Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la Cumbre de Jefes de Estado del MERCOSUR y Estados Asociados, desde Uruguay.

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Palabras del presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la Cumbre de Jefes de Estado del MERCOSUR y Estados Asociados, desde Uruguay.

Muchas gracias, Señor Presidente, querido amigo, Luis Lacalle.

La verdad es que venía con un discurso preparado, pero me invitaste a ser sincero, así que vamos a ser sinceros. Mira, ¿Qué pienso? Yo pienso que el mundo ha vivido tiempo muy difíciles, muy complejos, particularmente, complejos; que hemos soportado una pandemia que se llevó la vida de..., no sabemos cuántos millones de habitantes. Y que cuando la pandemia se expuso en toda su dimensión, la verdad, lo que quedo descubierto es la fragilidad del sistema económico mundial.

Cuando uno mira, qué mostro la pandemia, puede haber, exactamente, la dimensión del conflicto; por ejemplo: diez personas en el mundo tienen los mismos ingresos que el 40 por ciento de la cantidad de habitantes del mundo. Esa concentración ha sido muy negativa y la hemos visto en muchas cosas; por ejemplo: en los países en desarrollo, como los nuestros, el número de muertos, y en los países pobres también, el número de muertos fue cuatro veces superior a la cantidad de muertos en los países desarrollados. Y lo hemos visto también cuando la solución asomó ante nosotros con la vacuna. Porque le 90 por ciento de las vacunas quedaron concentradas para servir a los habitantes del mundo central y el mundo de la periferia sólo recibió el 10 por ciento de las vacunas producidas.

Cuando uno ve semejantes datos, en verdad lo que debe preguntarse es, ¿y cómo el mundo sigue de aquí en más? Y la verdad, querido Luis, yo no tengo la impresión de que el mundo siga como vos decís. Yo creo que, definitivamente, tras la pandemia lo que vimos es otro hecho muy nocivo para el mundo, que fue la guerra entre Ucrania y Rusia; que en el norte se tiran misiles, pero en el sur se pasa hambre, y todo el hemisferio sur está padeciendo ese problema, todo el hemisferio sur. Cuando la FAO anuncia una hambruna de 300 millones de personas provocada por la guerra, ¿de qué están hablando? Del hambre de África, del hambre de Asia, del hambre de América Latina, de eso están hablando, de eso están hablando. Y la verdad es que tengo la percepción qué si algo ha pasado después de todo esto, pandemia más guerra, es que el mundo ha empezado a preocuparse con la idea de la globalización; que la globalización ya no funciona más cómo funcionaba antes. No quiere decir que la globalización haya fracasado y volvamos todos al mundo de los nacionalismos; quiere decir que lo que se observa es cómo se potencian las regiones para enfrentar los desafíos, eso es lo que quiero decir. Se potencia en Asia, se potencia la Unión Europea, se potencia China, tratando de buscar acuerdos con Estados Unidos, acuerdos con la Unión Europea, se potencia la Unión Africana desde su enorme debilidad planteándole al mundo lo que le está pasando.

He tenido la oportunidad de participar del G20 y del G7, lo he visto no me lo han contado. Lo que el mundo se plantea hoy son cosas muy diferentes a la libertad de comercio, quiero serles muy franco, lo que el mundo se plante hoy es ver cómo cada economía se defiende frente a los estragos que han hecho la pandemia y la guerra, y que causan, hoy día, hoy día. El mundo se ha transformado ya no es lo que era, ni va a volver a ser lo que fue; las dos cosas son ciertas.

Pensemos en un escenario en el que las corporaciones y el capital impulsaban cadenas globales de valor con el objetivo de bajar costos. Y pensemos que esas mismas corporaciones hoy buscan deslocalizar las inversiones que hicieron replegándose geográficamente, buscando una seguridad política que el mundo hoy no ofrece. Lo que nosotros estamos viendo es cómo vuelven a relocalizarse en los distintos países; que antes mandaba la producción de sus bienes a hacer en China, a volver a hacerlo en sus países. Eso es lo que se está viendo en el mundo, no se está viendo otra cosa.

Este cambio en la naturaleza de la globalización sí es cierto que nos enfrenta a nuevos desafíos. Y tenemos que hacer, creo yo, una lectura cuidada y correcta, respetando todas las opiniones. Y lo que creo es que el MERCOSUR tiene que hacer es potenciar su mirada para ver de qué modo enfrentamos estos dilemas que nos somete el presente.

