PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE ENTREGA DE DISTINCIONES A “MAESTROS ILUSTRES 2004”

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE ENTREGA DE DISTINCIONES A “MAESTROS ILUSTRES 2004”

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Señor jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; señor ministro de Educación, Ciencia y Tecnología; señores ministros provinciales; autoridades nacionales, provinciales; señores maestros; representantes del sector docente; señoras y señores: cada vez que nos encontramos ante un 11 de setiembre nos encontramos ante la reflexión, que por un lado seguramente hará el sector docente y los representantes del mismo, la gente comprometida con la educación, la sociedad, obviamente en este caso específico el Gobierno nacional, y reflexionamos acerca de lo que para muchos es un recordatorio simbólico, que está bien que en algún aspecto lo sea, respecto del Día del Maestro, lo que significa, la actitud, la abnegación y la entrega. Pero creo que fundamentalmente, después de todo lo que nos ha pasado a los argentinos, el 11 de setiembre se convierte en un día de profunda reflexión porque aparte de significar el Día del Maestro, también significa la necesidad de hacer reflexiones y análisis respecto al proyecto educativo en la Argentina, respecto a la implementación de la educación en la Argentina y respecto a qué queremos hacer los argentinos con la educación. Porque en una sociedad saturada de apreciaciones, diagnósticos y discursos, lo que vale es el curso, el camino y las acciones a llevar adelante.

Nosotros creemos que es imposible reconstruir a la Argentina sin la implementación ni la profundización de un proyecto educativo que tienda a cambiar los instrumentos, las pautas culturales, a terminar definitivamente con esta doble moral que se ha instalado en la sociedad argentina, donde cada vez que tenemos que hacer, en este caso específico, algún recordatorio concreto respecto a la educación, aparecen funcionarios públicos tratando de mostrar cuánto le interesa y le preocupa la educación, y eso se termina en el mismo momento que finalizó el acto o la reunión que se haya llevado adelante.

Lo mismo pasa en la apreciación cuando se van discutiendo o avanzando en las campañas electorales. Ustedes escuchan hablar también con profunda preocupación sobre el tema educativo, sin importar qué partido lo haga o lo diga, pero lamentablemente nos resistimos por distintos motivos los argentinos a dar el debate, la solución y las respuestas, que el proyecto educativo de la Argentina necesita y la instrumentación de políticas educativas activas.

Nosotros en este aspecto queremos avanzar decididamente, lo estamos haciendo, pero tenemos que partir de donde estamos. En la Argentina desde 1976 a la fecha, con alternancias, no quiero ser injusto bajo ningún aspecto, ya sea reprimiendo a la libertad de pensamiento, de ideas, la pluralidad, la capacidad de imaginar, de crear, de sentir, de pensar en la diversidad, hasta la idea de “proletarizar” definitivamente la acción de la educación en la Argentina, pasamos por distintos estamentos y por distintas acciones que, evidentemente por distintas circunstancias, para muchos gobiernos el problema de la educación era un problema molesto, ya no sólo por la inversión necesaria que había que hacer en el mismo, sino fundamentalmente por lo que significa un sector extremadamente crítico, que tiene la tarea de formar, que tiene la tarea de ayudar a pensar a los chicos a que puedan apreciar dos situaciones en un marco de verdades relativas diferentes, y un sector que tiene que ayudar a componer y a conformar el proyecto y la visión de Nación y de país que nosotros queremos.

Por eso, desde que empezamos nuestra gestión, con el señor ministro de Educación hemos decidido avanzar fuertemente, partiendo de donde estamos, partiendo de la marginalidad y casi a la exclusión y a la pobreza que fue sometido el sector, partiendo de la falta absoluta de inversión en las áreas, partiendo de este proceso de anarquización a que fue sometido el sistema educativo y también teniendo en cuenta cómo se fue quebrando de apoco la posibilidad de tener un proyecto nacional con identidad nacional, parcializando en cada provincia con proyectos, conceptos y filosofías diferentes las pautas educativas a llevar adelante. Todo esto conformado con una Ley Federal de Educación, que no sintetizó las realidades que la Argentina necesitaba, que puede haber distintas apreciaciones pero lamentablemente de mínima está en claro que no funcionó, y que nos llevó a tener en la Argentina distintos instrumentos y distintas leyes de aplicabilidad. Algunos funcionando con la Ley Federal de Educación, otros a medias y otros funcionando directamente sin la Ley Federal de Educación, lo que marca cuál es el sistema educativo argentino.

