PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NÉSTOR KIRCHNER DURANTE EL ACTO DE ENTREGA DE SUBSIDIOS Y ANUNCIOS EN AZUL, EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, NÉSTOR KIRCHNER DURANTE EL ACTO DE ENTREGA DE SUBSIDIOS Y ANUNCIOS EN AZUL, EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

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En primer lugar quiero pedirles disculpas por el atraso, no porque yo sea un ejemplo en horarios, porque todo el mundo me reta, pero realmente quise llegar a tiempo pero uno va trabajando con la gente, con la sociedad y nos hemos demorado. Cuando entré un vecino, con mucho cariño, me dijo: “querido te abrazo con mucha fuerza pero me ..... de frío”. Perdón, perdón con el corazón. (Aplausos).

Realmente, señor Gobernador y querido señor Intendente, estoy feliz de compartir, junto con todas las organizaciones libres del pueblo, con todas las entidades representativas de Azul, con aquellos gorritos que vuelven a resurgir en la Argentina, que son los gorros amarillos del trabajo porque se vuelve a mover la construcción, las viviendas, las rutas, con todos los hermanos presentes y con los chicos que honran la bandera de la provincia de Buenos Aires y de la República Argentina. Estos chicos que tienen que ser el símbolo claro de la construcción del nuevo tiempo.

Ustedes saben porque han sufrido y hemos sufrido el sentirnos prácticamente de la mano de Dios. Me tocó asumir el 25 de mayo de 2003, me quedé en un despacho, acompañado por mis hijos y mi compañera de toda la vida, nos miramos, yo toda la vida fui un hombre con las ideas y las convicciones y dijimos y dije con mucha fortaleza: “no voy a dejar las convicciones ni las voy a guardar en una maleta en la puerta de la Casa de Gobierno. Si el pueblo argentino, si el destino, si la historia me ha dado la posibilidad de representar esta querida Nación voy a ser un Presidente que me voy a jugar a cada minuto y a cada segundo por la Patria y la Argentina”. (Aplausos).

Ahí no más, a pocas horas de empezar, vino la primera presión de la ex Corte Suprema automática que tenía el país, acostumbrada a extorsionar Gobiernos, y amenazaba con tomar medidas que truncaban la posibilidad de gobernar la Argentina. Le hablé al pueblo argentino y les dije que yo no aceptaba extorsión más alguna, que la Argentina tenía que recuperar una Justicia independiente y que había que hacer todo lo que había que hacer y tener todo lo que tenía que tener para que esta Argentina pueda tener una Corte que le de toda las seguridades que merece. (Aplausos).

Yo creo firmemente en el futuro y peleo por eso en el presente, pero todos sabemos, hermanos y hermanas, que no se arregla el país colocando debajo de la alfombra lo que se debe solucionar. Y esta Argentina por no haber tenido Justicia, por no haber castigado la corrupción, por no haber castigado el genocidio de 1976, durante la dictadura militar premió una cultura donde la impunidad era la medalla, donde el hombre que se fue formando como referencia de una sociedad no era el que más estudiaba, el que más investigaba, el que más trabajaba, el más decente, el más honesto, el más admirado del barrio, sino el pícaro que hacía más rápido la plata y el más sinvergüenza. Y así nos fue, así se fue construyendo una dirigencia en el país. Tenemos que volver a la cultura de premiar a los mejores, no importa cómo piensen, pero si es el que más estudia, el que más investiga, el que más trabaja y el más honesto ese debe ser el referente de la sociedad.Por eso se pusieron fin a las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final y los argentinos queremos Justicia, los argentinos queremos claridad porque esa falta de claridad de ayer la sufrimos hoy.

Cuando el Presidente Chirác me dijo que se sentía realmente agradecido a la República Argentina, no a un presidente de que estén presos quienes tiene que estarlo y que los forenses argentinos, los jóvenes profesionales argentinos con mucho dolor, pero con el dolor de la verdad, hayan podido en base el trabajo realizado, determinar que uno de los cadáveres aparecidos en las fosas de un cementerio en forma anónima, pertenecían a la monjita Léoni Duquet, que fue secuestrada bárbaramente en 1976-77 y que hoy el pueblo argentino, porque hay justicia, porque se recupera la claridad y porque queremos saber la verdad le podemos decir al pueblo de Francia que sentimos el dolor, pero ahí está la verdad donde se recupera, algo que fue una ignominia para todos los argentinos. (Aplausos).

También nos hicieron sentir a los argentinos que éramos los peores del mundo, la propia dirigencia que estaba acá en el país se admiraba de lo de afuera y parecía una carga lo de adentro. Nos miraban con la nuca, nos hicieron perder la autoestima y lo peor que le puede pasar a un pueblo es hacerle querer perder la autoestima. Pero que nos iban a hacer perder la autoestima al pueblo de San Martín, de Mariano Moreno y de tantos próceres que han sabido levantar esta grandiosa Nación. (Aplausos). Podemos haber tenido los peores dirigentes del mundo, pero tenemos uno de los mejores pueblos del mundo con los mejores recursos humanos, un pueblo que tiene una potencialidad realmente importantísima, dotado, y si hay otros países del mundo que sufrieron desastres de todo tipo y se pudieron recuperar cómo nosotros no vamos a volver a poner a la Nación Argentina entre las mejores del mundo. No tengan ninguna duda que lo vamos a hacer. (Aplausos).

