PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN LA CIUDAD DE VILLA MARÍA, PROVINCIA DE CÓRDOBA

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN LA CIUDAD DE VILLA MARÍA, PROVINCIA DE CÓRDOBA

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Amigo y compañero gobernador de la provincia de Córdoba; querida amiga y compañera señora Intendente Municipal de Villa María; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial; autoridades nacionales, provinciales y municipales; señores legisladores; señores intendentes; señoras, señores, amigos, amigas, compañeros, compañeras: en primer lugar, con todo mi corazón y con el máximo de respeto, quiero agradecer la deferencia, el afecto y el cariño con los que hoy nos ha recibido el pueblo de Villa María en las calles de esta querida ciudad, que me ha hecho emocionar. Muchas gracias Villa María por tanto cariño y tanto amor. (Aplausos)

También en este día tan particular, bien decía recién el señor Gobernador, cuando escuchaba algunas consignas de los jóvenes de Villa María, que hoy 14 de junio es triste por algunos motivos, porque fue el día en que no estuvimos o que algunos no estuvieron a la altura de la historia comandando como tenían que haberlo hecho, cuando nuestros jóvenes dejaron su vida con honor y orgullo argentino, cuando los suboficiales y oficiales que combatieron también lo hicieron con alta dignidad. Siempre el 14 de junio será un día triste para los argentinos porque fue el día de la rendición de Malvinas, pero eso no significa que dejemos de honrar a nuestros combatientes. (Aplausos) Estamos tratando poco a poco de generar el marco de respeto e igualdad que ellos merecen, ya que durante tanto tiempo estuvieron olvidados. En la medida de nuestras posibilidades estamos respaldándolos con toda nuestra fuerza porque nuestro sentimiento siempre será de amor y lealtad a los jóvenes soldados, oficiales y suboficiales que combatieron en Malvinas en nombre de la patria argentina. (Aplausos)

Este 14 de junio también es un día que hace a la lucha contra la impunidad. Dijo el Gobernador que queremos la reconciliación de los argentinos con justicia, con memoria y sin impunidad, y hoy, queridos amigos, jóvenes, la Corte Suprema de nuestro país, ha emitido un fallo que nos devuelve la fe y la justicia, ha declarado la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que nos llenaban de vergüenza a los argentinos. (Aplausos)

Para todos aquellos que sufrieron los atroces tormentos de ese feroz pasado que generó aquella dictadura lamentable que sufrimos los argentinos, para los hijos, los familiares, los hermanos, las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas, creo que hoy al menos se reconcilian con la Justicia porque es un grito de aire fresco, de saber que la impunidad en la Argentina se va terminando y esto es muy importante porque nos devuelve la fe en las instituciones y definitivamente coloca a todos los ciudadanos ante la ley.

Cada uno de nosotros en cada uno de los hechos que realiza siempre tiene que estar frente a la ley, frente al derecho, frente a la convivencia democrática y la defensa de la institucionalidad. Más que nada cuando se violan con la tortura y la desaparición de personas los derechos mínimos de cualquier ciudadano este tipo de fallos nos reconcilia nuevamente a los argentinos en el sentido de saber que una sociedad puede ser cada día más fuerte cuando hay justicia, verdad y cuando no hay impunidad. Realmente como Presidente de los argentinos considero un fallo muy importante el que se dictado en el día de hoy. (Aplausos)

También estoy cumpliendo la palabra empeñada con el señor Gobernador y la señora intendenta de Villa María y les debo decir que tienen un gran Gobernador pero también una gran Intendenta, que cada vez que nos encontramos -y yo que ando bastante acostumbrado al trato con las compañeras militantes por obvias razones- me retaba permanentemente y me decía: “prometió ir a Villa María”. Querida Intendenta, acá estoy en Villa María cumpliendo la palabra, trabajando con todos ustedes como corresponde. (Aplausos)

También estoy contento porque hemos ayudado a contribuir a que la libertad de prensa y el ejercicio cotidiano de informar a los ciudadanos por un medio de esta ciudad, como es el diario, pueda seguir adelante. Estamos felices de haber podido ayudar a lograr que la cooperativa pueda funcionar y seguir informando a todos los ciudadanos de Villa María. (Aplausos)