Yo, finalmente, creo que el gran secreto es ver cómo nosotros podemos unir esfuerzos porque, lo he dicho siempre y no lo voy a ocultar ahora, el gran problema que tiene el MERCOSUR son las asimetrías de sus países miembros; Brasil y Argentina tienen una dimensión de desarrollo distinta a la de sus socios. Lo que nunca resolvimos son esas asimetrías y es hora de sentarnos a hablar de esas asimetrías, ver cómo las resolvemos. Ahora, si la solución es que cada uno haga lo que quiera y el sálvese el quién pueda, bueno, discutámoslo. Pero me parece que esa solución no sé cuánto camino tiene para transitar. Porque, finalmente, hace un año, Luis, discutimos el acuerdo con China y la verdad es que todos seguimos negociando nosotros con China, pero la verdad es que es complejo construir un tratado de libre comercio con China para Uruguay, para Argentina, para Brasil por ahí es más fácil por el mercado que tiene. Pero es muy difícil hacerlo desde la soledad, desde la individualidad.

Podemos decirlo, podemos proclamarlo; claramente, Uruguay es un país libre, autónomo y puede hacerlo. Lo que digo es que, porque no nos ponemos a pensar en lo que nos conviene como región, porque no nos ponemos a pensar cómo unimos esfuerzos para poder hacer eso que vos estás planteando; porque yo lo que necesito del MERCOSUR es un Brasil potente, es un Uruguay potente y es un Paraguay potente, eso es lo que necesito.

En ese contexto de desigualdad, de asimetría, que el MERCOSUR no ha resuelto y que yo propongo sentarnos a resolver. No es una locura pensar en un Banco Central Común, ni es locura para Brasil, ni es locura para Argentina, que lo estamos hablando; claro, que lo estamos hablando; claro, que lo estamos hablando. Y, ¿Por qué? Porque lo que más queremos es potenciar nuestro comercio. A mí me importa más comerciar con Brasil que comerciar con países de otra extrazona. Me importa mucho más comprarle más a Uruguay que comprarle países de otra extrazona; me importa comprare más a Paraguay, y a Bolivia, y a Chile, y a Colombia antes que países extrazona; claro, que sí. Y es eso, en todo caso, lo que tenemos que sentarnos a discutir, no ver el modo de que cada uno tomé impulso propio para ver cómo sigue su vida. Hay unas palabras de Mario Benedetti, un uruguayo al que todos queremos mucho. Decía Mario Benedetti: “debemos animarnos a tener el valor de ser distintos”; claro, que somos distintos, somos el sur del mundo. Tenemos nuestras propias peculiaridades. “y tenemos que animarnos a no sucumbir al poder unánime”; claro, no debemos hacerlo. No debemos hacerlo ni adentro ni afuera del Mercosur; eso es así, en eso tiene, Luis, una cuota de razón.

Ahora, ¿qué posibilidades tenemos nosotros para enfrentar este mundo? Muchísimas; ¿qué necesita el mundo? Necesita alimentos y energía, tenemos energía en la Argentina, tenemos litio, tenemos gas, tenemos hidrógeno verde, tenemos cobre, como tiene Chile, seguimos teniendo petróleo, que es un bien que va a ir cediendo, si el mundo necesita energía podemos ser extraordinarios proveedores de energía, con Bolivia tenemos, con Bolivia y con Chile, tenemos el 66 por ciento del litio que existe en el mundo, miren qué oportunidad tenemos, claro que tenemos una gran oportunidad por delante, enorme oportunidad por delante. Pero el mundo también, por esa hambruna de la que están hablando, necesita de alimentos, y Uruguay tiene un potencial enorme, Paraguay tiene un potencial enorme, Brasil tiene un potencial enorme, Argentina tiene un potencial enorme.

En la Cumbre de las Américas le plantee al presidente Biden, en el discurso que di, hasta Estados Unidos podría participar de un acuerdo conjunto con todo el MERCOSUR, para ponerse a producir alimentos para el mundo, claro que lo podemos hacer, tenemos lo que el mundo va a necesitar después de esta crisis, la solución no es que cada uno haga la propia, quiero ser franco, no creo que sea el mecanismo.

