PALABRAS DEL PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER EN EL ALMUERZO CON EL CONSEJO SUPERIOR DE CAMARAS DE COMERCIO EN MADRID

PALABRAS DEL PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER EN EL ALMUERZO CON EL CONSEJO SUPERIOR DE CAMARAS DE COMERCIO EN MADRID

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Señor Presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio; señor secretario de Estado de Turismo y de Comercio; comitiva que me acompaña; señores empresarios; señoras y señores: creo que sería muy importante que juntos hagamos algunas reflexiones que pasen por el análisis de la inversión de las empresas españolas en la Argentina, por la crisis que pasó la Argentina, crisis de la que todavía está tratando de salir, por la situación de crecimiento y también por la famosa seguridad de las inversiones. Creo que es muy importante, cuando uno analiza la seguridad de las inversiones, analizar el contexto económico y estructural que tenía la Argentina cuando ustedes hicieron las inversiones y el que tiene ahora. Ustedes son muy buenos analistas de las economías, invirtieron en la década del 90 en la Argentina importantes sumas de capital. Si uno analizaba la situación económica de la Argentina, el proceso de endeudamiento, la convertibilidad y el uno a uno, creo que no tenían mayor inseguridad y mayor imprevisibilidad por delante en la historia argentina que en ese momento. Ustedes sabían que en la Argentina había un gran déficit fiscal, que el mantenimiento del uno a uno se cubría con endeudamiento que superaba totalmente las posibilidades de la Argentina; ustedes saben que los créditos internacionales que se obtenían del BID y del Banco Mundial no eran destinados para inversiones, ni siquiera de infraestructura, sino para pagar; ustedes sabían que el crecimiento del endeudamiento en la Argentina era altamente superior a las posibilidades de su propio producto bruto. Entonces me hago esta primera pregunta y la primera reflexión, que es muy importante que la hagamos: cómo hoy se habla a veces de la seguridad y la previsibilidad de la inversión en la Argentina cuando hoy el contexto macro y el funcionamiento interno y micro de la Argentina es altamente previsible, con tasas de crecimiento, como dijo el señor Presidente, desconocidas por allí, en la propia Argentina y en el marco de la economía mundial en muchos lados, cuando la Argentina tiene un promedio hoy de superávit fiscal primario que está entre el 3.6 y 4 por ciento, cuando la Argentina pagó su deuda con el FMI, deuda de 10 mil millones de dólares que pagamos con reservas de las que ya recuperamos el 70 por ciento, a 6 meses de haber pagado esa deuda; que hemos renegociado nuestra deuda externa privada con un ahorro de 67 mil millones de dólares a 40 años, generando una absoluta capacidad de pago; con un crecimiento permanente en la recaudación entre el 15 y el 20 por ciento, año a año, mes a mes comparativo; con un crecimiento de la industria entre el 7 y el 8 por ciento; con la última cifra que hoy nos dan en la Argentina del crecimiento de la actividad económica en abril del 6.4 por ciento, muy buen nivel de crecimiento si tenemos en cuenta que por crisis y sequía tuvimos una menor producción primaria y tuvimos que hacer algún reordenamiento en la exportación de carnes; un crecimiento en los primeros 4 meses del año de la actividad económica del 8 por ciento y un crecimiento del PBI en los primeros 3 meses del año del 8.6 por ciento; donde la Argentina se ha vuelto absolutamente previsible, sigue bajando su nivel de endeudamiento; donde los niveles de endeudamiento del PBI en relación deuda producto llegaron al 120, 130, 140, 170 al final de la crisis durante la década del 90 y hoy estamos en un promedio del 60 por ciento en relación deuda-producto. Entonces vuelvo a reiterar, mis queridos amigos empresarios, a quienes agradecemos tanto sus inversiones: nunca tuvieron mejor margen ni mejor previsibilidad, ni mejor visión estratégica, un país que se desendeuda, que crece; un país que cuando ustedes llegaron con las inversiones llegó a tener, en su momento, el 62 por ciento de pobreza, que llegó a tener el 27 por ciento de indigencia, el 28 por ciento de paro, como dicen ustedes, o de desocupación, que hoy está en el 33 por ciento de pobreza y seguramente ya a esta altura bastante menos inclusive; que hemos bajado la indigencia del 27 al 12 por ciento y el desempleo del 28 al 10.8, y esperamos tener para fin de año, si Dios quiere, un dígito de desocupación. Con un sistema bancario y financiero rentable y recuperándose plenamente; con un crecimiento en la industria argentina dos veces mayor que los procesos industriales más cercanos a nuestro país; con un promedio de crecimiento de la economía entre el 0.7 y el 0.1 mensual; con un crecimiento del empleo de 0.6 por cada punto del PBI, que es un número muy importante, cuando las mayorías de las economías están en el 0.2, no tomando por supuesto nuevos endeudamientos; con un crecimiento de la construcción que está oscilando entre el 22 y el 25 por ciento; con una inversión que cerró en el 26,15, que ya estamos en el 22.8 y aspiramos a tener niveles aún superiores; con niveles de rentabilidad, les voy a dar el ejemplo de una empresa española, Telefónica, que va a tener en el 2008 aproximadamente al 80 por ciento de argentinos con celulares; con un crecimiento de la telefonía fija del 15 al 20 por ciento anual, cifras importantes y casi desconocidas en otros mercados; con un crecimieno permanente del consumo, tanto en los sectores minoristas como en los mayoristas y shoppings de nuestra economía; con un crecimiento de junio a junio del sector minorista del 30 por ciento del consumo; con un proceso inflacionario controlado, la Argentina en el año 2001 tuvo un proceso de devaluación asimétrica del 300 por ciento. Si ustedes toman dos ejemplos, México y Chile; México devaluó el 100 por ciento y tuvo tasas de inflación superiores al 12 por ciento durante diez años, Chile tuvo mayores tasas durante 14, 15 años, y el propio proceso español, del cual ustedes fueron parte si analizan toda la década del 80, también tuvo guarismos parecidos en muchos aspectos.
Es decir que el marco, la estructura, las posibilidades, las viabilidades que está ofreciendo la economía argentina y la Argentina como tal, dan un marco de seguridad altamente superior al que se fue generando en la década del 90 que, lógicamente, si ustedes para mantener el uno a uno en la Argentina, que se mantenía con endeudamiento para cubrir el déficit, ese endeudamiento era cada día más grande que la capacidad del producto y de pago, la explosión del 2001 se convirtió en algo previsible. Estoy seguro que a ninguno de ustedes los tomó por sorpresa lo que pasó en el 2001, más con el proceso recesivo y la falta de capacidad de analizar que muchas veces la ortodoxia es un procedimiento negativo. Siempre digo que hay economistas, que trabajan para determinadas escuelas neoliberales de la economía, que hacen de la ortodoxia como si fuera una Biblia. Yo creo que quienes conducimos el país, fundamentalmente aquellos economistas que son capaces de pensar, de elaborar, que tienen capacidad transgresora, saben que muchas veces hay cantidad de recetas heterodoxas ante problemas determinados.
Si la Argentina en vez de aplicar durante el gobierno de la Alianza un sistema ortodoxo, profundamente fiscalista, impuestazo y demás que nos tocó vivir en ese momento y que ustedes deben recordar, hubiera tenido el coraje de salir de la convertibilidad que era un proceso absolutamente regresivo, seguramente la situación de la Argentina hubiera sido diferente.
Pero no se hizo y se terminó en una devaluación asimétrica, donde evidentemente allí sí - y fue la consecuencia final de la amargura entendible de muchos de ustedes- se rompieron los contratos, todas las previsibilidades y la Argentina ante el mundo quedó en una situación difícil, fundamentalmente ante todos aquellos que habían invertido en nuestra economía.