Debo reconocer que es muy difícil estar sentado entre la Intendenta -cada vez hay más mujeres y eso es muy bueno- y el Gobernador y salir invicto. En 10 minutos ya di la palabra y lo voy a anunciar -menos mal que estuve 10 minutos no más- me han convencido de que dentro de 30 días vamos a licitar la planta de tratamientos de líquidos cloacales que es tan importante para Villa María (Aplausos) Y también en el minuto nueve me terminó de convencer la señora Intendenta de que hay una asociación de intendentes, 40 intendentes de la provincia de Córdoba, que ya fueron ayudados por el señor Gobernador para el financiamiento de la planta elaboradora de cemento para pavimentar cuadras y que le hacía falta plata para el material. Le dije que se traslade a Buenos Aires que con el secretario de Obras Públicas vamos a firmar un convenio para apoyar el financiamiento de 1.400 cuadras de pavimento en forma conjunta. (Aplausos)

Esto va a generar trabajo, inversión y las respuestas fundamentales para mejorar la calidad de vida de nuestra gente. Yo les quiero contar a ustedes también que esta Argentina todavía está en el infierno, ya que la explosión del 2001 no fue una explosión menor, fue un verdadero tsunami como se habla hoy, donde parecía que las ilusiones de construir un país más justo y con posibilidades para todos se terminaban definitivamente. Con mucho esfuerzo los argentinos estamos empezando a reconstruir nuestra patria, pero todavía estamos allí en el infierno.

Yo leía que el Grupo de los Ocho, el grupo de países más ricos del mundo, perdonaba deudas en un inicio por 16.000 millones de dólares a los países de África más pobres y a algunos países de América Latina, y que en total puede llegar a 40.000, 50.000 millones de dólares el monto de la deuda que perdonan. En la Argentina, sin que nadie le perdone nada, apelando a defender con fuerza, decisión y criterio la identidad nacional y los intereses nacionales, en el canje de la deuda logramos una quita de 67.000 millones de dólares por nuestro propio esfuerzo y nuestra propia capacidad negociadora. (Aplausos)

Esto luchando contra todos. Nos pusieron todo tipo de trabas, muchos decían a grandes títulos “se cae el canje de la deuda”; muchos decían que era una barbaridad pedir tanta quita, como esa derecha que nace por allí y se junta desesperadamente en este momento, que nos trató de irreverentes diciendo cómo le pedimos esto al mundo después de las cosas que ha hecho la Argentina. Se ve que miraban con la nuca el hambre, la exclusión y la situación de millones de argentinos, porque cuando uno defiende los intereses del país pareciera ser que para estos señores y para algunos diagnosticadores de la realidad -y algunos medios por allí- uno es un maleducado y un irreverente, pero voy a ser todo lo maleducado que tenga que ser e irreverente mientras ello signifique la defensa de los intereses de todos los argentinos. (Aplausos)

Y acá en Villa María de corazón les digo, y se lo digo también a ese ministro que estuvo pocos días y nos quería quitar todo a todos para poder pagar la deuda, el sueldo, la universidad, la educación, y hoy quiere decir que es la nueva política, pero es la referencia del ayer que nos ahogó a todos los argentinos; les quiero decir con profundo respeto, ¿no se dan cuenta lo que nos pasó a los argentinos por no tener una dirigencia decidida a identificarse con los intereses nacionales, abrazarse a la bandera, al sentido de patria y en vez de hacer eso prefirieron ser cortesanos de los centros de poder cuando nosotros lo que necesitamos son dirigentes que se abracen a su pueblo y defiendan los intereses de todos los argentinos? (Aplausos)

Claro que hay que desendeudar la Argentina, que es la tarea en la que estamos ahora. Discutimos con los organismos internacionales y con el Fondo, claro que siempre si podemos tratamos de obtener un acuerdo, pero nunca más el acuerdo para el achique. Si verdaderamente estos organismos están al servicio de las naciones tenemos que hacer un acuerdo de desendeudamiento de la Argentina para el crecimiento nacional, ahí va a estar la decisión del Gobierno Nacional. Que se olviden, mientras seamos gobierno, que vamos a mover una sola pluma para firmar algo que lleve al achique, a la exclusión y al hambre de los argentinos. (Aplausos)

Canje de deuda, desendeudamiento, objetivos a trabajar fuertemente ahora. Lucha contra la exclusión, lucha contra la indigencia, contra la pobreza y el desempleo; consolidar la inversión nacional, promover a los empresarios nacionales, la construcción de una economía con decisión nacional, la ley de financiamiento educativo que nos dé la herramienta que instrumente, que fomente a nuestros docentes, a la educación y a los planes que tenemos que llevar adelante como elemento de cambio, más la profundización de una Justicia independiente y la consolidación de los derechos humanos, son los objetivos concretos que el Gobierno Nacional va a llevar adelante en la etapa hasta la terminación de su mandato. (Aplausos)

