PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DR. NÉSTOR KIRCHNER DURANTE EL ACTO DE INAUGURACIÓN DEL PUENTE DE LA SERNA, "JUAN PABLO II, MENSAJERO DE LA PAZ”, EN EL PARTIDO DE AVELLANEDA.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DR. NÉSTOR KIRCHNER DURANTE EL ACTO DE INAUGURACIÓN DEL PUENTE DE LA SERNA, "JUAN PABLO II, MENSAJERO DE LA PAZ”, EN EL PARTIDO DE AVELLANEDA.

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Querido amigo, señor Intendente de Avellaneda, “Cacho” Álvarez; queridos amigos Intendentes; querido amigo, Felipe Solà, Gobernador de la provincia de Buenos Aires; queridos amigos presentes; familia e hija de Azucena Villaflor; amigos de todas las organizaciones presentes, de todas las organizaciones sociales y políticas, que están presente aquí, en un verdadero acto democrático donde estamos celebrando la inauguración de una obra fundamental. Creo que estas son las obras que van a demostrar que los argentinos podemos y podemos cambiar la historia, que podemos hacer obras que decían que eran imposibles. Estas obras, para algunos Gobiernos, eran gasto público improductivo; para nosotros es la vida misma de la gente, porque es elevar la calidad de vida del pueblo y esa es la lucha que nosotros perseguimos. (Aplausos).

Ciento treinta millones de pesos de inversión para Avellaneda, ciento treinta millones que van a estar en trabajo, en esfuerzo y en sacrificio. Así invirtiendo en Avellaneda y en todo el país, tratando de recuperar paulatinamente esta Argentina, que la tomamos en el infierno.

Muchos se olvidan hoy, y muchos a pocos días de estar gobernando, decían que venía otra debacle en este país, muchos analistas se cansaron de predecir la peor de las cosas y hay muchos que siguen tratando de que vengan las peores cosas para los argentinos. No vamos a retroceder ni un sólo paso, vamos a corregir todo lo que sea necesario, pero vamos a construir una Argentina para todos, una Argentina donde todos los argentinos tengan lugar, esperanza y deseo. Todavía estamos en el infierno, todavía estamos tratando de salir de una situación que nunca soñamos estar.

Hemos avanzado muchos peldaños y espero que cuando me toque terminar el mandato, el 10 de diciembre de 2007, pueda decirle al pueblo argentino que Argentina ya está saliendo del infierno y va pasando por el purgatorio. Dios quiera que sea así, la lucha es difícil. Le quiero contar a ustedes, que es una lucha difícil de todos los días, que me duele en el alma cuando algunos persisten en no querer entender que no se pueden salvar unos a costas de otros, que tenemos que salir todos juntos.

Les puedo asegurar que no vine a quedarme de cualquier manera, no me interesa ser Presidente por ser Presidente, mientras sea Presidente quiero luchar junto al pueblo, estar en la vereda del pueblo, estar en el corazón del pueblo y luchar, junto al pueblo, por una Argentina diferente. (Aplausos).

Cuando veo, en estas horas que algunos quieren doblegarnos en el esfuerzo que estamos haciendo para que los precios no suban; ustedes vieron que en febrero logramos bajar la inflación y aún la propia canasta básica, que en febrero del año pasado había sido del 2,5, la llevamos a menos de la mitad y la inflación de febrero, que había sido 1 el año pasado, la llevamos a 0,4. Apenas conocieron el índice, en forma sugestiva, empezó a aumentar el precio de la carne, todos los días sube el precio de la carne y sube. Si creen que hay un Presidente que se va a quedar con los brazos cruzados están equivocados. (Aplausos). En las próximas horas, cuando salga de este acto voy a ir a tomar determinaciones importantes, porque la carne primero para los argentinos a precios que puedan comprar los argentinos. (Aplausos).

No nos interesa exportar a costa del hambre y el bolsillo de los argentinos. Está bien que exporten, está bien que ganen, pero primero véndannos las carne al precio que corresponde al pueblo argentino, dentro de Argentina, que es eso lo que estamos buscando y estamos pidiendo reiteradamente a los sectores que tienen que ver con este tema.

Por eso les puedo asegurar que vamos a dar esta batalla y que entre todos juntos vamos a dar los pasos necesarios para que se puedan solucionar estos problemas. Yo sé que el pueblo argentino me va a acompañar, sé que las presiones y los intereses van a tener en frente al pueblo que va a acompañar a este Gobierno para que definitivamente podamos encontrar la justicia y la equidad.

