Diálogo entre el presidente Mauricio Macri y el escritor Mario Vargas Llosa en la cena anual de la Fundación Libertad

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DIÁLOGO ENTRE EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, MAURICIO MACRI, Y EL ESCRITOR MARIO VARGAS LLOSA, EN LA CENA ANUAL DE LA FUNDACIÓN LIBERTAD

MODERADOR.- Queremos darle una muy especial bienvenida a todos ustedes y por supuesto en particular al Presidente de la Nación, el ingeniero Mauricio Macri, muchas gracias Presidente por acompañarnos, al premio Nobel de Literatura y Presidente de la Fundación Internacional para la libertad, Mario Vargas Llosa, y también al Secretario General de la Organización de Estados Americanos, el doctor Luis Almagro. Es una noche muy importante para nosotros, acabamos de cumplir 31 años, 31 años en que nacimos en el interior en la ciudad de Rosario, luego nos expandimos por la Argentina y también por el mundo con la idea de difundir la cultura de la libertad; eso que parece tan sencillo, tan elemental pero que hay que defender cada día y tratar de consolidar cada día. Lo hemos visto en la Argentina cuando la Argentina descuidó esa lucha por la cultura de libertad, empezó a retroceder y lleva décadas de decadencia, y particularmente hemos vivido 12 años muy oscuros en la Argentina de los que estamos intentando salir. Queremos desde Fundación Libertad ayudar a que el país mire al futuro, queremos mirar para adelante, no queremos volver a esos atajos populistas que han hecho tanto daño, tampoco nos gusta mucho algunas soluciones que por ahí se mencionan que tienen que ver con reflotar algunas figuras que forman parte del pasado y que son parte del problema más que de la solución. Por eso nos entusiasman algunas cosas que están pasando en la Argentina, la inserción internacional que está logrando el país que tuvo un ejemplo extraordinario con la unión del G20, lo que está ocurriendo en materia de justicia, de seguridad, de lucha contra la corrupción, lo que está ocurriendo en transparentar todos los recursos públicos y en particular la obra pública, y otras tantas cosas. Y también esperamos por supuesto que en el futuro podamos hacer más todos los argentinos y el Gobierno en materia de reducción del gasto público, de los impuestos, del déficit fiscal, de apertura de la economía, de tantas cosas que nosotros como personas que adherimos a la filosofía de la libertad reclamamos y queremos. Es un gran placer entonces esta noche estar con ustedes y ahora le voy a dar la palabra a nuestro querido y admirado Mario Vargas Llosa, para que nos diga algo e inicie este diálogo con el presidente Macri. (APLAUSOS)

VARGAS LLOSA.- Pues estoy muy contento de tener este breve diálogo con el presidente Macri.

Voy a entrar de lleno en una problemática que yo creo muchos latinoamericanos, y es probable que gente que no es de América Latina, se plantea respecto a la Argentina, gentes que como yo recibieron alborozadas su llegada a la Presidencia, Argentina había pasado por un período de populismo terrible, con muchísimos problemas de toda índole, políticos, sociales, económicos, y todos celebramos pues que el pueblo argentino lo llevara a usted a la Presidencia.

Luego he tenido yo la oportunidad de charlar con usted, de conocer a sus colaboradores más cercanos, que me han impresionado mucho por su preparación, por su juventud, y también por la vecindad, cercanía de convicciones, todos ellos liberales, demócratas, idealistas, empeñados en trabajar por sacar a la Argentina del pozo en el que el populismo la había llevado.

Y aquí viene mi pregunta: ¿por qué Argentina sigue con problemas tan enormes? ¿Qué es lo que pasa? El país tiene recursos gigantescos; el país es uno de los países mejor formados, que tiene una sociedad más avanzada, más educada; hay una clase política que lo rodea a usted que es de muy alto nivel y que sabe perfectamente qué es lo que hay que hacer. Eso mismo vale para el propio Presidente, usted sabe qué es lo que anda mal, sabe cuáles son las maneras de resolver esos problemas, ¿por qué Argentina sigue con tantos problemas?

PRESIDENTE.- Buenas noches, buenas noches a todos, qué buen punto de partida Mario. (RISAS Y APLAUSOS)

Yo diría que el cambio que hemos emprendido los argentinos es algo muy profundo, porque trata de corregir que algunos dicen que sucede hace treinta años, cincuenta, setenta años, si uno compara el crecimiento de la Argentina con otros países de la región o el mundo, es ese período más o menos el que marca un estancamiento del país.