Creo que estos análisis hay que hacerlos porque van marcando y determinando con claridad las posibilidades que tiene uno cuando va a invertir, que tiene uno cuando va a buscar la rentabilidad, que tiene uno cuando sabe hacia qué lugar de la economía se orienta. En la Argentina hoy hay posibilidades industriales, hay posibilidades agropecuarias, hay posibilidades de reconversión muy fuertes de producción primaria con valor agregado, es decir que en la economía argentina estamos marcando una pluralidad y una posibilidad de desarrollo, inclusive en servicios muy importantes y hasta en los servicios financieros.

Nosotros alentamos fuertemente y nos place que se acerquen los capitales, fundamentalmente los capitales españoles, pero es fundamental que permanentemente vayamos analizando, como hacen ustedes aquí, la situación económica de un país. Nosotros nos decimos ahora, y yo lo decía hoy, que los argentinos tenemos un grave problema, o nos sobreestimamos demasiado o después tenemos una pérdida de autoestima muy grande, que nos lleva muchas veces a andar de un andarivel al otro con una rapidez impresionante, y eso no es bueno, nos quita previsibilidad y equilibrio.
Lo que espero, ahora que la Argentina está saliendo de la situación en la que estaba, que no caigamos en un proceso de sobreestimación de vuelta, volvamos a la vieja adicción y repitamos los viejos errores del pasado.

