Acto de celebración del 199° Aniv. de la Declaración de la Independencia, desde San Miguel de Tucumán: Palabras de la Presidenta

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09-07-2015

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE CELEBRACIÓN DEL 199° ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA CELEBRADO EN LA PROVINCIA DE TUCUMÁN

Señor Gobernador de la provincia de Tucumán; tucumanos y tucumanas; compatriotas: hoy, compatriotas, en este 199° aniversario de la declaración de nuestra independencia, apenas faltan 365 días para el bicentenario, pero no puedo olvidar que en este mismo lugar, junto a ustedes, con un día mucho más frío, nevaba casi, hace exactamente 8 años en este mismo lugar, un día que nevaba, un día de intenso frío, me aprestaba para tomar la posta de quien fuera mi compañero de vida y el presidente de la Argentina que puso a su país de pie, con orgullo y dignidad.

Debo confesarles que en aquellos momentos uno siempre piensa si será capaz, si tendrá la misma valentía, el mismo coraje, la misma inteligencia que él había tenido para enfrentar los dilemas y los problemas más profundos que venía atravesando la patria desde mucho tiempo.

Y cuando me tocó asumir como Presidenta, allá por el 10 de diciembre de 2007 en un primer mandato plagado de problemas y también, por qué no decirlo, de cosas que vivimos los argentinos, que no fueron buenas para todos. Tuve también otro momento de tomar otra posta, porque la posta que había tomado el 10 de diciembre de 2007, era la posta institucional, la de ocupar el sillón de Presidente de la República, pero el 27 de octubre del Bicentenario, tuve que tomar otra posta más difícil, más compleja, porque cuando uno ha tenido la suerte, la inmensa suerte, que no todos tienen de compartir junto al compañero de vida la militancia, las ideas, las convicciones, las responsabilidades y todo lo que hay que aguantar cuando uno es militante de la causa nacional, popular y democrática, ahí, en ese momento, uno siente que la posta pesa más que mayores responsabilidades.

Por eso, redoblé los esfuerzos porque ya no se trataba solamente, y tal vez parezca egoísta pero yo lo sentí así, de la responsabilidad frente a los 40 millones de argentinos, sino que yo sentí en mi interior también, una responsabilidad que me va a acompañar por vida y que es honrar la memoria de todo lo que él entregó e hizo por su patria.

Él podía plantarse frente a los argentinos como lo hacía y también frente a los poderes de afuera, frente a los argentinos para rendir cuenta de lo que había hecho: sacar a la Argentina del infierno, enfrentar el problema de la deuda externa como nunca nadie lo había hecho en toda la historia.

Hoy, compatriotas, podemos venir con la cabeza en alto acá a Tucumán, en nombre de este proyecto a hablar de independencia en serio. Hoy, frente a todos los tucumanos y tucumanas y frente al resto de nuestros compatriotas, podemos decirles que este proyecto le ha dado independencia al país y ha honrado el legado de los que tanto lucharon. Y miren, siempre han intentado minimizar o decir que tendríamos que haber hecho otra cosa.

Ahí está el ejemplo de lo que está pasando en algún país hermano cuna de la civilización occidental. En ese espejo, podemos vernos reflejados los argentinos de lo que hubiera pasado si en lugar de elaborar un proyecto que hiciera de la reindustrialización, de la generación de los puestos de trabajo, de la inclusión social, de la soberanía y de la lucha por la igualdad, estaríamos igual que esos otros países. Que no nos vengan a contar cosas extrañas, porque las hemos vivido.

Y esto es construir independencia, porque les aseguro que este siglo XXI se va a debatir fundamentalmente en la recuperación de la soberanía de los pueblos y de los estados, porque ha habido y todavía va a haber muchos intentos en la región también de volver a políticas neoliberales en donde el Estado desaparezca para permitir que otros hagan sus negocios.

¿Y saben qué? Podemos decirles a los hombres y mujeres de negocios que no está mal. ¿Saben qué podemos decirles? Que nosotros, en estos 12 años, hemos logrado una reconstrucción económica y social que ha permitido a nuestros empresarios nacionales, a nuestros comerciantes ganar como nunca lo habían hecho en las últimas décadas.

