Palabras del presidente Mauricio Macri en el acto por el Bicentenario de la Independencia en Tucumán

Feliz Día de la Independencia para todos.

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La verdad que es una jornada de muchísima emoción. Venimos recorriendo con el gobernador de Tucumán y la verdad que es maravilloso.

Pero ya arrancó anoche, en Humahuaca, que fue una fiesta de alegría, de esperanza que el gobernador me dijo que pasó lo mismo acá en Tucumán y pienso que debe haber pasado en todo el país.

Y ahora, continuamos en este lugar, en esta Cada Histórica de Tucumán, porque acá es donde empezó la historia; acá un conjunto de ciudadanos se animaron a soñar.

Y hoy estamos todos movilizados con los gobernadores que estuvimos ahí dentro asumiendo compromisos de futuro y tratando de pensar y sentir lo que sentirían ellos en ese momento. Claramente, deberían de tener angustia de tomar la decisión, querido Rey, de separarse de España. Porque nunca es fácil, no fue fácil en ese momento ni es fácil hoy asumir ser independientes, asumir ser libres, porque eso conlleva una responsabilidad, porque no se agota en decir “el país es independiente, este Estado es independiente”. Es cada ciudadano, cada uno de nosotros asumiendo ese rol, ese rol de responsabilidad que significa que no le podemos echar la culpa a nadie de lo que nos suceda porque somos los dueños de nuestro destino. Significa que no podemos sentarnos a esperar que alguien venga a tomar las decisiones por nosotros ni los problemas sean solucionados por otros. Somos nosotros los que tenemos que elegir nuestros proyectos, impulsarlos, defenderlos.

Este conjunto de ciudadanos, si uno ve los libros de historia, te parecen superhombres, no lo eran, no existen los superhombres. Seguro que tuvieron dudas, tuvieron miedos, estas angustias de las que le hablé al principio. Pero el coraje, la convicción fue más fuerte y la decisión de cada uno de ellos de ser protagonista de su futuro. Eso es lo que los movilizó el 9 de junio de 1816.

Y hoy, el mismo de julio pero doscientos años después, como Presidente de la República, que les quiero pedir lo mismo a todos los argentinos: que seamos protagonistas, que nos tengamos fe, que creamos en nosotros mismos, en nuestra capacidad de crear, de hacer, de desarrollar porque la tenemos, claramente la tenemos.

Y no tengamos miedo, no escuchemos a aquellos que se han enfermado con el poder, porque ya empezamos a caminar en la dirección hacia un futuro mejor y con otros valores: con la cultura del trabajo, del esfuerzo personal, del diálogo después de años tratando de encontrar soluciones comunes.

Yo les he propuesto también desde la verdad, es que yo me comprometo a decirles la verdad, la verdad que es exigente, la verdad que es dura, que nos desafía porque tenemos que reconocer lo que nos pasa y ahí resolverlo.

Pero hoy, en el comienzo de estos segundos doscientos años les tengo que pedir algo más, porque no alcanza con que yo les diga la verdad. Les tengo que pedir que la verdad sea algo que gobierne entre todos nosotros, que sea moneda de cambio de todos los días y para eso tenemos que alejarnos de eso que nos inculcaron de una viveza criolla mal entendida, que el vivo, el que saca ventaja, el que engaña es al que le va mejor.

Hay un juego de cartas que a mí me gusta mucho y creo que a muchos argentinos que es el Truco, pero no se aplica a la vida, uno no puede andar en el día a día cantando “falta envido” sin nada, no puede hacer señales falsas. Al revés, necesitamos señales claras, señales de que tenemos compromiso, que tenemos palabra, porque eso es lo que potencia nuestras capacidades.