La Argentina aún está, como yo digo, dentro del infierno, hemos ido subiendo los escalones, pero evidentemente todavía no estamos en lo que esperamos estar el 10 de diciembre del 2007, que es llegando al purgatorio, es decir, llegando definitivamente a consolidar las bases de un país para después profundizar el gran debate por el perfil estratégico que la Argentina tiene que llevar adelante. Ese es el desafío que nosotros tenemos por delante y que creo que lo estamos llevando a buen puerto y por buen camino.

Lógicamente cuando surgen intereses se discuten intereses, pero no hay que caer en el simplismo político en el que caen algunos analistas que dicen “en América Latina existen algunos procesos populistas”. A mí me parece una antigüedad hablar de populismo o no populismo, casi absurdo, y lo digo con todo respeto hacia quienes expresan esas ideas, pero creo que hay que tener la voluntad y la capacidad de entablar debates que tengan la fortaleza de generar verdades superadoras que nos contengan a todos.

En América Latina los procesos de integración, los procesos que viven los países particularmente hay que analizarlos en términos individuales y con la claridad de cuál es la situación que le tocó vivir a cada nación.

Si ustedes analizan el proceso boliviano, que es un proceso que tiene que ver mucho con algunos momentos que le ha tocado vivir a España, a los inversores, a las empresas españolas, tienen que darse cuenta que Bolivia es el segundo país más pobre de la región, que tiene un proceso indigenista por delante, que tiene un Presidente indígena, nuevo, distinto, donde están tratando de reconstruir un país que fue vaciado, un país que llegó a una situación absolutamente límite, por la cual ustedes reciben a muchísimos bolivianos aquí en España y nosotros los recibimos en la Argentina, porque ese país había quedado prácticamente autodestruido y destruido también por acciones colaterales.

Entonces el proceso boliviano hay que analizarlo muy de fondo, hay que entenderlo y yo creo, no tengan ninguna duda, que paulatinamente va a haber un proceso de adecuación y de respuestas muy interesante de Bolivia, que van a ir superando la crisis muy profunda que ha tenido por delante. Más allá que si hoy le toca la responsabilidad al Presidente que está, sucesivamente creo que Bolivia puede iniciar un proceso de reconstrucción. Pero no está haciendo un proceso populista boliviano. Bolivia está haciendo un proceso, tratando de supervivir, tratando de reconstruir todo lo que le fue destruido.

No sé si pasa en otras regiones. También hay que entender muy bien el rol en la región del presidente Chávez, que tiene un rol muy importante en la región, tiene una actitud muy solidaria con los pueblos de América latina, se incorpora al MERCOSUR y nosotros, como integrantes del MERCOSUR, con el presidente Lula lo hemos considerado muy importante. Es muy importante en la ecuación energética de la región y del mundo. Si Estados Unidos acepta y compra petróleo en Venezuela por 25 millones de dólares, por qué los países de la región no van a poder tener una relación profunda con el presidente Chávez, independientemente de las situaciones de pirotecnia política que se puedan vivir. Es decir, vamos a los intereses concretos: nosotros creemos que el rol de Venezuela en la región puede ser muy importante y el respeto a la democracia venezolana y a las decisiones de los venezolanos también. Porque la democracia es cuando se gana y cuando se pierde, cuando ganan los que me gustan a mí y cuando no ganan los que me gustan a mí, democracia es respetar la pluralidad, que es una cuestión central. ¿O algunos de los procesos democráticos son cuando ganan los de uno nada más? Eso es clarísimo y es una interpretación de lo que deben ser las democracias profundas de lo que necesitan nuestras regiones.

De modo que en América latina no existen gobiernos menos populistas y más populistas, existen gobiernos – yo creo- de tinte progresista, con la caracterización que suelen hacer, con las particularidades que tiene Argentina, que tiene Chile, que tiene Uruguay, que tiene Brasil, pero yo siempre les digo a mis colegas que los gobiernos de tinte progresista después tienen que aplicar con fuerza las ideas progresistas y el crecimiento que tienen porque no sea que lleguen siendo progresistas y después se diluyan. Esto es también muy importante: ser consecuente con las ideas que se tienen.

