Promulgación de la ley de creación de Ferrocarriles Argentinos SE. Palabras de la Presidenta de la Nación

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Muy buenos días a todos y a todas.
Recién Florencio recordaba que hace poco, cuando estuvo en Rufino, vio un video de Néstor donde decía, hablando del tema de los trenes, que con los fierros viejos íbamos a ser sueños nuevos. Pero yo quiero recordar algo que él dijo y que también fue grabado mucho antes, tal vez alguna crónica de esas que registran todo lo encuentren, fue en el 2003 en plena campaña para presidente, cuando en un discurso dijo que la Argentina necesitaba nacionalizar los trenes. Fíjense, año 2003.
Y quiero contarles algo. Inmediatamente llovieron sobre él fuertes críticas, inclusive voy a confesarles algo, porque no me gusta mentir, tengo muchos defectos menos el de mentirosa, y hasta yo me asusté por lo que había dicho, porque parecía casi una cosa imposible y con el ataque despiadado de los medios que iba a afectarlo además, decía cómo vamos a nacionalizar los ferrocarriles después de todo lo que pasó, cómo, cuándo, hay que hacerlo, en algún momento habrá que hacerlo. Que alguien lo busque, lo dijo antes de ser presidente y lo estamos cumpliendo hoy, 12 años va a hacer el próximo 25 de Mayo que le tocó asumir como presidente de todos los argentinos, con el 22 por ciento de los votos y con la espada de Damocles sobre la nuca, porque era un presidente sin poder. Obviamente deslegitimado o en el intento de ser deslegitimado al no poder ir a un ballotage.
Y cuando alguien me preguntó qué van a hacer ustedes ahora para poder gobernar esta Argentina, sin la legitimación de los votos, yo le contesté -y lo deben recordar varios porque hubo una reunión en una casa donde había intelectuales, hasta un premio Nobel- no se preocupen que con la legitimidad de la gestión de gobierno vamos a llenar de legitimidad esos votos que nos faltaron. Porque ¿saben qué pasa? Es importante ganar una elección, diría que es fundamental ganar una elección, pero se puede ganar una elección con más del 50 por ciento de los votos y, al poco tiempo, estar absolutamente deslegitimado por la acción concreta en la gestión de gobierno.
Por eso digo que es importante hablar de las cosas que tenemos que hacer, de las que queremos hacer.
Ayer esta Semana de Mayo comenzó en un lugar emblemático por lo que significó una tragedia en la vida de los argentinos. También este hombre puso en la agenda pública un tema que no aparecía en las encuestas, que parecía casi de un grupo reducido que eran las víctimas del terrorismo de Estado, los hijos, las madres, las abuelas parecían solitarios en su pelea por los derechos humanos. Y a ese hombre del 22 por ciento de los votos no le importaron las encuestas, le importaron las convicciones y puso en la agenda pública los derechos humanos. Porque no se puede gobernar con encuestas, hay que gobernar con acciones y pensando en el pueblo y en la patria.
Cuando recién Florencio enumeraba las obras, inclusive este mismo andén que estamos reconstruyendo y queremos hacerlo todo transparente, ya lo hemos empezado y sigue andando el tren, porque acá a nuestro costado no hemos parado la estación para empezar una obra, al contrario, la estación sigue andando con las obras que faltan hacer, es toda una metáfora sobre lo que hay que hacer en el país.
