Entrevista con el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, para el programa “BigBang”, que conduce Marcelo Figueras, por El Destape radio, FM107.3

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Entrevista con el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, para el programa “BigBang”, que conduce Marcelo Figueras, por El Destape radio, FM107.3

PERIODISTA.- ¿Está Alberto Fernández, el Presidente de la Nación, del otro lado de la línea?

PRESIDENTE.- Sí, ¿cómo estás?

PERIODISTA.- Alberto Fernández, muy buenas noches, si me perdona el atrevimiento, usted sabe que esta es una radio muy particular, “El Destape”, donde acá hay mucha gente rara y cómo necesito chequear de alguna manera que estoy hablando con Alberto Fernández y no con ninguno de los humoristas, que existen, en esta radio, así que si me permite el atrevimiento que le haga dos preguntas como para chequear si verdaderamente estoy hablando con Alberto Fernández, ¿puede ser?

PRESIDENTE.- Sí, claro.

PERIODISTA.- ¿Cómo se llama el cuarto hijo de Dylan, que se ha convertido en el segundo perro, de Alberto Fernández?

PRESIDENTE.- Bueno, Dylan ha tenido en total unos 9 hijos, algunos conviven conmigo, otros no. Y en la segunda camada de hijos de Dylan hay una perrita que ahora no está conmigo, que se llama Isa, creo que se llama Isa, no me acuerdo el nombre, porque no vive conmigo, por eso no me acuerdo el nombre exactamente.

PERIODISTA.- La primera pregunta contestada perfectamente y la segunda pregunta es ¿Lito Nebbia o Gustav Mahler?

PRESIDENTE.- Lito Nebbia, por supuesto.
PERIODISTA.- Señor Presidente de la Nación, muy buenas noches, muchísimas gracias, Alberto Fernández por charlar con nosotros, esta noche. Todos los que estamos acá haciendo este programa, un viernes a esta hora, estamos hecho flecos, absolutamente, y cuando uno trata de imaginarse la semana que debes haber pasado, discúlpame que te tutee, con las circunstancias por las que está atravesando el país, verdaderamente el agradecimiento es enorme por dedicarnos esta medianoche de viernes, este ratito para conversar con nosotros.

PRESIDENTE.- Para mí es un gusto.

PERIODISTA.- Por un lado el periodista que hay en mí, por un lado, habría una enorme oportunidad de preguntarte un montón de cosas, que tienen que ver con las circunstancias que estamos atravesando, pero las características de este programa, en particular, que creamos en un momento particularmente oscuro de la Argentina reciente buscando un espacio donde pudiésemos compartir belleza, me tientan a ir para otro lado y a preguntarte otro tipo de cosas, que no tienen que ver con la urgencia, con la realidad pura y dura, con lo que está pasando. Así que- si me permitís – te voy a hacer un montón de preguntas para llevarte a pasear por un lado que en la medida de lo posible te ponga algunas estrellas en los ojos. Si no existiese pandemia, en este momento, y pudieses salir a la calle con la conciencia de que nadie te reconocería, de que nadie sabría que sos Alberto Fernández, el Presidente de la República, ¿cuál es el primer lugar al que te gustaría ir y cuáles son la primera o las primeras personas con la que te gustaría reencontrarte?

PRESIDENTE.- Es una pregunta difícil, porque estamos hablando, ahora, de gente que está en la misma situación que nosotros, sin posibilidad de salir, de abrazarse, sin posibilidad de estar juntos. Me gustaría mucho volver a escuchar música, ir a algún lugar donde toque alguno de los músicos, que me gustan; me gustaría volver a abrazarme con mis hermanos, los estoy viendo poco; podría encontrarme con Estanislao, que hace como un mes largo que no lo veo, supongo que haría eso.

PERIODISTA.- ¿Cuál es el primer recuerdo de ir a un cine que tenés?
PRESIDENTE.- El primer recuerdo de un cine que tengo es haber ido a ver una película de Walt Disney, en un cine que está en Corrientes y Callao, ahora creo que hay ahí una hamburguesería…

PERIODISTA.- Por donde, después estuvo el Los Ángeles.

