PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, ALBERTO FERNÁNDEZ – POR VIDEOCONFERENCIA, EN EL FORO DE LAS PRINCIPALES ECONOMÍAS SOBRE ENERGÍA Y CLIMA, DESDE LA RESIDENCIA DE OLIVOS.

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PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, ALBERTO FERNÁNDEZ – POR VIDEOCONFERENCIA, EN EL FORO DE LAS PRINCIPALES ECONOMÍAS SOBRE ENERGÍA Y CLIMA, DESDE LA RESIDENCIA DE OLIVOS.

Buenos días a todos y todas, desde aquí, desde Buenos Aires: agradezco al gobierno de los Estados Unidos, y en especial al presidente Biden, por su invitación a participar de este Foro, que constituye una importante plataforma para la concertación política, con miras a mejorar nuestra respuesta colectiva al cambio climático.

La Argentina ha adoptado la acción climática como política de Estado y como un pilar indispensable del modelo de desarrollo sostenible e inclusivo, al que todos aspiramos. En ese sentido, hemos dado pasos contundentes pues presentamos nuestra segunda contribución determinada – a nivel nacional – al Acuerdo de París, de diciembre de 2020, y posteriormente, en noviembre de 2021 la actualizamos. De esta manera, nuestra ambición de reducción de emisiones para lograr el objetivo de la Convención Marco, de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y el Acuerdo de París,
se incrementó en un 27,7 por ciento en relación con el objetivo contenido, en la primera mención, en 2016.

El año pasado, presentamos nuestro Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, al 2030, que compila y propone políticas sectoriales y transversales, a nivel nacional, para limitar la emisión de gases de efecto invernadero. Ese plan se guía por seis líneas estratégicas, muchas de las cuales se encuentran alineadas con la iniciativa, que estamos tratando en este Foro, como la transición energética, transición productiva, movilidad sostenible, territorios sostenibles y resilientes, conservación de la biodiversidad y bienes comunes, gestión sostenible de sistemas alimentarios y bosques.

También elaboramos, recientemente, nuestra Estrategia de Desarrollo Resiliente, con bajas emisiones - a largo plazo - pensando en el año 2050, que afirma nuestra voluntad de alcanzar neutralidad de emisiones para ese año, de una manera compatible con el desarrollo social y con la erradicación de la pobreza, que aqueja a todo el hemisferio sur, también a la Argentina.

Estos compromisos que hemos asumido, además de sus correlatos, en la instrumentación de políticas públicas, en el ámbito doméstico, reflejan nuestra vocación de apoyar acciones colectivas, que nos permitan avanzar hacia el camino de reducción de emisiones con los países desarrollados, encabezando los esfuerzos. Es por ello, que, en la COP26, nos unimos a la alianza global del metano y también a la declaración de líderes de Glasgow, sobre bosques y usos de la tierra, porque entendemos el papel fundamental de los bosques y tenemos un firme compromiso con la lucha contra la deforestación.

De hecho – desde la entrada en vigor de la Ley de Bosques – en el año 2007, las tasas de deforestación, a nivel nacional, disminuyeron sensiblemente. Esta Ley cumbre 53 millones de hectáreas y tiene como objetivo fomentar actividades de enriquecimiento, de conservación, de restauración, mejoramiento y manejo sostenible de
los bosques nativos y de los servicios ambientales y culturales que estos brindan a la sociedad.

También mantenemos un fuerte compromiso con la descarbonización de la matriz energética, como horizonte de largo plazo, lo que implica un cambio estructural en los sistemas de abastecimiento y utilización de la energía, la transición energética motorizada, por la demanda de la acción climática. Ella debe ser justa, asequible y sostenida. Su éxito dependerá – ante todo – de su sostenibilidad, tanto en materia social, como ambiental, tecnológica, económica y financiera.

Nuestro Plan Nacional de Cambio Climático, también, incluye un Plan Nacional de Metano. Felicitamos – en este sentido – la iniciativa de aceleración del financiamiento para la reducción de emisiones. La previsión de recursos financieros, para los países en desarrollo, es una condición fundamental para que implementemos nuestra emisión climática. Asimismo, celebramos la iniciativa, referida a mejorar el financiamiento climático de los bancos multilaterales de desarrollo,
 dado que las históricas asimetrías existentes, en las condiciones de financiamiento, entre las economías en desarrollo y las avanzadas se ven exacerbadas cada día más, por el endurecimiento de las tasas de interés en muchas de las economías centrales.

Aquí, desde la Argentina, desde el sur de las Américas, vemos con preocupación la ausencia de vehículos financieros globales que ayuden a nuestros países a hacer frente a los desafíos que impone
el cambio climático. Creemos firmemente que la arquitectura del financiamiento climático multilateral debe ser justa, transparente, equitativa y basada en los principios de responsabilidades comunes, pero diferenciadas y capacidad respectiva.

Quiero finalizar reiterando, que, en la Argentina, somos profundamente conscientes de que, para alcanzar los objetivos del
Acuerdo de París, debemos trabajar juntos; como diría el Papa Francisco: “nadie se salva solo”. Muchas gracias.