PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE FIRMA DE CONVENIOS CON LA MUNICIPALIDAD DE FLORENCIO VARELA

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE FIRMA DE CONVENIOS CON LA MUNICIPALIDAD DE FLORENCIO VARELA

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Señor intendente municipal de Florencio Varela, amigo Julio Pereyra; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales, municipales, provinciales; señores empresarios, Cámara de Comercio; organizaciones sociales de Florencio Varela, tantas caras amigas de tanto tiempo que uno los conoce y sintió el acompañamiento y el calor desde el comienzo; señoras, señores, amigos: cumplir la palabra empeñada es lo mejor que uno puede tener en la función pública, y así como fuimos generando distintas obras en Florencio Varela hoy venimos a firmar este convenio de pavimentación con el señor Intendente por 29 millones de pesos. Esto significa darle calidad de vida a una comunidad como Florencio Varela, que como dijo el señor Intendente vivió tanto tiempo de su propia mano y de la mano de Dios.

Vivió de su propio esfuerzo esta comunidad que está muy cerca de la Capital Federal; algunos chicos de prensa la descubren hoy, descubren la pobreza, cuando van allá a nuestros actos dicen “cuántos pobres y cuánto dolor que hay acá”, entonces analizan la pobreza. Está muy cerca, podrían ir más seguido a darse cuenta cuántos argentinos sufren, cuánto hay que hacer para levantar la Argentina, y cómo destruyeron la Argentina muchos de los que hoy siguen hablando. Es un dolor muy grande ver todo esto tan cerca de la Capital Federal.

Pero bueno, estamos haciendo este convenio que significa un acto de justicia, de reconocimiento y una victoria ganada por el pueblo de Florencio Varela en todas sus entidades. El Gobierno, que tiene hoy el honor de recibirlos en su casa, que es la Casa de Gobierno, no hace más qué reconocer el espíritu de lucha y de vocación comunitaria que tienen ustedes. Este es un triunfo de ustedes y es un reconocimiento del Gobierno Nacional a la fuerza que tiene el municipio de Florencio Varela en todas sus entidades.

Al igual que el plan Agua + Trabajo; cuesta creer, cuando uno va a la Matanza, cuando va recorriendo distintos lugares – aunque hemos avanzando muchísimo durante estos dos años-, cuánta gente no tiene acceso al agua. Yo escuchaba y leía en algunos medios muy preocupados a veces por la realidad argentina, a ver cuántos argentinos tenían los servicios mínimos de confortabilidad, cloacas, agua, “no importa, están acá en el conurbano”, la verdad que a uno le conmueve que tan cerca del obelisco y de la General Paz podamos encontrar tanta gente que todavía no puede acceder al agua potable. Y lo vamos a lograr con todo el esfuerzo, día a día hay más argentinos que con las cooperativas de agua y trabajo están accediendo a la posibilidad de tener agua. Por eso es que las empresas prestatarias de agua deben tener muy en cuenta todo este tipo de cosas. No nos interesa tener empresas prestatarias que no cumplan con los servicios del pueblo, queremos que cumplan con los servicios del pueblo y van a tener que cumplir porque nosotros vamos a tomar todas las medidas que sean necesarias y los caminos que sean necesarios.

Pero es mucho el esfuerzo cotidiano, diario, por levantar esta Argentina, las viviendas que se están llevando adelante, como dice el señor Intendente, y cuando uno ve que va bajando la indigencia, va bajando la pobreza, va bajando el empleo, son realidades concretas. A pesar de que hay algún ministro de Defensa y de Economía del doctor De la Rúa que sigue hablando de un país que no existe, después que fue responsable directo de la situación que nos llevó a la Argentina de hoy; que nunca supo muy bien lo que pasaba en el país y menos en la provincia de Buenos Aires. Nosotros lo escuchamos democráticamente igual, pero le diría que se calme, que se tranquilice, que vea cómo dejaron la Argentina y que tenga capacidad de autocrítica, porque por ahí puede empezar a entender lo que hay que hacer en este país, adónde nos llevaron a los argentinos las visiones neoliberales, las de la derecha extrema, la visión de mercado.

También ayer escuchaba a alguien hablar de que la provincia de Buenos Aires no se alquila, como si tuviera dueño; como en los viejos tiempos, esta provincia es mía, me la llevo a mi casa. A los que me miran acá y allá. (Aplausos) Creo que no sólo a la provincia de Buenos Aires la alquilaron, la vendieron, sino al país todo; todos sabemos lo que nos pasó, destrozaron económicamente este país, destrozaron el capital nacional, el capital social, destrozaron a los empresarios nacionales, hicieron bajar los brazos a toda la sociedad.