PRESIDENTE.- Sí, Los Ángeles, y es ese el primer recuerdo de una película que tengo; después recuerdo otra vez haber ido a un cine, en Dolores; la familia de mamá era de Castilla y fuimos a ver una película de Carlitos Balá, que tenía un nombre muy gracioso, era una película en blanco y negro, eran los tiempos de la colimba. Esos son los primeros recuerdos que tengo de haber ido al cine de chiquito.

PERIODISTA.- ¿Y tu primer concierto?

PRESIDENTE.- Mi primer concierto, me acuerdo de haberlo visto a Lito, ya fuera de Los Gatos, tocando solo, me acuerdo de Lito, también tocando con el trío, con el Negro González, en un teatro muy chiquito que queda en Corrientes y Paraná, que se llamaba: Picadilly, si no me equivoco; me acuerdo de haber visto a Luis Alberto Spinetta; me acuerdo del Festival de la Victoria, en Argentinos Juniors, cuando cantaban muy buenos músicos y allí yo escuché algunos músicos de rock and roll, esos creo que son los primeros recuerdos que tengo de la música.

PERIODISTA.- ¿Tuviste lanas, Alberto?

PRESIDENTE.- (Risas) Nunca tuve el pelo muy largo, pero nunca me gustó el pelo corto, corto y hasta el día de hoy que estoy medio peleado con el peluquero.

PERIODISTA.- Todos estamos, después de la pandemia, un poco carvenícolas. Yo me miro en el espejo y tengo el aspecto como de llevar 5 meses en el Yukong o algo por el estilo.

PRESIDENTE.-Pero yo reconozco que siempre fui muy reacio a tener el pelo muy corto, con lo cual siempre tuve el pelo un poco largo, pero nunca tuve el pelo muy, muy largo. Tengo el pelo muy indomable, que crece para cualquier lado mi pelo.

PERIODISTA.- Lo que pasa era casi una cuestión de principios, no. Pasaban muchas elecciones por el pelo.

PRESIDENTE.- Sí, para muchos fue un momento de rebeldía, y habían coiffeur excepcionales, porque en aquella época nos cortaban el pelo, nos llevaban detenidos por el pelo y el pelo era un signo de rebeldía, claramente, aparte del movimiento del hippismo, en plenos 60, era una generación maravillosa, en ese sentido, porque realmente muy convulsiva, en muchos aspectos, por el hippismo, por Los Beatles, que fueron una revolución musical, de ese momento; por el Mayo Francés; por el Che Guevara, muerto, en Bolivia, que fue para muchos de nosotros una cosa choqueante, un Guevara Lych, devenido en héroe de la Revolución Cubana y peleando casi en soledad, en Bolivia, tratando de llevar una revolución allí. Todo eso hizo de la generación de los 60 una generación impresionante. Después se manifestó en más medida en la generación de los 70, porque la verdad nosotros crecimos con esa cultura, de los años 70. Yo me acuerdo el primer disco que me compré era un simple de Los Gatos y el tema central del disco… el disco era un disco dividido que tenía una canción de un lado y del otro y el tema se llamaba: “Sueña y corre” y decía: “Sueña, sueña y nunca dejes de soñar; sueña que hoy comienza una etapa nueva (…) Por eso hoy sueña y corre sin mirar atrás”. Eso era una máxima muy propia de ese tiempo.

PERIODISTA.- Un tiempo en el cual el Rock era lo más parecido a la Internet que existía, porque a través del rock a través de ese estímulo musical llegabas a todos lados, el rock te hacía leer determinados libros, te llevaba a ver determinado cine, te llevaba a acompañar determinada filosofía.

PRESIDENTE.- En verdad, en aquellos años no se llamaba rock, no era el rock nacional, el rock nacional hizo mucho ruido…

PERIODISTA.- Es muy 83…

PRESIDENTE.- Sabes qué, el rock nacional empieza a llamarse así cuando viene la Guerra de Malvinas y entonces tratan de recuperar a muchos roqueros que habían sido mandados al exilio por los militares, al exilio interno, o al exilio externo; después vino el Festival de Obras y ahí vuelven a aparecer Cantillo, Lito Nevia, y otros que estaban volviendo, y a partir de ahí se empieza a hablar de rock nacional. A partir de los años 60 la música la dividíamos de otro modo: estaba la música complaciente, la música comercial y la música progresiva; en verdad Los Gatos; Almendra; Manal, esa era una música progresiva, que luchaba contra lo culturamente impuesto, contra las pautas culturales, de ese momento, y planteaba el progresismo musical y también en Woodstock y todo eso iba acompañado también por la música protesta, que en aquella época así la llamábamos y que tenía muy buenos intérpretes y compositores en algunos músicos de afuera y también grandes exponentes, como Joan Báez y Bob Dyland. De ahí la locura por Bob Dyland, por sus poemas que eran maravillosos, también sus canciones, pero los poemas eran maravillosos y tienen mucho de protesta y es una generación que reacciona a un tiempo que no le gusta.

