PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE FIRMA DE ACUERDOS CON LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE FIRMA DE ACUERDOS CON LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY

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Señor presidente de la República de Paraguay, querido amigo Nicanor Duarte; señor vicepresidente, querido amigo Castiglioni; autoridades que nos acompañan; gobernadores; legisladores; congresistas; amigos, amigas: deseo agradecerle en mi nombre y el del pueblo argentino por el cordial recibimiento que el señor presidente Nicanor Duarte Frutos y las demás autoridades de la República del Paraguay nos han brindado a mí y a la comitiva que me acompaña en esta ocasión tan especial.

Esta visita tiene para mí una importancia, un significativo relevante, no sólo por la hermandad que históricamente une a nuestros pueblos sino también porque el fortalecimiento, la consolidación de la relación argentina paraguaya ha sido y será un objetivo en nuestra política exterior.

Los gobiernos de Argentina y Paraguay comparten en esta etapa de la historia principios que considero fundamentales, tales como la defensa irrestricta de la democracia, el respeto por el estado de derecho, la promoción y la protección de los derechos humanos, el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacional, y el crecimiento económico con justicia social.

Paraguay y Argentina trabajan conjuntamente para profundizar el proceso de integración latinoamericana. La reciente incorporación de la República Bolivariana de Venezuela como estado miembro del MERCOSUR y los pasos que estamos dando en materia de integración energética y desarrollo de infraestructura, son solo algunos ejemplos en ese sentido.

En lo que respecta al MERCOSUR, deseo transmitirle el interés y la voluntad del Gobierno Argentino para continuar trabajando en la profundización y perfeccionamiento en el proceso de integración y así lograr los objetivos que siempre anhelamos, un mercado común equilibrado, que permita el desarrollo económico sostenible de cada uno de sus socios y que esto redunde en beneficios concretos para nuestros pueblos.

Por este motivo hemos respaldado a lo largo de los últimos años todas aquellas medidas tendientes a lograr la nivelación de las asimetrías. En este sentido, quiero destacar la creación del fondo para la convergencia estructural del MERCOSUR basado en los principios de solidaridad y reconocimiento de las asimetrías estructurales de la región, que en los primeros años estará destinado a proyectos de infraestructura que contribuyan al desarrollo de las economías y regiones menos desarrolladas.

Por otro lado, acordamos la creación de una comisión de monitoreo del comercio bilateral, con el propósito de atender los problemas puntuales en materia del comercio bilateral, encontrar soluciones rápidas a los mismos y realizar un trabajo coordinado para lograr un intercambio más fluido.

Las tareas que debemos llevar adelante en todo el proceso de integración en América latina, la construcción del espacio de los pueblos de América del Sur, requiere, como decía el Presidente, una ardua tarea por parte de todos nuestros gobiernos.

Durante muchos años nos han acostumbrado a que trabajar separados era fundamental para el crecimiento individual de nuestros pueblos. Esto se debe a sectores internos de cada una de nuestras naciones con una visión restrictiva de lo que significa la integración o lo que significa esa integración para que ciertos intereses puedan perdurar y puedan seguir sosteniéndose y manteniéndose a costa de los sufrimientos de nuestras propias regiones y de nuestros propios pueblos.

Por eso nosotros, querido Presidente, creemos firmemente en el proceso de integración, creemos firmemente que hay que conversar todo los temas bilaterales que tienen los países de América del Sur, en este caso Paraguay y Argentina; hay que hacerlo con mucha responsabilidad, con mucha seriedad, con mucha cristalinidad y con mucha luz, porque bien dijo usted que el tema de Yacyretá lamentablemente tiene una historia de desencuentros, corrupción, frustraciones y nada más y nada menos que 24 años de retraso en la terminación de la obra que es fundamental para toda la región y es fundamental para Paraguay y la Argentina.

Por eso yo celebro que hoy nosotros hayamos dado un paso que me parece que es muy importante, porque las cosas hay que hacerlas paso a paso como corresponde y el paso que hemos dado con el gobierno de Paraguay de estudiar a fondo la viabilidad técnica y administrativa de Yacyretá para conformarla en algo viable y posible, marca el inicio de un rumbo para que durante 90 días las comisiones de ambos países, los representantes de ambos países, estudien cómo definitivamente podemos poner en marcha y que Yacyretá no se convierta en una carga permanente de frustraciones para nuestros pueblos sino en un elemento de realizaciones.