No se puede empezar otra vez de vuelta, hay que seguir con las obras, hay que seguir adelante. Recién él enumeraba las inversiones, los trenes, estos trenes de acá del AMBA, los de larga distancia, los de cercanía, la inversión de más de 500 millones de dólares en la electrificación del Roca, solamente la adquisición de material rodante para el Belgrano Cargas y para los trenes que hemos comprado más la electrificación del Roca, solamente allí 3.000 millones de dólares hemos destinado en recursos de todos los argentinos.
Y no les voy a hablar en lo que ya ha detallado con precisión el ministro del Interior y Transporte. No, yo quiero hablar de los otros, de los que viajan ahí adentro, de ustedes, de los que ahora viajan con dignidad, de los trabajadores, de los estudiantes que además pueden hacerlo con un precio subsidiado por el Estado que mejora el poder adquisitivo de todos los trabajadores. Y también, para algunos empresarios que no les gustan los subsidios: sigan manteniendo los subsidios al transporte, porque también es ganancia indirecta para la rentabilidad de los empresarios, porque si aumenta el transporte, aumenta también la demanda de los trabajadores. Estamos ayudando a transportar la fuerza del trabajo, a los estudiantes, a un precio que les permita ir a sus trabajos y hacerlo en forma digna. Y también a los que no toman el tren. Alguien me contaba el otro día que antes sabía a qué hora pasaba el tren porque se sacudía toda la casa o sentía el ruido, hoy me dice que si ustedes los maquinistas no tocan pito ahí en el tren, ya no escuchan pasar el tren. ¡Qué bueno es además, mejorar la vida de los que viajan y la de los que viven alrededor del tren!
Y esta Semana de Mayo no podíamos no incluir esto que además es volver no solamente a darle competitividad a la economía, no solamente mejorar la calidad de vida de la gente o volver a conectar la Argentina. Cuando podamos llevar el tren a la Patagonia, yo les puedo asegurar que cambia el país, se conecta definitivamente de un punto al otro, y lo tenemos que hacer, como los países desarrollados del mundo están absolutamente conectados a través de vías férreas para carga y para pasajeros.
Pero también quiero dirigirme a la familia ferroviaria, a los trabajadores ferroviarios. Recuerdo una anécdota famosa de Eva Perón con los trabajadores ferroviarios cuando hicieron una huelga a Perón, al gobierno de Perón, sí algunos hasta a Perón le hicieron huelga. Ella les fue a preguntar cómo estaban antes, cómo vivían antes. ¿Porque sabés qué pasa, saben por qué en este país pudo avanzar el proceso de privatizaciones? ¿Saben por qué pudieron despojarnos del patrimonio que estamos recuperando con los trenes, que hemos recuperado con Aerolíneas Argentinas, que hemos recuperado con YPF? Porque antes hubo un deterioro grande que fue lo que les sirvió de argumento y muchas veces los propios dirigentes sindicales, no advirtiendo esto, le terminan haciendo el juego a los que después les pisan la cabeza.
Por eso les pido mucha conciencia. Estos trenes son de los que viajan pero también son de los trabajadores. Cuídenlos porque es su trabajo, es su herramienta de trabajo, es el futuro de sus hijos. No tengamos actitudes o comportamientos que después permitan que la sociedad, ante el bombardeo mediático, ante los consejos a doña Rosa y demás, pueda ser subordinada culturalmente y convencida de que lo público es malo y lo privado es bueno. Ya vimos con los trenes que lo privado no es bueno. Y esto no significa ni un ataque a lo privado ni una defensa irrestricta e incondicional a lo público, es que es absurdo en el siglo XXI pretender que no haya Estado para poder regular precisamente al sector privado y cuidar a los millones de usuarios y consumidores, como pasa en todas las modernas democracias del mundo.