PERIODISTA.- Alberto vos decís que ese caudal cultural tuvo mucho que ver con, por lo menos, llevarte a poner en riesgo lo que podía ser una próspera carrera puramente de abogado y docente y meterte en la política.

PRESIDENTE.- Lo que pasa es que mi generación todo era política, en verdad todo lo que hacíamos y todo lo que vivíamos tenía que ver con la política, era un tiempo muy convulsionado, era el fin de la llamaba revolución argentina, la vuelta de Perón del exilio. Yo te diría que tengo un cóctel de todo eso, porque yo siempre fue muy pacifista, creo que eso tiene que ver con la lógica del hippismo. El hippismo asomó como una demanda de paz en el mundo, con la propuesta del amor libre, del respeto a la diversidad, del volver a la naturaleza y hubo muchos exponentes de esa lógica, inclusive se podría hablar de la influencia de Dylan; de la tradición de músicos americanos también, como Crosby Stills & Nash, que son todos músicos cuyas letras hablaban de eso. La llegada de Woodstock nos dejó a todos impactados y todo eso nos llevó a conocer, por ejemplo, a Walt Whitman, que también hizo de su poesía un canto a la humanidad, nos llevó a conocer al surrealismo y nos metimos con Paul Eluard y nos metimos con Artaud y todo eso fue en un contexto político, donde Perón representaba lo prohibido para una generación de jóvenes que vivía en una sociedad que era injusta y Perón era lo bueno y entonces nos acercamos a Perón, porque si queríamos cambiar este país. A Perón entonces no lo dejaban volver porque venía el cambio y debíamos acercarnos al peronismo. Ahora la pregunta que uno se hace es qué habrá pesado más en mi cabeza, y creo que todas estás cosas me hicieron pensar como pienso.

PERIODISTA.- Ahora estamos en pandemia, y estamos un poco limitados, pero vos que has viajado mucho también me imagino que alguna vez en el extranjero te deben haber hecho está pregunta acerca de qué es el peronismo, porque afuera les cuesta horrores entender, hubo un momento, en tu vida, en el cual sentiste un clic y dijiste: “ah, esto es el peronismo”.

PRESIDENTE.- Yo creo que por sobre todas las cosas el peronismo es la Argentina misma, yo creo que es eso lo que les cuesta entender a todos, el peronismo es un enorme movimiento social que emerge ante la necesidad de darle un lugar a un espacio muy grande, de la sociedad argentina, que son los que trabajan y de repente apareció alguien que dijo ojo que acá hay un grupo de gente que es muy importante, que hace mucho por la Argentina y que está descontento y entonces se produjo este proceso de inserción de los trabajadores en la sociedad y nos hizo diferentes, porque este darles protagonismo, empoderar a toda una parte de la sociedad, como no se empoderó en ninguna sociedad latinoamericana, ninguna sociedad latinoamericana vivió ese proceso, sólo la Argentina. Y nosotros llegamos al peronismo sin conocer a Perón, de hecho yo nací cuatro años después de su derrocamiento, crecí escuchando hablar de Perón y miramos a Perón como el que había hecho ese logro, el Perón que le dio protagonismo al trabajo, el que puso las paritarias, el que dio el aguinaldo, el que peleó las vacaciones, el que se ocupó de darle lugares para vacacionar a los que trabajan, el que cuidó a los que trabajan, al mismo tiempo el que fue capaz de desarrollar el proceso de industrialización, en la Argentina. Una Argentina, que en los años 60, todavía seguía soñando con ser el granero del mundo. Todo eso nos fue acercando a Perón, ahora el peronismo es eso básicamente, es en esencial el movimiento social que es capaz de generar transformación. De hecho a nosotros nos acusan de ser los culpables de la Argentina que padece, pero en realidad es que nosotros siempre hemos llegado a poner orden en el desorden que dejan los que nos acusan y es un hecho sistemático esto y en cada momento fue poniendo orden a su modo, en algunos momentos mejor, en algunos momentos peor, pero en esencia fue eso. Y otra cosa que tuvo el peronismo es que fue el gran dador de derechos, fue a la hora de reconocer derechos a otros el gobierno más progresista que recuerda la Argentina, es el gobierno de la Asignación Universal por Hijo, es el gobierno del matrimonio igualitaria, es el gobierno de los jóvenes, es impresionante la cantidad de derechos que se lograron. Yo creo que lo que termina haciendo el peronismo es una mejor sociedad, porque la mejor sociedad es la que otorga derechos. En el mundo el peronismo nace en un momento donde existía el totalitarismo fascista, el totalitarismo nazi, y también nace con un caudillo militar, y hacen sentir que el peronismo se parecía más a un régimen totalitario que a lo que en esencia fue siempre, que fue un gobierno civil, fue un producto de la democracia, los únicos que siempre llegamos al gobierno con el voto popular somos los peronistas, los otros se acomodaron a cada circunstancia. Pero nosotros no, nosotros siempre llegamos por el voto popular.