Nosotros creemos en el proceso de integración fuertemente, el MERCOSUR se va a consolidar, la normalización de Argentina y Brasil va a ayudar a que podamos cumplir el rol que la Comunidad Económica Europea tiene en Alemania, Francia y otros países, en su determinado momento. Argentina y Brasil son las economías más fuertes y somos los que más tenemos que aportar para consolidar el tema del MERCOSUR. Las crisis de Argentina y Brasil llevó, realmente, a una situación muy difícil al MERCOSUR porque son los países que más tenían que consolidar la integración regional y estaban en una situación económica extremadamente difícil.

Nosotros creemos que el MERCOSUR, la Comunidad de Naciones de América y las Cumbres Iberoamericanas van a consolidar un proceso de integración muy fuerte, porque aparte creemos que España, en este sentido, juega un rol fundamental, es la base de conexión nuestra con la Comunidad Económica Europea y a través de España y la Comunidad Económica Europea nosotros esperamos que en ese diálogo bloque a bloque, entre MERCOSUR y Comunidad Económica Europea, podamos cubrir la ausencia concreta que tiene Estados Unidos sobre la región, que en vez de ser el más fuerte que ayude a consolidar la región, hasta ahora no ha hecho ese proceso de integración o esa actitud responsable, solidaria que tuvieron las naciones más importantes de Europa para construir la Comunidad Económica Europea. Eso es central porque nosotros creemos, y esto lo hemos conversado con Su Majestad, con el Presidente del Gobierno, con legisladores y hoy lo conversamos con los señores empresarios, que es muy importante el rol que ustedes pueden jugar en toda la región y nosotros tenemos muchísima esperanza.

Desde luego, yo les decía de la discusión de intereses y la discusión de intereses no pasa por cuestiones ideológicas, señores, y ustedes lo saben muy bien. Es decir, ni nosotros como gobernantes y en este caso el mío, y no me voy a esconder en una discusión de intereses de supuestas ideologías distintas que podamos tener con grupos económicos, empresarios y demás, y ustedes tampoco lo van a hacer, salvo que algunos a veces lo hacen creyendo que así pueden encontrar una respuesta a la no solución de sus problemas. Cuando en la economía se discuten intereses, se discuten intereses. Y cuando se discuten intereses está el sector inversor privado y está el Estado. Y en la Argentina esta situación se vio fuerte agravada porque evidentemente la explosión de la situación económico social de la Argentina llevó a que se rompieran todos los contratos, lo que tiene una historia que yo antes traté de analizar, junto a ustedes, y que evidentemente es una historia que no se puede solucionar de un momento a otro y es prácticamente imposible; en los primeros días de la gestión que nosotros llevábamos adelante decía que gobernábamos segundo a segundo, hoy estamos gobernando minuto a minuto, somos racionalmente optimistas y creemos que la Argentina va hacia una etapa de normalización definitiva.

Creemos que se va avanzar y se ha avanzado muchísimo, en muchas empresas se han recuperado buenos niveles de rentabilidad. Seguramente las asignaturas pendientes que tenemos que resolver, por los tratos y las contrataciones individuales que tenían los distintos señores empresarios, cuyos capitales están radicados en la Argentina, creo que paulatinamente en el corto tiempo vamos a ir alcanzando, saldando las diferencias que tenemos en pos de continuar y profundizar las inversiones.

Hoy podemos hablar así, seguramente hace dos años atrás, o cuando nos juntamos en una reunión hace dos años y medio, cuando vine por primera vez a España, yo no les podía hablar así y no les podía decir lo que hoy gracias a Dios está pasando en la Argentina y ustedes estaban con la angustia muy grande de una crisis, realmente muy fuerte e inédita en nuestro país, que ponía en riesgo todos sus capitales. Hoy ustedes saben que en eso han alcanzado total tranquilidad, sus inversiones están a buen resguardo, han recuperado rentabilidad y por supuesto que hay temas pendientes que discutir. Y lo vamos a hacer, paulatinamente y maduramente como corresponde a empresarios responsables y serios, que han tenido la bondad y la voluntad de invertir en la Argentina, y a un Estado que los reconoce como empresarios de su propio Estado, porque para nosotros los capitales españoles son capitales españoles que invierten en la Argentina y los consideramos como capitales argentinos, que provienen de España, que consolidan el crecimiento argentino y son parte de la Argentina.

Entonces creemos que tenemos un futuro común, un destino común y que tenemos que tener un diálogo absolutamente sincero y claro, que ayuda a disipar totalmente los malos entendidos. Es decir, hay dos formas de entenderse: una es la forma de mentirse permanentemente y a veces rondar en la hipocresía, y la otra es hablar con total sinceridad, aunque parece un poco de dureza, muchas veces significa que después nos podemos entender y conocer mucho mejor y tener una relación mucho más efectiva, con mucha mayor capacidad de respuesta y con mucha mayor capacidad de ejecución.

