planteamos lo que planteamos. Ese plan necesita un punto de arranque, que es esta ley de la que hablamos. Esta no es una Ley de Emergencia, en verdad es una ley que básicamente nos urge sacar de la situación de pobreza a los que están mal. Es eso y además nos urge empezar a poner rápidamente en marcha la capacidad productiva, de la Argentina.

Hoy, la industria automotriz está subutilizada, en un 50 por ciento, y en cada lugar adonde voy, como la industria alimentaria que, hoy en día, tiene un 50 por ciento de capacidad ociosa instalada, no utilizada; la industria textil, ahí lo veo a Teddy, nosotros necesitamos girar… yo uso ejemplos para que todo el mundo me entienda qué es lo que yo siento. Yo siento que había un colectivo, que se llamaba Argentina, que estaba conducido por alguien, que estaba marchando a toda velocidad hacia el precipicio y habíamos muchos que decíamos: “vamos al precipicio” y él decía: “voy a hacer lo mismo, más rápido”, con lo cual el precipicio cada vez se acercaba más. Bueno, lo que hemos hecho ahora es parar el colectivo, durante 180 días. En esos 180 días reflexionar en conjunto sobre cómo encarar el futuro y los que todos saben es que el que maneja el colectivo, ahora, ha doblado. Ya no va por la ruta camino al precipicio.

Y lo que necesitamos, en los tiempos que se vienen, es hablar mucho entre nosotros. Nosotros vamos a mandar, al Congreso Nacional, la creación del Consejo Económico Social. No es una medida política, es una medida que tiene un propósito y es que seamos capaces de construir, entre todos, las políticas de Estado. Porque ese Consejo va a estar presidido por alguien – que tenga acuerdo del Senado – y que va a perdurar más allá del mandato de un Presidente. Y allí tenemos que plantearnos qué hacer, seriamente qué hacer, de una vez y para siempre.

Yo no quiero ser el Presidente que decida solo, quiero ser el Presidente que los convoque a decidir entre todos. Obviamente en toda decisión, alguien estará más contento y alguien estará más triste. Lo que tenemos que saber es que vamos a estar construyendo una mejor sociedad, donde todos – al final – vamos a sentirnos mejor, aun los que siente, que en algún momento, están perdiendo. Aún ellos van a sentirse mejor. Necesitamos también terminar con las disputas estériles tantos años; lo dije – días atrás- en el discurso, que di, en el Congreso. Algunos lo llaman “grieta”, yo lo llamo de otro modo, pero no podemos seguir con eso.

No podemos seguir perdiendo el tiempo peleándonos entre nosotros por cosas, que conducen a nada. Ahora, esa lucha de saltar esos muros, de los que hablé el lunes, no es una lucha que puedo dar yo sólo. Es una lucha que debemos dar todos y es un compromiso que debemos tomar todos, todos. Cuando digo todos, somos todos. Lo tienen que hacer los empresarios, lo tienen que hacer la gente del campo, lo tengo que hacer yo y mi gobierno, lo tienen que hacer los medios, lo tienen que hacer todos. Porque si no lo hacemos vamos a seguir pedaleando en el pantano y lo único que pasa, cuando uno pedalea en el pantano, es que cada vez se hunde más en el pantano y debemos salir de ahí. Somos una sociedad, todos debemos tirar para el mismo lado, todos tenemos que tener cierto el horizonte de proyección y es ese el trabajo, que estamos haciendo.

En materia económica no pretendo tener un Estado intervencionista, quiero crear un Estado inteligente, que equilibre desigualdades, en los mercados, y que dé garantías a los que invierten.

Recién Pablo Rocca me preguntaba por “Vaca Muerta”. Claro que “Vaca Muerta” para nosotros es algo primordial, si sabemos que allí hay fuentes de recursos para el futuro y hablábamos también de minería y claro que la minería también es un tema primordial. Hablaba, días atrás, con Gerardo Morales y le decía: “quiero ir a Jujuy a un yacimiento de litio” y tenemos que hacer el esfuerzo de construir una empresa de baterías de litio para que al litio lo dejemos de vender como materia prima y empecemos a venderlo como un producto elaborado. Y lo mismo tenemos que hacer con el silicio. Y en Mendoza hemos logrado que salga una ley para que Mendoza, también, se involucre en la explotación minera; y en Chubut hemos logrado que, en la zona de la meseta, podamos explotar oro y plata. Allí está nuestra riqueza y eso es abrirnos al mundo con inteligencia.

Y yo apelo a que ustedes sigan invirtiendo y sigan creyendo en el país, porque vamos a ponerlo de pie, no tengan duda. Lo hemos hecho mil veces, mil veces nos caímos y mil veces nos levantamos. Ahora lo ideal sería que esta sea la última vez, que nos caemos, porque ser experto en levantarse no es buena idea. Y estaría buenísimo ser expertos en caminar juntos y en crecer juntos, no en caernos y levantarnos.

Y yo sé que muchos de ustedes están haciendo un esfuerzo en ese sentido. Ahí lo veo a Kaufman que, el lunes, va a inaugurar un lugar, que va a generar 400 puestos de trabajo, y te voy a estar acompañando porque quiero que todos sigan ese ejemplo. Enrique, que está al lado, vino a verme, días atrás, con Ana Botín y Ana me contó que trajeron 500 millones de dólares para financiar exportaciones argentinas, que no las sacaron del Banco, la trajeron de España para la Argentina apostando a eso. Podemos hacerlo, debemos hacerlo y además debemos hacerlo porque, en la Argentina, hay hambre y eso debe avergonzarnos, como sociedad debe avergonzarnos.

Y yo quiero que ese Plan contra el Hambre, que yo he planteado, del que hablé – hace un rato – con los Obispos no sea el plan de Alberto Fernández o del Gobierno de Alberto Fernández, sea el plan de los argentinos, que alguna vez usemos nuestra mística en algo tan valioso como terminar con el hambre del prójimo; que alguna vez hagamos algo épico que nos reconforte como seres humanos; no que reconforte nuestros bolsillos. Hagámoslo.

Dice Benedetti, en una de sus poesías, que los que están en el fondo del pozo son bienaventurados, porque de ahí en adelante sólo queda ir mejorando. Estamos en el fondo del pozo, sólo queda ir mejorando. Pongamos todo el esfuerzo en un lugar común. Yo los convoco a que lo hagamos juntos. Gracias de verdad por el tiempo que me han dado. Muchas gracias. (APLAUSOS).