PERIODISTA.- ¿En qué circunstancias te acordás de Néstor en estos días?

PRESIDENTE.- Yo a Néstor lo tengo siempre presente, porque la verdad que yo viví una aventura con él, siempre digo lo mismo, viví una aventura con él, porque todo fue muy loco, Néstor un día le dijo a Eduardo Duhalde que había leído un artículo que yo había publicado en el diario Clarín, a Néstor le había gustado ese artículo, y Duhalde del dijo “es amigo mío”. El artículo hablaba, no me acuerdo cómo se titulaba, en esencia lo que decía, era la época del menemismo, de toda esa revolución conservadora, revolución entre comillas, había llegado cuando ya el conservadurismo estaba en decadencia en el mundo, el mundo irrumpe con toda esa lógica. Inmediatamente van a ver que abajo aparece una viborita en rojo, eso es correcto, porque la palabra desregular no existe, porque no hay ninguna sociedad sin reglas. Entonces a partir de allí desarrollaba toda una idea que planteaba que toda sociedad necesita regulaciones, para equilibrar las situaciones, porque siempre en toda sociedad hay sectores más poderosos, sectores más influyentes y sectores menos influyentes de menos poder. Lo que decía el artículo que leyó Néstor, lo he hablado al conocerlo, una noche fuimos a cenar a un restaurant que quedaba en Riobamba y Arenales, creo que existe, íbamos a comer siempre ahí, yo sentía que teníamos una comunión de ideas muy grande. Después pasó el tiempo, y el martes siguiente al día que yo fui electo legislador de la Ciudad de Buenos Aires me dijo que empezáramos a hacer algo nosotros, porque, sino, vamos a ser siempre el ala progresista de un partido conservador, así me dijo. Entonces me dice “tenemos que empezar a hacer algo nosotros, pero si vos no me ayudás yo no puedo hacer nada, porque estoy en Santa Cruz y yo necesito a alguien que en Buenos Aires esté todo el día trabajando en esa idea. Me acuerdo que le dije, estábamos desayunando en bar muy lindo que se llamaba Opera Prima, frente a la Plaza Vicente López, y le dije que bueno, a partir de este momento hay un legislador kirchnerista en la Ciudad de Buenos Aires. Cuando Néstor me habló aquel día todo era una locura, la Alianza era muy fuerte, el peronismo venía del menemismo y de la derrota, aspiracionalmente, gran parte, nosotros sentíamos que todo era muy difícil, sin embargo fuimos –también la coyuntura nos ayudó mucho, por cierto- pero fuimos construyendo la llegada al poder.
Alguna vez me preguntaron a no, cuando Néstor me toma el juramento y lo abrazo a Néstor, y yo le digo algo, y él me contesta, y me preguntaron qué nos dijimos. Cuando lo abracé le dije “viste, llegamos Néstor”, y cuando termina el abrazo me mira y me dice: “¿cómo llegamos?, recién vamos empezando, recién vamos a empezar, ¿cómo llegamos?”. He vivido mil momentos como ese, Néstor para mí es la aventura de poder construir en la política el acceso al poder, esa es una aventura extraordinaria, cuando además uno viene de la nada misma. Después Cristina gana con nosotros en el Gobierno, y ahora nosotros llegamos con una estructura más fuerte, porque hubo un gobierno de doce años, y un apoyo social muy grande, ya era distinto, pero con Néstor… ¿Querés que te cuenta una anécdota que te va a causar gracia?

