PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE ANUNCIOS DE OBRAS PÚBLICAS EN LA LOCALIDAD DE PERGAMINO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE ANUNCIOS DE OBRAS PÚBLICAS EN LA LOCALIDAD DE PERGAMINO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

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Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires, querido amigo Felipe; señor Intendente Municipal de Pergamino, muchísimas gracias por sus palabras, muchísimas gracias por su hospitalidad, su afecto; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial; autoridades nacionales, organizaciones libres del pueblo, organizaciones gremiales, compañeros trabajadores; compañeros productores, amigos productores; pueblo, hermanos, hermanas, muchísimas gracias por compartir esta mañana, entrando la tarde, aquí en Pergamino, donde les puedo asegurar que más de una vez me hicieron correr las lágrimas por encontrarme con hermanos y hermanas que están dispuestos a construir una patria, a construir un país.

Creo que entre todos aprendimos la lección de la historia. La Argentina necesita más que nunca entender, el pueblo y su dirigencia, que no pasa por una lucha sectaria, no pasa por una pelea angustiante, ambiciosa y desgastante para ver quién es para construir nuevos fracasos, sino creo que la Argentina necesita el proceso de construcción nacional que alumbraron nuestros héroes, nuestros próceres como San Martín, Mariano Moreno, Belgrano, Yrigoyen, Juan Perón y Eva Perón, que dieron la fortaleza para soñar y construir un nuevo país. (Aplausos)

Necesita de los buenos hombres y mujeres del trabajo, de los productores que nunca bajaron los brazos, de los hombres y mujeres que creen que se puede construir una patria distinta. Claro que acá desde Pergamino al país le digo que hay presiones e intereses, claro que estaban acostumbrados a que el presidente de la Nación y quienes generalmente tenían representatividad política, que hablaban en las elecciones de la representatividad popular, terminaran agachándose y claudicando ante los centros de poder o ante los que más poder tienen; por eso les molesta, por eso se ponen nerviosos y por eso me agravian, me descalifican y me critican permanentemente, porque yo muchas veces, lo he hecho siempre, antes de ir a un banquete prefiero salir a caminar con el pueblo las calles de la Argentina para construir un país distinto. (Aplausos)

Se enojan porque decir discursos es muy fácil, hablar de nuevos esquemas distintos también, pero cuando hubo que empezar el cambio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, prácticamente desde la soledad tuve que empezar a hacerlo y con el acompañamiento del pueblo. Hoy hay en marcha una Corte independiente.

Cuando dijimos que se tenía que terminar la impunidad, que tenía que haber justicia y memoria y que tenía que definitivamente declararse la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, algunos decían –y dicen hoy- que eso no ayudaba a la unidad nacional, yo me pregunto queridos hermanos si es posible volver a abrazarnos si tenemos entre nosotros a aquellos que mancillaron, asesinaron y desaparecieron gentes que eran nuestros hermanos y convivían con nosotros. (Aplausos)

Tiene que haber justicia y también hoy debemos tener la memoria clara porque hay muchos que ampararon las políticas del ´90, de la corrupción, la exclusión y la falta de trabajo, y se tratan de reciclar, pero sé que el pueblo argentino recuerda los rostros, los discursos cuando nos decían que había que integrarse a una política que poco tenía que ver con nosotros y destruyeron las fábricas, destruyeron el campo, destruyeron el trabajo y destruyeron la Argentina entera. (Aplausos)

Claro que hoy falta mucho y sueño cuando termine mi mandato el 10 de diciembre de 2007 poder decirle al pueblo argentino que la indigencia es de un dígito, que la pobreza se fue a la mitad y que el desempleo que hoy está en el 11 por ciento, 11,3 por ciento y me tocó asumir con el 24 por ciento, también esté debajo de un dígito. Cuando le diga eso al pueblo argentino estaré volviendo a dormir y a soñar que hay muchos hogares que han recuperado la fe y la esperanza. (Aplausos)

Durante este tiempo negociamos 400 convenios colectivos de trabajo a la alza; durante este tiempo también con todas nuestras fuerzas trabajamos para recuperar la vergüenza nacional, y eso no significa para nada que estén bien pero se ha recuperado la esperanza de cómo tenían a nuestros jubilados con 150 pesos; dimos 8 aumentos consecutivos para ir recuperándolos y hoy estamos en 390 y 420 pesos con los 30 del PAMI, haciendo esfuerzos. (Aplausos)

