PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN SU VISITA A BERISSO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN SU VISITA A BERISSO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

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Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires, querido amigo Felipe Solá; querido amigo Enrique, intendente de esta querida localidad de Berisso; ex intendentes; señores ministros del Poder Ejecutivo; señores intendentes, autoridades, hombres de la cultura, querido amigo Lito Cruz, muchas gracias por estar acompañándonos: la verdad que volver a Berisso es volver a una tierra de pioneros y a una ciudad donde la cultura del trabajo siempre fue el símbolo de todos sus ciudadanos. Yo recuerdo de mi militancia en la Juventud Peronista en los años 70 que siempre Berisso luchó por trabajo, nada que tenga que ver con el clientelismo o cercano al clientelismo, siempre por el trabajo que dignifica, por la fábrica, por la inversión y por la industria. Siempre lo recuerdo porque la comunidad de Berisso es un verdadero ejemplo para el conjunto del país y esto es absolutamente así. Basta ver Berisso y Ensenada, Astilleros Río Santiago, YPF, la cooperativa de YPF que hoy se ha puesto en marcha, que muestra la potencialidad de quienes trabajaron durante tantos años en la construcción de una empresa nacional que lamentablemente fue entregada y rematada posteriormente. Toda una historia emparentada con la causa nacional.

También quería estar acá para decirle, señor Intendente, que el terraplén, este terraplén que los berissenses saben que es tan importante en la canalización y demás para evitar las históricas inundaciones que Berisso ha tenido, lo hemos puesto en marcha, esperemos estar licitándolo dentro de 30 días. (Aplausos)

Si ustedes me hubieran dicho hace 30 años que iba a volver como Presidente de los argentinos a Berisso, seguramente era un sueño que ni siquiera en el día más optimista de mi vida se me ocurría. Más en aquellos momentos tan difíciles que le tocaba vivir a la Argentina. Dios lo quiso así y por muchos hermanos, amigos y compañeros que no están, hoy estoy cumpliendo también la palabra empeñada con ellos en Berisso. Veníamos a militar en Berisso, veníamos a trabajar en las unidades básicas y hoy vengo como Presidente de los argentinos en este momento temporal de la historia a trabajar con ustedes. (Aplausos) A decirles de corazón que es muy difícil querer cambiar las cosas, hay muchos intereses que se oponen permanentemente; hay algunos que se han acostumbrado a hacer lo que no deben hacer y hay otros que directamente creen que lo que se hace bien siempre se hace desde afuera. Hay que volver a recuperar una cultura nacional y popular, volver a recuperar la identidad nacional, volver a recuperar la autoestima, hermanos y hermanas berisenses, la autoestima de que podemos. Estoy harto de escuchar a diagnosticadores, comentaristas, que dicen que los argentinos no podemos, que siempre somos los peores del mundo. Habremos tenido los peores dirigentes del mundo, pero nuestros jóvenes, nuestros viejos y nuestros trabajadores son de los mejores del mundo. Recuperemos la autoestima, la polenta, la fuerza, sintámonos seguros de nosotros mismos. (Aplausos) Con eso de querer hacernos sentir menos, así fueron entregando el país, y cuando queremos cambiar surgen las fuerzas del no cambio.

Miren lo que pasa en la provincia de Buenos Aires, gente a la que yo le decía “avancemos, vayamos al cambio”, dice “no, hay que ir con cuidado, hay que ir despacito”. Yo no vine a vivir toda la vida de Presidente, yo voy para el cambio, si caigo en el camino, caigo, pero me levanto con la bandera en alto, no me interesa bastardear el mandato popular. Dije que no iba a dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno y no las voy a dejar. Y los mismos que me decían tené cuidado, andá despacio, esto y lo otro, terminan juntándose con lo peor del pasado, el menemismo, para enfrentarnos y tratar de castrar las posibilidades de gobernabilidad. Fíjense, se junta todo ese pasado, más otros dirigentes que conocemos, para tratar de parar el cambio y nos se dan cuenta que el pueblo argentino está decidido a cambiar y avanzar decididamente en la construcción de un tiempo totalmente distinto. (Aplausos)

Acá no hay alguien que está dispuesto a pactar, yo no voy a pactar, se equivocan los que creen que el 24 de octubre, cuando pasen las elecciones, nos vamos a sentar a una mesa a ver cómo arreglamos las cuentas. Yo no soy pacto de Olivos, yo no soy pacto, voy con el pueblo adelante, con la bandera firme, en forma inclaudicable. (Aplausos) Basta con el acuerdismo de las cúpulas políticas, basta de acuerdismo dirigencial, ese acuerdismo dirigencial que tanto daño le hizo a la Argentina. Entonces no tengan ninguna duda de por qué estoy recurriendo a cada lugar a hablar con ustedes, a pedirles. Yo no les voy a pedir que me sigan después de lo que les pasó por seguir, seguir y seguir, les vengo a pedir que me ayuden, que me abracen, que me den fuerza, que me digan aguantá, que me digan no aflojés, metele para adelante que esta Argentina es posible. (Aplausos)

Me quiero abrazar a los pibes, a los jóvenes, a las mujeres, a los viejos y decirles que estoy dispuesto y que comparto el sueño de ellos. Me cansé de recorrer la Argentina y ver a padres llorar porque miraban a sus hijos y se daban cuenta de que iban a estar peor que ellos; quiero volver a esa Argentina en la que dábamos vuelta la taba, como hace 50 años, cuando el padre miraba a sus hijos y se le sonreían los ojos porque sabía que iban a estar mejor que él, que su hijo iba a ser un médico, un abogado, un trabajador industrial, un trabajador tecnificado, un trabajador con futuro, con dignidad; que su hijo iba a tener la familia, el hogar y la vivienda que merece; quiero volver a esa Argentina. (Aplausos)