PERIODISTA.- Por favor.

PRESIDENTE.- Me acuerdo que fuimos un día, Duhalde hace una reunión en San Vicente, en la quinta que era de Perón, entonces ahí nos reunimos con él, con Néstor, hubo un acto, pero al final del acto me dice, te pido por favor, andá a hablar con los muchachos, explícales un poco cuál es el plan, y fui a hablar, eran todos intendentes, los famosos varones del conurbano, como se les decía en aquel momento, y entonces yo les empecé a hablar de las bondades de Néstor, de cómo había sido su gobierno, de por qué tenemos que apoyarlo, de cuáles eran nuestros objetivos, y terminé de hablar, se había hecho una pieza política extraordinaria, había convencido a multitudes.
Eso demuestra como empezamos, no era un apellido fácil, era difícil de imponer en la gente. Esa es una aventura maravillosa que vivimos con Néstor, porque además yo tuve un privilegio único, que la verdad es que tuve, porque la verdad a Néstor lo quise entrañablemente, y durante todos sus días de presidente estuve en el despacho de al lado de él y nuestro trato era permanente, yo llegaba 8 menos 20 de la mañana, Néstor ya estaba en la oficina, y nos íbamos de ahí a las 10 de la noche a comer juntos. Fueron cuatro años y pico realmente que a mí me marcaron de por vida, indefectiblemente.

PERIODISTA.- Te pregunto las dos últimas porque merecés un buen descanso. Una de las cosas que los que miramos la política grande desde cierta distancia o desde el llano, uno se pregunta cómo hará alguien que está en determinado lugar, en el lugar que estaba Néstor, en el lugar que estás vos, en el lugar que ha estado y está Cristina, cómo hará alguien para distinguir en quién puede confiar. ¿La buena leche, en política, en la alta política, es un lujo que uno se puede dar?

PRESIDENTE.- Es una buena pregunta, porque hay una parte de la política que se basa en la confianza, y hay una parte de la política, hay muchos en la política que antes que la confianza promueven la especulación, y uno tiene que ir dándose cuenta dónde uno puede confiar. Y tiendo a confiar, quiero aclarar, yo tiendo a confiar, yo tiendo a creer que estamos todos en un mismo barco y que por lo tanto todos remamos para el mismo lado. Ahora: las mejores relaciones políticas son las que se fundan en las mejores relaciones humanas. A la hora de gobernar es mucho mejor convocar a aquellos en los que confiás como personas, que en aquellos en los que por ahí podés confiar técnicamente, porque la distancia que hay entre el compromiso a un proyecto y el compromiso a un resultado es muy distinta, porque empieza a prevalecer más lo individual que lo colectivo. Es una pregunta difícil la que me acabás de hacer, yo tiendo a confiar a la gente y tiendo a privilegiar los vínculos humanos, y tiendo a confiar en aquellos con los que siento que hay un compromiso personal, que no es un compromiso hacia Alberto Fernández, sino que es un compromiso a lo que Alberto Fernández representa, yo tiendo más a confiar en eso que a confiar en el saber de alguien que por ahí no tiene el mismo compromiso como colectivo.

PERIODISTA.- Y cuando te topás, como inevitablemente te topás con enorme frecuencia con la necedad, con la obcecación, con el poder ciego, ¿qué es lo que te ayuda a levantarte por las mañanas?