Claro que yo sueño no sólo con subirle al mínimo; quiero subirle a toda la escala pero teníamos que empezar por aquellos que habían quedado más maltrechos, que eran los jubilados mínimos que no podían ni siquiera vivir una semana al mes o dos días al mes con lo que estaban ganando. Sé que es poco, pero estamos en ese camino y estamos yendo hacia delante. (Aplausos)

Claro que cuando empezamos nuestra gestión había 70 mil libretas de la UOCRA; hoy hay 400 mil trabajadores de gorritos amarillos que están poniendo la pala, el cemento, el ladrillo y la ruta para levantar la Argentina. (Aplausos)

Claro que nuestro campo estaba endeudado, quebrado y sin posibilidades, aquellos que trabajaban y trabajan llenándose de llagas, claro que falta mucho, pero hoy exportamos, producimos, recuperamos competitividad y hoy recuperamos la esperanza.

Claro también con nuestras industrias todas quebradas; cuando veo a los chicos de la fábrica Futón que lamentablemente se quemó, les digo que no se hagan problemas, nosotros no escapamos al compromiso, el ministro del Interior Aníbal Fernández le va a mandar un ATN al Intendente de Pergamino para reconstruir la fábrica como corresponde, como un hecho real y concreto. (Aplausos)

No serviría, honestamente -y no me gusta hacerlo- que yo les diga: “miren chicos, déjenme pensar cómo lo voy a arreglar”, cuando uno tiene que estar en las responsabilidades que está tiene que asumir las decisiones. Señor ministro del Interior arregle este problema en quince días y soluciónelo definitivamente para que estos chicos vuelvan a dormir como corresponde. (Aplausos)

También escuchaba a Felipe decirlo y voy a volver a recordar este tema. Cuando empecé a caminar el país me decían “miren este pingüino que quiere ser presidente que vive en un pueblito lejano de allá”...¡Somos todos pingüinos! (Risas). Lo dicen para descalificarme, no importa. Yo lo que les quiero decir es lo siguiente: cuando veía dirigentes que decían “inauguramos un comedor, dos comedores, tres comedores”, yo digo está bien, cuando hace falta hay que hacerlo, pero las viviendas, el trabajo y la inversión me dan el sueño a mí de que dentro de un tiempo en la casa de familia coman los padres y los chicos juntos. Esto es volver a reconstruir la familia argentina. (Aplausos)

De chico me tocó ver los rostros de mi abuelo y de mi padre diciendo que su hijo iba a estar mejor que ellos, y mi viejo y mi abuelo estaban contentos porque la Argentina de aquellos tiempos les daba ese sueño. Durante mucho tiempo y aún hoy me toca ver todavía a padres y abuelos que lloran porque tienen miedo y porque ha pasado que sus hijos estén peor que ellos; pero vamos a dar vuelta la taba y vamos a recuperar la sonrisa del abuelo y el padre, para que vean que los hijos van a estar mejor que los viejos, porque así es cuando un país va para adelante.

Hemos construido 3 millones de puestos de trabajo en dos años y también hay un 15 por ciento de demanda laboral que no podemos ocupar, ¿saben por qué? Porque algunos genios eliminaron las escuelas técnicas, las viejas escuelas de artes y oficios. Nosotros las devolvimos, hace dos meses que está la Ley de Escuelas Técnicas nuevamente en la Argentina, para que nuestros jóvenes tengan los oficios y la profesión que corresponde. Hay un 15 por ciento ahí nomás para ocupar.

También decidimos pasar de 4 puntos a 6 puntos del Producto Bruto Interno para la educación; no sólo para mejorar a los docentes, a sus directivos, sino también para mejorar sus escuelas, la calidad educativa, la calidad de los programas educativos. El gran desafío del 2006 es hacer de una vez por todas una verdadera Ley de Educación que potencie el instrumento transformador que el país necesita. Sin educación no hay país posible. (Aplausos)

Leía por allí hoy un cartel que decía que era alta la mortalidad infantil en Pergamino, hay que ayudar y sé que Pasaglia va a ayudar a bajarla con fuerza junto al Intendente, pero los datos que yo le puedo dar al pueblo argentino expresan que estamos en el nivel de mortalidad infantil más bajo de los últimos 40 años; hemos bajado al 13 por mil la mortalidad infantil, después de haber estado cerca del 21 ó 22 por mil en la patria.