Les quiero contar que estábamos discutiendo la deuda privada Argentina, 100 mil millones de dólares y nosotros decíamos que había que hacer una quita del 75 por ciento de esa deuda y desde adentro de la Argentina decían que este presidente estaba loco, dudaban hasta muchos de los que estaban cerca de mí. Yo le puedo asegurar que en la mayor de mis privacidades le comentaba a mi familia más cercana que cómo no me iba a jugar por esta quita, si sobre las espaldas del pueblo argentino ya no se podía poner más. Le habían quitado el derecho al trabajo, le habían quitado el derecho al estudio, le habían quitado el derecho al futuro, le habían quitado el derecho de gozar el presente, le habían hecho bajar los brazos, cómo no íbamos a dar la batalla que teníamos que dar. (Aplausos)

Pudimos, no pudo un Presidente, pudo un pueblo que me decía: “aguantá, dale para adelante que te apoyamos”. Logramos hacer la mejor negociación que la historia del mundo recuerde, una quita de 67 mil millones de dólares, que ya no caen sobre las espaldas del pueblo argentino. (Aplausos)

De la misma manera trabajamos con fortaleza para el desendeudamiento nacional. Que sepa el FMI que va a tener que discutir moneda a moneda con el pueblo y el Gobierno argentinos, porque acá no se regala nada más, se lucha por cada centavo, porque cada centavo le cuesta al pueblo argentino. (Aplausos)

Decían que íbamos a crecer porque vivíamos un “veranito”, aquellos que si no se aplican las recetas, ese sentido de la concentración económica, con unos pocos ricos y muchos pobres, la Argentina no podía crecer. Yo, como ustedes, creemos en una Argentina integrada, queremos empresarios y productores fuertes, que vayan bien, que tengan rentabilidad. También queremos un clase media ascendente, no queremos la pauperización de la clase media argentina que siempre fue el esquema o el motor del crecimiento del país y también una motivación cultural permanente. Queremos la aparición de vuelta de la clase trabajadora argentina, que en la síntesis con la clase media y con los empresarios nacionales, constituyen la estructura nacional, que fortalece el sentido de Nación. (Aplausos)

Logramos con esfuerzo obtener el índice de mortalidad infantil más bajo de los últimos 35 años, el 14.4 por mi, también estamos bajando la indigencia, la pobreza y el desempleo. Les cuento que sueño con llegar al día de la terminación de mi mandato, el 10 de diciembre del 2007, y poder decirle al pueblo argentino que la indigencia llegó a un dígito, que la pobreza a la mitad y que el desempleo definitivamente es un dígito, como para decir que hemos dado un paso trascendente en este país. (Aplausos)

¿Qué proyecto y qué modelo de país queremos? Cuando algunos por ahí dicen que no tenemos propuesta, la propuesta la estamos llevando permanente y cotidianamente ¿Pero qué país queremos? Un país reindustrializado, queremos trabajo industrial y calificado. Para eso, en las próximas horas vuelve a salir la Ley de Educación Técnica, que es una verdadera recuperación para todos los argentinos, la posibilidad de que nuestros chicos vuelvan a tener oficio, no como ahora que s demanda mano de obra calificada, y que por haber hecho desaparecer las escuelas técnicas durante los años 90, no la tenemos. (Aplausos) Un país industrializado, un país con producción, un país que tenga la fortaleza de entender que la inversión pública no es gasto público, sino que genera desde la visión neokeinesiana que debemos tener trabajo, movimiento económico, crecimiento, vivienda, servicios, calidad de vida, rutas, integración nacional, soberanía nacional, que es fundamental, como las inversiones que anunciábamos hoy. (Aplausos)

En esa síntesis de obra pública, reindustrialización de la Argentina, país productivo, y también la elaboración de materiales en el valor agregado de nuestros productos, nos va a dar la posibilidad de seguir creciendo ¿Qué les quiero decir con esto? Que si logramos el valor agregado de nuestros productos, los que necesitamos en esta etapa, vamos a consolidar el crecimiento de las exportaciones industriales, que llegó a un 31 por ciento, y el de nuestras exportaciones que fue de más de un 14 por ciento. Es fundamental para cambiar y construir la Argentina que nosotros soñamos, la que nosotros queremos.

También estamos en marcha con un proyecto de financiamiento educativo, que el día 9 de septiembre, por primera vez en la historia de la Patria, va a haber 6 puntos del Producto Bruto Interno que en los próximos cinco años va a ser destinado a la educación. (Aplausos) Estos 6 puntos van a ser un esfuerzo de Nación y Provincia para construir el país que nosotros queremos.

También estamos trabajando para la recuperación de nuestras universidades, poniendo el dinero que nadie puso durante años, el presupuesto de las universidades creció el 57 por ciento desde que estamos en el Gobierno. No soy Mandrake, pero no tengan dudas que la recuperación es indiscutible. (Aplausos) Me gustaría hacer en dos años lo que otro no supieron hacer en treinta, pero hago lo que puedo, hermanos míos, hago lo que puedo.

Para ir terminando, querido Intendente, me pongo al lado suyo para terminar una obra que es fundamental para Azul, que es el Hospital Pintos, lo voy a ayudar para terminar una obra que es central. Espero su visita en la Casa de Gobierno para firmar el convenio y espero queridos hermanos y hermanas de Azul poder venir a inaugurar cuando terminemos la obra junto con el Intendente y el Gobernador. Todos juntos, por arriba de cualquier divisa partidaria, por los buenos radicales, peronistas, socialistas e independientes, por los argentinos, como dice Cristina, fanáticamente argentinos, apasionadamente argentinos, aferrándonos a la bandera, al escudo, a la Patria, al sentido de Nación, al sentido de argentinidad. Primero la Argentina, muchísimas gracias Azul, un servidor a vuestras órdenes. Gracias.