PRESIDENTE.- Eso lo hablo muchas veces con Cristina, ella está más atenta a esas cosas. En verdad lo que nosotros tenemos que tener en claro es lo que tenemos que hacer nosotros, porque la política supone, porque la política supone representación de intereses, y en una sociedad siempre hay conflictos de intereses, siempre hay alguien que representa al poderoso, siempre hay un poderoso y un débil, y la pregunta es a quién querés representar, a los intereses del débil o a los intereses del poderoso. Nosotros tenemos claro a quién representamos, nosotros en el peronismo nacimos para ser la voz de los que no tienen voz, para ser la voz de los que la sociedad deja al margen; nosotros nacimos para integrar, para meter adentro de la sociedad a los que hoy la sociedad expulsa. Para darles oportunidades a todos, fíjate el comentario que hice sobre la meritocracia el revuelo que se armó, y la verdad lo que dije fue de Perogrullo. Si no vas a recurrir al mérito démosles a todos la misma oportunidad, pero no hagamos correr una carrera entre alguien que ha tenido tiempo suficiente para entrenarse todo el día, y uno que le hago correr la carrera después de trabajar doce horas, porque no es una cuestión de mérito entonces, es una cuestión de la oportunidad que tuvo cada uno para lograr enfrentar esa carrera. A mí me parece que uno tiene que escuchar y advertir dónde se lo ataca, pero son los mismos de siempre, el peronismo lo sintetizó de un modo maravilloso, ayuda a entender eso, él dice “el día que nació el peronismo en ese mismo momento nació el antiperonismo”, por lo tanto mientras exista el peronismo va a existir el antiperonismo, por una cuestión cultural que tiene esta sociedad, de un sector de la sociedad que necesita, que no quieren identificarse con los sectores populares, que rechaza a que los sectores populares alcancen un mejor estándar de vida o mejores condiciones de desarrollo. Por lo tanto esos sectores an a estar siempre frente a nosotros, Perón fue candidato y hubo un cuarenta por ciento de gente que no lo votó, que lo enfrentó. Cristina, que sacó 56 por ciento de los votos también tuvo un 40 por ciento de gente que no la votó. Nosotros también tenemos un 40 por ciento de gente que nos votó en contra. Nosotros sabemos cómo reaccionan, sabemos los intereses contra los que estamos peleando, lo más importante es saber lo que tenemos que hacer nosotros, no estar tan preocupados por los otros. Entonces para mí todo es mucho más llevadero, porque finalmente la política no es hecha comunicacional, es un resultado. La gente tiene suspendido el aumento de tarifas y no lo comunican, y por qué lo van a comunicar si la gente lo ve que no aumentan sus tarifas, ¿qué querés que comunique, lo que ellos ven? Pero es que también están suspendidos los desalojos, los que tienen que ser desalojados y no desalojan, qué quieren que se comunique si ellos saben que no los pueden desalojar. Hay un enorme esfuerzo de esos sectores, desde siempre, por desprestigiarnos, por hacernos caer en caída libre, para decir que las empresas se van, que la Argentina no tiene futuro. Ahora están desesperados por el dólar, durante cuatro años tomaron deuda de un modo delirante y dejaron que esos dólares se fueran sin hacer nada, y ahora qué pretenden que hagamos. Nosotros somos un gobierno reparador del daño que otros causan, y entonces como estoy muy convencido de eso, estoy seguro de mí mismo, de lo que pienso, y de la fuerza que representamos, yo estoy bastante tranquilo con eso, es raro que me impaciente esas cosas.

PERIODISTA.- Porque desde el llano se siente muchas veces se siente distinto, con la cantidad de medios que tienen, con el manejo de las redes y todos los que circulamos por la calle aunque más no sea porque somos trabajadores esenciales, o los que estamos encerrados en nuestras casas porque no podemos hacer otra cosa en esta circunstancia, a veces la angustia es muy grande porque el humo que genera a uno lo hace sentir muy mal, muy inseguro, ya sé que lo acabás de decir pero necesito reafirmarlo o que me lo reafirmes de alguna manera, vos tenés claro que sobre vos está depositada la esperanza de millones de argentinos.

