PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DEL PRIMER BALANCE DE GESTIÓN SOCIAL Y LÍNEAS DE ACCIONES 2004-2005

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DEL PRIMER BALANCE DE GESTIÓN SOCIAL Y LÍNEAS DE ACCIONES 2004-2005

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Señor gobernador de la provincia de Entre Ríos; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y provincial; señores intendentes municipales; autoridades nacionales, provinciales; señores empresarios; organizaciones sociales; Abuelas y Madres de Plaza de Mayo; señores representantes de organismos no gubernamentales; señoras y señores: un año de mucho trabajo, de mucho esfuerzo, en una Argentina que está tratando de salir del durísimo infierno en que la han sumido y donde pareciera ser que muchas veces nos quieren anestesiar, tratar de analizar que llegamos al presente que nos toca vivir fruto de algún maleficio y no fruto de políticas que fueron corporizadas por hombres y mujeres de carne y hueso.

Lo que nos pasa a los argentinos es fruto de políticas, de proyectos políticos, de conceptos políticos, que uno trata inclusive de debatirlos y discutirlos pero es imposible. Cuando nosotros con nuestros aciertos y nuestros errores presentamos las distintas propuestas que tenemos en todas las áreas jamás hasta ahora con seriedad hemos encontrado la posibilidad de discutir en forma alternativa, con un debate serio, profundo, qué es lo que hay que hacer en la Argentina. Sólo la descalificación, la traba, el tratar de mirar adelante y que nada cambie. Es decir, hay una idea en algunos sectores de la sociedad de que es fundamental no levantar olas y con salidas ciertamente amarillas tratar de buscar cierto marco de conciliaciones que de alguna manera algo tratan de cambiar para que nada cambie y todo siga igual.

Esto uno lo percibe permanentemente y entonces cuando se toman determinaciones de fondo, como tomamos con la Corte Suprema de Justicia o cuando decidimos profundizar e institucionalizar definitivamente una política amplia, y responsable en el tema de los derechos humanos, con plena pluralidad y abierta a todos los argentinos, también es algo que irrita a algunos sectores, increíblemente no?, tremendamente. También cuando tratamos de ir buscando, encontrando el equilibrio, la equidad, cuando tratamos de que el ingreso tenga una distribución diferente. La diferencia entre ricos y pobres estaba entre 1 y 40; en un año, con aciertos y errores la hemos logrado bajar de 1 a 30. Hemos logrado bajar la indigencia, la pobreza, la desocupación -que sigue siendo altísima- pero hemos roto la lógica del crecimiento de estos valores tremendos del desempleo. Se han hecho fuertes inversiones en muchísimos sectores, definitivamente cerramos la propuesta de la deuda con la quita más importante que recuerde la historia del mundo, 61.000 millones de dólares, y no hay marcha atrás ni repechaje. O como cuando el otro día se invitó no a apoyar a nadie sino que se juntó el pueblo argentino a celebrar el 25 de Mayo en forma popular, en forma amplia, plural de todos los sectores, a disfrutar con los cantores populares la fecha patria. Todo eso pareciera ser que altera un código de funcionamiento que tuvo durante muchos años la Argentina.

Entonces esto hay que terminarlo rápidamente, hay que tratar de quebrar, hay que tratar de romper de cualquier forma la funcionalidad de esto. Por eso nos encontramos con que de golpe les toma la política energética y estuvieron con la política energética, la política energética..., y bueno, gracias a Dios las lamparitas están prendidas pero durante días estuvieron tratando de..., así lo hacen también con la política de seguridad. De golpe, aún cuando los índices van bajando se potencian determinados hechos porque tuvimos la mala idea por allí de cambiar toda la cúpula de la Policía Federal Argentina.