Este es un proyecto de inclusión en serio. No hay inclusión selectiva. No se incluye únicamente a los pobres y a los vulnerables. Esos son los gobiernos neoliberales que tiran limosnas. Un proyecto de inclusión, es un proyecto de inclusión para los 40 millones de argentinos, para los empresarios, para los comerciantes, para los científicos, para los docentes, para los trabajadores, para las amas de casa que han logrado su jubilación, para los que han tenido y adquirido derechos igualitarios, porque también la inclusión y la independencia suponen la conquista de igualdad que es la gran lucha.

¡Qué les voy a hablar de igualdad acá al Norte Argentino si toda la vida los han tratado como argentinos de segunda! Fue nuestro proyecto el que vino a reparar la deuda histórica del Gran Norte Argentino con obras de infraestructura, con escuelas, con hospitales pero fundamentalmente con generación de puestos de trabajo, con programas sociales para los sectores más vulnerables.

Esta es la verdadera construcción de una autonomía, soberanía e independencia. Con gente que no tiene trabajo, con gente que gana sueldos de hambre, con pequeños grupos que se enriquecen a costillas de todos, con una empresa nacional destruida y sin capacidad de generar científicos, trabajadores, investigación y desarrollo, no hay soberanía.

Por eso, hoy cuando leía…en un solo diario leí que recordaban a Belgrano y el rol que había tenido…siempre Manuel Belgrano, no es que sea mi preferido al cohete, es mi preferido porque ¡Dios mío!, puso hasta lo que no tenía por lograr la libertad y la independencia de este suelo.

Hoy un diario recordaba la frase y más que la frase la presión que metió Belgrano sobre este congreso de la Casita de Tucumán, porque hay que contar la historia no solamente de Billiken, hay que contar la historia como pasó, dudaban con declarar la independencia, dudaban, tenían miedo. Y no era que fueran malos o malos patriotas, simplemente uno lo puede ver en el mundo hoy o el otro día cuando hizo el referéndum Grecia, cómo metían miedo a los propios griegos y les decía que si votaban por el “no” era que estaban votando por irse de la Comunidad Europea. Y no, era “no” a las condiciones humillantes de subordinación que le querían imponer desde afuera. Bueno, acá también metían miedo, siempre metían miedo.

Y hoy, ahora también pero ahora ustedes están empoderados, así que, los que no tienen que tener miedo son ustedes. Guarda, y me voy a tomar de lo que dijo no sé si el compañero o la compañera, guarda porque era cierto que los argentinos tenían miedo. Porque me tocó ser legisladora en la etapa del neoliberalismo dentro de mi propio partido y ser legisladora opositora y nos decían que si no votábamos tal cosa, se caía tal otra, que si no pasaba tal otra, se caía lo otro. Metían miedo.

¿Y saben qué es lo más importante de estos 12 años? Que les hemos demostrado a los argentinos, a los 40 millones, a los que nos quieren y a los que no nos quieren que no era cierto, que se podían hacer las cosas que decíamos que había que hacer para reconstruir la dignidad y liberar la patria y que la patria iba a caminar y que la patria iba a producir y que la patria iba a estudiar y educar, hacerles las casas como el PROCREAR o los planes de vivienda, que iba a permitir que los jubilados tuvieran una jubilación digna, que iba a permitir que los jóvenes pudieran contar con un ingreso para estudiar. Todo eso decían que no se podía hacer.

Y mientras decían que no se podía hacer, endeudaban y endeudaban el país, endeudaban en la bicicleta financiera pagando tasas que no existían y entonces la plata entraba en esa rueda. Mientras tanto, los argentinos sin trabajo, sin casa y en la banquina. Estos 12 años han demostrado que los que mentían eran ellos, que nosotros teníamos razón. 

Nunca estuvimos tan integrados al mundo, nunca creció tanto nuestro Producto, y lo que es importante también y no quiero olvidarme de Belgrano, que hoy el mundo atraviesa un momento difícil, complejo porque nos quieren trasladar la crisis generada y creada en los países centrales a los países emergentes. Por eso está el precio de los commodities porque están intentando volver a los viejos términos del intercambio comercial donde siempre los que exportábamos materias primas perdíamos frente a las grandes potencias.   