PRESIDENTE.- Lo sé, lo sé, y estoy encantado de que confíen en mí, porque estoy para trabajar para todos y cada uno de ustedes, estoy poniendo lo mejor de mí, y no yo solo, somos muchos. Esta es una fuerza política muy grande, no estamos solos, no es Alberto solo, somos millones, que lo que pasa es que tenemos un sentido de la vida distinto, nosotros somos gente que nos importa el otro; a nosotros nos duele el otro, lo que le pasa al otro, no es que nos intrascendente. Por eso no salimos a la calle, por eso tratamos de no contagiar y no contagiarnos, por eso pedimos quédense en sus casas y alivien la tarea de los médicos que ya están estresados por la pandemia. Tenemos un criterio de solidaridad enorme. Irónicamente todos esperaban que en los barrios más humildes la pandemia estallase, y no pasó, y los más humildes fueron los más solidarios, y fueron los que más se preservaron en condiciones de donde era mu y difícil preservarse. Lo que tenemos que estar nosotros es seguro de nosotros, seguros de nosotros, de lo que somos, de lo que representamos, de lo que debemos hacer, porque lo otro es renunciar a nuestras convicciones para comprar el silencio de los que no piensan como nosotros, y nosotros no llegamos para eso. Por mí que pidan lo que quieran, lo que yo no quiero es que aparezca un trabajador y me diga “te despreocupaste del trabajo”, que aparezca el dueño de una pyme y me diga “me abandonaste a la importación; que aparezca un empresario y me diga “me mataste por la falta de crédito”; que aparezca un jubilado y me diga “me mataste con mi jubilación por pagar la deuda”, eso es lo que no quiero que me pase. Por mí que escriban lo que quieran, que usen la tinta que tienen como les plazca, ese no es mi problema, mi problema es la gente, mi problema es que todos esos millones de argentinos que están esperando que su condición de vida mejore, cambie, que vuelvan a recuperar derechos que han perdido, eso es lo que me preocupa. A veces nosotros no lo medimos, el otro día mirábamos con Cristina la cantidad de cosas que hicimos por las pymes, son hojas y hojas de medidas que tomamos para garantizar el empleo, para garantizar que la pequeña y mediana empresa no se caiga en el medio de la pandemia.
Te cuento una anécdota, un día acá en Olivos estaba reunido con el Gabinete Económico Social, la pandemia recién empezaba y estábamos preocupados porque a todos les lleguen los recursos y la comida que les hiciera falta. Entonces alguien me dijo “mirá, tenemos un grupo de gente que no recibe asistencia económica”, son las dos categorías más bajas de los monotributistas, ¿cuánto son en total? Y me dicen: “nosotros calculamos que son 600 mil monotributistas, y debe haber dos millones de personas más”. Eso se convirtió en nueve millones de personas, ese es el IFE. Son nueve millones de personas que la Argentina como Estado no tenía registrada su existencia; nueve millones de personas es el veinte por ciento de la Argentina, ¿vos te das cuenta de lo que estamos hablando, del país en el que vivimos? Por mí que escriban lo que les plazca, mi problema es que esos veinte millones de argentinos el Estado los registre y les dé una solución de vida, les dé la oportunidad que les hace falta, que no les han dado, esa es mi preocupación, no es otra. Porque, sino, nosotros vivimos corriendo viendo cómo les contestamos a “pajarito sonriente”, que es un tipo en twitter que dice cualquier cosa, y nosotros sentimos que estamos siendo asediados, y no es razonable que nos pase eso, si ya sabemos cómo actúan, si ya lo hicieron, todos los días aparece la misma historia, resulta que la resulta que de repente empezamos a ir descubriendo poco a poco que las cosas que nos decían no eran, las campañas despiadadas que lanzaban contra gente y después nada se corroboraba; si ya sabemos cómo funcionan. Y eso la verdad que tampoco es fácil de evitar, porque los grandes medios hoy en día se han convertido prácticamente en una máquina…, esa es otra realidad, yo leía en La Nación con títulos catastróficos “Fernández mandó una ley al Congreso para sacarle más dinero a la Ciudad de Buenos Aires”, y lo único que estoy haciendo es ordenando lo que ellos hicieron mal. Es todo lo contrario, porque estoy convirtiendo en ley algo que se resolvió por decreto, que yo quisiera hago otro decreto y ahí sí le saco todo a la Ciudad de Buenos Aires, pero es la mala fe de informar de ese modo.