Por favor, señores, por supuesto que es fundamental el capital privado, la inversión, pero es esencial e indispensable la existencia de un Estado con presencia que asegure un piso mínimo de los servicios, no solamente de transporte, en la salud, en la educación, en la inversión estratégica en materia de telecomunicaciones, en materia de satélites, qué privado interviene en satélites si no es el Estado, por favor. Es el Estado el que interviene en las grandes generaciones en las usinas eléctricas, en las represas hidroeléctricas, no hay otra posibilidad. Por eso es importante saber cuál es el rol de uno y el otro.

El otro día leía el titular de un diario, creo que fue hace dos días, ¿lo tienen por ahí por favor? Ahí lo tiene el eficiente Secretario General de la Presidencia. La Nación, 18 de mayo -comienza la Semana de Mayo el 18, ¿no?- ahí decía “Poco optimistas los argentinos pasaron del consumo al ahorro”, un título para la antología. Vuelvo a repetirlo, para la antología económica y política: “Los argentinos poco optimistas pasaron del consumo al ahorro”. Meses atrás la línea permanente editorial del diario era “los argentinos consumen porque la inflación les come el sueldo y entonces no ahorran nada. Ahora no, ahora parece que es al revés, ahora pasan al ahorro porque hay crisis, pero resulta que también aumenta el consumo. O sea, están en el peor de los mundos, los argentinos ahorran y además consumen. Contra todos los pronósticos, señores, porque saben qué, nos auguraban que la Argentina volaba por los aires allá cuando a fines del 2013, luego de mi intervención quirúrgica, Axel tomó el manejo del Ministerio de Economía, no de la economía, porque la economía la sigo manejando yo, como hacia Néstor, guarda. El es mi mano derecha, mi mejor asesor, mi mejor asistente, pero las decisiones son siempre políticas en economía, y las decisiones siempre las tiene que tomar un presidente, haciéndose cargo de los errores y de los aciertos, como siempre me he hecho cargo de todo.

Pero quiero volver sobre esto porque son las claves del modelo de crecimiento, del modelo de desarrollo, del modelo económico, del modelo político. En la ideología liberal nos dicen que tiene que haber inversión y para ello es necesario que no haya salarios tan altos, para que los empresarios puedan invertir, porque si los salarios son altos los empresarios no invierten. Mentiras, si se les baja el sueldo y el poder adquisitivo a los trabajadores por dos vías, por vía salario o por vía desocupación, esa rentabilidad no se invierte. ¿Saben por qué no se invierte? Porque para invertir primero tiene que haber demanda y para que haya demanda primero tiene que haber consumo, y para que haya consumo tiene que haber trabajadores, jubilados, intelectuales, investigadores, docentes que tengan salarios dignos. Por eso siempre esta vieja discusión de si la oferta o la demanda, y salvo que te pase lo que a Henry Ford a principios del siglo XX cuando inventó el auto, o cuando inventaron la internet, Microsoft y todo eso, siempre la demanda es la que impulsa la inversión. Y en un modelo de crecimiento y desarrollo, en un verdadero modelo de crecimiento y desarrollo, al contrario, el consumo y el ahorro van de la mano porque de esta manera se consume y se levanta la demanda agregada, y con el ahorro en el sector financiero los bancos pueden prestar para que haya inversión, porque el crédito es la palanca de la inversión y sin ahorro no hay crédito. Salvo que quieran hacer lo que ya hicieron en el pasado, endeudar al país en el exterior con jugosas comisiones para luego no hacer nada y hacer la bicicleta financiera.

Estas son, argentinos, las cosas que tenemos que discutir. Quiero escuchar a los hombres y mujeres de mi espacio político, a los hombres y mujeres del resto de los espacios políticos hablar de estas cosas, no de pavadas ni haciendo pantomimas, los necesito largando ideas a todos, a propios y extraños, a oficialistas y opositores, pero más que yo los necesita el país. El pueblo, la sociedad necesita escuchar las ideas, las propuestas, necesita escuchar cuál va a ser la dirección que va a tener la patria a partir del 10 de diciembre. Por eso mis queridos compatriotas quiero decirles a todos, como lo dije ayer, estos ferrocarriles, estos trenes, estas inversiones, estas obras, ya no son propiedad de este gobierno, son de ustedes y son ustedes los que las van a tener que defender y cuidar para que nunca más nadie se las arrebate, como dije ayer en la ESMA, para que el orgullo por los derechos humanos sea de todos los argentinos y que a ningún trasnochado se le ocurra tirar abajo la imagen internacional que hoy tiene nuestro país.