Nosotros estamos satisfechos con lo que hemos avanzado, estamos satisfechos con lo que ustedes están realizando en la Argentina. Son muy pocas las inversiones que nos han decepcionado y, fundamentalmente, ésas no provienen de capitales españoles. Esto también es digno de reconocer.

Así que nosotros los instamos a seguir construyendo juntos con la Argentina, les decimos la verdad, por qué proceso estamos pasando. Estamos saliendo del infierno y no nos vamos a dejar llevar por un optimismo desmesurado, no nos vamos a sobrevalorar nunca más y vamos a tratar de que el racionalismo predomine fuertemente en todas nuestras acciones y que los argentinos salgamos de las viejas adicciones. Yo sé que es muy feo cuando no se cumplen contratos, pero ustedes piensen que feo que es, para los que tenemos responsabilidades dirigenciales en la Argentina, ver caer a su país prácticamente en la anarquía. La crisis de 2001 para nosotros fue un hecho absolutamente desconocido, como nos sobrevaloramos tanto nunca creímos que podíamos llegar a una situación o a una instancia de este tipo, pero todo proceso económico de explosión tiene su historia y su antecedente, como lo explicábamos recién.

Yo no quiero extenderme, quiero agradecerles profundamente este almuerzo que estamos compartiendo, quiero decirles que las puertas del Gobierno están absolutamente abiertas y por supuesto las puertas de mi despacho en la Casa Rosada, que estamos dispuestos a seguir resolviendo y discutiendo temas, que estamos dispuestos a seguir abriendo todos los caminos de la inversión que ustedes crean necesarios en la Argentina, que nos alegra que estén en una situación mucho mejor que la que tenían cuando nos tocó asumir el Gobierno y que también tengan la absoluta seguridad que en los temas que nos quedan pendientes, que ya cada vez son menos, tanto como a ustedes nos urge la solución definitiva para consolidar estratégicamente el país. La Argentina va a seguir trabajando con el concepto de superávit fiscal primario, fuerte inversión pública en la reestructuración y en la consolidación de vertebrar el cambio y amplia apertura a la inversión privada. Nosotros con seguridad creemos que la inversión pública y la privada sintetizadas en un esfuerzo conjunto generan un fenómeno de transformación y crecimiento muy importante y por supuesto vamos a seguir acompañando todos aquellos proyectos que tiendan a que la Argentina pueda cambiar y ustedes puedan obtener buenos niveles de inversión y buenos niveles de rentabilidad. Nos interesa que ganen bien y que les vaya bien, que tengan rentabilidad. No creemos que se pueda pretender, y además es absurdo que en la visión global que tenemos del capitalismo se pretenda que nuestros empresarios o los empresarios que va a la Argentina e invierten no tengan rentabilidad. Queremos que tengan mucha rentabilidad, que generen muchos empleos, que generen inclusión social y que nos ayuden a consolidar definitivamente la Argentina. Por eso, para terminar, quiero agradecer a los empresarios españoles la confianza en la Argentina, a las inversiones que han hecho, ver y entender lo que les ha tocado pasar, pero así como yo siempre digo, que la autocrítica debe ser un elemento permanente cuando uno está ejerciendo el gobierno, también muchas veces la autocrítica debe ser compartida, porque a veces hay situaciones que se ven venir, que se ven venir, pero uno nunca cree que van a llegar. Pero evidentemente cuando se aplican políticas que poco tienen que ver con la realidad, a veces, esas situaciones llegan y esas situaciones determinan crisis como las que le tocó vivir a la Argentina.

Quiero agradecerle también a España en su conjunto, sus instituciones públicas, sus gobiernos de distintos signos. Siempre lo digo, a sus dos gobiernos, a mí me tocó tratar con un gobierno del Partido Popular y ahora con un gobierno del Partido Socialista y en cada momento, respetando cada coyuntura histórica, ambos tuvieron una actitud de acompañamiento, de ayuda a la salida de la crisis argentina. Las tuvo en su momento el Partido Popular y hoy la sentimos profundamente en el Partido Socialista Español, y eso a nosotros nos da mucha fuerza, nos da respaldo y nos hace sentir bien. Y agregando lo que hacen ustedes de seguir invirtiendo, de seguir creciendo, de seguir aportando a esa Argentina, hace que tengamos un profundo agradecimiento al pueblo español en su conjunto. Así que muchísimas gracias y gracias por compartir este momento.