El presidente Mauricio Macri en la ceremonia por el 202° Aniversario de la Declaración de la Independencia, en la Casa Histórica, San Miguel de Tucumán

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PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI, EN LA CEREMONIA CONMEMORATIVA POR EL 202° ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA, EN LA CASA HISTÓRICA, EN LA CIUDAD DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN

 

Buenos días y feliz día, argentinos, especialmente feliz día queridos tucumanos.

Hoy nos reúne un nuevo Aniversario de nuestra Independencia, porque la Argentina como nación independiente -como decía el gobernador Juan Manzur- nació acá, en la convicción y en el corazón de un grupo de personas que decidió confiar en sus capacidades y dar un salto hacia el futuro.

Hace dos años celebramos acá 200 años de nuestra Independencia, Gobernador, y ese día les dije que esperaba que el inicio de este tercer siglo sea recordado como una etapa de diálogo, de concordancia, de paz, de unión y de libertad. Y que los argentinos que hoy vivimos seamos recordados como una generación de palabra, que vivió en la verdad, y que tuvo la grandeza de dejar atrás los enfrentamientos y se puso a trabajar en equipo por este país y su gente.

Hoy estamos acá todos juntos para rendir homenaje una vez más a quienes fundaron nuestra Patria; y todos tenemos en nuestra cabeza una imagen puntual de aquel 9 de Julio, la imagen de un grupo de hombres heroicos que decidieron independizarse de España, en esta Casa de Tucumán. Es una imagen real. Pero yo creo que le falta una parte muy importante, una parte que a la hora de contar la historia de cómo se construyó la Argentina fue omitida o minimizada, minimizada durante demasiado tiempo; y estoy hablando -creo que ya todos se dieron cuenta- de las mujeres. Mujeres valientes, tenaces, heroicas, que ellas también decidieron sumarse a la Revolución y hacer su aporte para cambiar la historia para siempre. Porque todos sabemos que no podemos concebir nuestra historia sin mujeres. Por eso hoy quiero especialmente que también recordemos a ellas, y ratificar nuestro compromiso con la igualdad, como me comprometí el 1°de marzo al comenzar las sesiones en el Congreso. Le pido a toda la dirigencia que sigamos trabajando juntos para lograrlo y saldar esta deuda que no puede postergarse más; porque en esta Argentina que estamos construyendo todos tenemos que ser parte, todos.

Los argentinos dejamos atrás la idea de que va a venir un mesías a salvarnos: eso es crecimiento; porque empezamos a entender que todo depende de nosotros, que el poder no es de un gobierno, es de cada argentino, es de la gente. Todos tenemos que tomar las riendas e involucrarnos si queremos lograr ese país que soñamos, un país grande, un país de posibilidades, en el que puedas trabajar en lo que te gusta; en el que puedas promover tu propio emprendimiento; en el que puedas elegir cómo y dónde vivir. Un país con equidad, en donde cada argentino pueda ver los resultados de su esfuerzo. Un país donde la verdad y la transparencia sean innegociables. Un país de diálogo, de respeto, en donde se escucha al que piensa distinto, en donde se cuida lo que es de todos y se trabaja dando lo mejor de cada uno para lograr nuestras metas. Esa es la Argentina que estamos construyendo desde hace dos años y medio, esos son los valores que defendemos y que hoy, en este 9 de Julio, queremos consolidar y afianzar.

Los argentinos transitamos un camino juntos, estamos pasando una tormenta, una tormenta fruto de muchas circunstancias. Entre ellas hay temas de nuestra propia gestión, de los mercados externos y de las políticas tomadas por gobiernos anteriores. Pero debemos tener confianza, porque sabemos a dónde vamos y cómo vamos a lograr las metas que nos hemos impuesto. Comparto las angustias del momento, pero estoy seguro que vamos a llegar al país en que todos los argentinos vamos a poder realizarnos.