Y en esos años todos tuvimos una fascinación por las soluciones mágicas, por los atajos, por creer que nosotros podíamos escribir un libro distinto y que éramos distintos, todos somos distintos, cada uno es único, pero que éramos distintos en el sentido de que podíamos pasar hasta por arriba de la ley de la gravedad, y podíamos hacer cosas sistemáticamente incorrectas que no iban a tener consecuencias. Y así fuimos generando y acumulando durante muchos años más pobreza, más exclusión, pero siempre buscando nuevamente salir de ese lugar con otra propuesta mágica, ¿no?, con otra herramienta que no fuese la de construir instituciones sanas, una calidad democrática, una buena vinculación con el mundo, invertir en infraestructura para un que enorme país esté conectado y genere oportunidades federales y no todo concentrado en esta bellísima ciudad que es la Ciudad de Buenos Aires, cuando tenemos realmente potencialidades y posibilidades en todo el territorio.

Entonces claramente, hace tres años y medio la Argentina produjo un cambio que sorprendió al mundo, cuando parecía que iba a consolidar el camino del populismo, que iba a ser finalmente entrar en una fase ya mucho más de degradación y destrucción, como lo que vemos en Venezuela, la Argentina giró y votó un cambio. Pero un cambio también que necesitaba más debate, un cambio que era más intuitivo, un cambio más político, un cambio a favor de las libertades, pero sin terminar de tener claro cuál era la realidad de nuestra situación económica, porque el populismo se había un minuto antes de que se acabe la fiesta, entonces no se había visto el caos final del apagón total como tiene Venezuela, teníamos cinco veces más cortes de luz que los que teníamos quince, veinte años antes, pero no habíamos llegado al punto final.

Entonces lo que vino después fue un profundo cambio en la forma de ejercer el poder, porque nuestro Gobierno introdujo realmente una verdadera libertad, libertad de prensa, libertad de opinión, hoy todos los señores aquí presentes opinan diariamente sobre la realidad, críticamente o no críticamente, y no hay nadie en el Gobierno que los llame, los persiga, no se persigue a ningún periodista, realmente creemos en eso, somos realmente liberales en el sentido amplio de la palabra, porque creemos que realmente la crítica es parte de un sistema democrático.

También volvimos a poner las instituciones en valor, ¿no?, hoy tenemos un Banco Central independiente, que no emite más moneda para financiar el déficit fiscal; tenemos todas las estadísticas que se necesitan para gobernar, y que necesita la población, no solo las económicas y sociales con el INDEC, las de criminalidad, las de educación, nos sometimos a todas las evaluaciones para ver dónde estamos y así poder mejorar. Y empezamos a construir la infraestructura que necesita un país de nuestro tamaño, estamos construyendo en este momento más rutas y autopistas que en los últimos sesenta y cinco años; aeropuertos como nunca antes, porque es un país que necesita que la gente se pueda conectar por aviones; puertos, energía, cloacas, agua potable: realmente hemos puesto un eje fuerte en esto. Y después, por supuesto, creemos que todos, y especialmente los jóvenes de este país, quieren ser parte del mundo, hoy es un mundo globalizado y el aislamiento nos llevó a más pobreza y más exclusión, con lo cual hoy ya tenemos vínculos maravillosos con casi todo el mundo, el G20 fue un éxito absoluto, y las sucesivas visitas de todos los que han venido al país -como lo está haciendo ahora el Rey de España en este momento- han sido un enorme apoyo.

Pero también había que avanzar en el equilibrio macro-económico, y ahí es donde hubo más debate, mucha más confrontación a la hora de aprobar las reformas de fondo que se necesitan hacer en el país. Y por supuesto con la crisis, con la pérdida del crédito el año pasado, que el mundo giró, se acabó la financiación en cantidad para los mercados emergentes, Argentina era el principal demandante de esa financiación, pasamos a tener que acelerar en la crisis estas reformas estructurales. Y ahí hubo más apertura de la política de empezar a reformar, llegamos a un equilibrio fiscal primario, es un avance, todavía en un presupuesto lleno de conflictos, lleno de problemas con los impuestos, pero fue un avance, y estamos yendo ahora a un camino duro, porque estamos viviendo un momento muy duro en la Argentina, Mario, un momento en el que hay ajustarse el cinturón, que a mucha gente le cuesta llegar a fin de mes, y lo sabemos, pero es un camino de construcción, el mismo que recorrió España hace muchos años atrás y ha tenido resultados tan buenos, Colombia, Chile, Perú, uno recorre el continente, un camino en el cual recuperar algo central a partir del equilibrio fiscal y un presupuesto sano, que es la moneda, salir de la inflación, que es lo que más ocasiona y trae pobreza y exclusión, tener moneda para tener crédito, y el con crédito desarrollar la actividad de la gente, la pyme, las mediana, la gran empresa, y volver a tener movilidad social ascendente, porque insisto, tenemos un principio de reglas de juego que permite que a partir del trabajo uno pueda progresar, y no más esta cosa del atajo sistemático, de la solución mágica mesiánica, que no funciona, la verdad que no funcionó, durante setenta años probamos ese tipo de soluciones y no nos funcionó.