Obviamente son datos que se van dando. Mejoramos nuestra recaudación fuertemente, tercer año de superávit fiscal primario, y negociamos como nadie negoció en el mundo, a pesar que decían que era una torpeza de mi parte, que tenía que ser más flexible, que tenía que aflojar. Y yo les decía que no vine a quedarme toda la vida, vine a luchar por las cosas que pienso y a poner la cara por mi pueblo, que es el pueblo argentino, y vamos a hacer una quita del 75 por ciento de la deuda. La hicimos y ahorramos 67.000 millones de dólares, no hay acuerdo en el mundo que pueda recordar tamaña circunstancia. (Aplausos)

Claro que falta, yo sé que cuando llega la hora de las campañas en los dirigentes todavía no se ha aprendido esa cultura de la construcción de la realidad con propuestas serias y responsables. Claro que todavía siguen creyendo que pasa por la tarea de imponer una bandera sobre la otra. Claro que siguen creyendo que los argentinos no aprendimos la lección de la historia. Claro que siguen con una mano tratando de mostrarse de un lado y con la otra mano por las dudas se abrazan a aquel otro lado. Que sepa toda mi patria, de acá desde Pergamino, que este Presidente con sus aciertos y con sus errores –que tiene muchos y quiere corregir día a día y en forma permanente- está de un solo lado que es el bando del pueblo, el bando de la Nación, el bando de la patria, el bando de la bandera, de la escarapela, el bando de la reconstrucción del trabajo. (Aplausos)

Lo dije desde el primer día, no iba a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno. Me tocó asumir con muy pocos votos y me atropellaron de entrada, pero tomando aquella vieja máxima de Yrigoyen dije prefiero que se rompa pero que no se doble. Y fui al frente con todo lo que pude y el pueblo me acompañó, cuando empezaba a cambiar esta historia. (Aplausos)

Les puedo asegurar que hay días cuando llego a Olivos, no a mi casa, a Olivos -no como algunos que creyeron que Olivos era su casa y se querían quedar toda la vida, yo sé que estoy de paso nomás-, tengo una compañera que en vez de decirme “che, bárbaro, qué bien hiciste todas las cosas” , me dice “che mirá, falta esto, falta aquello” Esta Cristina no puede ser, así que lo mío es caso un sacerdocio. (Aplausos) Tengo la oposición constructiva en casa, eso es bueno.

Realmente para mí es muy importante, porque es muy importante tener al lado gente que lo ame y que lo quiera a uno y le diga siempre la verdad, porque uno no siempre hace las cosas bien. Nos equivocamos y hay que tener la humildad de corregir permanentemente.

Y desde acá desde Pergamino le quiero pedir al país que levantemos una bandera que nos cubra a todos, que construyamos el campo de la Nación, que recuperemos la clase trabajadora argentina, que recuperemos la clase media con movilidad ascendente; que recuperemos el empresariado nacional; que recuperemos a los productores, y a los pequeños productores que tanto esfuerzo hacen por levantar la Argentina. Que en esta Argentina el hombre y la mujer símbolo vuelva a ser el que más trabaja, el que más estudia, el que más investiga, el más decente, y no el más pícaro que hace plata de cualquier manera. (Aplausos)

Les agradezco profundamente, dejo parte de mi corazón en Pergamino, pero voy a seguir viniendo porque el señor Intendente me va a seguir invitando y yo quiero seguir trabajando con él. (Aplausos) Y si no me invita vengo igual. Y el señor Gobernador también, por supuesto.

Quiero agradecer al pueblo de Pergamino el recibimiento que nos dio en el día de hoy. Muchas gracias, no saben la fortaleza que dan. Cada mano, cada beso que me dice “aguantá, andá adelante pingüino” me da fuerza y una polenta para luchar por un mundo distinto que ustedes no se imaginan. Muchas gracias Pergamino, muchas gracias patria de trabajo, muchas gracias pueblo querido, (Aplausos)