Finalmente les digo a todos que quiero agradecerles, porque muchos y muchas que viajan en tren me cuentan ahora que la gente los está cuidando, que se observa una actitud diferente. Y yo estoy muy orgullosa, ¿saben por qué? Porque también intentaron convencernos de que la gente era mala y no valía la pena invertir en trenes para que la gente de menores recursos pudiera usarlos. Es como cuando nos quieren convencer de que la gente vive en una villa miseria porque le gusta y no porque no puede tener una linda casa en un barrio. Por eso quiero decirles a todos los argentinos que abandonen esos prejuicios y esos clichés que tantas veces nos metieron en la cabeza. ¿Saben cuál es la intención que tienen? Apuntar siempre al corazón de la clase media, para hacerla sentir diferente al que está un poquito más abajo e ilusionarlos de que si hacen determinadas cosas van a estar igual que los de arriba. Después cuando llegan los revientan a todos por igual, a los del medio y a los de abajo. No se olviden nunca de la solidaridad del pueblo, no te olvides nunca si alguna vez tu viejo fue un laburante y hoy tenés la suerte de ser un profesional, como me tocó a mí o a tantos otros, no te olvides que en algún momento en tu familia, salvo honorable y honrosas excepciones, siempre las hay, todos venimos –en nuestra gran mayoría- en algún momento un punto de inflexión, de abajo; hubo un pariente inmigrante, un abuelo inmigrante que vino con una mano atrás y otra adelante, y permitió a lo mejor que el hijo les diera a los hijos de hoy mejores cosas. Otros tal vez lo hicieron en otro estadio, pero siempre se empezó de abajo, no lo olviden nunca. Aun cuando hayan llegado arriba desde muy abajo, no lo olviden nunca. Cuando un pueblo, y lo mismo pasa en términos individuales, cuando alguien no olvida de dónde vino, cuando un pueblo no olvida lo que pasó es invencible y todos ustedes son invencibles con memoria, con dignidad y con justicia. Muchas gracias y felicitaciones por el día de hoy.

Muy buenos días a todos y a todas.

Recién Florencio recordaba que hace poco, cuando estuvo en Rufino, vio un video de Néstor donde decía, hablando del tema de los trenes, que con los fierros viejos íbamos a ser sueños nuevos. Pero yo quiero recordar algo que él dijo y que también fue grabado mucho antes, tal vez alguna crónica de esas que registran todo lo encuentren, fue en el 2003 en plena campaña para presidente, cuando en un discurso dijo que la Argentina necesitaba nacionalizar los trenes. Fíjense, año 2003.

Y quiero contarles algo. Inmediatamente llovieron sobre él fuertes críticas, inclusive voy a confesarles algo, porque no me gusta mentir, tengo muchos defectos menos el de mentirosa, y hasta yo me asusté por lo que había dicho, porque parecía casi una cosa imposible y con el ataque despiadado de los medios que iba a afectarlo además, decía cómo vamos a nacionalizar los ferrocarriles después de todo lo que pasó, cómo, cuándo, hay que hacerlo, en  algún momento habrá que hacerlo. Que alguien lo busque, lo dijo antes de ser presidente y lo estamos cumpliendo hoy, 12 años va a hacer el próximo 25 de Mayo que le tocó asumir como presidente de todos los argentinos, con el 22 por ciento de los votos y con la espada de Damocles sobre la nuca, porque era un presidente sin poder. Obviamente deslegitimado o en el intento de ser deslegitimado al no poder ir a un ballotage.

Y cuando alguien me preguntó qué van a hacer ustedes ahora para poder gobernar esta Argentina, sin la legitimación de los votos, yo le contesté -y lo deben recordar varios porque hubo una reunión en una casa donde había intelectuales, hasta un premio Nobel- no se preocupen que con la legitimidad de la gestión de gobierno vamos a llenar de legitimidad esos votos que nos faltaron. Porque ¿saben qué pasa? Es importante ganar una elección, diría que es fundamental ganar una elección, pero se puede ganar una elección con más del 50 por ciento de los votos y, al poco tiempo, estar absolutamente deslegitimado por la acción concreta en la gestión de gobierno.