Y además hoy, con este día maravilloso, les quiero pedir otra cosa más que tiene que ver con que entendamos que un país es como una familia y lo que hace algún integrante de la familia siempre en algún lugar repercute sobre los demás. Ahí fue el mensaje de la empanada, que espero que hayan visto; hasta esa cosa tan pequeñita requiere el esfuerzo de muchos argentinos y que cada uno de nosotros dé lo mejor de sí. Y cuando digo lo mejor de sí, me refiero a que cada alumno se esfuerce por aprender, se esfuerce por superarse, que cada maestro ponga todo ese amor que pone en enseñarles pero también en exigirles y en evaluarlos para asegurarnos de que ellos tengan las herramientas para un mejor futuro. Y ellos también, los docentes, nuestros queridos docentes aceptar que tienen que evaluarse sistemáticamente para ver si están teniendo esas herramientas.

Nuestros queridos trabajadores, la cultura del trabajo, del esfuerzo, ese esfuerzo que te lleva al camino de la dignidad, de la autoestima, de la felicidad. Pero tenemos que alejarnos de lo que pasó en los últimos tiempos, que creció el ausentismo, las licencias, las jornadas horarias reducidas. Cada vez que un gremio consigue reducir una jornada horaria, todos los demás argentinos lo estamos asumiendo como parte de un costo y no está bien.

Y nosotros, los que nos toca conducir desde la política, tenemos más responsabilidad, tenemos que dar ejemplo en el diálogo, en la cercanía, en la austeridad, en la transparencia. Nosotros necesitamos que en meses cada uno de nuestros gobiernos, municipales, de las provincias y nacional, se transforme en un gobierno abierto para que cada argentino pueda saber hasta el centavo en qué invertimos su dinero y que además entendemos que es más importante invertir que gastar.

Y nuestros jueces, que tienen tan importante labor que es defender el valor de la ley, defender nuestra Constitución, terminar con la impunidad. Y lo tienen que hacer con equilibrio, con mesura, cuidando el valor de la palabra que escriben o que dicen porque son los que consolidan nuestro sistema institucional.

Por eso, la verdad, la solidaridad, entendida como este concepto más amplio, porque los argentinos siempre hemos sido muy solidarios en la tragedia y en la emergencia, pero es un concepto más amplio, es lo que consolida, es lo que permite que se amalgame todo con algo que es una fuerza imparable que es la confianza, que es lo que estamos tratando de construir todos los días desde hace siete meses.

Y cuando les hablé de la verdad, que es dura, también les tengo que decir que todas las transiciones son difíciles, pero este punto de partida es especialmente difícil porque encontramos un país y un Estado realmente muy castigado, muy castigado por la mentira y la corrupción, que nos sigue irritando todas las semanas. Y dada la precariedad, tuvimos que tomar muchísimas decisiones y algunas de ellas fueron duras, fueron difíciles, dolieron, me dolieron y me siguen doliendo, porque sé que significa que a muchos argentinos les está costando.

Pero quiero volverles a decir que si hubiese habido una alternativa para no tomarlas, la hubiese tomado, pero no existía. Yo sé que lo más importante que tengo que hacer es cuidarlos, cuidar a todos los argentinos.

Por eso a los más vulnerables los hemos empezado a acompañar con más Asignación Universal por Hijo, más asignaciones familiares, tarifas sociales a nuestros abuelos, a todos, intentando que todos crucemos ese puente que les invité a construir entre el hoy y el futuro. Pero también hemos tomado medidas para destrabar nuestra vida, para destrabar nuestra economía y poder comenzar a crecer después de cinco años de estancamiento y ya las primeras inversiones empiezan a llegar y los primeros nuevos empleos se empiezan a generar.