Hay gente que opera y lamentablemente opera con todos los viejos métodos. Me pongo a trabajar a fondo en la tarea y estoy trabajando a fondo en el tema de los ferrocarriles argentinos, algunos funcionan bien y otros muy mal. Pero nos encontramos con que el tablero de Constitución fue jaqueado por un atentado. Es gravísimo que haya pasado eso en la Argentina. ¿Para qué? Para tratar de quebrar el sostén y el funcionamiento del Gobierno nacional, para tratar de enfrentarlo con la sociedad y con la gente, para tratar de cualquier manera de inviabilizar cualquier cambio.

Yo les puedo asegurar que vivo haciéndome la autocrítica permanentemente, pero todas las cosas centrales que hicimos durante todo este año en la Argentina las llevamos y las llevé con muchas convicciones. Por allí cuando dicen que me arrepentí de tal o cual cosa, no me he arrepentido de nada. De procedimientos, por ahí en el sentido de si uno tendría o no que haber hablado, pero de lo central de las cosas que hemos hecho en todas las políticas que hemos llevado adelante, estoy absolutamente convencido, pero también absolutamente decidido. No me gustaría estar un solo minuto a cargo del Gobierno nacional habiendo dejado las convicciones archivadas en cualquier lado.

Por eso, cuando Alicia habla con tanta pasión de las políticas sociales y todo lo que vamos a invertir, obviamente, ¡cómo no va a hablar con pasión si ve el sufrimiento de millones de argentinos que quedaron marginados por las políticas sociales corporizadas por aquellos que siguen hablando!

Vean ustedes que cada vez que se toma una determinación, hay 6, 7 ó 10 sujetos que siempre hablan. Obviamente que son financiados por determinados grupos económicos, por determinadas escuelas económicas que son los responsables de las cosas que han pasado y que pontifican sobre las cosas que han pasan en este país.

Se van a tener que acostumbrar a ver una mirada distinta y se van a tener que acostumbrar a que los argentinos necesitamos tener memoria. Esto no es recurrir al pasado. Cuando quieren mezclar el pasado con la realidad de un país, el pasado no resuelto es presente y si los argentinos no tenemos memoria vamos a tener los mismos personajes gobernándonos el día de mañana. Están al acecho, escondiditos para ver por dónde pueden entrar para volver a recuperar la iniciativa política en la Argentina. Tengamos muchísimo cuidado con este tipo de cosas porque están allí.

A veces a uno lo quieren mostrar como intransigente porque, obviamente, tenemos que serlo con los que quebraron el país, con los que llevaron a millones de argentinos a quedar sin trabajo, con los que nos destruyeron la riqueza nacional. ¡Cómo no vamos a ser intransigentes con los responsables de estas políticas y con esas políticas! Tenemos que ser transigentes con los que quieren crear las políticas superadoras que están necesitando la Argentina.

Hay que tener mucha responsabilidad y mucha conciencia; tenemos la oportunidad de entrar a jugar el destino de nuestro país. Siempre habrá otras nuevas oportunidades, no tengo la teoría del fin último de la historia, pero cuidado con querer ignorar o caer en la ingenuidad que solemos tener aquellos que queremos que la Argentina sea un país más justo. Hay gente que se mueve para que precisamente las actitudes, los privilegios, la concentración, todas las cosas que nos han tocado vivir, vuelvan. Nosotros tenemos que tener la madurez y la responsabilidad de poder construir la alternativa distinta. Para esto está destinado el Plan Social y todas las medidas que hemos ido tomando.

Quiero decirles a los argentinos que van a pasar otras cosas, cada tanto se van a encontrar con operaciones de este tipo. Una vez va a ser que de un día para otro creció tremendamente la inseguridad, que hay que dar una batalla contra la inseguridad, que es toda una tarea, pero ustedes saben a qué me refiero y los que me escuchan atrás también: van a tomar determinados temas para tratar de presionarnos y que nosotros tomemos otras determinaciones distintas a las que tenemos que tomar, pero bajo ningún aspecto lo vamos a hacer.

