Conferencia de prensa del Vocero Presidencial, Manuel Adorni, en Casa Rosada 14-05-2025
Buen día a todos. A fines del siglo XIX, Argentina recibió una oleada migratoria que duplicó la población del país. Fue -sin dudas- una migración virtuosa que, a base de trabajo y respeto por la ley, aportó su parte a construir la gran potencia que supo ser este país. Sin embargo -en algún momento- el rumbo se desvió y hoy, desde hace tiempo, tenemos una normativa inmigratoria que invita al caos y al abuso de muchos vivos, que lejos están de venir a este país, de forma honrada, a construir un futuro de prosperidad. Hoy entra casi cualquiera sin mediar muchas preguntas y las condiciones de deportación son demasiado flexibles. En los últimos 20 años ingresaron 1.700.000 inmigrantes irregulares, el equivalente a la población -por ejemplo- del partido de La Matanza o la provincia de Tucumán.
Además, Argentina fue demasiado permisiva con quienes ingresan de forma regular. Hoy, cualquier condenado -con una pena menor a 3 años- puede ingresar a la Argentina. También están los inmigrantes que vienen al país a usar servicios públicos gratuitos que no tienen en sus países y que no contribuyeron con sus impuestos a financiarlos. En el caso de los famosos tours sanitarios -por ejemplo-, donde vienen al país se atienden en un hospital público, y se vuelven inmediatamente a su lugar de origen. Para darles, para compartir con ustedes una estadística básica: solamente en ocho hospitales nacionales se gastaron 114 mil millones de pesos en atender extranjeros el año pasado. Repito: en ocho hospitales nacionales, solo en un año, los argentinos gastamos 114.000 millones de pesos para atender extranjeros.
Lo que es peor hoy la Argentina tampoco expulsa a quienes infringen la ley; con la norma vigente cualquier inmigrante condenado por un delito con pena menor a los 5 años puede seguir viviendo felizmente en la Argentina, para peligro de todos los demás. Hablo de delincuentes condenados, por ejemplo, por abuso sexual simple; privación ilegítima de la libertad; violación de domicilio; hurto; robo; daños agravados; resistencia a la autoridad; falsa denuncia; encubrimiento y usurpación ilegal de tierras.
Imagínense en la Ciudad de Buenos Aires de los 4.300 extranjeros detenidos -en el último año y medio- el 40% fue por robo o hurto. Y digo los números de la Ciudad, porque son los números que tenemos, ya que algunos otros datos no es bastante dificultoso acceder. En resumen: entran delincuentes, siguen delinquiendo y nadie hace nada. Con este gobierno, eso se termina.
Bajo este nuevo paradigma, que impera en la Argentina, el gobierno del Presidente Javier Milei impulsará una serie de modificaciones al régimen migratorio. De ahora en adelante, cualquier condenado que intente ingresar, a través de la frontera, será rechazado por las autoridades migratorias, y quienes sean encontrados en flagrancia, ingresando por pasos no habilitados, serán inmediatamente expulsados. El que miente en cualquier información que propicie en su ingreso será también expulsado.
Argentina no será tierra fértil para la llegada de los delincuentes. Además, todo aquel que sea condenado por cometer un delito, será deportado -sea el delito que sea- y se van a cortar los plazos de los procesos de apelación para las expulsiones que hoy resultan eternos. El que las hace las paga.
Hay muchísimos inmigrantes de bien que vienen y permanecen en las buenas de la ley, en nuestro país, que vienen a trabajar, a forjar su futuro; no es justo para ellos que permitamos que quienes no cumplen con las mismas normas permanezcan, en nuestro territorio, al margen de la ley. A partir de ahora, los inmigrantes ilegales, residentes transitorios y temporales, deberán pagar por los servicios de salud. Y quienes ingresen a la Argentina, tendrán que presentar un seguro médico para garantizar esa capacidad de pago. También, se habilitará a las Universidades Nacionales a cobrar sus servicios, si así lo desean, respetando la autonomía universitaria. Repito -una vez más- si así lo desean.
En este sentido, también van a ser más severos los requisitos para obtener la residencia permanente y la ciudadanía argentina. La ciudadanía argentina sólo se va a otorgar a quienes residan de forma continua durante dos años en el país, sin abandonar el territorio nacional. Quienes entren o permanezcan de forma irregular ya no van a ser recompensados con la ciudadanía, como ocurría hasta ahora.
Para cerrar, quiero reflexionar –brevemente- sobre el espíritu de esta norma. En el mejor momento de nuestra historia, muchos de nuestros abuelos y bisabuelos llegaron en barcos, dispuestos a sembrar el futuro de esta Nación. Producto de los cambios profundos que está llevando el Presidente Milei, Argentina -en los próximos años- volverá a ser una tierra prometida para muchos migrantes. Como hicimos en nuestros orígenes, queremos seguir recibiendo a aquellos que vienen a construir un país más libre y más próspero. Pero tenemos que saber recibir a quienes estén dispuestos a colaborar -dentro del marco de la ley- y tener la firmeza para expulsar a quienes incumplen las normas de nuestro territorio. Al igual que, en ese momento, es hora de honrar nuestra historia y volver a hacer a la Argentina grande otra vez. Muchas gracias.