Por eso digo que es importante hablar de las cosas que tenemos que hacer, de las que queremos hacer.

Ayer esta Semana de Mayo comenzó en un lugar emblemático por lo que significó una tragedia en la vida de los argentinos. También este hombre puso en la agenda pública un tema que no aparecía en las encuestas, que parecía casi de un grupo reducido que eran las víctimas del terrorismo de Estado, los hijos, las madres, las abuelas parecían solitarios en su pelea por los derechos humanos. Y a ese hombre del 22 por ciento de los votos no le importaron las encuestas, le importaron las convicciones y puso en la agenda pública los derechos humanos. Porque no se puede gobernar con encuestas, hay que gobernar con acciones y pensando en el pueblo y en la patria.

Cuando recién Florencio enumeraba las obras, inclusive este mismo andén que estamos reconstruyendo y queremos hacerlo todo transparente, ya lo hemos empezado y sigue andando el tren, porque acá a nuestro costado no hemos parado la estación para empezar una obra, al contrario, la estación sigue andando con las obras que faltan hacer, es toda una metáfora sobre lo que hay que hacer en el país.

No se puede empezar otra vez de vuelta, hay que seguir con las obras, hay que seguir adelante. Recién él enumeraba las inversiones, los trenes, estos trenes de acá del AMBA, los de larga distancia, los de cercanía, la inversión de más de 500 millones de dólares en la electrificación del Roca, solamente la adquisición de material rodante para el Belgrano Cargas y para los trenes que hemos comprado más la electrificación del Roca, solamente allí 3.000 millones de dólares hemos destinado en recursos de todos los argentinos.

Y no les voy a hablar en lo que ya ha detallado con precisión el ministro del Interior y Transporte. No, yo quiero hablar de los otros, de los que viajan ahí adentro, de ustedes, de los que ahora viajan con dignidad, de los trabajadores, de los estudiantes que además pueden hacerlo con un precio subsidiado por el Estado que mejora el poder adquisitivo de todos los trabajadores. Y también, para algunos empresarios que no les gustan los subsidios: sigan manteniendo los subsidios al transporte, porque también es ganancia indirecta para la rentabilidad de los empresarios, porque si aumenta el transporte, aumenta también la demanda de los trabajadores. Estamos ayudando a transportar la fuerza del trabajo, a los estudiantes, a un precio que les permita ir a sus trabajos y hacerlo en forma digna. Y también a los que no toman el tren. Alguien me contaba el otro día que antes sabía a qué hora pasaba el tren porque se sacudía toda la casa o sentía el ruido, hoy me dice que si ustedes los maquinistas no tocan pito ahí en el tren, ya no escuchan pasar el tren. ¡Qué bueno es además, mejorar la vida de los que viajan y la de los que viven alrededor del tren!

Y esta Semana de Mayo no podíamos no incluir esto que además es volver no solamente a darle competitividad a la economía, no solamente mejorar la calidad de vida de la gente o volver a conectar la Argentina. Cuando podamos llevar el tren a la Patagonia, yo les puedo asegurar que cambia el país, se conecta definitivamente de un punto al otro, y lo tenemos que hacer, como los países desarrollados del mundo están absolutamente conectados a través de vías férreas para carga y para pasajeros.

Pero también quiero dirigirme a la familia ferroviaria, a los trabajadores ferroviarios. Recuerdo una anécdota famosa de Eva Perón con los trabajadores ferroviarios cuando hicieron una huelga a Perón, al gobierno de Perón, sí algunos hasta a Perón le hicieron huelga. Ella les fue a preguntar cómo estaban antes, cómo vivían antes. ¿Porque sabés qué pasa, saben por qué en este país pudo avanzar el proceso de privatizaciones? ¿Saben por qué pudieron despojarnos del patrimonio que estamos recuperando con los trenes, que hemos recuperado con Aerolíneas Argentinas, que hemos recuperado con YPF? Porque antes hubo un deterioro grande que fue lo que les sirvió de argumento y muchas veces los propios dirigentes sindicales, no advirtiendo esto, le terminan haciendo el juego a los que después les pisan la cabeza.