Yo necesito la ayuda de ustedes, yo necesito el acompañamiento de ustedes, yo necesito tenerlos al lado porque sé que, junto a ustedes, va a amanecer una nueva Argentina, una Argentina de todos y para todos, no una Argentina para unos pocos, que es lo que nos ha ocurrido en la década pasada. Queremos una Argentina que nos contenga a todos, queremos producción, queremos trabajo, hemos bajado el desempleo, hemos bajado la pobreza y hemos bajado la indigencia y lo tenemos que seguir haciendo porque falta mucho.

Hay algunos que fueron verdaderos apóstoles del proyecto que hundió a la Argentina y dicen: “Sí todavía hay pobreza”. Claro que hay pobreza, cómo no va a haber pobreza si nos dejaron un país casi con el 60 por ciento de pobreza. Hemos bajado más de 26 puntos la pobreza y hemos llevado a más de la mitad para abajo la indigencia, hemos bajado la mortalidad infantil de números vergonzosos al 12,9, hemos dado pasos concretos y paulatinamente fuimos recuperando el poder adquisitivo del pueblo argentino, mejoramos su recaudación, mejoramos su salario y mejoramos el nivel de empleo. Pero también hay que mejorar el empleo en blanco. ¡Basta de empleo en negro! Que el empleo sea la luz, el empleo decente de todos los argentinos y esta es responsabilidad de los sectores del empresariado argentino, que tienen que dar ese paso y ayudarnos a construir una Argentina donde no haya que tener trabajo en negro y trabajo en blanco. (Aplausos).

Hay que recuperar esas prácticas culturales perdidas, por eso al recordar el Día de la Mujer y al recordar a una verdadera luchadora, como Azucena Villaflor - aquí están sus hijas y sus familiares - siempre me queda en la memoria cuando ella – lo leí también en un libro - decía que su papá salía a esperar a su mamá después que fue secuestrada porque decía que iba a volver y que falleció sin que ella vuelva. Una mujer que se calzó el pañuelo y salió a luchar contra las injusticias, las desapariciones, el golpe, la dictadura, las cosas que nos tocaron vivir. Fue la lucha de ese momento histórico que sigue siendo en la búsqueda de la memoria y la justicia. Por eso, Avellaneda tiene en Azucena Villaflor un verdadero ejemplo.

Y las luchas de las madres de hoy que van al mercado, al supermercado y a los distintos negocios y carnicerías es tan bien para poder con su trabajo comprar el sustento. Por eso es deber del Gobierno acompañar a las madres, abuelas, hijas que van a comprar, al igual que los distintos familiares, y sepan que hay un Gobierno que los está defendiendo y no que está mirando pasivamente. Por eso, creo que en la larga y ancha avenida de la Patria nos vamos a encontrar los argentinos tomados de las manos para que haya más producción, para que haya más trabajo, pero que esa producción o esa posibilidad de crecer no estén concentradas en unas pocas manos. Por Dios ya conocimos ese ejemplo de que va a derramar el vaso algún día. El vaso lo vamos a hacer derramar todos los argentinos, para que los que ganen, ganen lo que les corresponde, pero para que el pueblo argentino tenga su derecho, tenga la justicia, la equidad y la inclusión que merece. (Aplausos). Es un paso que tenemos que dar con toda nuestra fortaleza.

Avellaneda los quiero mucho y ustedes saben que en estos días, cuando venia volando veía las dos canchas y recuerdo todo lo que me hizo llorar “Aguerito”, estos últimos días, pero qué le va a ser, son cosas del fútbol. Veo el cartel de la Guardia Imperial y también me emociona y veo a todos los hombres y mujeres que adhieren a las distintas instituciones de acá y les quiero dar un fuerte saludo. Sepan que acá hay un argentino como ustedes que ama el deporte y que ama el fútbol y que viene sufriendo hace siete fechas seguidas, pero no importa (Risas y aplausos). Realmente, la culpa la tiene Grondona. (Risas)¿Cómo le va Don Julio, cómo está?

Un saludo muy grande para todos, muchísimas gracias por compartir ¡Viva Avellaneda! ¡Viva toda su gente! ¡Arriba este gran pueblo, que marca una historia de trabajo, de esfuerzo y de sacrificio! Muchísimas gracias.
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