Palabras del presidente Macri en la celebración del “Día del Trabajo”

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PALABRAS DEL PRESIDENTE MAURICIO MACRI EN EL LOCRO OFRECIDO CON MOTIVO DE CELEBRARSE EL “DÍA DEL TRABAJO” EN EL CENTRO CULTURAL DE LA UNIÓN DE TRABAJADORES DEL TURISMO, HOTELEROS Y GASTRONÓMICOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

Buenos días a todos.

Todavía no hemos empezado el almuerzo, prometo ser breve.

Primero, decirte gracias, Dante, decirles a todos que yo lo voto a Dante. (APLAUSOS)

Gracias por invitarme a este locro, a este maravilloso lugar que construiste junto a tu gente con mucho amor; las cosas salen cuando realmente se pone eso tan central en la vida de todos, que es sinceramente la buena intencionalidad y el amor.

Gracias a Pablo, a Raúl, a Julián, a Carlos y a Jorge que están terminando de preparar el locro y decirles que debe haber pocas cosas más importantes en la vida que el trabajo, la familia, los amigos y que, además también, están íntimamente relacionados.

Porque cuando uno tiene un buen trabajo, eso significa dignidad, eso significa algo para mostrar, un ejemplo para llevar a su casa y eso fortalece la familia. Y cuando uno tiene un día agitado, de trabajo, de hacer, de luchar también conoce gente, tiene que intercambiar y ahí surgen los amigos.

Por eso, el trabajo es como una columna vertebral en la vida de cada persona y es muy importante que este 1° mayo, sea el primero en esta nueva etapa que hemos de recorrer los argentinos porque es algo que decidimos una enorme mayoría que nos animamos a decir que queremos un cambio, mayoría que se incrementó a partir del día de la elección.

Ese cambio tiene, claramente, un primer desafío que es crear trabajo. Y tenemos que entender de dónde venimos, no para deprimirnos ni para amargarnos, sino para aprender de lo que pasó y entender, como decía Dante, por qué hace cinco años que en la Argentina no se genera trabajo de calidad, por qué tuvimos un gobierno que ocultó la desocupación y el estancamiento creando empleo público inútil.

Un empleo público cuya primera víctima es la propia persona, que arranca de decir “bueno, tengo una salida a mi angustia inicial”, pero a eso sobreviene una enorme frustración. Cuando alguien se da cuenta que lo que hace no cuenta, cuando alguien va a un lugar donde sabe que no cumple una tarea útil para el resto de la sociedad, cae en lo contrario de lo que dijimos al principio: siente que por ahí no tiene la dignidad que corresponde, siente que no tiene nada que intercambiar, nada que comentar porque él no hace nada.

Además, tiene como costo que, detrás de cada empleo inútil, hay un maestro que no pudimos poner al frente de un aula; detrás de cada empleo inútil, hay un médico o una enfermera que no está en esa provincia, en esa ciudad que los reclama hace tantos años. Y la suma de miles de esos empleos inútiles, hace que no tengamos una ruta por la cual circular o alguien que nos cuide y terminamos teniendo miles de argentinos que pierden la vida todos los años, o que nos falte la energía o que nos falten las fuerzas de seguridad. Eso es  no creer en nosotros mismos y yo estoy acá porque creo –y lo quiero decir una y otra vez-, en ustedes, creo en cada argentino.

Dios me dio la suerte de poder elegir qué hacer en mi vida y elegí esto porque amo a este país, quiero a mi gente y quiero que realmente todos podamos cruzar ese gran puente que tenemos que construir entre la Argentina que somos y la que deberíamos ser, la que podemos ser, la que vamos a ser.

Pero ese puente requiere que no solo nos digamos la verdad, que no apelemos a arbitrariedades. Si fuese tan simple como imprimir billetes y repartirlos, bueno, es cuestión de cuántas máquinas de fabricar billetes compramos y seríamos todos felices. Esa fue una gran mentira que nos llevó a la inflación que destruyó tanto y que siempre afecta, primero, a los que menos tienen, al trabajador que se esfuerza. Ese es al que más daña.

Y también, si fuese por una cuestión de leyes, saquemos en vez de una ley para conservar lo que tenemos, una que diga que por ley somos todos felices y ya está, ya lo resolvimos. (APLAUSOS)

Pero no es así, porque si hubiese sido por ley, Dante, hubiese sacado una que dijera “ningún equipo de fútbol nos puede ganar”, y Boca hubiese ganado todo fácilmente. Pero no lo logré así, lo logramos haciendo el mejor equipo, aceptando competir, no solo internamente, sino con el mundo entero. Así les ganamos a todos y fuimos los mejores en Japón, como fuimos los mejores en México con la Selección.

Ese es el camino; el camino es aceptar que somos gente valiosa y que somos capaces de crear, de innovar, de construir, pero también sé que hay mucha gente que la viene pasando mal y que le cuesta llegar, que acumula años de faltantes y que en estos meses, donde hemos tenido que tomar decisiones que a mí me han dolido de sinceramiento de la situación económica, le ha complicado la cosa aún más todavía.