Lo que nosotros tenemos que entender, vos sabés que no estuve muy a favor de la ley de medios en su momento, porque me pareció que era un instrumento que no servía para lo que querían que sirva. Pero la ley de medios tuvo algo muy valioso, que propuso un debate en la sociedad argentina, y creo que ese debate se ganó. El debate es quién es quién detrás de cada medio, entonces el argentino que ve y escucha ya sabe quién le habla, ya sabe qué interés representa el que está escribiendo en ese diario y está hablando en esa radio, y ese debate se ha ganado, no nos confundamos, ese debate se ha ganado, y a ellos les duele que ese debate se haya ganado, porque ha quedado al descubierto la verdad. Cuando me plantean el otro día “usted va a declarar servicio público la telefonía celular”, y sí, y cómo no lo voy a hacer, “pero esto genera inseguridad jurídica”, ¿hay 45 millones de argentinos, 65 millones de celulares y ustedes entienden que esto no es un servicio público? ¿El 80 por ciento de los argentinos reciben televisión por cable y ustedes dicen que eso no es un servicio público? Estamos en el siglo XXI, la internet es la biblioteca de del siglo XXI, lo que fue la biblioteca del siglo XX, internet es en el siglo XXI, ¿y ustedes entienden que eso no es un servicio público? Yo sé que hago eso y viene toda la embestida, que me convierte en “Albertítere”, que Cristina me pega, me exige. Durante años se la pasaron escribiendo sobre el desastre que era la Justicia Federal, resulta que cuadro uno quiere cambiar la Justicia Federal y ordenarla, sin echar un solo juez, sin quitarle una causa a ningún juez, porque resulta uno entonces es un sátrapa que atenta contra la República, y supuestos republicanos defienden a jueces que movieron como piezas de ajedrez en el tablero sacándolo de un juzgado y poniéndolo donde a ellos les servían. Cuando uno escucha estas cosas, de lo que uno tiene que estar seguro es precisamente de lo que uno cree y de lo que uno representa y para qué llegamos. Si alguno pensó que votándonos a nosotros lo que íbamos a hacer es seguir promoviendo la especulación financiera; seguir endeudando a la Argentina; seguir condenando a la desidia a los jubilados; seguir cerrando pymes, 5 mil pymes se cerraron en cuatro años; seguir perdiendo puestos de trabajo; si pensaron que íbamos a hacer eso se equivocaron, nunca dijimos que íbamos a hacer eso, nunca. La única tranquilidad que tengo yo es que todo lo que dije en campaña es lo que estoy haciendo, nunca me escucharon a mí decir que Justicia Federal maravillosa que tenemos, nunca me escucharon decir eso, sí me escucharon decir la Justicia Federal es un desastre y hay que corregirla, y la Justicia Federal ha servido para que se manipulen a los jueces y para que esos jueces sean utilizados en perjuicio de la libertad de opositores, para la persecución de opositores, estoy muy cansado de decirlo, lo decía inclusive cuando estaba distanciado de Cristina. Entonces lo que yo estoy seguro es que nadie va a poder decirme que hice algo distinto a lo que dije en campaña, y vuelvo a repetir, lo que tenemos que estar todos nosotros convencidos es que si tanto nos pegan es porque estamos haciendo las cosas que dijimos que íbamos a hacer, y quién nos pega, esto también, porque si a mí me estuvieran castigando los trabajadores me sentiría muy mal, y seguramente estaría haciendo mal las cosas; si nos estuvieron castigando los empresarios pymes entonces estaría haciendo mal las cosas yo, seguramente; si me estuvieran aplaudiendo los bancos, estaría haciendo mal las cosas yo, definitivamente.

Tenemos que estar convencidos de nosotros y saber lo que tenemos que hacer nosotros, y saber que todos nosotros somos una fuerza social enorme capaz de movilizar una transformación real en la Argentina, por eso tenemos que estar más unidos que nunca, más seguros que nunca y más convencidos que nunca en lo que estamos haciendo. Tenemos que seguir remando en el medio de la pandemia, nos dejaron el barco lleno de agujeros que donde entraba agua por todos lados, y seguimos remando, y fuimos emparchando, y seguimos remando.

PERIODISTA.- Y encima había peste adentro del barco.

PRESIDENTE.- Exactamente, y seguimos. De verdad yo con mucho respeto por el macrismo, que eso es la oposición, porqué ahora parece que nadie es macrista, todos fueron macristas, eso es el macrismo; con todo respeto por el macrismo yo digo un poco de prudencia, por lo menos tener prudencia después del desastre que dejaron.

PERIODISTA.- Alberto Fernández, Presidente de la República Argentina, electo en primera vuelta por una notable diferencia, muchas gracias por tu generosidad, por el tiempo que nos has regalado un sábado ya a esta hora, no seremos una canción de Litto Nebbia, pero conservo la esperanza de que te hayamos hecho soñar un rato.

PRESIDENTE-. La pasé muy bien, y te agradezco por el tiempo que me has dedicado y la buena charla, me dejaste hablar mucho.