A nosotros las decisiones, las acciones unilaterales que están orientadas en negociaciones bilaterales con terceros países nos preocupan, nos preocupan. Y acá quiero poner un punto, Luis, querido, con todo respeto por tus palabras, y para seguir el debate franco que me has propuesto: una de las condiciones en una sociedad es cumplir las reglas, cuando jugamos al futbol, ya que nos deseaste suerte al vicepresidente de Brasil y a mí y a nuestros pueblos para el Mundial, cuando jugás al futbol hay reglas y las reglas hay que respetarlas, no es posible que el marcador central agarre la pelota con la mano dentro del área porque eso es penal, y él nos puede decir “pero este es el modo que yo tengo de jugar al futbol”, no, no es así. Y en verdad las reglas del MERCOSUR lo que dicen es que esos acuerdos deben tener otro mecanismo de tratamiento, entonces vos decís “nadie quiere romper quiere romper”. Cuando en una sociedad las reglas se incumplan alguien está rompiendo.

Si hay que cambiar las reglas discutámoslo, porque yo estoy dispuesto a dar esa discusión, porque tal vez Luis te quepa la razón en alguna de las cosas, o en muchas, no lo sé, pero lo que digo es las reglas del MERCOSUR hoy dicen algo distinto, y esas reglas debemos respetarlas, y mientras no las cambiemos, las discutamos, tenemos que respetarlas, porque el principio de convivencia en cualquier sociedad es que las reglas se respeten.

Yo estoy absolutamente abierto a llevar adelante esta discusión, me parece que es una discusión sana, evidentemente confrontan miradas diferentes sobre lo que le pasa al mundo, sobre lo que le pasa a la región, sobre las oportunidades que tenemos. Seguramente miradas diferentes de países donde la industrialización ha sido muy importante, como Brasil y Argentina, y países donde la industrialización ha tenido un menor desarrollo. Miren: lo hablé con Macron, lo hablé con Merkel, lo hablé con Sánchez, lo hablé el otro día con… cenando en Buenos Aires, nadie quiere más que yo un acuerdo con la Unión Europea, pero un acuerdo digno para el MERCOSUR, porque ese acuerdo no ha tenido en cuenta ninguna de las asimetrías que existen de la economía europea y la economía argentina y claro, por supuesto, si firmamos el acuerdo que se firmó y lo seguimos adelante, podríamos echarle la culpa a que nos tratan bien a la Amazonia, pero la verdad es que en Europa hay países que proteccionistas que lo que no quieren es que entre nuestra carne, nuestros granos y nuestros alimentos, por favor no nos engañemos más. Entonces pidámosle a Europa que dejen de mentir, dejen de mentir, a nosotros nos preocupa cuidar la Amazonia, claro que nos preocupa, pero no es esa la causa, la causa es que ustedes siguen subsidiando y cuidando y preservando la producción agrícola y ganadera en la esa región, y ahí perdemos nosotros, ahí pierde Uruguay, y perdemos nosotros también si nos vienen con toda su industria automotriz a entrar a nuestros mercados destruyendo nuestra industria automotriz que nosotros tenemos, claro que nos afecta.

Ahora: discutamos también con la Unión Europea, y hablemos con esta franqueza con la que estamos hablando, yo quiero aclarar que yo hablo aquí con ustedes y del mismo modo le hago mis planteos a Macron, Scholz, a todos, a toda Europa le hago el mismo planteo, no es que nosotros nos negamos a la unión entre la Unión Europea y el MERCOSUR, un acuerdo de esa naturaleza es una sociedad y en una sociedad ganan los dos, cuando en una sociedad gana uno y el otro pierde eso no es una sociedad, eso es otra cosa, y esa es la parte que te entiendo Luis, pero creo que el camino no es el que proponés sino revisar de una vez y para siempre cómo corregimos las asimetrías que existen dentro del MERCOSUR, porque son esas asimetrías las que inquietan a Uruguay, son esas asimetrías las que inquietan a Uruguay, y que inquietan a Paraguay también, porque lo he hablado con el Presidente, mi amigo Marito Abdo, muchas veces, claro que sí.

Yo lo que no quiero dejar de resalta es que el nuestro, que es un conteniente devenido de tiempos mucha postergación, mucha división, entre tanta división al MERCOSUR lo hemos reservado y el MERCOSUR tiene 31 años de vida, eso tiene un valor incalculable, habrá que hacer correcciones, seguramente habrá que hacer correcciones, estoy dispuesto a escuchar y analizar todo lo que tenemos que corregir. Pero no perdamos de vista esto, somos la región que se institucionalizó y que más tiempo perduró en América Latina, y eso no es poco, es mucho, debemos seguir ese camino.

Muchas gracias.