Y por eso es que hemos tomado muchas decisiones con Marcos, que acá me acompaña, con Jorgito, con Caro Stanley, con todo el equipo para llegar a más de 10 millones de argentinos: algunos, que no recibían la Asignación Universal por Hijos; otros, que no recibían asignaciones familiares; triplicar el mínimo no imponible para empezar a corregir esta estafa que ha sido la inflación en el Impuesto a las Ganancias; a convocar con anticipación para discutir el mínimo no imponible, aumentar el seguro de despido. ¿Para qué? Porque queremos que todos crucen el puente, queremos que todos los argentinos seamos parte de esto que tenemos que construir.

Y también hemos tomado medidas en la dirección correcta en lo que hace a la creatividad, como la Ley de Primer Empleo, mediante la cual le estamos proponiendo al Congreso fomentar eso que siempre nos costó tanto a todos como es nuestro primer trabajo y tengamos una salida a ese primer trabajo de 18 a 24 años especialmente en el norte argentino. Muchos de los que están acá, vienen del norte argentino siempre postergado y tuvieron que venir a la Capital a conseguir una oportunidad.

Yo sueño con que ningún tucumano o santiagueño o correntino o el que sea del norte, tenga que abandonar su lugar. Nunca más, porque ahí va a haber trabajo, ahí lo vamos a construir. ¿Cómo? Impulsando el plan de infraestructura más importante de la historia de este país que arranca con el plan de agua que les va a dar cloacas y agua corriente a todos los argentinos, que es un piso de dignidad en este compromiso de pobreza cero, o como las rutas, los trenes que conecten a aquel que quiere producir en Jujuy y que su producto, su esfuerzo llegue al puerto.

Pero ahí también es muy importante –y lo hablé, Dante, cuando recibí a las mesas de las distintas CGTs- que cada uno se comprometa con el de al lado. Porque así como un gastronómico tiene el orgullo de recibir a su pasajero, a su turista de otra provincia o de otro país y tiene la autoestima puesta en que aquel se vaya de su hotel, de su bar, de su restaurante diciendo “¡qué bien te atienden acá!, ¡qué cálidos son los argentinos!”, lo mismo tiene que hacer cada trabajador.

Porque si el gastronómico maltratase a cada turista, ese turista no vuelve y él estaría perjudicando al que produce el alimento, al que lava las sábanas, al que produce las sábanas.

Lo mismo tiene que entender cada uno que trabaja en cada puerto de este país, por ejemplo, porque hoy son los puertos más caros de América latina. ¿Por qué? Porque hay un conjunto de vivos que se creen los dueños de los puertos. Y nos afectan a todos, porque cada cosa que con nuestro trabajo la llevamos a cabo, tiene que salir por el puerto y muchas cosas que necesitamos para vivir, entran por el puerto.

Entonces, si este señor se abusa de su rol y lo transforma en un poder mafioso, termina perjudicándonos a todos. Y lo mismo va para cada tarea de la sociedad.

Por lo tanto, el ausentismo nos perjudica a todos; el no cumplir con el trabajo, el abuso de las licencias nos perjudica a todos. Si hay tres veces más personas de las necesarias para hacer funcionar un tren, una máquina, una escuela, reitero, nos perjudica a todos.

Para finalizar, si queremos que en este país haya trabajo, pero trabajo de calidad para todos, todos tenemos que comprometernos, pensar que no hay salvación individual, sino que es la sociedad entera la que tiene que decir que aprendimos de estos años: que peleándonos unos contra otros, no vamos a construir la Argentina que soñamos.

Y sí, todo lo contrario: si llegamos a unirnos, si llegamos a animarnos a trabajar juntos, si llegamos –como decía Dante- a partir de esa actitud despertar confianza, que es lo que está hoy despertando la Argentina en el mundo, como es el caso de algunos funcionarios del gobierno y de otros gobiernos provinciales de otros partidos, que acaban de llegar de Estados Unidos todos maravillados porque ahora las reuniones rebosan de gente que quieren saber qué pasa en la Argentina, gente interesada en la Argentina.

¿Y saben por qué? Porque ellos también piensan que nosotros somos capaces de hacer grandes cosas; ellos también piensan que algo nuevo está pasando en la Argentina y que si lo confirmamos, no quieren quedarse afuera, quieren venir acá y apostar por nosotros. Y ese apostar, primero, nosotros por nosotros y ellos por nosotros, genera crecimiento, genera trabajo, trabajo, trabajo y trabajo.

Entonces, hoy, en el “Día del Trabajador”, les digo a todos: creamos en nosotros, creamos en nosotros mismos, dependiendo de lo que nosotros hagamos, diciendo la verdad, comprometiéndonos con el hacer, eso va a ser lo que nos lleve a construir el país donde todos tengamos un mejor futuro.

Gracias y a comer el locro. (APLAUSOS)