Es importante entender que pueden variar los factores, así como varía el clima en la navegación, pero el rumbo del barco está claro, sigue siendo el mismo. De todas maneras, reparar los daños de una tormenta no puede ser la razón de ser de un gobierno. Nosotros estamos acá para construir, de una vez por todas, una Argentina diferente. Tenemos un programa de gobierno transparente, tenemos convicciones y certezas muy firmes sobre el país que queremos. Este es el Gobierno federal que impulsa el desarrollo de la Argentina en forma integral, y lo hace a través de un plan orientado a generar más empleo privado para los argentinos ¿De qué manera? Estimulando su creatividad y su libertad. Un país integrado a partir de la infraestructura y la conectividad, que le dé impulso a las economías regionales, haciéndolas capaces de competir en nuestros mercados como en el mundo. Un país que vuelva a producir energía y petróleo, y que pueda exportar sus productos a nuevos mercados, como ya estamos haciendo con la carne y los limones, Gobernador. No nos quedemos a medio camino, sigamos construyendo juntos esa Argentina distinta, normal, predecible, equitativa que nos brinde a todos la posibilidad de construir un futuro mejor.

Quiero decirles que yo, como Presidente, trato de elegir siempre con absoluta convicción y transparencia los medios idóneos para avanzar; hay obstáculos en el camino, y cuando cometemos errores los corregimos, pero tenemos firme la voluntad y la seguridad de que estamos acá para hacer las cosas bien. Los argentinos estamos poniendo el hombro y el mundo lo comprende y por eso nos acompaña. Pero todo esto no es solo una expresión de deseo: el cambio está empezando a producir resultados, y pronto veremos como esos resultados crecen.

Yo vivo recorriendo el país y es algo que me maravilla, me entusiasma, me apasiona; pero déjenme compartir con ustedes algunas cosas de las que pude ver tan solo en las últimas dos semanas. Estuve en Carcarañá, provincia de Santa Fe, donde se puso en marcha un frigorífico después de más de siete años de estar cerrado, siete años de angustia y de incertidumbre de argentinos en el desempleo. Y se logró gracias al trabajo en conjunto de empresarios y de trabajadores, y de la acción del Estado que quitó las trabas. Y hoy el frigorífico funciona nuevamente, y los trabajadores que están en el pueblo que eligieron para vivir, han vuelto a ser protagonistas. En la etapa que empieza vamos a necesitar muchos más frigoríficos y trabajadores que impulsen la Argentina que nace.

Estuve en Chaco, visitando la renovación de 500 kilómetros de las vías del Belgrano Cargas (que también impacta sobre Tucumán), que transporta ya el doble de toneladas que en el 2015, y en la mitad de tiempo. Un tren, claro que es un símbolo de unión y desarrollo, y lo que hace posible el tren es que el trabajo del norte llegue a cada rincón del país, y, por qué no, al mundo entero. Ustedes lo ven acá mismo en Tucumán -que recién comentábamos Gobernador-, 17 años se tardaron, pero lo logramos hace muy pocos meses, que los limones tucumanos entren a un mercado tan grande como el mercado americano, y eso significa trabajo, mucho trabajo para muchas familias de este país.

También estuve en Entre Ríos, en Basavilbaso, un pequeño pueblo de 12 mil personas que cumplía 131 años de vida, que no solo lo festejamos haciendo una torta gigante -que mostré mis habilidades- con un grupo de señores de la cooperadora del barrio, sino también inaugurando un edificio, el NIDO, donde jóvenes argentinos toman talleres para descubrir y desarrollar sus capacidades. Porque eso es lo que necesitamos en esta Argentina que estamos construyendo: impulsar nuestros talentos, apostar a todo lo que podemos lograr, como lo hacen los emprendedores y también los que conducen las pymes todos los días en algún rincón de nuestro país. Ellos son como un motor que recorre la Argentina llevando sueños adelante, eso mismo les dije cuando me reuní con ellos la semana pasada, porque era el Día Internacional de la Pyme, les dije que trabajemos juntos para que su crecimiento se refleje en el crecimiento de todos los argentinos. Claro que sí, si todas esas pymes se transforman en medianas y luego en grandes empresas, significará que habrá mucho más trabajo para muchos argentinos.

Y por eso también seguimos apostando al enorme potencial que tenemos en Vaca Muerta, después de muchos años en que la producción de gas fue cayendo, logramos revertir la tendencia, y ahora ha vuelto a crecer. Pero el potencial no es solo de gas, vamos a producir petróleo, y de importadores de gas y petróleo pasaremos a ser exportadores de ambas cosas en poco tiempo. Estas son muestras de crecimiento: exportaciones, producción, infraestructura, y como estos ejemplos hay muchas cosas más que ocurren todos los días. Y para eso estamos acá, para dar lo mejor de nosotros para todos los argentinos. Pero solo la continuidad en el esfuerzo nos va a llevar hacia esa Argentina que todos merecemos, y por eso convoco a todos, en especial a los dirigentes de este país, a que hagan su aporte desde la sensatez, la racionalidad y el profesionalismo; y sobre todo pensando en todos nosotros, los argentinos.