Por eso, decidimos que reindustrializar el país era un objetivo estratégico para no quedar atados a la exportación de materias primas, un proceso que necesita ser profundizado, un proceso que necesita de mayor articulación.

Es imposible, además, compatriotas, después de 60 años que se pasaron destruyendo prolijamente todos los días, cerrando fábricas, cerrando posibilidades en 12 años hacer todo y que todo esté perfecto. Falta mucho más de este proyecto para darle mayor densidad y peso a ese entramado reindustrializador que permita una razonable autonomía frente a un mundo muy interdependiente. Pero no tan interdependiente como para no crear, como lo hemos hecho nosotros, las condiciones que hemos creado para que nuestra gente siga teniendo dignidad, trabajo y recursos. Y acá está la Argentina parada, la hemos parado entre los 40 millones de argentinos.

Por eso, cuando Belgrano, les decía, y quiero seguir con la lectura de este diario que recordaba esta frase maravillosa de Manuel Belgrano, cuando había dudas de declarar o no la independencia, Belgrano dijo “o levantamos los brazos para votar la independencia o van a venir por nuestros cuello y pescuezo”. Y esto lo tenía claro: no se trata de ideología, no se trata de dogmas, se trata del más crudo pragmatismo. Si los argentinos no cuidamos lo logrado, si los argentinos no defendemos lo que hemos construido en estos 12 años, van a intentar volver con políticas neoliberales.

Por eso creo que rendir homenaje a la Independencia, rendir homenaje a los hombres y a las mujeres que contribuyeron a ese 1816, porque antes de 1816 estuvo la batalla de Tucumán, estuvo la batalla de Salta, estuvo el cruce de Los Andes, no se llega a un congreso si otros antes no pusieron el pellejo. Y no llegamos a este momento si algún otro no puso lo que tenía que poner en los momentos más difíciles de nuestra historia. Como el 2005 en Mar del Plata o como frente a los acreedores cuando nos decían que era una locura lo que estábamos proponiendo. No era una locura, era simple y sencillamente lo que debía y podía pagar.

Hoy, andan revoloteando buitres, ya no solamente por nuestro país, revolotean en el mundo entero. Hay están sobre Grecia, también están sobre Puerto Rico y aquí está la Argentina impulsando también en Naciones Unidas una convención internacional sobre reestructuración de deuda soberana que sirva de paraguas y defensa a los pueblos del mundo.

No tendremos nuestra Casita de Tucumán, porque ¿saben qué? El mundo ya es global. Vamos a tener que ir a pelear a todos los pueblos del mundo, precisamente para lograr sostener estas posturas que ya no solamente son para la Argentina, porque la Argentina ha reestructurado prácticamente el 93 por ciento de su deuda y está con sus pagos al día sin acceder al mercado de capitales, no, por lo menos, en las condiciones que ellos quieren. ¿Y por qué hemos accedido al mercado de capitales? ¿Para qué? Para hacer obras. Lo que no se puede volver a hacer, es endeudarse para pagar deuda. Eso no se puede hacer nunca más en la República Argentina.

Infraestructura, obras, escuelas, infraestructura económica y social, caminos, puertos, ferrocarriles, no solamente para transportar personas, sino mercaderías y hacer más competitivas a nuestras economías. Todo esto hemos venido construyendo y es necesario seguir sosteniéndolo. Pero no para nosotros, porque, en definitiva, son ustedes y fundamentalmente nuestros hijos, a quienes debemos legar esta historia. Esta historia de un pueblo que se levantó de las cenizas, esta historia de una Argentina que supo superar las adversidades y las dificultades. Y para hacer esto, tenemos que hacerlo unidos, argentinos, porque nos van a querer dividir, siempre nos quisieron dividir. Afrontamos momentos muy difíciles que pudimos superarlos y aquí estamos.

Y yo me siento hoy aquí en Tucumán, frente a todos ustedes y frente a todos mis otros compatriotas, no con el deber cumplido. Yo la verdad, José, no me siento con el deber cumplido, siento que todavía faltan muchas cosas y quiero y siento…Será porque cuando uno es militante nunca está conforme, hermano, sino dedicate a otra cosa, en la política nunca podés estar conforme, siempre hay que ir por más, siempre.