Y ahora, con mucho esfuerzo, estamos en un camino que yo estoy convencido, más allá de todas las dudas que hay hoy, porque aparte de hoy estar saliendo de este golpe que nos dimos el año pasado, lentamente en la recuperación económica, ahora el campo nos va a dar un empujón por una gran cosecha que ha tenido, también está la duda ahora de la incertidumbre electoral, ¿no?, qué va a pasar, ¿Argentina va a volver para atrás? ¿Argentina va a desandar una vez más los compromisos que ha asumido? Yo digo no, los argentinos aprendimos con dolor, con bronca, con esfuerzo, pero vamos a reafirmar el camino que hemos tomado, que es el camino del trabajo, del diálogo, de creer en que hombro a hombro entre argentinos y con el mundo vamos a construir oportunidades a partir de las múltiples potencialidades que tiene el país.

Hoy debemos tener más proyectos que nunca, tal vez los recorramos en una siguiente pregunta, pero estamos llenos de oportunidades, en cada provincia hay una actividad incipiente pero que necesita estabilidad macroeconómica, que necesita crédito para desarrollarse, ya pyme con tasa del 70 por ciento no puede crecer; por eso hay que bajar las incertidumbres. Y hoy en el camino de bajar las incertidumbres hay una elección a recorrer, hay una contienda electoral muy dura, porque todavía hay un núcleo en la Argentina que está convencido que hay una posibilidad sin trabajar, que hay una posibilidad sin realmente respetar las mínimas leyes de convivencia, ese debate cruza este momento económico. Pero yo igual, insisto, creo que lentamente estamos saliendo de la situación en donde estábamos, y la campaña y el trascurso de la elección va a reafirmar que los argentinos no vamos a volver atrás. (APLAUSOS)

VARGAS LLOSA.- Yo creo que nadie puede poner en duda que las libertades han aumentado, han crecido de una manera evidente y flagrante con su subida a la presidencia, que hoy en día hay muchísima más libertad de prensa, libertad de crítica, sin ninguna duda; que la política internacional de la Argentina está basada en sólidos principios democráticos. Pero déjeme hacer de abogado del diablo: yo estuve hace poco en ARCO, que es una gran feria de arte que hay en Madrid, con un periodista argentino, y el periodista argentino me dijo lo siguiente: “yo he votado por Macri y voy a votar por Macri en las siguientes elecciones, pero él se ha equivocado garrafalmente en su política económica, y la equivocación tiene un nombre, el “gradualismo, él pensó que no se podía pedir al pueblo argentino sacrificios mayores y entonces incurrió en el gravísimo de decir “vamos a ir gradualmente reduciendo el gasto público, combatiendo la inflación”; me dijo: “eso es lo que estamos pagando hoy en día, él debió hacer un sinceramiento de la economía, por más dramático que eso fuera, el pueblo argentino lo iba a entender, el pueblo argentino había votado por él, quería salir del pozo ese en el que el kirchnerismo lo había hundido, y sin embargo el Presidente por una conmiseración equivocada decidió el gradualismo, el gradualismo es lo que nos ha llevado a la situación critica en la que nos encontramos”. ¿Qué dice usted a esa…?

PRESIDENTE.- Yo te voy a decir que muchos acá piensan lo mismo. (RISAS Y APLAUSOS)

VARGAS LLOSA.- ¿Pero lo importante es qué piensa usted al respecto?