Querido amigo y compañero gobernador de la provincia de Córdoba: le agradezco profundamente sus por demás amplios y elogiosos comentarios. Nos conocemos desde hace muchos años, muchas veces estuvimos de acuerdo y otras en desacuerdo, pero en los momentos más difíciles de la patria siempre estuvimos de acuerdo. Tuve la suerte de acompañarlo, allá por 1988, en su candidatura a la vicepresidencia de la Nación. Tuvimos la suerte de trabajar juntos con otros colegas, gobernadores de todo el país, cuando la Argentina se desparramaba y parecía que venía el día final. Sin embargo, sin bajar los brazos, muchas veces nos sentamos juntos ante la máquina para preparar el pensamiento de los gobernadores, ante la situación y el momento que vivía aquel país. Hoy le agradezco la decisión, la voluntad y el optimismo de profundizar la construcción de la Argentina que todos deseamos. Yo sé que usted, como yo y como quienes nos acompañan, estamos deseando que en el 2007 le podamos decir al pueblo argentino que estamos saliendo del infierno, estamos en la puerta del purgatorio. Si logramos eso, la Argentina habrá dado un paso tremendo hacia un futuro distinto. Ese es el gran trabajo que tenemos por delante, salir definitivamente del infierno. (Aplausos)

Tarea que no es fácil, porque es cierto que mejora el consumo, que mejora la recaudación, que mejora el poder adquisitivo, pero también es cierto que tenemos muchas asignaturas pendientes. Los argentinos tenemos que acostumbrarnos a hablar con la verdad entre nosotros, sin hipocresía y sin doble discurso. Es fácil a veces expresar cosas que después nunca se van a implementar. Les digo que les quiero mirar los ojos hoy como se los quiero mirar mañana cuando vuelva a ser un ciudadano de la Patria, camine el territorio de esta bendita nación y los pueda ver a ustedes y nos podamos saludar mirándonos a los ojos, porque no nos hemos mentido. Como presidente de la Nación será una de mis mayores satisfacciones.

No se puede en dos años saltar de golpe tantos desastres, tantos obstáculos y tantos problemas, pero sí se puede, en estos dos años, más los dos que faltan, dejar las bases sólidas de una nación que se consolide. En esa tarea estamos, trabajando y trabajando sin cesar, tratando de que todos los argentinos nos encontremos en la ruta de la Patria, tomados de la mano, con nuestra bandera nacional, con el sentido de nación, con el orgullo de volver a sentirnos argentinos que estamos reconstruyendo este país.

¿Saben lo que yo quiero, compañeros y amigos que están presentes aquí, de todas las ideas? Que definitivamente nos demos cuenta de que los argentinos no somos los peores del mundo, como dicen por allí. Hay algunos dirigentes que dicen “y qué quieren, si esto es Argentina”. Podemos haber tenido algunos dirigentes que son los peores del mundo, pero nuestro pueblo es uno de los mejores del mundo. (Aplausos)

Como cuando hablábamos con nuestros “viejos”, nuestros padres o nuestros maestros, que no nos quiten más la autoestima, argentinos. Volvamos a recuperar la autoestima, porque valemos, tenemos aciertos y errores, pero tenemos un recurso humano que es lo más importante que tiene la Patria. No dejemos que nos bajen el sentido de la autoestima, por Dios, reconstruyámoslo, porque los argentinos nos merecemos el respeto del mundo y nos merecemos el respeto de nosotros mismos para que definitivamente podamos poner esta Patria en marcha. (Aplausos)

A mí me gusta comunicarme así, hablar con mi verdad relativa. Nadie tiene la verdad absoluta, ni los que analizan la realidad, ni la oposición, ni quien les habla, pero todos tenemos una verdad relativa. Y de la verdad relativa de uno con la verdad relativa del otro, nace esa verdad superadora que nos contiene a todos.

Pero dicen “cómo este Presidente está diciendo que necesita el voto del pueblo, sin son simples elecciones legislativas las que vienen”. No voy a cometer el acto autista que cometió aquel Presidente que se escapó en un helicóptero de la Casa Rosada. Que decía que él no iba a elecciones en octubre -también fueron en octubre esas elecciones-, que iban otros a elecciones, él andaba de paseo por el país, no sabía dónde estaba. Pasaron las elecciones de octubre, primero salió el Partido Justicialista, después el voto en blanco, que fue tremendo en toda la Argentina. Ese Presidente seguía diciendo “qué barbaridad, cómo han votado todos en blanco, cómo ha pasado, cómo hemos perdido las elecciones como gobierno”. No quería entender que el pueblo le decía “por favor cambiá que nos estamos hundiendo, date cuenta, que hay muchos argentinos que están en la última instancia, Presidente querido despertate”. No se despertó hasta que explotó, y cuando explotó, en vez de quedarse al lado de su pueblo, tomó el helicóptero y se fue allí por los cielos, tratando de desaparecer de donde sufrían los argentinos. (Aplausos)