Tenemos un desafío muy importante por delante, pero hay cosas importantes que se han ido logrando. Cuando el otro día se sancionaba la Ley de Incentivo Docente en el Congreso, muchos de nosotros recordamos, fundamentalmente ustedes, que para poder lograr el entendimiento, la comprensión de lo que era el incentivo docente, hubo una Carpa Docente durante un año. Se aprobó casi con el 90 por ciento del voto de todos los señores legisladores, sin ningún veto posterior, la Ley de Incentivo Docente durante 5 años en la Argentina que nos ha tocado vivir es algo más que coyuntural, es decir que las cosas están cambiando. Allí nos recordamos cuánto costó, cuánta lucha llevaron adelante muchos sectores para lograr este marco de comprensión.

También, cuando hoy analizábamos con el ministro de Educación este acto que nosotros agradecemos que salga acá en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, porque es darle el lugar que merece la educación en la Argentina, también dijimos que íbamos a hacer un esfuerzo fundamentalmente para acompañar, sabemos que con esto no solucionamos nada pero sí revalorizamos mucho. Por eso fue la decisión que tomamos, de que aparte de reconocer la capacidad, la entrega, el trabajo, la formación, la abnegación, también queremos llegar con lo que podemos, pero con el gesto y la actitud de que para el Día del Maestro tener un reconocimiento al sector docente con un “premio”, no sé como se puede llamar, pero con una actitud del Estado de reconocimiento hacia quienes permanentemente brindan todo su esfuerzo para colaborar en la construcción de la formación de un proyecto educativo en la Argentina.

También, saber que es necesario que en las distintas provincias donde se está debatiendo la situación del sector docente, la situación del sector educativo, con capacidad de diálogo y convivencia, también se avance en las soluciones de entender que nosotros los argentinos tenemos que privilegiar la inversión en educación, si realmente queremos cambiar este país. Tenemos que privilegiar la inversión en educación si queremos una clase dirigente distinta y renovada, sino no va a cambiar la Argentina, ustedes lo saben bien y los argentinos también. No vamos a poder construir las dirigencias que aspiramos a tener si seguimos con una metodología donde relegamos lo fundamental que es la formación, que es la capacidad de pensar, de elaborar, de formar un cuadro adecuado a la Argentina que hoy necesitamos recrear y llevar adelante.

También, algo que estamos empezando a conversar, que lo tenemos que definir y que es fundamental para terminar con las incertidumbres del sector, que es la concepción de lograr estructurar una ley de financiamiento educativo que le de características estratégicas al financiamiento de la educación en la Argentina, con una tarea conjunta con todos lo sectores implicados en este esquema.

Son desafíos que tenemos por delante, nosotros lo queremos afrontar decididamente, queremos que quede claro a ustedes y a todos los docentes del país, que podemos llegar a través de la Cámara, y decirles a cada ciudadano argentino que es imposible pensar en una Argentina como la que muchos soñamos y que paulatinamente queremos ir saliendo del infierno que fuimos sometidos y que cuesta tanto salir, si no tenemos consolidado un proyecto educativo, si no revalorizamos la tarea de nuestros docentes, si no cualificamos la diversidad, si no profundizamos la formación, que no se valoriza muchas veces pero les puedo asegurar que se nota, y los daños que sufrimos por el abandono de ese concepto y esa filosofía la Argentina los ha pagado muy caro. Dios quiera que ustedes y nosotros podamos construir el punto de inflexión que este país necesita. Dios quiera que podamos hacer el esfuerzo conjunto y que cuando hablemos de este tiempo de la historia sepamos que pudimos salir definitivamente del infierno porque los argentinos nos volvimos a abrazar a la educación.

Muchísimas gracias y gracias por todo. (Aplausos)