PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN CONCORDIA, PROVINCIA DE ENTRE RÍOS

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN CONCORDIA, PROVINCIA DE ENTRE RÍOS

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Esto es casi un sueño, recuerdo cuando vine a Concordia, recuerdo los miles de rostros de los hermanos de Concordia pidiendo justicia, agraviados por la falta de trabajo y por el olvido nacional que se ha tenido con esta pujante ciudad. Dije que iba a venir y aquí estoy cumpliendo mi palabra junto a ustedes. Y vengo con esa potencialidad espiritual que debemos tener los argentinos, por arriba de cualquier cuestión partidaria, porque llegó la hora de que los argentinos recuperemos la autoestima, de que con la escarapela y la bandera volvamos a reconstruir la justicia, la inclusión social y la dignidad de la patria que fue avasallada por aquellos que nos entregaron en los últimos años. (Aplausos)





Le quiero decir desde Concordia al país que no vine a durar en la Presidencia ni vine a pensar en quedarme mil años, vine a pelear por las convicciones que les conté a ustedes cuando estuve acá y no las voy a traicionar. Quiero seguir mirando a los argentinos, a ustedes, como hoy, de frente a los ojos, sin tener que bajar la mirada traidora de haber renunciado al sueño de un país mejor. (Aplausos).





Algunos dicen que hay que buscar mecanismos de acuerdo a costa de las espaldas de los argentinos. Yo he visto sufrir a los argentinos y veo acá muchos rostros que están diciendo: “ésta debe ser la patria del trabajo y no la patria de los planes sociales, ésta debe ser la patria de la educación”. (Aplausos).





Debemos volver a valorar al hombre, he visto un cartel que dice que la corrupción mata; y es verdad, la corrupción quebró y nos hundió a los argentinos, pero también es fundamental volver a tener un nuevo referente de argentino y argentina. Basta de premiar al pícaro y al que más plata rápido hace, premiemos al que más estudia, al más decente, al que más trabaja, al que más investiga, al honesto del barrio; volvamos a recuperar esos viejos valores que hicieron grande a la Argentina.





Por eso, exactamente, a los corruptos hay que perseguirlos, aplicarles la ley y la justicia como corresponde, y también definitivamente debemos defender el derecho de la igualdad y la justicia en nuestra querida patria. Pero yo les quiero pedir que me ayuden porque sé que si el pueblo argentino me acompaña, si el pueblo argentino me ayuda, podré corregir los errores que cometo porque voy a tener las espaldas bien cubiertas. Yo quiero que me acompañe el pueblo argentino en esta gran avenida para construir la patria que necesitamos. (Aplausos)





En cada mano de ustedes que toco, en cada beso que nos damos, en cada abrazo que nos dimos al llegar aquí a Concordia y a cada lugar del país, me transmiten energía y la fuerza para hacer un país distinto. Yo les aseguro que quiero estar aquí, no me gusta que me rodeen, no quiero alcahuetes, quiero la gente que me acompaña para hacer una patria distinta. (Aplausos)





Hoy vengo a ayudar al gobernador de Entre Ríos con toda la fuerza para que vuelva la justicia a la provincia, para que vuelva la dignidad y para que Entre Ríos se pueda recuperar.





Les voy a contar una historia que pocos conocen. Tengo la suerte de que el vicegobernador de esta provincia es un amigo y un compañero de más de 30 años; estuvimos allá en La Plata, fuimos perseguidos por defender nuestras ideas y hoy estamos compartiendo la conducción de la nueva Argentina con una generación en la que muchos no están, pero estamos nosotros para llevar la bandera al lugar que corresponde. (Aplausos)





También decía el gobernador de Entre Ríos que tenemos que hacer las cooperativas de trabajo, hay que hacerlas y en menos de quince días el secretario de Obras Públicas y la señora ministro de Acción Social tienen que venir a Concordia. Cooperativas de trabajo, viviendas, trabajo digno, por eso ellos tienen que estar acá y también tienen nuestro apoyo para llevarlo adelante. (Aplausos)





Los argentinos tenemos que aprender que nadie va a hacer por nosotros lo que tengamos que hacer, que nadie nos va a ayudar a construir la Argentina, y lo sabemos. Por eso también les decimos a algunos que ahora nos dejen hacer a nosotros, ya vimos los consejos que nos dieron otros y vimos la Argentina que nos dejaron.





Debemos volver a ser una Argentina donde recuperemos la autoestima, la dignidad y la alegría; queremos volver a ser una Argentina donde la posibilidad del estudio y el trabajo estén al alcance de todos los argentinos.





Yo les puedo asegurar que es difícil, estamos escalando el infierno, pero la Argentina está mejorando y sé que todos juntos vamos a construir una patria y un país para todos.





Les vengo a dejar mi corazón sureño, les vengo a dejar la fuerza de una patria distinta. Además le decía a Jorge que ni el calor de Concordia va a vencer las ganas que tiene este pingüino sureño que vino a compartir este día con ustedes, queridos amigos.





Un abrazo muy grande para todos, mucha fuerza, a tomarnos de las manos, a trabajar pensando en Dios, sabiendo que es posible hacer un país distinto; a defender un país honesto y decente para que definitivamente en la Argentina se premie a los trabajan y a los que estudian.





Muchísimas gracias a todos ustedes. (Aplausos)