Y entonces, siento que faltan cosas todavía por hacer y confío que los compañeros y compañeras de este proyecto, las van a llevar a cabo, porque también, como ustedes se miran a los ojos y se reconocen y nos reconocemos por el afecto entrañable que nos une, también ustedes deberán mirar a los ojos y a ustedes deberán mirarlos a los ojos para rendirles cuentas de todo lo que todavía falta hacer en este bendito país. Y yo confío que los hombres y mujeres que forman parte de este espacio lo harán.

¿Saben por qué? Porque nadie, en definitiva, nadie quiere escaparle al juicio de la historia. Porque cada uno de nosotros, finalmente, más tarde o más temprano va a ser enjuiciado por la historia. No importa el juicio de los diarios, no importa el juicio de las radios o de la televisión, lo que importa es el juicio de la historia. Ese es el juicio es por el que debemos ir todos y cada uno de los hombres que conformamos el espacio. Por el juicio de la historia que es la memoria y el afecto popular que siguen recordando a Perón, a Evita, a Yrigoyen, a San Martín, a Belgrano, a Güemes, como los grandes de la patria. Ese juicio y por ese juicio vamos y no nos vamos a mover ni un milímetro del lugar en el que estemos.

No, no hace falta estar en un espacio institucional. Muchas veces me preguntan y yo respondo, por favor, yo no nací Presidenta ni nací senadora ni nací diputada. Ya lo dije alguna vez: nací mujer, argentina y después me hice peronista. Con eso alcanza y sobra, por lo menos para mí.

Cuando digo esto, tal vez estemos convocando únicamente a los que piensan como nosotros; nada más alejado. Al contrario, siempre hemos conformado frentes nacionales. La idea del frente no es una formación teórica ni una forma jurídica, es la comprensión, es la convicción de que con un solo sector del país político no alcanza, que hace falta convocar a todos los demás, a todos los hombres y mujeres que de distintas identidades políticas e históricas creen que la patria sigue siendo lo más importante. Y a ellos los convocamos.

No importa si han hecho la afiliación o identidad. Es más, algunas veces desde mi propio partido nos dijeron que no éramos peronistas, así que, tampoco me preocupa eso.

Nosotros lo que tenemos que hacer, compatriotas, y fundamentalmente a quienes también estamos reunidos hoy aquí, es explicar, no enojarnos con el que piensa diferente, no hay que enojarse con el que piensa diferente, no hay ni que insultarlo ni agraviarlo ni nada, hay que simplemente argumentar una, dos, tres, cuatro las que sean, para convencer. Porque ¿saben qué? Tenemos la realidad, tenemos lo que hemos hecho, podemos dar cuenta en todos estos años de las cosas que hemos hecho. Que en algunas nos habremos equivocado, seguramente. Pero, por favor, los que nos critican con tanto furia, que nos muestren qué es lo que hicieron ellos más que nosotros y entonces nos vamos a sacar el sombrero.

¿Saben una cosa, para terminar? Quiero decirles que cada vez que he venido a Tucumán y como cada vez que estuve en cada rincón de la patria, he sentido, por sobre todas las cosas, el acompañamiento de ustedes, en cada mirada, en cada gesto, en cada abrazo, en cada beso, y eso es lo que me ha permitido sostenerme espiritual y humanamente. Porque hay momentos de tanto ataque, hay momentos de tanta difamación, calumnia, injuria, agresión y agravios que, tal vez, si uno pensara cómo se ha podido soportar tanto, la única respuesta que se me ocurre es gracias a ustedes, gracias al amor y a todos ustedes. Porque no hay cosa más grande que el amor del pueblo, cosa más grande que el amor porque siempre, acuérdense, siempre históricamente el amor ha vencido al odio.

Y de eso se trata, de venir a decirle a cada compatriota, que tenemos un profundo amor por la patria, un gran compromiso con el pueblo y con la historia y que vamos a seguir honrando ese compromiso porque necesitamos más patria, más igualdad, más inclusión, más soberanía, más Argentina para todos.

Gracias a todos y a todas, los quiero mucho. Salió el Sol, como siempre.

Muchas gracias. (APLAUSOS)       

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La Presidenta encabezó en Tucumán el acto en por el 199° Aniv de la Declaración de la Independencia
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