“Representar a la Nación significa representar los intereses del pueblo”, afirmó la Presidenta en un encuentro con militantes radicales

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La presidenta Cristina Fernández brindó el discurso de cierre del Congreso Nacional del Radicalismo Popular, realizado en el complejo Parque Norte, de la ciudad de Buenos Aires. “Estamos en el comienzo de un nuevo ciclo político”, remarcó la Mandataria. Y enfatizó que “si algo distingue a lo nacional, popular y democrático es integrar a cada vez más argentinos a los bienes culturales, sociales y económicos, a los que cada uno tiene derecho por haber nacido en esta tierra”.

La Jefa de Estado agradeció a los anfitriones “el tratamiento de Presidenta”, pero aclaró: “Yo no estoy acá como Presidenta de la República, estoy como militante nacional y popular, que es lo que fui toda mi vida”.

Recordó el cierre de campaña de Raúl Alfonsín y su victoria electoral en 1983, al tiempo que admitió: “Si nunca soñé ser Presidenta de la República, les puedo asegurar que mucho menos podía imaginar estar en un lugar como este, rodeada de militantes radicales, apoyando el proyecto nacional”.

La Primera Mandataria sostuvo que el peronismo y el radicalismo son “los dos partidos que signaron el enfrentamiento durante más de la mitad del siglo XX, las tensiones internas hacia un lado y hacia el otro”. “No se puede construir el presente y el futuro, si no viviste y entendiste las cuestiones del pasado del país”, aseguró.

“Acá estamos los que consideramos que la política sigue siendo el instrumento más adecuado para transformar la realidad en beneficio de las grandes mayorías populares”, afirmó Cristina Fernández. Enfatizó que “no somos únicamente nacionales y populares; somos nacionales, populares y democráticos”.

Señaló que el concepto de democracia fue “valorado como nunca en los últimos años, ante los múltiples intentos destituyentes que hubo, desconociendo la voluntad popular expresada en las urnas”. Puntualizó que esos intentos se hicieron particularmente visibles “cuando comenzamos con la redistribución del ingreso”, pese a lo cual resaltó que “en los últimos años han crecido no solo los trabajadores y la clase media, sino también aquellos que nos critican: porque fuimos nosotros los que fomentamos el crecimiento del empresariado nacional”.

Nuevo ciclo político

La Presidenta de la Nación sostuvo que “muy lejos de entrar en un fin de ciclo, estamos en el comienzo y en el corazón de un nuevo ciclo político”. En ese sentido, repasó los enfrentamientos entre unitarios y federales en el siglo XIX; la lucha del yrigoyenismo contra el régimen, por el voto popular; y el enfrentamiento entre peronistas y radicales en los años 40 y 50.

A continuación, reconoció que “en los 90 nos tenemos que hacer cargo los peronistas que fue un gobierno de nuestro partido el que llevó adelante las políticas neoliberales”. Sostuvo que ello continuó durante el gobierno de la Alianza y afirmó que “el verdadero fin de ciclo” se produjo en 2001, cuando se dieron en la Argentina “condiciones muy similares” a las que se ven hoy en el mundo. Y enfatizó que en aquel año se dio “la conclusión de un proceso de destruir nuestra industrialización, de atacar nuestra economía, que no empezó ni siquiera en los 90, sino el 24 de marzo de 1976”.

La Jefa de Estado aseguró que en aquellos años se dio la consecuencia del “posibilismo, que si hacías tal cosa, se caía el país; si le decías que no al Fondo Monetario, te caía la espada de Damocles, y no había gobierno que aguantara”. Apuntó en ese sentido, la detención reciente del ex titular del FMI, Rodrigo Rato y remarcó: “Hoy está preso por lavado de dinero los que nos venían a decir a nosotros cómo manejar la economía”.

“Las políticas neoliberales tenían la mejor fachada, la mejor cabecera de playa: qué mejor que el peronismo, ese partido de historia popular, llevando a cabo estas políticas. Esto fue lo que nos pasó”, aseveró. Resaltó que esas políticas “algunos piensan ejecutarlas pero no las piensan decir, porque si no, no las vota nadie”. Agregó que en aquel 2001 “no es que el Fondo Monetario nos soltó la mano, es que nunca nos tuvo de la mano; siempre nos tuvo con la pata encima de la cabeza a los argentinos”.

La legitimidad popular

La Primera Mandataria aseguró que en 2003 asumió Néstor Kirchner “un presidente que apenas sabían pronunciar el nombre, y con el 22% de los votos, era lógico que un ´Escribano´ nos augurara desde una ´tribuna de doctrina´ que íbamos a durar un año”.

Remarcó que “por supuesto que es muy bueno ganar las elecciones. Tenemos el ejemplo del 2001, un gobierno con casi el 51% de los votos, y pronto deslegitimado; y al revés, uno con el 22%, que adquirió legitimidad en los hechos”. “Es muy lindo ganar elecciones. A mí me gusta hablar de gobernar, hay que aclarar para quién y cómo vas a gobernar. Este es el concepto de legitimidad que comenzamos a imponer a partir del 25 de mayo de 2003”, enfatizó.