Estamos convencidos, trataremos de corregir obviamente todos los errores que tengamos, pero el rumbo de un país distinto, más justo, más equilibrado, una Argentina que deje atrás definitivamente ese proyecto que nos quebró casi la voluntad de ser, estamos absolutamente definidos y decididos a construir esa alternativa.

Soñamos y queremos ser un país distinto; soñamos y queremos una Argentina equilibrada, con una Justicia independiente, con derechos humanos consolidados siempre; los derechos humanos no son pasado ni presente ni futuro, son, -esto hay que tenerlo absolutamente en claro-, con instituciones que tengan calidad institucional, con el combate fortísimo contra la corrupción, con la lucha contra la exclusión. Eso nos motiva fuertemente. Y no nos van a correr con un atentado ni con circunstancias ni con amenazas ni mucho menos.

En este país muchos sufrieron muchísimo más por un país distinto, así que nosotros estamos dispuestos a dar todos los pasos que tengamos que dar para que definitivamente alumbre un nuevo amanecer.

Estamos muy contentos, hacemos las cosas con tremenda felicidad, amor y con muchísimos sueños, si uno no tiene sueños en la vida, no tiene potencialidad y no tiene la necesidad y la virtud de querer realmente combatir las miserias que nos rodean, poco se puede construir una sociedad distinta.

Sabemos que tendremos que afrontar lo que debemos afrontar; ese tipo de cosas que pasan, la hipocresía, los rostros serios de los pensantes, entre comillas; las escuelas que viven pontificando sobre un montón de temas, los esclarecidos que nunca resuelven nada.

Los argentinos desde nuestra sencillez estoy seguro que vamos a hacer un país distinto. Nosotros seremos el puente o el punto de inflexión, Dios quiera, y otros hermanos de esta Argentina, que hay tantos tan capacitados para llevarla adelante, seguramente concretarán la transformación. Pero la nueva Argentina, el nuevo país, una Argentina plural, con inclusión social, con equidad, está en marcha.

Ni los arrebatos del pasado ni todos los intentos para tratar de torcer ese rumbo van a lograr su objetivo. Con mucha fe, con una convicción muy grande todas las mañanas, como yo digo permanentemente, hagamos todos los esfuerzos para demostrar que otra Argentina es posible. Yo estoy absolutamente seguro y todos esos millones de rostros que nos ven en cada lugar que vamos, poco a poco van a ir también comprendiendo, entendiendo y sintiéndose parte de este nuevo país.

Yo les agradezco profundamente todas veces que nos han acompañado durante este año, todas las veces que hemos compartido sueños, ideas, cosas que nos parecían imposibles de lograr y las hemos logrado.
Ha sido un año de mucho trabajo, de mucho esfuerzo, y de tratar de ir construyendo el sendero que necesitamos todos los argentinos, siempre con absoluta amplitud, yo no soy una persona sectaria bajo ningún aspecto, se los puedo asegurar. Algunos me dicen que tengo mal genio, no es mal genio, a veces es dolor, dolor cuando veo con impotencia las cosas que me toca ver cotidianamente. No hay muchas cosas a veces durante el día para andar a sonrisa plena, si bien uno la tiene adentro, siempre con alegría, les puedo asegurar que no soy un pasajero que ve las cosas que les pasan a los otros y no le duelen; me duelen, me duelen y trato de hacer todo lo que puedo desde donde estoy, y a veces siento la impotencia de no poder todo lo que debo hacer o en el camino en el que uno va aprendiendo. Pero estoy seguro que en esta construcción solidaria entre todos vamos a construir un nuevo país, yendo a la gente, trabajando con la gente, y sabedores de dónde estamos, por qué estamos y gracias a quién estamos aquí.

Y no se extrañen de ver algunas cosas raras que pasan en este país, no importa, nosotros seguiremos con toda nuestra voluntad, nuestra vocación y nuestra decisión de hacer un país absolutamente contenedor de las necesidades y las voluntades de realización de todos los argentinos. Muchísimas gracias, y gracias por compartir este momento. (Aplausos)