También les propuse y les agradezco como en todo que me hayan acompañado, a abrirnos al mundo y el mundo nos ha tendido la mano. Acabamos de llegar de un viaje agotador, pero muy lindo y muy importante, me acompañaron los gobernadores de Córdoba y de Misiones, estuvimos en Alemania y era impresionante el desborde de interés, el desborde de entusiasmo del mundo alemán hacia la Argentina. Y lo mismo le pasó a la Vicepresidenta cuando viajó a Corea y a Japón y lo mismo pasa en China y en Italia y en España y en Francia y en Estados Unidos, el mundo se ha interesado en nosotros, el mundo nos quiere acompañar ¿Pero saben qué? Somos un pueblo independiente, somos un pueblo libre y depende de nosotros, que nosotros les plateemos el proyecto, que nosotros les marquemos el rumbo.

Yo les quiero también decir que vamos por el camino correcto, que cada día estoy más convencido que vamos rumbo a un increíble futuro y que ya estamos bajando la inflación, es este cáncer que nos ha golpeado tantas veces en la historia; y que también estamos trabajando denodadamente para volver a tener el gas y la electricidad y la energía suficiente, porque sin energía no podemos vivir ni podemos crecer.

Y ahí les tengo que pedir, desde este lugar que hemos asumido todos de ser independientes, significa responsables, significa –como les dije hoy- solidarios, a que aprendamos a consumir la menor cantidad de energía posible. Hoy nuestro país está entre los que más consumen energía por habitante, y no es culpa de ustedes, no es culpa de ustedes, fue culpa de una mala política, de una errónea política que nos llevó a no darnos cuenta que además, consumiendo energía de esta manera, dañamos el medioambiente, y nos hemos comprometido con el mundo y tenemos que cumplir, a que vamos a ser parte de la lucha contra el cambio climático que tanto afecta a nuestro país.

Además, quiero decirles que hemos puesto en marcha, en diálogo permanente con nuestros gobernadores e intendentes, el plan de infraestructura más ambicioso de nuestra historia, obras que van a traer futuro, obras que traen trabajo en el presente para generar más futuro, mejor calidad de vida, y el Plan Belgrano, que es un plan de reparación histórico para el gran Norte argentino.

Estas medidas, claramente, tienen un profundo sesgo federal, porque creemos que llegó la hora también de que el federalismo se practique. Y acabamos de firmar con todos los gobernadores un compromiso que quedó en la historia, queridos gobernadores, y yo quiero que la historia nos reconozca como gente de palabra. Y ahí dijimos que vamos a trabajar en equipo, ahí dijimos que creemos en la unidad, en el diálogo, en la paz, en el trabajo y ese es el camino. Porque solamente vamos a lograr un país justo, un país con pobreza cero si desarrollamos cada una de nuestras economías regionales, ese es el desafío y espero que estemos a la altura.

Empezando a terminar: siete meses es nada respecto a los doscientos años y nada a los doscientos años que vendrán; pero estoy convencido que en estos siete meses hemos aprendido a escucharnos más, a dialogar más y que hemos emprendido el camino del progreso. Falta mucho, falta muchísimo, pero lo importante, como siempre les digo, es que cada día estemos un poco mejor y lo que necesitamos todos, cuanto más poder nos toque ejercer, es tener la grandeza de saber escuchar, la grandeza de trabajar en equipo, porque solo así, juntos, vamos a recorrer esta brecha que nos duele entre la Argentina que somos y la que debemos ser, entre la Argentina que somos y la que podemos ser, la Argentina que somos y la que vamos a ser.

Es juntos y es acá, es aquí y es ahora, porque hay muchos argentinos que no pueden esperar más, porque todos los argentinos merecemos un futuro mejor y es juntos, porque esa fuerza no la podemos perder, y es con la verdad y con la solidaridad y con el respeto es que vamos a construir.

Por eso, desde acá, desde Tucumán, desde esta Casa Histórica, les digo a todos los argentinos que es aquí y es ahora y es juntos y es con la verdad y es con la solidaridad.

¡Y vamos Argentina! ¡Y vamos Argentina! ¡Viva la Patria! ¡Viva el amor! ¡Viva la Patria y el amor!

¡Gracias, Argentina, fuerza, fuerza!