PRESIDENTE.- Yo te voy a decir con absoluta sinceridad, como siempre lo hago, qué es lo que pienso. Pienso lo que dije al principio, independientemente que igual no creo que los errores que uno pueda aceptar son el tema del gradualismo, que se explica en lo que dije antes: no había una consciencia del nivel de gravedad de lo que sucedía en la Argentina, no había, era imposible de explicar, la profundidad de haberse quedado sin energía, la profundidad de estar aislados del mundo, de tener un cepo, de no tener estadísticas, estábamos a ciegas, de tener DJAI´s para Importar cualquier cosa, era toda una telaraña de una complejidad absoluta que diría que necesitamos bastante tiempo para empezar a tomar control de la situación. Pero igualmente sí acepto que tal vez perdimos un año en términos fiscales, que no arrancamos de entrada con un sesgo mucho más a reducir el gasto público, y que también en la necesidad de buscar energía emprendedora, de recuperación de una Argentina muy pero muy golpeada durante doce años, muy castigada, pusimos un énfasis y un optimismo y nos comprometimos a metas que claramente no estaban en la capacidad de ser cumplidas, nos metimos a metas de inflación que no coincidían con 7 puntos de déficit fiscal primario, una locura, pusimos metas que no se podían en ese momento haber cumplido, y eso nos llevó a una sobre exigencia y exceso de compromisos que en las ganas de las cosas salgan no iban acorde a lo que habíamos dicho, y eso nos generó un ruido muy grande.

Pero en el fondo, insisto, el gradualismo también explica un Gobierno que llega y que está gobernando los cuatro años por primera vez tal vez en décadas, casi un siglo, en minoría, entonces en reformas estructurales de las que estamos hablando hay que llegar a consensos, y ese consenso lo alcanzamos en algunas cosas, pero no en todas las que necesitaba la Argentina para salir de ese estado de vulnerabilidad que tenía, y de dependencia del crédito mundial, que cuando lo perdimos vimos las consecuencias de lo que hemos pagado estos meses y cómo hemos retrocedido económicamente lo que habíamos avanzado; no retrocedimos en lo que ganamos en calidad democrática, en instituciones, en infraestructura, en relación con el mundo, pero sí, claramente, habíamos reducido la pobreza varios puntos y ahora hemos vuelto al mismo lugar de partida porque esto nos provocó un fuerte desequilibrio.

Pero hoy creo honestamente que lo que estamos haciendo ya es una reforma mucho más estructural en lo económico, pareja con las reformas que hicimos en lo institucional, en las relaciones exteriores y en la infraestructura, y ahora lo que hay que hacer es persistir, hay que persistir en este camino y creer en que podemos seguir mejorando la infraestructura, seguir mejorando la conectividad, seguir abriendo mercados, seguir mejorando la educación. Acabamos de hacer la segunda evaluación de las pruebas APRENDER y en dos años vimos algo que a mí me llenó de alegría porque no sabía, es fácil, al menos para mí, que vengo de la ingeniería, licitar en forma transparente y construir una ruta, pero lograr que un sistema multitudinario que es lo que forma un sistema de Educación Pública gire a una nueva capacitación y a mejorar los resultados de la lengua y lo logre en dos años, resultados increíbles que bajaron a la mitad los chicos que están en rendimientos totalmente insuficientes, y llevaron a ocho de cada diez a que sí llegan a los estándares deseados en comprensión de textos, para mí fue una alegría demostrar que los argentinos podemos, que los argentinos realmente cuando nos proponemos trabajar en conjunto en hacer las cosas bien, hablo de decenas de miles de docentes capacitados como corresponde, produjeron un giro fenomenal a pesar de los sindicatos, porque así como en todas partes acá los sindicatos de la Educación colaboran poco, siempre están en el conflicto y no quieren ni evaluarse, ni capacitarse, pero sí los docentes, por suerte los docentes sí y la verdad que el resultado está.

Entonces digo: han sucedido muchas cosas estos tres años y medio en la Argentina, muchas cosas positivas que hacen a la calidad de largo plazo de una sociedad distinta, lo que hemos avanzado en el combate del narcotráfico, lo que hemos avanzado en el combate del crimen organizado en general, trabajando con todos los gobernadores del país, con el mundo entero, son todas cosas que ya están funcionando, están funcionando mejor; los puertos, los aeropuertos, la conectividad.