Por eso les pido mucha conciencia. Estos trenes son de los que viajan pero también son de los trabajadores. Cuídenlos porque es su trabajo, es su herramienta de trabajo, es el futuro de sus hijos. No tengamos actitudes o comportamientos que después permitan que la sociedad, ante el bombardeo mediático, ante los consejos a doña Rosa y demás, pueda ser subordinada culturalmente y convencida de que lo público es malo y lo privado es bueno. Ya vimos con los trenes que lo privado no es bueno. Y esto no significa ni un ataque a lo privado ni una defensa irrestricta e incondicional a lo público, es que es absurdo en el siglo XXI pretender que no haya Estado para poder regular precisamente al sector privado y cuidar a los millones de usuarios y consumidores, como pasa en todas las modernas democracias del mundo.

Por favor, señores, por supuesto que es fundamental el capital privado, la inversión, pero es esencial e indispensable la existencia de un Estado con presencia que asegure un piso mínimo de los servicios, no solamente de transporte, en la salud, en la educación, en la inversión estratégica en materia de telecomunicaciones, en materia de satélites, qué privado interviene en satélites si no es el Estado, por favor. Es el Estado el que interviene en las grandes generaciones en las usinas eléctricas, en las represas hidroeléctricas, no hay otra posibilidad. Por eso es importante saber cuál es el rol de uno y el otro.

El otro día leía el titular de un diario, creo que fue hace dos días, ¿lo tienen por ahí por favor? Ahí lo tiene el eficiente Secretario General de la Presidencia. La Nación, 18 de mayo -comienza la Semana de Mayo el 18, ¿no?- ahí decía “Poco optimistas los argentinos pasaron del consumo al ahorro”, un título para la antología. Vuelvo a repetirlo, para la antología económica y política: “Los argentinos poco optimistas pasaron del consumo al ahorro”. Meses atrás la línea permanente editorial del diario era “los argentinos consumen porque la inflación les come el sueldo y entonces no ahorran nada. Ahora no, ahora parece que es al revés, ahora pasan al ahorro porque hay crisis, pero resulta que también aumenta el consumo. O sea, están en el peor de los mundos, los argentinos ahorran y además consumen. Contra todos los pronósticos, señores, porque saben qué, nos auguraban que la Argentina volaba por los aires allá cuando a fines del 2013, luego de mi intervención quirúrgica, Axel tomó el manejo del Ministerio de Economía, no de la economía, porque la economía la sigo manejando yo, como hacia Néstor, guarda. El es mi mano derecha, mi mejor asesor, mi mejor asistente, pero las decisiones son siempre políticas en economía, y las decisiones siempre las tiene que tomar un presidente, haciéndose cargo de los errores y de los aciertos, como siempre me he hecho cargo de todo.

Pero quiero volver sobre esto porque son las claves del modelo de crecimiento, del modelo de desarrollo, del modelo económico, del modelo político. En la ideología liberal nos dicen que tiene que haber inversión y para ello es necesario que no haya salarios tan altos, para que los empresarios puedan invertir, porque si los salarios son altos los empresarios no invierten. Mentiras, si se les baja el sueldo y el poder adquisitivo a los trabajadores por dos vías, por vía salario o por vía desocupación, esa rentabilidad no se invierte. ¿Saben por qué no se invierte? Porque para invertir primero tiene que haber demanda y para que haya demanda primero tiene que haber consumo, y para que haya consumo tiene que haber trabajadores, jubilados, intelectuales, investigadores, docentes que tengan salarios dignos. Por eso siempre esta vieja discusión de si la oferta o la demanda, y salvo que te pase lo que a Henry Ford a principios del siglo XX cuando inventó el auto, o cuando inventaron la internet, Microsoft y todo eso, siempre la demanda es la que impulsa la inversión. Y en un modelo de crecimiento y desarrollo, en un verdadero modelo de crecimiento y desarrollo, al contrario, el consumo y el ahorro van de la mano porque de esta manera se consume y se levanta la demanda agregada, y con el ahorro en el sector financiero los bancos pueden prestar para que haya inversión, porque el crédito es la palanca de la inversión y sin ahorro no hay crédito. Salvo que quieran hacer lo que ya hicieron en el pasado, endeudar al país en el exterior con jugosas comisiones para luego no hacer nada y hacer la bicicleta financiera.