También ambos representantes de las repúblicas, profundamente democráticas, apelamos a que todo el proceso de conversaciones que llevemos para la viabilidad técnica y financiera de Yacyretá, tenga su paso por los respectivos congresos de la Nación, por los organismos de contralor, las viabilidades, las posibilidades, los mecanismos, es decir, queremos que tenga un rango y una calidad institucional que no deje ninguna duda. Porque querido Presidente, usted sabe que lamentablemente, todos los procesos o todo lo que rodeó al proceso de Yacyretá, siempre estuvo enmarcado en un gran oscurantismo y llenó de dudas a todos los actores que tuvieron que participar en las realizaciones de dichos temas.

Por eso celebro profundamente la conversación mantenida con el señor Presidente, con el señor Vicepresidente y con representantes de ambas naciones, en el sentido de poner un punto de inflexión; es cierto, empezar a estudiar la viabilidad técnica y la viabilidad financiera de Yacyretá, pero hacerlo a fondo, de cara a la sociedad y con la participación institucional de todos los organismos que correspondan, para que el día que determinemos en esta comisión, en este espacio de trabajo que hemos estimado en 90 días, se avance en resoluciones y que estas resoluciones estén avaladas por todos los sectores de nuestros países, por todos los organismos de contralor para que los pasos que demos tengan un paso de certeza, que no jueguen con la esperanza, la fe y la decisión de nuestros pueblos. No queremos hacer ni maniqueísmos ni manoseos ni queremos tener actitudes demagógicas irresponsables, porque lo que queremos construir es la teoría de la responsabilidad y la teoría de la responsabilidad parte por una práctica profunda de la calidad institucional que tenemos que darle a la resolución de nuestros temas y esa calidad institucional tiene que estar acompañada de un gran proceso de cristalinidad y que sean pasos para adelante, querido Presidente. Es decir que cuando se escriba sobre este tiempo de la historia digan que tuvimos la responsabilidad, la seriedad y la calidad para resolver los temas de nuestros pueblos y que definitivamente se terminaron los procesos oscuros sobre las resoluciones del tema de Yacyretá, porque cada vez que se resuelve un tema de fondo en Yacyretá, siempre se está pensando a ver qué cosa rara pasó atrás. Nosotros queremos definitivamente terminar con este tema.

Así que celebro profundamente el haber acordado la puesta en marcha de esta comisión para que definitivamente vayamos resolviendo todos los temas pendientes que tenemos por delante.

En cuanto a su visión americanista, la comparto plenamente, creo en la autodeterminación de los pueblos, creo profundamente en la búsqueda de la justicia, de la equidad, de la lucha contra la exclusión, de la solidaridad; creo que cuando usted reclama la profundización del MERCOSUR y cuando el MERCOSUR tiene que derramar solidaridad hacia las economías más pequeñas, esto se va a ir convirtiendo en una realidad y en la medida en que se vayan consolidando las economías más fuertes de la región, más fácil va a ser tender la mano solidaria y generar, como en otros proceso de integración que hay en el mundo, fondos de inversión, fondos de infraestructura que tiendan a solucionar problemas que den la viabilidad a naciones que tienen menor dimensión económica pero tienen la misma potencialidad política, institucional y calidad moral que las naciones más grandes.

Por eso nosotros creemos que hay que profundizar fuertemente el MERCOSUR, aplaudimos la integración de la República Bolivariana de Venezuela, aplaudimos el diálogo abierto, creemos que nuestras sociedades tienen que profundizar seriamente y apoyar fuertemente todos estos procesos que van a tender a la construcción de justicia, a la construcción de claridad, a la construcción de posibilidades.

Ustedes saben que los argentinos venimos de un proceso muy difícil, es muy difícil recuperarse de donde nos venimos recuperando, prácticamente todavía estamos en el infierno, tratando de salir, y cuando se cae donde se cayó una nación como la Argentina les puedo asegurar que entramos todos en un profundo estado de reflexión, y ya sabemos lo que significó la década de los 90 -terrible para nuestra sociedad, durísimo- ya sabemos cómo permanentemente tratan de alentar la idea de que esos proyectos pueden ser la solución para nuestras sociedades y ya sabemos los daños que nos han traído. Por eso decididamente estamos en un proceso de construcción donde revalorizamos fuertemente el rol promocional del Estado, donde también sabemos que el Estado y el mercado se deben complementar, donde sabemos que el mercado con la acción fuerte de toda la economía privada tiene un rol muy importante, pero con un Estado ausente es imposible construir una sociedad alternativa y superadora que nos contenga.

Por eso creemos que MERCOSUR, integración latinoamericana, países de América del Sur, todos los espacios de integración que podamos consolidar son muy importantes, pero tienen que ir acompañados de los instrumentos financieros, de los instrumentos de inversión, de los instrumentos de integración, de los instrumentos de solidaridad y la construcción de nuevas calidades institucionales que permitan la realización de nuestros pueblos.