Por eso celebro realmente cuando juntos avanzamos, como pasó el miércoles pasado en el Congreso de la Nación, que después de mucho diálogo y debate aprobaron por unanimidad la Ley Justina para el trasplante de órganos; o la Integración de Barrios Populares, que ahora pasa al Senado para que más argentinos puedan tener algo tan básico y necesario como el título de sus casas, y así acceder a servicios básicos como la luz y el agua.

Estas son las cosas que pasan cuando dialogamos, cuando trabajamos con la mirada puesta en mejorar la vida de la gente más que en cualquier diferencia; porque este no es el momento de oportunismos y demagogias, no es momento de ser egoístas. Superemos la tendencia que tienen algunos de siempre ver cómo las cosas pueden salir mal, tanto mejor ser optimistas con un futuro que está ya empezando a surgir. Es momento de ponernos a trabajar juntos, hombro con hombro, para que el país pueda salir de una vez por todas de esa historia de crisis recurrentes que nos lastimaron durante setenta años. Es momento de hablar con la verdad, de decir las cosas como son, de no seguir ocultando las verdaderas causas, las verdaderas razones porque la Argentina no es hoy ese país que debería ser.

Y en ese contexto quiero pedir también el aporte de los empresarios argentinos, porque el mundo ya nos ha demostrado su apoyo; es necesario ahora que los empresarios muestren también un mayor aporte. Sepan que de este lado ya no hay un Estado que no los va a acompañar, al contrario; ya no hay un Estado que aplasta, que pone trabas, sino un Estado que allana el camino para que puedan crecer, y algo fundamental: aumentar su productividad, esa productividad que nos ayuda todos los días a que todos seamos mejores. Y un Estado que no cambia las reglas de juego, y nos las cambia ni aun en las tormentas, ¿y por qué? Porque creemos que es fundamental que haya previsibilidad y la posibilidad de apostar en grande a largo plazo. Entre todos tenemos que generar más y más y más trabajo, porque el trabajo digno es también justicia social.

Los sindicalistas y los movimientos sociales saben el esfuerzo que hemos hecho y que seguiremos haciendo para que este camino de transformación tenga los menores costos para todos. Y también quiero convocar a todos los gobernadores a colaborar desde su lugar para que tengamos un presupuesto del año que viene ordenado, así vamos a poder ir terminando con el déficit fiscal, que no es más ni menos que vamos a poder vivir como lo hacen las familias argentinas, con los recursos que tenemos.

Hoy es hora de retomar la marcha, no nos quedemos a medio camino, no bajemos los brazos, el país que queremos no es una abstracción, no es algo ajeno, ese país somos todos nosotros, lo hacemos entre todos cada día con todo lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos fundamentalmente. Acá no hay espectadores, todos somos protagonistas. ¿Queremos un país de diálogo? Dialoguemos. ¿Queremos un país con valores? Pongámoslos en práctica. ¿Queremos un país donde se dice la verdad? Digamos la verdad, seamos transparentes.

Los invito a reflexionar si es verdad que cada día con nuestras palabras y con nuestras acciones sumamos a ese país que tanto queremos; o si, por el contrario, sumamos a ese país que ya no queremos más. Creo que es una buena manera de salir de esa dicotomía que a veces tenemos los argentinos, de decir que queremos un país y después hacer cosas que no coinciden con lo que queremos.

Los argentinos tenemos la capacidad para salir adelante, porque tenemos un espíritu incansable, valiente, rebelde, con el que nos hemos levantado mil veces. Somos una generación que decidió hacer un cambio único en nuestra historia, y todo el esfuerzo que estamos haciendo juntos vale la pena. Sigamos adelante; hagámoslo con el entusiasmo, la esperanza y el coraje que están en el corazón de todos los argentinos. Depende de nosotros y lo vamos a lograr; depende de nosotros y lo vamos a lograr juntos.

¡Vamos argentinos! ¡Viva la Patria!