Estas son, argentinos, las cosas que tenemos que discutir. Quiero escuchar a los hombres y mujeres de mi espacio político, a los hombres y mujeres del resto de los espacios políticos hablar de estas cosas, no de pavadas ni haciendo pantomimas, los necesito largando ideas a todos, a propios y extraños, a oficialistas y opositores, pero más que yo los necesita el país. El pueblo, la sociedad necesita escuchar las ideas, las propuestas, necesita escuchar cuál va a ser la dirección que va a tener la patria a partir del 10 de diciembre. Por eso mis queridos compatriotas quiero decirles a todos, como lo dije ayer, estos ferrocarriles, estos trenes, estas inversiones, estas obras, ya no son propiedad de este gobierno, son de ustedes y son ustedes los que las van a tener que defender y cuidar para que nunca más nadie se las arrebate, como dije ayer en la ESMA, para que el orgullo por los derechos humanos sea de todos los argentinos y que a ningún trasnochado se le ocurra tirar abajo la imagen internacional que hoy tiene nuestro país.

Finalmente les digo a todos que quiero agradecerles, porque muchos y muchas que viajan en tren me cuentan ahora que la gente los está cuidando, que se observa una actitud diferente. Y yo estoy muy orgullosa, ¿saben por qué? Porque también intentaron convencernos de que la gente era mala y no valía la pena invertir en trenes para que la gente de menores recursos pudiera usarlos. Es como cuando nos quieren convencer de que la gente vive en una villa miseria porque le gusta y no porque no puede tener una linda casa en un barrio. Por eso quiero decirles a todos los argentinos que abandonen esos prejuicios y esos clichés que tantas veces nos metieron en la cabeza. ¿Saben cuál es la intención que tienen? Apuntar siempre al corazón de la clase media, para hacerla sentir diferente al que está un poquito más abajo e ilusionarlos de que si hacen determinadas cosas van a estar igual que los de arriba. Después cuando llegan los revientan a todos por igual, a los del medio y a los de abajo. No se olviden nunca de la solidaridad del pueblo, no te olvides nunca si alguna vez tu viejo fue un laburante y hoy tenés la suerte de ser un profesional, como me tocó a mí o a tantos otros, no te olvides que en algún momento en tu familia, salvo honorable y honrosas excepciones, siempre las hay, todos venimos –en nuestra gran mayoría- en algún  momento un punto de inflexión, de abajo; hubo un pariente inmigrante, un abuelo inmigrante que vino con una mano atrás y otra adelante, y permitió a lo mejor que el hijo les diera a los hijos de hoy mejores cosas. Otros tal vez lo hicieron en otro estadio, pero siempre se empezó de abajo, no lo olviden nunca. Aun cuando hayan llegado arriba desde muy abajo, no lo olviden nunca. Cuando un pueblo, y lo mismo pasa en términos individuales, cuando alguien no olvida de dónde vino, cuando un pueblo no olvida lo que pasó es invencible y todos ustedes son invencibles con memoria, con dignidad y con justicia. Muchas gracias y felicitaciones por el día de hoy.

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La presidenta encabeza acto de promulgación de ley ferroviaria en Retiro.
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