Por eso comparto fervientemente muchas de vuestras manifestaciones, que creo hacen al sentimiento de una región absolutamente distinta.

Hoy quería estar acá en el Paraguay y agradezco profundamente la invitación del señor presidente del Paraguay. Ustedes saben que hoy en la Argentina se recuerda con profundo dolor 12 años de un atentado que se dio allá por el 18 de julio de 1994 respecto a la institución de la AMIA, una institución de la comunidad judía, una institución de la comunidad argentina que aún después de 12 años, por todas las circunstancias y el trabajo de sectores de poder, de otros sectores e inclusive de graves fallas de la Justicia, todavía no se ha podido resolver algo que a nosotros nos duele profundamente, que es determinar con absoluta claridad las sanciones a los culpables de un acto lamentable, horroroso, que nos duele profundamente a todos los argentinos porque para nosotros, más allá de un atentado a una determinada comunidad que es parte de la sociedad argentina, creemos que la agraviada, aparte de los integrantes de la comunidad, es la sociedad argentina en su totalidad.

Pero así y todo no quise dejar de estar presente aquí, sé que todos lo entienden perfectamente porque sé que estamos dando un paso fundamental y central para ver si encontramos el rumbo definitivo a la solución de problemas que tenemos que solucionar entre argentina y Paraguay, que los tenemos que solucionar como naciones maduras, responsables, serias, y buscar desde la verdad relativa del Paraguay y la verdad relativa de la Argentina, una verdad superadora que nos pueda contener y podamos dar las respuestas que correspondan.

Así que profunda claridad, profunda cristalinidad, profunda participación de los poderes institucionales, profunda discusión de los intereses que tengamos que discutir para lograr que queden definitivamente resueltos y dentro de 90 días podamos empezar a alumbrar con claridad el rumbo a los problemas, a las demandas que puedan existir y a las soluciones que nos permitan arribar definitivamente a la terminación de esta obra. Como usted decía, son 24 años que estamos esperando y Dios quiera que la podamos terminar o dejarla prácticamente terminada en este tiempo transitorio de la historia en que nos toca gobernar nuestros países. Si nosotros logramos que eso se dé, querido Nicanor Duarte, querido amigo, estaremos dando un paso importantísimo para la historia.

Y también otro paso importante que tenemos que dar es ayudar a desentrañar -porque esto también es central-, resolver, terminar, aclarar, zanjar diferencias y algo que se merecen todos los paraguayos y todos los argentinos es determinar las responsabilidades de por qué tardamos 24 años, qué pasó durante esos 24 años. Porque se habla mucho de los mecanismos de corrupción y las situaciones que nos tocó vivir en Yacyretá durante este tiempo, pero desde la Argentina me gustaría proponerle, mi querido Presidente paraguayo, que hagamos una comisión investigadora para determinar las responsabilidades durante estos 24 años, porque nuestros pueblos merecen la verdad. (aplausos). Los responsables de esta situación tristísima que nos toca vivir deben ser conocidos por nuestras sociedades y definitivamente aclarar que este tipo de cosas en el mundo que estamos tratando de generar como punto de inflexión y en la región que queremos construir, no tienen más cabida.

Así que, queridos hermanos paraguayos, queridos amigos, querido pueblo de Paraguay, agradezco profundamente el afecto, el cariño permanente, espero que se vuelvan habituales nuestras visitas. Ustedes me han invitado a participar prontamente de alguna reunión en el lugar de las obras, para mí va a ser un honor poder acompañarlos, poder estar junto a ustedes, y no se tiene que convertir en una novedad la presencia de un presidente paraguayo en la Argentina o la presencia de un presidente argentino en Paraguay, tiene que ser un hecho cotidiano porque eso va a demostrar que Paraguay y Argentina entienden claramente el mensaje de nuestros próceres y la construcción de la Patria grande, de una Latinoamérica unida, y paraguayos y argentinos trabajando juntos para superar las grandes inequidades que todavía tenemos en nuestra sociedad, como usted bien decía. Porque vemos que vamos mejorando, vemos que vamos creciendo, pero también vemos, con absoluta objetividad, que todavía hay muchos hermanos que necesitan el proceso de inclusión, de realización, de sentirse parte de nuestras patrias.

Muchísimas gracias, ¡viva Paraguay, viva la Argentina; viva la Argentina, viva Paraguay, viva la hermandad fraterna y permanente entre nuestros pueblos! Muchísimas gracias.