Ahora: claramente necesitamos consolidar que un país necesita equilibrios macroeconómicos, necesita vivir con sus recursos, no vivir de prestado ni gastar más de lo que tiene, y la Argentina hace setenta años, Mario, que hacia eso, y siempre el que llegaba decía “yo esto lo arreglo creciendo no se preocupen, no hagan nada, invento un cepo, un corralito, un bono que te enchufo de prepo”, ¿y dónde fuimos? Más para atrás y más para atrás, y cada vuelta caímos más y más.

Esta vez estamos haciendo el camino duro pero el camino sólido, el camino que te lleva a ese lugar donde no creemos más en la solución mágica. A mí me encantaría, vengo del fútbol, en el fútbol hay siempre alguna posibilidad de que aparezca el goleador, el jugador que te salve, ¿no?, yo me acuerdo que cuando perdimos -el señor es fanático de Boca- la final con Estudiantes de la Plata, dije “¿qué hacemos, qué hacemos?”, “lo vamos a traer a Riquelme de vuelta”, llamé al Villareal, estaba en conflicto Riquelme, pagamos una fortuna, que a mí me decían que era “el cartonero Báez”, un miserable, pagué una fortuna, me dije “hay que jugar esta apuesta”. Lo trajimos, ganamos la Copa Libertadores y fue una cosa maravillosa. Pero esto es más complejo que el fútbol, no hay “Riquelmes” que te salven, ojalá hubiese un Riquelme que viene y hace magia y te resuelve todos los problemas que corresponden a millones de personas comprometidas todos los días en trabajar, en respetar al vecino, en respetar la ley, en respetar las libertades, ¡así se construye un país!

VARGAS LLOSA.- Dígame una cosa Presidente, si usted gana las elecciones, ¿va a cambiar su política en algo fundamental o va a continuar exactamente cómo hasta ahora?

PRESIDENTE.- Voy a tratar de ir en la misma dirección que estamos lo más rápido posible, ¿está bien? (APLAUSOS)

VARGAS LLOSA.- Bueno, mire yo creo que la política argentina en lo que se refiere a la política internacional, desde que usted subió a la presidencia ha cobrado pues un orientación muchísimo más democrática, una voluntad de extender la democracia por todo el continente. Sin embargo todavía tenemos en América Latina un caso que es particularmente dramático, yo creo que sin precedentes en la historia de América latina pese a haber padecido tantas dictaduras, que es el caso de Venezuela. ¿Ve usted una salida más o menos inmediata? ¿Es un caso sin remedio? Ha habido una movilización internacional muy importante y sin embargo creo que tenemos que tener que reconocer que no ha tenido éxito, que ahí está la dictadura a pesar del que el país se está deshaciendo poco a poco, ahí está Maduro, ahí está la pandilla de militares que lo apoya, la presencia de Cuba, ahora la presencia de Rusia. ¿Ve usted una posibilidad más o menos próxima de que se resuelva ese problema o hay que reconocer que este problema no tiene solución?

PRESIDENTE.- Está muy difícil, muy difícil, ayer lo hablaba con el Rey de España, que lo conocí a Chávez porque me lo sentaron de prepo en un almuerzo de Mirtha Legrand en mi primer cierre de campaña como candidato a Jefe de Gobierno y ya ahí en la mesa me peleé, y él dijo “yo no me puedo andar peleando con un candidato a Jefe de Gobierno, soy primer Mandatario”. Ya ahí me parecía increíble que todo el mundo no se diese cuenta de lo que estaba pasando en Venezuela ya con Chávez, pero claro el petróleo a ciento y pico de dólares era Papá Noel, repartía por todos lados y a todo el mundo le parecía genial. Con lo cual ya de esa época yo empecé a gritar diciendo “cuidado, eso que está sucediendo ahí no tiene que ver con la democracia, no tiene que ver con el respeto a los derechos humanos”. Y de ahí se fue degradando y degradando, y con Maduro y ya el petróleo a los valores que tenemos actualmente no dio para semejante fiesta y puesta en escena, y lo que vive hoy en Venezuela es increíble, y es mentira que no se puede estar peor. Mario, ¿hace cuánto estamos hablando de esto? Siempre se puede estar peor, ya ahora la gente está en apagones, se muere porque no tienen ni diálisis en un hospital porque no hay energía, no hay insumos, no hay comida, cruzan 5 mil personas por día a Colombia en este momento, 5 mil personas por día; va a terminar en una crisis humanitaria también en Colombia. Y la verdad que hubo un pico hace un mes de presión que sentíamos que iba a pasar algo y el tiempo corre a favor de Maduro de vuelta, y el Ejército corrompido que lo rodea. Así que la verdad que no sé, no soy optimista, no soy optimista, me duele en el alma. Me alegro haber podido como Presidente recibir ya 180 mil venezolanos que han venido para acá, abriéndoles las puertas para que toda la gente de trabajo, gente está con pleno empleo prácticamente, porque tienen una muy buena actitud hacia el trabajo. Así que espero que algo pase, que algo pase, que alguna parte del Ejército venezolano reaccione y se subleve a esa cúpula tan corrompida que tiene el Ejército en ese momento y produzca un cambio, porque en el corto plazo así no lo veo, no lo veo.

