LA POLICÍA PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO CENTRAL DE LA SEMANA DE FEDERAL

LA POLICÍA PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO CENTRAL DE LA SEMANA DE FEDERAL

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Señor vicepresidente de la Nación; señor jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; señor ministro del Interior; señor jefe de la Policía Federal Argentina; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales; señores representantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad; personal superior y subalterno de la Policía Federal Argentina; señoras y señores: quiero aprovechar la oportunidad que me brinda este acto central de entrega de premios con motivo de la celebración de la Semana de la Policía Federal Argentina para llegar con mi saludo a los integrantes de la familia policial. Nos parece propicio dedicar unos minutos a reflexionar respecto de la importancia de la tarea que diariamente desempeñan los hombres y las mujeres que componen en todo el territorio nacional la Policía Federal Argentina.

Está en nuestro interés lograr el cumplimiento más acabado de la función policial en el estricto marco de las normas que rigen su tarea. Pensamos que es desde ese cumplimiento que la Policía construirá prestigio y la institución tendrá el aprecio de la sociedad.

Construir un escenario adverso al delito, a la delincuencia y a la impunidad es tarea que comienza cada día y se sostiene sobre la base de un accionar constante sin solución de continuidad.

Sabemos que la existencia de una sensación de seguridad es muy difícil de crear y mantener, el éxito de un solo delincuente puede echar por tierra miles de horas de trabajo desplegado. En esto las estadísticas, por buenas y rotundas que parezcan, se relativizan ante quien resultó ser la víctima de un delito. Por eso el ideal de trabajo no puede agotarse en la inexistencia del delito, ya que éstos ocurren. La sensación de seguridad debe alimentarse de la certeza de la percepción penal y el condigno castigo, el fin de cualquier impunidad.

Pero la existencia de dificultades como las apuntadas no debe ocultar la realidad de los logros que hemos obtenido. Felizmente se advierte una mayor presencia policial en las calles, producto de la mayor incorporación de efectivos y ello sumado a la mejora de equipamiento redundará en una paulatina disminución de los delitos. Entre ellos los delitos más aberrantes que están dejando de ocupar el centro de la escena, producto del desmantelamiento de importantes organizaciones criminales.

No debemos cejar en la importante lucha contra el narcotráfico, en la lucha contra los desarmaderos que se nutren del robo de automóviles, en la lucha contra los delitos más complejos, los delitos que afectan a la niñez, los delitos contra la integridad sexual.

Gracias a Dios y frente a este retroceso del delito, para el bien de la familia policial y de toda la sociedad vemos que ha disminuido el número anual de los caídos en cumplimiento del deber. Realizamos aquí el merecido reconocimiento a los que sin embargo sufrieron la pérdida de un ser querido y valoramos el sacrificio de los policías heridos y de sus familias.

El sacrificio de esos valerosos seres humanos nos recuerda que en el centro de la lucha contra la delincuencia está el recurso humano, las mejores armas con las que contará la policía son los valores que porten sus hombres y mujeres. Honestidad, buen trato, valentía, vocación se servicio, serán los mejores argumentos para utilizar en la lucha incansable contra el crimen.

La lucha contra la delincuencia es una de las más importantes cuestiones de Estado, y tenemos que lograr estándares de seguridad que permitan a los ciudadanos vivir con la tranquilidad de estar protegidos por las autoridades.

Creemos que nada ayudará más al éxito en este combate incesante, que la mejor y mayor capacitación de nuestra policía. Un hito importante en este tema ha sido la incorporación de nuevas estructuras para mejorar el entrenamiento de nuestros policías. Vale recordar que en esta escuela se ha incorporado una unidad de entrenamiento que permitirá que los egresados puedan cumplir su misión con mayor efectividad. Armas, uniformes, chalecos reflectivos, patrulleros y otros vehículos, equipamiento moderno, material para pericias, computadoras, son parte sustancial del aporte institucional a la lucha contra la delincuencia.

Pero el elemento central de esa lucha es, fue y será el hombre y la mujer policías, dispuestos a cumplir con su deber para hacer cumplir las leyes y respetándolas. La ayuda a las víctimas y el respeto por los derechos humanos en su accionar deben seguir ubicándose en el ideal de la acción policial diaria. Para ayudar a la preservación de ése, su principal capital, que es el recurso humano, hemos iniciado un ciclo de mejoras salariales para la Policía Federal en el marco de la recuperación de un adecuado nivel de ingresos de quienes prestan servicios en nuestras Fuerzas Armadas y de Seguridad.

Los argentinos necesitamos una Policía Federal Argentina que acompañe el inmenso cambio cultural que protagoniza nuestra Patria. Venimos desde muy abajo y con esfuerzos denodados subimos cada peldaño de esta escala que tiene que volvernos a poner de pie en un país que merezca ser vivido.

Debe valer la pena hacer las cosas bien, tiene que premiarse el cumplimento de la ley, tenemos que volver a valorar al que más se esfuerza, al que más trabaja, al que más asume con honor su responsabilidad. Tenemos que insistir diariamente para fortalecer un escenario policial donde la corrupción resulte condenada; que los que elijan vivir en la oscuridad del delito, de cualquier delito, sepan que nadie aplaudirá lo que logren con su corrupción, eso hará valer más el premio que la sociedad debe darle al honesto, para alentarlo, para ir señalándole a la sociedad el camino correcto.

Tenemos que pelear todos los días para superar la profunda crisis moral, social, económica y política que terminó postrando los sueños de los argentinos. Tenemos que ir recuperando la alegría del trabajo bien hecho, la capacidad y la autoestima de los argentinos.

Por este camino construiremos una policía con profundos ideales democráticos, comprometida con la defensa y respeto de los derechos humanos, una policía con mucha vocación de servicio, una Policía Federal con prestigio, reconocida en su tarea cotidiana por la sociedad y respetada por todos. El pueblo argentino señala el camino de los cambios que debemos profundizar, todos debemos estar a la altura de las circunstancias.

Nuestro país crece, crece la equidad, vienen buenos y nuevos tiempos para nuestra Patria, seguimos confiando profundamente en el permanente mejoramiento de nuestra policía para velar por los sagrados derechos de seguridad, justicia y lucha contra la impunidad que son fundamentales para construir la sociedad con la que soñamos los argentinos. Muchísimas gracias.