Y subrayó que “a Néstor le importaba un pito lo que decían las encuestas, el tipo iba por las ideas, las convicciones, y los intereses”.

Terminar con falsos dilemas

Cristina Fernández resaltó “esta etapa que estamos viviendo hoy en Argentina, donde nos miran y admiran desde el mundo, como hicimos para desenroscarnos de la cuestión de la deuda”. En ese sentido, llamó a “terminar con falsos dilemas”, como el que se plantea entre mercado interno o externo: “Vimos que los grandes países exportadores, de la doctrina del libre comercio, desarrollaban grandes mercados internos”. Y dijo que hacen falta los dos juntos.

Otro de los dilemas era “crecer primero, para distribuir: no, distribuir primero, que si distribuís vas a crecer”. Y puntualizó que también es falso el dilema “agricultura o industria”, ya que “todo hay que sacarlo de la tierra, de la nada no se construye nada”.

Resaltó que durante su gobierno “nos dimos el desafío de poner como uno de los pilares del crecimiento de la ciencia y la tecnología”. Asimismo, enfatizó que “la educación, fue otro de los pilares que pusimos en marcha, comenzamos a llevar la universidad al Conurbano, a las provincias”.

La Presidenta resaltó la necesidad de “terminar esta dicotomía de los centros urbanos contra el resto del país. Hay que seguir profundizando la integración de la Argentina, porque aún estamos ante una Argentina muy desigual”.

Momento político histórico

La Jefa de Estado remarcó que “este momento es histórico: hay un nuevo sujeto político histórico”. “Yo no puedo explicarme como presidenta solamente desde el peronismo. Me votaron muchas personas que no son peronistas, ni piensan serlo”, afirmó y agregó que el “Frente para la Victoria no es sólo el peronismo; es un frente en el que hay gente de muchas extracciones y de diferentes historias”

“Yo me doy cuenta en las movilizaciones populares de los últimos años, que va gente que se incorporó ahora, que nunca había ido a ninguna manifestación”, señaló. Afirmó que “mucha gente desconfiaba de la política, y para creer, primero tenía que ver. Esta tendencia se dio primero en los más jóvenes, porque venían de muchas frustraciones”.

Nueva situación mundial

En otro tramo del discurso, la Mandataria señaló que en el nuevo marco mundial, donde las guerras “ya no se dan por ideas”, desde algunos sectores “nos quieren arrastrar de un bando o del otro. Acá sí, levantar la posición histórica de Yrigoyen y Perón: tercera posición”. “No es porque los argentinos seamos neutrales, nos gusta tomar partido en todo. Pero el primer partido que tomamos es por el país”, enfatizó.

Remarcó que las ideas que dejaron ambos líderes son las de “nacionalismo con el pueblo adentro, porque no hay nación sin pueblo y pueblo sin nación”. “Si representás a la Nación, sabé que tenés que representar los intereses del pueblo”, enfatizó. Reconoció que para los peronistas “tuvo que pasar la larga noche de la dictadura, para que entendiéramos que la democracia era fundamental”.

Cristina Fernández dijo que en los últimos años se comprendió que “no alcanzaba con la democracia en Argentina: necesitábamos que lo nacional y lo popular se reafirmara en cada uno de los países de la región, con sus matices y diferencias”. En ese sentido, destacó que “la unión de los países de Mercosur y de la Celac, logró lo que pasó hace unos días, viendo a Cuba sentada en la cumbre de las Américas”.

“Cuando nos dicen o quieren decirnos que vienen con proyectos para integrarnos al mundo: ¿a nosotros?”, se preguntó. Y aseveró: “Nunca estuvimos tan integrados como ahora, ni regionalmente ni globalmente”. “Si hoy vemos este mapa global multipolar, con el surgimiento de China, de Rusia, ¿cuándo estuvimos tan integrados en el mundo como hoy?”, señaló y agregó: “Tenemos que profundizar en este camino”.

La coincidencia entre sectores nacionales y populares

La Presidenta dijo que algunos se vuelcan a la política porque quieren ver al país “atendido por sus propios dueños”. Pero remarcó que “los que no creemos en dueños, reconocemos la necesidad en la integración entre nacionales y populares, de distintos partidos, no les pedimos ficha de afiliación”.

En ese sentido, sostuvo que “el fondo de la cuestión es si vos creés que debemos ser un país que decide soberanamente sus decisiones políticas, económicas sociales”. “Somos nacionales, populares y democráticos. Y si algo distingue a lo nacional, popular y democrático es integrar a cada vez más argentinas a los bienes culturales, sociales y económicos, a los que cada uno tiene derecho por haber nacido en esta tierra”.

Por último, afirmó que “ser nacional, popular y democrático” se distingue por el hecho de “saberse argentino, el reconocerse latinoamericano, el decirle que no a los que quieren pisarte la cabeza”. Defendió la necesidad de repasar esa “historia que algunos no quieren que se sepa, porque no eran neutrales, estaban del lado de los que mataron y torturaron”. “Nosotros nunca estuvimos de ese lado, estuvimos del lado de los trabajadores, de los sindicatos, de los organismos de derechos humanos, de los argentinos”, concluyó.

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Cristina Fernández y Leopoldo Moreau en el Congreso Nacional del Radicalismo Popular