VARGAS LLOSA.- Le voy a hacer una última pregunta y le voy a pedir que salgamos de Argentina, incluso de América Latina. En un momento dado, luego de la caída del muro de Berlín, de la desintegración de la Unión Soviética, la conversión de China de un país comunista a un país capitalista autoritario, dictatorial, hubo un gran optimismo en el mundo. Un sociólogo norteamericano llegó a decir que había terminado la historia, que el mundo iba a optar finalmente por la democracia, por una economía de mercado y que las grandes contradicciones y los grandes conflictos iban a desaparecer y el mundo iba a entrar en un período de armonía universal. Hoy día a pesar de haber pasado tan pocos años de eso, nos parecen las teorías semejantes de un optimismo realmente fantástico porque el mundo parece ir muy mal; Europa está con unos problemas terribles; Rusia interviene de una manera cada vez más agresiva en los asuntos fuera de sus fronteras y llega a tener un pie importante por ejemplo en el Medio Oriente, que antes no tenía; la conversión de China en un país capitalista no ha significado una apertura política, todo lo contrario, cada vez hay una rigidez y un endurecimiento mayor y una persecución más severa de toda forma de disidencia ¿Qué significa todo esto? Es decir: ¿debemos caer en un pesimismo y aceptar que hay una especie de maldición sobre la humanidad y que va a seguir perseverando en los errores? ¿O hay todavía espacio para el optimismo y la cultura de la libertad, la cultura democrática, que es la que ha traído progreso económico, que ha traído la civilización, es decir, que ha permitido que los derechos humanos existan en buena parte de la tierra? ¿Tienen todavía una oportunidad? ¿Qué piensa usted al respecto?

PRESIDENTE.- Estamos viviendo una época vertiginosa, yo diría que la dictadura de estos aparatitos. Hace muchos años un filósofo argentino me dijo que el mundo va a una situación casi descontrolada, especialmente para las democracias y le digo, ¿por qué? Porque con la revolución de la tecnología mezclada con la revolución de las comunicaciones, una persona va a recibir en treinta días más información que un ciudadano en toda una vida treinta años atrás; esa cantidad de información va a ser rica a todas las personas en información y millonarias en expectativas, y esas expectativas van a ser inabordables, y mucho más para los sistemas democráticos donde todo el mundo va a querer debatir y sentirse empoderado y va a irse cada vez más hacia una no delegación de poder. Y es lo que estamos viviendo, hoy las democracias tienen un desafío mucho más grandes que lo que han tenido nunca en la historia, porque en pocas horas se juntan opiniones alrededor de temas, y se debaten, y en ese híper-protagonismo cuesta mucho más llegar a consensos, pero es el desafío de lo que vivimos.

A la misma vez que el mundo igual crece porque se ve que cada vez prescinde más de la política, y la tecnología genera oportunidades que nadie imaginó, y ahora estamos entrando en la etapa de inteligencia artificial que hay teorías de que remplaza el trabajo de las personas y otras que genera mucho más trabajos, y ahí también están las dos opiniones divididas. Pero creo que es un fenómeno que no podemos parar, que no podemos parar, que tenemos que administrar, que tenemos que entender que tenemos que debatir y acordar. La Argentina es un lugar donde hay mucho debate, mucho debate, hoy hay una riqueza en el intercambio y hay momentos en que tenemos éxito, hicimos una Mesa de Competitividad, hemos hecho ya cincuenta y cinco mesas, que nunca se habían hecho en la Argentina, yo me siento personalmente, hoy estuve una dos horas con “Guillo” Dietrich y algunos más por el tema logística y hemos tenido éxitos, como en Vaca Muerta que es este famoso tesoro que teníamos, sub-explotado, y hoy está en funcionamiento, crece y nos va a dar energía para nosotros, para Chile, para Uruguay, para el sur de Brasil, para el mundo entero, y lo hicimos acordando, debatiendo, escuchándonos. Pero ese es el desafío, el mundo necesita recuperar mucha más capacidad de escucha y tratar de encontrar caminos comunes, porque insisto, el nivel de híper-comunicación que tenemos hoy también espero que haya un aprendizaje en algún momento en los mercados, cómo se mueven los mercados hoy, ¿cuándo íbamos a pensar que el Euro iba a perder un 1 por ciento en un día y de paso, como nosotros estamos siempre ahí, nos agarra a nosotros para un lado y cuando sube nos agarra para el otro, esto que pasa en los mercados también es por exceso de información, toda esta volatilidad. Es el desafío en que vivimos.