¿Se acuerdan ustedes? Hasta hace muy poco, en los primeros meses apenas en que asumió este Gobierno, todos ustedes en la provincia de Buenos Aires -yo no sabría como definirlo- se manejaban con papelitos; había 2.600 millones de patacones que rifaban el capital, rifaban el trabajo de ustedes. Yo no sé si eso es alquilar, rematar, regalar, no sé; con conducciones y gobiernos que no fueron precisamente llevados adelante ni apoyados por quien es presidente de la Nación. Creo que hay que ser más humilde, creo que uno debe tener una mirada más autocrítica. Cuando en una provincia como la de Buenos Aires quedó tanta hambre y tanto dolor, la provincia más rica de la Argentina, es porque las cosas no se deben haber hecho bien; por ahí no por mala fe, por ahí porque no se supo o no se tuvo el coraje, o por ahí el gobierno de la provincia de Buenos Aires tendría que haber hecho como me tocó hacer a mí en Santa Cruz, pararme ante ese presidente que entregaba la Argentina cotidianamente y que ahora está escondido allá en La Rioja, que ahora habla y se junta... (Aplausos)

Discúlpenme -a ustedes y quienes nos miran por televisión-, en la vida hay que tener coraje, decisión, no se puede jugar siempre a los acuerdismos políticos, a los abrazos hipócritas y demás, o nos jugamos por la gente o nos jugamos por otras cosas, y acá en la provincia de Buenos Aires hubo 2.600 millones de bonos patacones que trajeron hambre, dolor y quiebre al comerciante, a los empresarios, a los trabajadores; entre otras cosas, tanta pérdida de trabajo, tanta pérdida de inversión.

Por eso les puedo asegurar que estoy trabajando en todo el país a fondo y también en la provincia de Buenos Aires con las organizaciones sociales y los señores intendentes, con muchísimas ganas y con mucho amor. Nosotros desde las provincias más chicas siempre miramos con mucha admiración a la provincia de Buenos Aires. Yo tuve la suerte de venir a encontrar a mi compañera en la provincia de Buenos Aires; vine a estudiar desde muy lejos y aquí la encontré a Cristina, militando ya en el peronismo de la provincia de Buenos Aires en los años ´70. (Aplausos) Ella también al principio me miraba como a un pingüino. Pero venía desde allá, desde el sur lejano, ¿saben lo que era para mí llegar a la facultad de La Plata, llegar aquí a Buenos Aires, una provincia que en todo el mundo nos referenciaba? No sé qué le habrá pasado a la provincia de Buenos Aires, qué huracán, qué vendaval, qué cosas, qué errores se habrán cometido. La verdad es que no quiero hablar pero algo muy grave debe haber pasado para que esa provincia tan potente haya llegado a la situación en que quedó.

Pero la estamos levantando y la vamos a seguir levantando, con el amor y el cariño de aquellos que aman desde siempre, con el amor y el cariño de aquellos que han nacido, han estudiado, se han preparado, han trabajado en ella y con el amor de los que también nos pusimos a trabajar. En la provincia de Buenos Aires yo milité políticamente mucho tiempo, después por el golpe militar junto con Cristina tuvimos que salir un 27 de julio, un día como hoy, por donde podíamos, para poder sobrevivir, porque sentíamos que nos comprometíamos con la democracia, con la vigencia de los derechos humanos, con la pluralidad, con el consenso, por defender las ideas que defienden todos los argentinos desde la convivencia y la pluralidad.

Hoy estamos acompañados aquí por el Intendente que tanta fuerza expone allí en Florencio Varela y por muchísima gente que trabaja en la provincia de Buenos Aires, de distintas ideas. Yo honestamente conozco intendentes de distintos partidos políticos, vecinales, radicales y demás, que los veo trabajar con mucho amor y con muchísimas ganas. Los voy a ayudar indistintamente a todos, con ganas, con fuerza, porque sé que cada solución es un paso para que un hogar se pueda reconstruir; cada casa es la consolidación del nido de los sueños, del amor, de un mundo, de pensar que se puede crecer para poder llegar a ese sueño que tenemos: que los padres puedan volver a ver que sus hijos van a estar mejor que ellos, no como nos pasó durante este último tiempo que a muchos padres los he visto llorar mirando que sus hijos van a estar peor que ellos; no hay nada peor para un padre que esto. Vamos a dar vuelta esta historia entre todos, en el marco de una pluralidad total y absoluta y siendo -como dice Cristina permanentemente y yo estoy totalmente convencido que es así- fanáticamente argentinos, apasionadamente argentinos, amar con fuerza la Argentina, sentir a la Argentina, sentir que somos capaces de hacer esta Patria que nosotros necesitamos.

Amigos y amigas de Florencio Varela: de corazón, como me ven, les agradezco profundamente que hoy hayan venido a compartir a esta Casa de Gobierno la firma de los convenios. Yo les voy a estar devolviendo la visita cuando vayamos a firmar el contrato en setiembre para hacer la obra del hospital y a cumplir otra vez la palabra empeñada, a poder mirarnos a los ojos de frente. No les mentí, les dije: vamos a hacer ese hospital y en setiembre vamos a estar firmando el contrato para iniciar el hospital. (Aplausos)

A los demás, que no se pongan nerviosos, no estamos haciendo nada malo, estamos trabajando por la Argentina; cuando se trabaja por la Argentina hagámoslo con alegría. Bien decían que una elección no es nada más que una elección, entonces para qué se preocupan tanto. Si una elección es nada más que una elección, para qué tanta angustia. Y por favor, a ustedes que nos miran por televisión, a la gente que es en quien yo más confío: ustedes ven que me quieren poner trabitas, trabazas, de todo, ayúdenme, porque sé que si el pueblo, como en aquellos viejos tiempos en que tuvimos grandes dirigentes y un gran dirigente en la Argentina, me ayuda a abrir todas sus tranqueras, otro país se avecina. Muchísimas gracias. (Aplausos)