Acá lo que el 23 de octubre el pueblo argentino va a definir, no es tampoco como dicen algunos ahora, desesperados, porque ven que el consenso del pueblo nos va a acompañar: “el Presidente habló de un plebiscito, entonces tiene que sacar el 50, el 60 por ciento”. Ya no saben qué decir para tratar de desnaturalizar las cosas que hacemos, ya no saben qué hacer porque ven que esa derecha del pasado que han creado desde algún propio medio por allí, tampoco les da resultado. ¿Qué es lo que están tratando de hacer? Decir que si no sacan el 60 o el 50 por ciento de los votos, el Presidente, la política que llevamos adelante, los gobernadores, los intendentes, no tiene la aprobación de la gente. Yo nunca quise decir eso.

Lo único que le pido al pueblo argentino es que me diga si está conforme o no, como se resuelve en democracia. (Aplauso) Si ese pueblo mayoritariamente, en forma democrática, con todas las expresiones que se puedan presentar, de centro, de derecha, de izquierda, lo que expresa la democracia el 23 de octubre, ratifica el esfuerzo que estamos haciendo por cambiar la Argentina, estaremos profundamente agradecidos y humildemente redoblaremos lo que implica el compromiso de nuestros esfuerzos para seguir cambiando la Argentina. Pero la voz del pueblo para nosotros es muy importante, la voz del pueblo.

Le pido al pueblo argentino, a mis hermanos y hermanas, piensen como piensen, no que me sigan, porque ya vimos lo que nos pasó por seguir, seguir y seguir. Lo que les pido, simplemente, es que me ayuden a cambiar la Argentina, que me den la fuerza anímica y espiritual para seguir adelante y que con el calor y el afecto de ustedes escribamos una página grande de la historia, donde nuestros nietos se sientan orgullosos de que en un momento los abuelos estuvieron a la altura de lo que la nación reclamaba. (Aplausos) Simplemente les pido eso, queridos hermanos y hermanas.

Señor Gobernador, le agradezco profundamente este día de trabajo en Villa María. No sé cuántas veces vinimos a Córdoba, estoy feliz de recorrer punto por punto de la Argentina y de esta querida provincia de Córdoba, la linda, la hermosa, la grande, la referencia de muchas provincias chicas en la Argentina, la que está recuperando esa potencialidad que nos llenó de orgullo a todos los argentinos. Siga adelante con su gestión, con mucha fuerza, está escribiendo una etapa importante de la historia de esta querida provincia.

Señora Intendenta, todo el agradecimiento hacia usted. Siga trabajando con esa fuerza, siga peticionando, no se calle, no tenga miedo a equivocarse, los que lo tienen no hace nada, los que creen que hacen todo bien son unos tontos, y los que sabemos que a veces acertamos y a veces nos equivocamos, somos seres normales. (Aplausos)

Yo soy un ciudadano común, como me ven, como ustedes, me levanto a la mañana tratando de equivocarme lo menos posible, pero me equivoco y trato de corregir permanentemente, porque así somos los seres humanos y así somos los hombres y mujeres comunes. No como algunos que escriben editoriales en los que dicen “en la Argentina hay que hacer esto, esto y esto”, los ponemos a gobernar y duran siete días y salen corriendo por la puerta de atrás. Esta es la realidad concreta (Aplausos)

Hermanos queridos, muchas gracias por todo, les dejo mi corazón patagónico, les dejo ese frío pujante del sur que se une a este calor productivo de Córdoba, les dejo mi lealtad permanente. Ustedes me dejan la responsabilidad de seguir luchando por más sueños y por más ilusiones. Me voy muy potenciado de Villa María y de Córdoba. Me voy con gran energía espiritual y moral, y les digo que junto al pueblo, junto a cada uno de ustedes que toco, siento una energía absolutamente fuerte, que me potencia, que me da ganas. Cuando veo vuestros rostros creyendo, me alimentan la responsabilidad. No tengan dudas cordobeses que voy a poner lo que me queda, con todo, por esta Argentina. Muchas gracias Córdoba, los tomo a todos de la mano, mucha fuerza, a seguir trabajando, a seguir creciendo, a creer en nuestros sueños, a creer en nuestras instituciones, y desde las alamedas de la Patria, desparramando la ilusión y el amor, como futuro concreto de un país mejor. Muchas gracias. (Aplausos)