Lo bueno es que igual todos los años se reduce la pobreza, todo los años hay más gente que accede a tener agua potable, a tener cloacas, también nosotros acá lo hemos logrado. O sea hay una mejora del bienestar general, pasa que al tener más información también se focaliza en lo que nos falta, en esta búsqueda de la supervivencia de los medios de comunicación, también jaqueados por este tema de que cada uno es un emisor de noticias, tienen que marcar todo el tiempo lo negativo, porque están en una lucha por la supervivencia, por la tensión, que es lo que te hace generar la supervivencia. Entonces todo ese fenómeno hace que a veces uno sienta que la agenda diaria de la noticia es como muy negativa, entonces decís “el mundo está yendo para atrás”, no, el mundo evoluciona, todo el tiempo evoluciona. La gente claramente estamos todos preparándonos para vivir muchos más años,   y no sabemos qué hacer, cómo administrar todos esos años y no molestar en este tema de hacer cosas, dejarles espacio a los que vienen de atrás también. El mundo evoluciona en una forma más caótica, es difícil ordenar un mensaje, es difícil llevar un mensaje, es difícil que todos, aún aquí los aquí presentes que son más informados, yo los he llamado el Círculo Rojo, que también es difícil llegar un mensaje, porque es tanta la cantidad de información.

Un amigo -para terminar- me decía preocupado, una persona grande, me decía “qué buen discurso el del 1° de marzo, la verdad fue emblemático, nos emocionaste, pero antes, hace unos años, el discurso de apertura del Presidente era un tema de análisis y debate durante dos o tres semanas, ahora no dura ni 48 horas, me dice”. Así no se puede, el Presidente no puede hacer discursos de apertura todos los días, pero es el mundo que estamos viviendo. Entonces yo digo: primero recordemos la esencial, apostemos al amor, que es lo más importante que tenemos todos, a los afectos, y después a realmente encontrar lugar donde desarrollar nuestras capacidades, nuestro talento, hoy tenemos acceso infinito al conocimiento, que es una oportunidad única también, cualquiera a distancia puede aprender lo que se le ocurra, pueden pasar cosas maravillosas y la Argentina, lo milagroso de nuestro país, es que aún hoy después de todas estas décadas de persistir y encapricharnos en llevar a cabo políticas equivocadas, cuando uno analiza el campo argentino, lo que ha hecho después de esta sequía, la energía, la minería, el turismo, los servicios con valor agregado, la industria: seguimos teniendo millones de oportunidades, las seguimos teniendo ahí, depende de todos nosotros, de que lo decidamos a hacer, de que decidamos respetar al que tengo al lado, es un milagro. Entonces yo creo que lejos de tener miedo a este mundo caótico decir: “nosotros queremos estar dentro del mundo y queremos hacer nuestro aporte y lo vamos a hacer”. (APLAUSOS)

VARGAS LLOSA.- Gracias, muchas gracias Presidente.

MODERADOR.- Gracias presidente Macri, por cierto usted hablo de que la edad se extiende, Mario Vargas Llosa va a cumplir 83 años pasado mañana en Córdoba.

PRESIDENTE.- No, mañana, ah ya se queda un día más.

MODERADOR.- Y fíjense ustedes, seguramente lo va a hacer en paz, querido, respetado y saludado por los argentinos. En el año 2008 en Rosario el micro en que viajaba, en otra época, casi fue incendiado por unos forajidos, así que algo está cambiando en la Argentina. Vamos a continuar con la cena y luego el diálogo con el secretario Almagro, pero ahora el Presidente y la primera dama se tienen que retirar, así que lo vamos a despedir con un gran aplauso. (APLAUSOS)