Por eso como podemos estamos haciendo cientos de miles de viviendas en todo el país; por eso como pudimos negociamos más de 300 convenios colectivos de trabajo para subir hasta donde podíamos los salarios de nuestros hermanos; por eso generamos 3 millones de puestos de trabajo; por eso bajamos más de 15 puntos la indigencia y la pobreza; por eso bajamos a la mitad el desempleo, que todavía es altísimo pero lo vamos a seguir bajando; por eso mi sueño es que cuando esté terminando el mandato, en el 2007, pueda mirarlos a los ojos y decirles que el desempleo llegó a un dígito, la indigencia también, la pobreza fue bajando. Ese es el proyecto político que queremos para el país, poder mirarlos a los ojos y decirles miren, hermanos y hermanas, cuántas empresas nacionales hay en el país, cómo se erradican capitales, cómo la Argentina se desendeudó, cómo la Argentina negoció sus intereses como correspondía.

Cuando me senté ante los acreedores privados a negociar los 100 mil millones me decían “miren donde va ese loquito, cómo les va a decir las cosas que dice”. Los mismos grandes editorialistas, fundamentalmente de un diario, decían “¿qué es lo que está diciendo ese hombre?”, solamente por defender los intereses de los argentinos, “cómo les va a decir que les va a pagar el 25 por ciento nada más”. Yo pienso, ¿ese señor que escribía esas cosas no ve el hambre aún vigente, la desocupación y la tierra arrasada que hicieron con la Argentina? Les dijimos que íbamos a pagar lo que podíamos y lo logramos. Tuvieron que agarrar ese 25 por ciento porque era eso o nada. Una Argentina firme, inclaudicable. (Aplausos)

Ahorramos 67 mil millones de dólares, que los hombres de los buenos modales, de las buenas costumbres los hubieran firmado, pagado nunca, porque ustedes saben que muchos de los hombres de buenos modales y mejores costumbres que tiene la Argentina son los estafadores más grandes que hemos tenido, se portan muy bien, comen bien, colocan bien los cuchillos y después nos comen a todos, esto es lo que nos ha pasado históricamente acá en la Argentina. (Aplausos) Esto lo sabemos muy bien y lo tenemos muy claro, cuando hablan tanto de los modales, modales y modales, sabemos los argentinos cómo nos ha ido con ciertos individuos tan educados que hemos tenido, que han paseado por todos los salones del mundo y vendieron la Argentina en cada feria que podían. La vendieron mal, nosotros queremos vender la riqueza, el turismo, el trabajo, que vengan a trabajar y a invertir en el país, queremos realmente vender el potencial que tenemos pero para que lo vengan a dejar acá, en riqueza, en producción.

Queridos hermanos, estamos en una instancia clave y hay que tener coraje. Yo digo siempre y me lo dice Cristina cuando se levanta a la mañana: “aguantá, seguí aguantando, luchá, peleá, no bajés los brazos”; me dice siempre “Néstor, estamos en un final de época” y creo que lo estamos, creo que tiene razón en lo que dice. Me dice que los argentinos tenemos una oportunidad histórica de generar un punto de inflexión y de darle al país el empuje para que crezca, el empuje para que genere trabajo, el empuje para potenciar la educación, el empuje para que crezca la estructura industrial y empresarial, pero todo esto no se va a poder hacer si no hay una limpieza grande de dirigentes en el país, definitivamente, para que resurja una verdadera representatividad que nos pueda llevar adelante. (Aplausos) Eso lo dice ella y tiene razón, lo decía Felipe recién y también tiene razón.

Yo, con la voz que se me va, pero con mi corazón que queda acá, les quiero decir que no vine a eternizarme ni a quedarme por los años, vine a cumplir con el mismo mandato que ustedes me dieron y sienten, que lo sentí desde siempre en todo el país. Cuando me recibieron aquí en Berisso algunos ni podían pronunciar mi apellido, pero me abrieron los brazos y me dijeron “vamos para adelante hermano que con vos creemos que se puede construir un país distinto” ¿Que les quiero decir con esto? Que estoy absolutamente decidido a seguir avanzando. Juntémonos con mucha fuerza todos los argentinos, hablemos de la unidad nacional, pero no de la unidad dirigencial a espaldas del pueblo argentino, de la unidad nacional con el corazón del pueblo argentino en el centro de todas nuestras acciones, que es central y fundamental; hablemos de la unidad nacional pero con educación para todos; hablemos de unidad nacional luchando contra la corrupción; hablemos de unidad nacional venciendo el hambre; hablemos de unidad nacional reconstruyendo la clase trabajadora; hablemos de unidad nacional reconstruyendo la clase media; hablemos de unidad nacional reconstruyendo el empresariado nacional; hablemos de unidad nacional reconstruyendo la Patria, levantando la bandera, levantando el orgullo de sentirnos argentinos; hablemos de unidad nacional abriendo las alamedas de la Patria para que nuevamente la argentinidad resurja con la fuerza que necesitamos; hablemos de unidad nacional para que definitivamente en la Argentina la justicia, la equidad y la dignidad sean banderas de todos los argentinos.

Hermanos y hermanas, muchas gracias por este acompañamiento, eternamente Berisso, estoy absolutamente agradecido. Estoy en una tierra que es cultura del trabajo, cultura pionera ¡Viva la Patria! Domo dice Cristina, fanáticamente argentinos, apasionadamente argentinos, y viva esta querida y hermosa localidad de Berisso que es un ejemplo de lucha, de dignidad y de trabajo para la Patria. Muchas gracias.